Tan solo otra historia de amor parasitario

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Aldous Jander
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TAN SOLO OTRA HISTORIA DE AMOR PARASITARIO

No diré que fue fácil dar por terminados todos mis sueños y esperanzas, contemplar el rostro del amor de mi vida reducido a una masa de plasma incandescente. Pero era una cuestión de supervivencia. Era ella o yo, y ahí acaban las alternativas.

Por Dios santo, cuánto pienso en ello todavía. Cómo deseo no haberme equivocado.

Ella era… especial, más que ninguna otra. ¿Y acaso no lo somos todos? Pero no, Elámara era única en su género. Era la más inteligente, la mejor conversadora, la más divertida. Cantaba con una voz sobrehumana, capaz de hacer llorar al cielo de Mercurio con sus arias y también de derretir los hielos de la luna Europa, con sus baladas atemporales. Cuando reía, lo hacía con cada parte de su cuerpo: sus ojos brillaban, su boca se entreabría deliciosa y  sus pechos vibraban, mientras una mano coqueta recolocaba su pelo blanco como el polvo de la Luna. No hay en el universo una melena como la que adornaba la cabeza de Elámara, como le dije un día: tejida en hilos de plata templada al relente del viento solar.

—Hazme el amor —decía a menudo—: como si me quisieras.

—Te quiero.

—No es verdad —decía entonces Elámara, haciendo mohines, y rehuía mis manos.

—Pero te quiero —insistía yo—. Te quiero, te quiero, te quiero.

Y entonces hacíamos el amor, aunque ahora sospecho que ella nunca me creyó. No puedo reprochárselo, cuando éramos las dos últimas personas sobre la faz de la Luna. ¿Cómo creer pues mis palabras? ¿Qué valor tenía entonces decirle que era la mujer más hermosa del mundo? Pero es que Elámara lo era, y lo habría sido sin importar cuántas otras mujeres hubiese en el universo.

Lo era para mí.

¡Y qué maravilloso fue todo en aquellos años! La Luna era nuestro patio de recreo. Correteábamos a saltos a lo largo y ancho de las eternas llanuras selénicas. Al atardecer bebíamos de sus ríos plateados, que sabían a algodón de azúcar, y durante las frías noches las estrellas formaban impensables dibujos en el firmamento.

—Qué increíble que no recuerde estas constelaciones —decía yo—. Debería conocerlas todas, ya que soy…

—Un aguafiestas, eso eres —me interrumpía siempre ella, así o de algún modo parecido—. ¿No puedes disfrutar de lo que tenemos?

—Supongo que sí —decía yo cuando ella apretaba su cuerpo desnudo contra el mío, y las dudas siempre se desvanecían hasta la noche siguiente.

Nadie, en toda la historia del hombre, ha sido testigo de tanta belleza como lo fui yo durante mi estancia junto a Elámara. Su apetito por la creación solo lo superaban su talento y su imaginación. A su lado lo tuve todo: contemplé el amanecer de una supernova, me zambullí en las nebulosas donde nacen las estrellas, nadé entre las partículas elementales de la vida y me arropé al calor de la fusión del núcleo bajo el manto del Sol. 

—Todo esto es imposible —le decía yo, sonriendo. Y sonreía porque no era imposible, porque toda esa maravilla se desplegaba a diario ante mis ojos. Yo creía en ello, tanto como creía en mi amor por Elámara.

—¿Imposible? —reía ella—. Pero mi cielo, mi amor, ¿no ves que nuestra unión lo hace posible?

Solo había una cosa que yo ansiase y no tuviese, solo una cosa que echaba en falta en aquel paraíso que compartía con el amor de mi vida.

—¿Por qué no puedo yo crear maravillas, como lo haces tú? —le pedía algunas veces, pocas, porque era algo que después le hacía mostrarse apática y taciturna.

—¿Y por qué querrías hacer tal cosa? ¿Acaso no te basta con lo que creo para ti? ¿Acaso no te concedo todo cuanto me pides, y más?

—Pero no quiero depender siempre de ti, amor. ¿No puedo yo crear lo que necesite? Sé que puedes darme ese poder.

—No, mi amor, no me pidas eso.

Y entonces ella corría hacia las inmensas llanuras, y era inútil correr tras ella. Pero a las horas aparecía, siempre de vuelta, y era como si nada hubiera ocurrido, y hacíamos el amor sobre el suave y dulce polvo de la Luna.

