Obstinadamente inéditos

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Bestia insana
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En relación con una cuestión que se trató hace poco (No sin mi hijo), quería lanzar esta otra: qué pasa con lo que podríamos llamar los hijos secretos. Hace poco leí no sé dónde que escribir un libro y luego no querer publicarlo, es como quedarse embarazado y a los 9 meses aplazar el nacimiento. Creo que es más bien como tenerlo en secreto. Porque, vamos a ver,  ¿el libro nace cuando se termina de escribir o cuando se publica? Entonces lo que quería saber es esto: qué opináis de los escritores que no quieren publicar, por lo que sea: por pudor, desprecio, indiferencia, pereza o principio, los obstinadamente inéditos. Que no quieren o no pueden, porque una cosa es escribir y otra cosa vender alfombras, vamos, que parece que hay que ser un poco esquizofrénico, tener como doble personalidad, ser al mismo tiempo el tipo introvertido y fotofóbico, y el hombre–anuncio que corre tras los editores.

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Aldous Jander
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Pues yo diría que allá cada cual. 

Es que planteas muchas cosas, bestia, voy por partes: sobre si el libro nace cuando se termina de escribir o cuando se publica, te diría que depende del punto de vista. Para mí nace cuando se termina de escribir, y puedes decir "he escrito una novela"; síntoma de ello es la satisfacción que se siente. Pero desde el punto de vista de la carrera literaria, el libro es conocido al publicarse, en el bautizo, por así decirlo. Y qué leches, también se siente esa otra satisfacción, "he publicado una novela". Por eso cuando se habla de "la primera novela" de x autor, por lo general se habla de la primera publicada, no de la primera escrita (¡qué genios serían algunos, si no!).

Creo que se puede ser escritor y no publicar ni un libro, por pura misantropía. Escribir requiere soledad, y muchos somos, cuando no un poco excéntricos, bastante ostracistas. Pero siempre he tenido el impulso de escribir para que me lean, y publicar es mi objetivo. Sobre todo quiero ser leído, pero además quiero todas esas pequeñas cosas más ¿egoístas? que van con la publicación: sentir el respaldo de un aprobado editorial, la satisfacción de sostener mi libro impreso en papel... 

También creo que una cosa es escribir una novela, otra publicarla, otra promocionarla, y otra venderla en una feria del libro ("¡las tengo baratas oigaaaaa!" Mmmh). Me ha tocado hacerlo todo (aunque muy humildemente y a pequeña escala), y lo más agradable ha sido escribir. Lo menos, vencer mi timidez ante completos desconocidos, pero creo que eso, como casi todo, mejora con la experiencia.

Y, por último, sobre no querer publicar un libro porque no se considera que el libro sea lo bastante bueno... ¡No lo publicaría! Si ya hay quien con el tiempo lamenta haber publicado un libro a pesar de que en su momento lo creía bueno, imagina si ni siquiera entonces le convencía.

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Patapalo
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Muy de acuerdo con las respuestas de Aldous. Solo añadiría que para mí es distinto el que se dedica a la literatura -no necesariamente como forma de arte: se puede hacer de un modo artesanal- y el que se dedica a escribir. El primero implica que hay una comunicación, y para ella hace falta un receptor. No es lo mismo, aunque no sea ni peor ni mejor pertenecer a uno u otro grupo y aunque los resultados finales puedan solaparse -obras que se publican que hubieran funcionado mejor como diarios personales y obras que no se publican que son más que aptas para ser consideradas literatura-.

Para mí, de todas formas, nunca ha ido disociada la escritura de la publicación. Incluso cuando empecé de niño a soñar con esto, con diez años, el pack incluía la publicación, aunque fuera de un modo inocente. Para mí contar historias y transmitir sensaciones implica tener a alguien delante, en directo o en diferido. Nunca entendí muy bien a alguna colega que escribía poesía y decía que era solo para ella. ¿Para qué me lo contaba entonces?

