Depende de qué realidad. Colaboro con una ONG realizando trabajo de campo con personas sin hogar. No es mi propia experiencia, pero sí me cuentan sus historias. Leyéndola en algún relato negro o de realismo sucio parecería increíble, de hecho, no sabes si algunas son realidad o ficción, pero probablemente no hubiera podido imaginármelas ni queriendo.
Muy de acuerdo con lo comentado por Joserra. A mí, de hecho, me han tildado de menos verosímiles precisamente los escenarios que más he anclado en mi experiencia directa. Hay que tener en cuenta que el lector también tamiza lo que lee en función de sus propias experiencias. Estoy seguro de que, dentro de unos años, habrá lectores que considerarán una exajeración si cuento que mi madre, de niña, no tenía agua corriente.
Tampoco creo que la experiencia vital per se facilite en nada la labor del escritor. A mi parecer, es una cuestión de afinidades, de un equilibrio entre el autor y su vida. Hay autores que, para poder crear en condiciones, necesitan ver las cosas desde la barrera. Otros, meterse de cabeza en la arena. Sí que creo -me parece que Zabbai va por ahí- que el autor debe saber digerir lo que le rodea para luego poder moldearlo en un texto que llegue al público. Si no es capaz de digerir la experiencia, sea banal o extraordinaria, luego no podrá reelaborarla.
ps.- Sol, siempre me he visto más como ratón de biblioteca que otra cosa. Eso sí, me debe de pasar como a García - Márquez: que la gente tiene tendencia a confiarme buen material literario. La magia de unas cervezas
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.
Muy de acuerdo con lo comentado por Joserra. A mí, de hecho, me han tildado de menos verosímiles precisamente los escenarios que más he anclado en mi experiencia directa. Hay que tener en cuenta que el lector también tamiza lo que lee en función de sus propias experiencias. Estoy seguro de que, dentro de unos años, habrá lectores que considerarán una exajeración si cuento que mi madre, de niña, no tenía agua corriente.
Tampoco creo que la experiencia vital per se facilite en nada la labor del escritor. A mi parecer, es una cuestión de afinidades, de un equilibrio entre el autor y su vida. Hay autores que, para poder crear en condiciones, necesitan ver las cosas desde la barrera. Otros, meterse de cabeza en la arena. Sí que creo -me parece que Zabbai va por ahí- que el autor debe saber digerir lo que le rodea para luego poder moldearlo en un texto que llegue al público. Si no es capaz de digerir la experiencia, sea banal o extraordinaria, luego no podrá reelaborarla.
ps.- Sol, siempre me he visto más como ratón de biblioteca que otra cosa. Eso sí, me debe de pasar como a García - Márquez: que la gente tiene tendencia a confiarme buen material literario. La magia de unas cervezas
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.