Pero el alma humana se atrofia ante la ausencia de dolor, y hasta ese paraíso de ensueño acabó siendo demasiado poco para mi mezquina sed de emociones. Me sobrevino una profunda depresión, y durante semanas caminé silencioso, pateando el polvo. Ya no bebía el agua de los ríos de plata, ya no contemplaba las estrellas, y cuando besaba los labios de Elámara lo hacía por costumbre y sin un atisbo de la antigua pasión.

Ella lo notó, y tras largos meses en los que ambos fuimos desdichados hizo lo único que podía hacer: satisfizo mi deseo.

—Está bien, amor mío, mi cielo, te daré el don de la creación, y podrás imaginar tus propias maravillas. Lo que sea con tal de que todo vuelva a ser como antes.

Y yo grité de alegría, reí y canté, y me dispuse a aprovechar el don que Elámara me concedía. Al principio era complicado, y mis intentos eran tímidos.

—¿Qué es ese olor? —dijo un día Elámara.

—Es el olor del polvo lunar —dije yo.

—Pero no huele a azúcar molido, a masa de pastel sin hornear.

—No. En realidad el polvo de la Luna huele como la pólvora.

—Bien… —Ella sonrió con nerviosismo y me atrajo hacia sí, dando por zanjada la conversación—. Bésame.

Y otro día:

—¿Qué es esto que cubre el cielo?

—Es nuestro refugio —dije yo.

—Pero todo es más bonito ahí fuera.

—No podemos salir de la cúpula. Aquí podemos respirar, y nuestros cuerpos no se atrofian por la diferencia de gravedad. Así podremos volver a…

—¿Volver a dónde?

Yo la miré desconcertado.

—No lo sé. A ninguna parte, ¿por qué querríamos irnos de aquí?

—¡Irnos de aquí! —exclamó ella a toda prisa—. ¡Qué ocurrencia!

Y rió, pero no era su risa cristalina y hermosa, sino un sonido áspero e incontrolado, como el de una trompeta desafinada, y entonces yo me empecé a sentir cada vez más intranquilo. Las cosas deberían haber ido a mejor, ahora que ella y yo compartíamos el don, y sin embargo Elámara estaba diferente por momentos. Y no era la única que había cambiado. Cada vez que yo imaginaba algo, cada vez que daba forma a lo que deberían haber sido maravillas para hacernos felices, una inexplicable sensación de fatalidad se cernía sobre mí, acompañada siempre de un terrible y funesto presentimiento.

Un día, bajo la cúpula, pedí a Elámara que dejase de cantar. Esto la dejó sin habla: no era frecuente que interrumpiese sus hermosas arias, pero me había invadido el deseo de escuchar una música en especial.

—Es hermosa —dijo, una vez que los últimos acordes se hubieron apagado, aunque su rostro reflejaba más bien la opinión contraria.

—Sí que lo es —dije—. Me recuerda… me recuerda a mi primer viaje.

—Ahora no, amor mío, no te pierdas en el pasado. Bésame.

Ella bajó sus manos hacia mi entrepierna, pero yo la detuve. Sonreí y le acaricié el pelo.

—Era la primera vez que subía a un vehículo espacial, ¿comprendes? Así que estaba muy nervioso. Pero alguien puso esta canción para mí. Era una canción especial, una canción que siempre me hacía feliz, y ella la puso para mí. Ella… —contemplé atónito el rostro de Elámara, mientras ella retrocedía, asustada—. ¿Fuiste tú, Elámara? ¿Hiciste sonar tú esa canción para tranquilizarme, para hacerme sentir bien?

—¿Qué importa eso, mi amor? —dijo ella, con los ojos, brillantes, abiertos de par en par.

—Viajaba, viajábamos… en una misión muy especial. Íbamos a un lugar muy, muy lejano, al rincón más lejano al que jamás había ido ningún hombre o máquina consciente. Viajábamos a la estrella Próxima Centauri. Pero algo salió mal.

—¡No, cariño, mi amor! —gritó Elámara, aunque no eran sus labios los que vocalizaban esas palabras; habló con el rostro completamente desencajado, y vi como sus párpados se habrían más de lo humanamente posible, y su mandíbula inferior se despegaba hasta golpear el pecho, transformando su boca en una abertura demencial del tamaño de un puño—. ¡Todo salió bien! —gritaba con una voz tan pronto grave como aguda, suave como rasposa, humana como bestial—. ¡Vinimos aquí, a la Luna, y ahora tenemos toda la eternidad para ser felices juntos!