A mi entender, son dos ámbitos distintos -esfera privada y esfera pública-, aunque tengan puntos en común.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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claudioalejandro
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Hace pocos días escribí una entrada en mi blog que guarda cierta relación con lo que cuestionas, Bestia. Si bien apunta al encogimiento del mercado editorial de estos años, en ella me planteo la misma inquietud: ¿para qué escribimos? Sin temor a equivocarme, puedo decir que el escritor escribe por placer, en primer lugar, y por el éxito editorial en segundo término. Pocos pueden tener aseguradas las ventas en el momento íntimo de la creación. Entonces, más allá del destino de la obra (que ninguna nace para pasar desapercibida) comprendo y suscribo a la postura de aquellos que se sienten satisfechos con la novela concluida, aunque inédita (léase: sin salir del círculo privado de amistades). Lo entiendo desde el punto de vista de la literatura como expresión artística. Del arte por el arte mismo. Es que el escritor es un narrador de historias, un soñador o un poeta, pero nunca un vendedor (al menos no uno bueno). Para vender es necesario ir más allá del producto y conocer todas las mañas del negocio. Puedes tener suerte y estar emparentado con quien sí sabe hacer estas cosas, pero puedes ser parte de la mayoría de los escritores anónimos que desconocen todo lo referido al mundo editorial y darte de narices con rechazos rotundos.

En definitiva, escribir y publicar son dos cosas íntimamente relacionadas, pero distintas. Simplemente, hay gente que prefiere lo primero y reniega de lidiar con lo segundo. Sin embargo, eso no los hace menos escritores que a los otros, ni a sus obras, inferiores.

 

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Ángeles Pavía
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Bueno, sabéis que yo no escribo, pero sí estoy en contacto con muchos escritores.

Hay personas que necesitan verter al papel una historia que le ronda la cabeza, independientemente de que su intención sea publicarlo o no. Veo muchos escritores que escriben porque lo necesitan, y luego, si eso se publica, mejor. Esas obras, que pueden dormir años en los cajones, para mí son libros nacidos, pero durmientes, cada uno por su razón particular.

También veo muchos a los que les empuja no es la necesidad de crear una historia, sino de publicar, sea lo que sea, para aumentar su autoestima. Es el caso de muchos que, siendo lectores, leen algo que les hace pensar «Si ese ha escrito eso y lo ha publicado, no veo porqué yo no» y se ponen a inventar una historia para ser publicada.

Somos el tejido del que estan hechos nuestros sueños. 
www.codexiuvenis.com

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korvec
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Quizás la culpa de que muchos ni siquiera se planteen intentar publicar sus escritos tenga que ver con la percepción de que publicar hoy día es misión casi imposible.

Me consta que hay muchas personas que escriben por hobby, pero que nunca se han planteado la idea de salir de su grupo de amigos (o foro de literatura) y  enviar nada a una editorial. Ojo, que también me he encontrado a gente que escribía relatos que me parecían malísimos (calcos de episodios de series de TV, personajes de sus videojuegos cambiando alguna letra…) y que albergaban la esperanza de ver sus obras publicadas en papel.  Pero en general me he topado con muchos más de los primeros (de hecho yo he sido uno de ellos durante años) que de los segundos.

Como dije, por lo general la idea que se tiene, es la de que es casi imposible conseguir ver tu obra publicada a no ser que tengas un nivel del copón, que seas un personaje popular (tipo Ana Rosa Quintana o Belen Esteban, no miembro del Partido Popular) o que tengas contactos en ese mundillo (tener padrinos).

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Bestia insana
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Yo no creo que nadie escriba sólo para publicar, por el prestigio y tal, eso debe de cansar, si no tienes verdaderas ganas tiene que ser durísimo, es más fácil contratar a alguien, hay gente que se dedica a eso y lo hace bien (ni siquiera hay que ir a buscarlos: a mí me llegó hace poco un correo de uno que se ofrecía a escribirte cualquier cosa).

Me ha gustado eso de los libros durmientes, me los imagino en estado de semivida conectados a depósitos de nutrientes (creo que he leído demasiado a K. Dick)

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