Es una cita que me ha hecho mucha gracia:
Solemos perdonar a los que nos aburren, pero no perdonamos a los que aburrimos.
François de la Rochefoucauld
¿Qué opináis? ¿Es cierto que nos cuesta mucho más tragar que alguien no haya quedado deslumbrado con nuestro relato que el que nos hayan hecho leer algo que, bueno, está bien?
Pues creo que lo que a mí más me duele es que no me entiendan. Puedo asumir que no les guste algo mío, pero que no lo hayan entendido...
Debe de haber una buena parte de frustración, y otra de dudas que me se me crean.
Debe de haber una buena parte de frustración, y otra de dudas que me se me crean.
Morgan, la verdad, yo tampoco te entiendo 
Solo puedo decir en mi defensa que esto no suele pasarme en los relatos. Lo que tampoco quiere decir que se me vaya a entender mejor 
Bueno cada persona es un mundo. Supongo que lo peor es la indiferencia, el que hablen de uno aunque sea mal, significa que por lo menos le han leído (esto lo dice alguien que sabe lo que es llegar a una presentación en una sala enorme y no llenar ni la primera fila)
Glups! La pesadilla de cualquiera que presenta. Esa y la de quedarte en blanco, o equivocarte de sitio... En fin, que a lo mejor por eso escribimos terror, ¿no? 
En la gira que hicimos de El círculo de Krisky y Adraga Mik y yo hubo bastante asistencia, para lo que esperábamos, en todas las ciudades, incluso en Huesca, pero en Valladolid, ay, en Valladolid Ahí no vino nadie, literalmente. Bueno, el Pedro a presentarnos. Además hacía un frío del copón: llevábamos días en camiseta de manga corta por todos lados y ahí pelamos la pava pero bien
Bueno si no viene nadie y estás lejos tampoco importa demasiado pero si es cerca y delante de los familiares a los que has conseguido arrastrar y de los 4 amigos que no han conseguido escaquearse... como que quedas un poco peor 
Huy las presentaciones... a mí en El corte inglés, aparte del grupo de cuatro o cinco amigos, me salvó el efecto reclamo que tienen en los mayores el airecillo acondicionado y la posibilidad de sentarse veinte minutos en una butaca, no digo más. 
Benditos ancianos. No compran, pero escuchan con atención o, al menos, en silencio
Jeje, yo creo que en las presentaciones no es sólo en número el que cuenta, sino qué porcentaje de ese número son amigos y similares, porque si el porcentaje es alto... jejeje...
Por cierto, creo que lo normal es pensar como el citado: puede molestar que te agobien diciéndote lo guapo que es el hijo feo del vecino, pero que te digan que el niño feo es tu hijo...
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Si yo te contara...
Tengo los tres boletos para que me toque el premio gordo del odio inmisericorde del autor despechado:
-Soy sincera, no me caso con nadie.
-Soy dura y directa, no ando con paños calientes.
-Leo mucho y se de lo que hablo.
Somos el tejido del que estan hechos nuestros sueños.
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