Y entonces el recuerdo de mi vida pasada me sacudió como una eyección de rayos gamma. El olor del polvo lunar, la cúpula, aquella canción… mi vida en la tierra, mi mujer, nuestro viaje juntos a Próxima Centauri.

—Muéstrate —dije.

—¿Qué vas a hacer, mi vida? —dijo lo que quedaba de ella, al ver el arma que había aparecido en mi mano derecha, mientras sus brazos se retorcían en ángulos imposibles. Ni siquiera recuerdo haber deseado que apareciese, tan solo sentía furia. Furia, odio, y… asco. Asco, cielo santo, asco de Elámara, mi cielo, mi cariño, el amor de mi vida.

—Muéstrate —repetí.

—Podría hacer desaparecer ese arma ridícula —dijo ella—. Pero no lo haré.

—Bien.

—Si me odias tanto como para desear mi muerte, es lo mismo que si me matases. No quiero seguir vivendo sin ti.

—¡Muéstrate!

Y entonces Elámara se mostró tal y como era. Disparé, y si lo hice fue únicamente para dejar de ver aquel horror tentacular. Se fundió, se derritió, y el plasma cayó sobre el polvo de la Luna. Me sentí liberado, ligero, me sentí… solo.

Mientras todo se desvanecía a mi alrededor, cerré los ojos para rehuír el engaño de esa falsa realidad. Llevé mis manos al rostro y mis dedos palparon aquello. Hundí mis uñas y estiré con fuerza, y los colmillos se separaron de la parte superior de mis cuencas oculares, los tentáculos salieron dolorosamente de mis oídos, y casi me ahogo cuando el apéndice principal salió de mi garganta. Con el sonido de diez látigos, sendos tentáculos finos como cables se despegaron de mi espalda en una hilera que descendía desde mi nuca hasta el coxis y en la que los tentáculos se sucedían provinientes de izquierda y derecha en un repugnante y viscoso abrazo. Abrí los ojos, y vomité al ver aquello. Vomité al ver el cadaver palpitante de Elámara, un bulto de apenas treinta centímetros de diámetro sin contar la nube de largos tentáculos que convulsionaban en el suelo del hangar de la nave.

Han pasado tres semanas desde entonces. Mi cometido ha finalizado en Próxima Centauri, o al menos eso creo. Apenas falta un mes para que la Acheronte llegue al borde exterior del sistema solar, y voy a pasar ese tiempo en estasis.

Es el único modo de sobrevivir… el único modo de mantener la cordura.

Fin del log, 15 de Febrero de 2287.

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Cruz Diablo
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Puntos: 488

Me ha gustado mucho este relato, muy original y bien escrito, con un vocabulario bonito y elegante sin resultar pedante, sobre todo a la hora de describir paisajes y situaciones "estelares"; se nota que el autor tiene afinidad con la ciencia ficción. La relación con el vampirismo quizá es demasiado sui géneris, pero he decidido valorarlo por la historia y su estilo, sin tener esto en consideración, después de releerme las bases.

Quizás el final me ha parecido un poco brusco, y el título no sé si me gusta demasiado (tiene cierta ironía que está bien, pero creo que podría estar mejor), aunque entiendo que esto son cosas personales.

Una única cosa, yo creo que en la frase: "Solo había una cosa que yo ansiase y no tuviese, solo una cosa que echaba en falta en aquel paraíso que compartía con el amor de mi vida", creo que debería ir toda en indicativo: "ansiaba y no tenía"; a lo mejor me equivoco. También creo que hay alguna coma fuera de lugar.

Le doy 5 estrellas.

 

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Sanbes
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Puntos: 1273

Relato realmente bueno, muy bien escrito, que se llevaría una puntuación alta en un certamen sobre ciencia ficción o terrores cósmicos.

El problema es que yo no veo aquí el vampirísmo por ningún lado. He releído desde la mitad al final para saber si me he perdido algo, pero tan solo encuentro una mujer (o cosa) que se ha apoderado de la mente del hombre para vivir una vida idealizada. Si cogemos esto, y lo llevamos al terreno del vampirismo, lo podemos relacionar con el poder hipnotizador de estos seres. Pero ya está. 

Es por eso, y sintiéndolo mucho, que voy a darle 1 punto. Pero solo porque me parece que no encaja en este certamen.

 

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Bestia insana
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Puntos: 1928

Aldous, creo que el corrector te ha jugado una mala pasada, a no ser que hayas dejado caer la errata para cazar a lectores poco atentos

y vi como sus párpados se habrían más de lo humanamente posible,

(¿como no debería ir acentuado?)

En breve mi amable crítica, si me veo con ánimo

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Aldous Jander
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Poblador desde: 05/05/2011
Puntos: 2167

No entiendo como se me pudo escapar, creo que olvidé habrir el corrector Gota

Cosas que pasan cuando se hacen las cosas deprisa. No, no lo puse a propósito, no soy tan maquiavélico como otros... pero venga, te perdono que hayas intentado cazarme reincidiendo con esa hache, y a cambio espero tu valoración.

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Bestia insana
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Poblador desde: 02/05/2013
Puntos: 1928

Pasando por alto el que encaje en el certamen más o menos (hay quien hubiera rechazado, por no ceñirse al tema, un cuento de Dick —creo que compartimos adickción), decir que el relato me ha gustado, pero no sé si es porque me gusta la ciencia ficción, y ya van muchos cuentos de vampiros; no, en serio, está muy bien, me ha sorprendido. Solo añadir a lo que han comentado (título, final) que esta frase se me ha hecho rara: y los colmillos se separaron de la parte superior de mis cuencas oculares; en la siguiente me sobran tentáculos, y que a lo largo del texto he tropezado una y otra vez con el nombre Elámara. En la primera lectura encontré el estilo algo rígido, y lo achaqué a un exceso de corrección, pero en la segunda ya no he tenido esa impresión, así que

4 estrellas

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sharkbook
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Poblador desde: 29/01/2013
Puntos: 584

   Pues aquí me encuentro con un relato bastante peor que el leido anteriormente del mismo autor. No solo por las numerosas faltas ortográficas (el "habrían" por "abrían" ya nombrado, un estentóreo "estasis" por "éxtasis", "vivendo" por viviendo" o "proviniente" por "proveniente"), sino por los acentos mal usados (faltantes como en ese "cómo" o sobrantes como en "rehuir"), mala colocación de puntos y comas y un exacerbante abuso de "y". Desde ya incito al autor a que pruebe a redactar de nuevo el relato sin hacer uso de la "y griega" y verá que el resultado varía en muy poco. Y muchísimas repeticiones ( no sé cuantas veces he leido el nombre de Elámara). Muy poca o ninguna revisión ha realizado el autor antes de colgar su historia.

  Además de lo relatado más atrás, me resulta una narración extremadamente empalagosa y emperifollada, bastante mal avenida con el tema que nos ocupa, tema que por otro lado, no he conseguido ver de forma clara en todo el texto. Más me parecen las monstruosidades del mundo de Lovecraft que de vampiros en sí mismos. El llevar ese amor como lo ha llevado el autor para luego darle ese final tan abrupto, rápido y tan fuera de lugar me ha dejado bastante insatisfecho, a más de no verlo ni verosímil ni acorde. El final casi nos atropella, faltando las explicaciones pertinentes para entender lo escrito, queda mal trazado y peor redactado.

   Muchas son las explicaciones que se ausentan en este relato, dejando muchas lagunas entre sus líneas y con un mal sabor de boca por haber esperado más del autor, del que pienso tiene un gran potencial.

    Por lo incompleto de la narración, por la ausencia de verosimilitud con la temática de este certamen y, sobre todo, por esas terribles faltas, me veo obligado a considerarlo intermedio entre una y dos estrellas, pero para ser coherente con otros relatos antes comentados, lo dejo en una. Mucho que lo siento.

 

★☆☆☆☆

1 estrella para quienes no puedan verla.

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Aldous Jander
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Puntos: 2167

Ya sabéis que no me gusta rebatir los comentarios y que me reservo para dar mis impresiones al final del concurso, pero me veo en la obligación de apuntar que estasis se escribe: "estasis" y se pronuncia acentuando la segunda sílaba. Éxtasis es otra palabra completamente diferente.

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Poblador desde: 29/01/2013
Puntos: 584

Pues peor me lo pones, amigo Aldous.
Del diccionario: estasis: estancamiento o aglomeración de sangre u otro líquido en alguna parte del cuerpo.
Pasarse toda un mes con semejante hinchazón se me hace menos verosímil aún.

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Hedrigall
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Poblador desde: 14/01/2011
Puntos: 1132

Todavía no he leído el relato, así que no conozco el contexto de la palabra, pero "estasis", en especial en ámbito ci-fi, viene referido al concepto de animación suspendida.

No viene recogido en el diccionario, eso es cierto, pero cualquier lector habitual de ciencia ficción reconoce la palabra y su significado.

 

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Poblador desde: 29/01/2013
Puntos: 584

  Gracias por la aclaración, Hedrigall. Lo desconocía por completo.

  No seré muy asiduo a la c.f. porque jamás lo había leido y eso que llevo unas cuantas....

  Siempre se aprende algo nuevo.

  Aún así, tan solo hablamos de una gota en el mar.

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Aldous Jander
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Poblador desde: 05/05/2011
Puntos: 2167

Gracias por intervenir, Hedrigall.

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Patapalo
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Puntos: 208859

Relato admitido a concurso.

Hedrigall dijo:

Todavía no he leído el relato, así que no conozco el contexto de la palabra, pero "estasis", en especial en ámbito ci-fi, viene referido al concepto de animación suspendida.

No viene recogido en el diccionario, eso es cierto, pero cualquier lector habitual de ciencia ficción reconoce la palabra y su significado.

Esta me la aprendí hace poco, tras hacer una sobrecorrección en el especial Mitos de Cthulhu del Calabazas. Creo que el autor tiene planeado perdonarme algún día Triste

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Invierno
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Poblador desde: 21/09/2010
Puntos: 903

Hay muy poquita cifi en este certámen, o he tenido mala suerte y no me he topado con ella. Es un género que me atrae mucho, y quizás por eso este relato tiene para mí un plus. Eso, y que el estilo en general es de los que suelen entrarme por los ojos.

Pasión y frustración, muy bien mezcladas. Ese final es algo extraño, he tenido que leerlo un par de veces para captarlo del todo, si es que lo he hecho. Hay errores, pero salvo el "habrían", que tiene luces de neón, apenas me he percatado del resto hasta llegar a los comentarios, y es algo que pasa cuando uno está muy metido en la historia. Lo malo, y pesa mucho, es que hay que esforzarse por ver el vampirismo. Creo que el título, que debo decir que no me gusta demasiado, intenta empujar hacia la luz, en ese sentido. Yo veo el vampirismo porque quiero verlo, pero no creo que, de haberlo leído fuera del contexto de este concurso, fuera algo que hubiera destacado de este texto.

Tras darle muchas vueltas, le doy tres estrellas.

★★★☆☆

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Ligeia
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Poblador desde: 03/12/2013
Puntos: 1152

Aparte los leves errores ya comentados (yo sí sabía que es estasis y no me chirrió en absoluto) está muy bien escrito peeero, en efecto, no veo el vampirismo por ningún lado, una relación parasitaria, en todos los sentidos, sí, pero no con el matiz creo que apropiado aquí, lo cual baja mi listón un poco, a tres estrellas:

 XXX

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L. G. Morgan
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Poblador desde: 02/08/2010
Puntos: 2674

Me ha encantado el relato, a mí me resulta más completo y redondo que el otro tuyo (y eso que me gustó). Puedo "ver" a los personajes Risa cachonda, pese a tentáculos varios y colmillos superciliares. Sin embargo he de coincidir con la mayoría: no cumple bien con el lema del concurso. Cierto que refleja el concepto de vampiro que "absorbe" la esencia vital de otro (el amado) para servir a un fin propio (la satisfacción de la amante). Pero es en un sentido demasiado sutil, lo mismo se podría decir del parásito. Entiendo el esfuerzo de un enfoque diferente, y desde luego resulta original, pero siendo tan claro el lema...

1 estrella.

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Aldous Jander
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Poblador desde: 05/05/2011
Puntos: 2167

L. G. Morgan dijo:

Entiendo el esfuerzo de un enfoque diferente, y desde luego resulta original, pero siendo tan claro el lema...

Bueno, me perdonaréis por intervenir otra vez, pero me parece importante explicaros mi punto de vista acerca de ese aspecto de las bases (espero hacerlo sin entrar a hablar de la parte en que afecta a este relato). Por favor, tened en cuenta que con esto no digo que no estéis en lo cierto y que lo ajustado o no del tema en el caso de mi relato en concreto sea discutible, ni pretendo cambiar vuestra opinión ni mucho menos. Lo que quiero es generar debate y reflexión sobre algo que me interesa más y desde antes de decidir siquiera si participaría en el certamen como autor o si lo haría solo como jurado popular.

De esto se ha hablado con anterioridad, y aunque el tema es claro creo que todos tenemos distintas nociones de lo que abarca. En realidad, el tema del concurso es vampirismo, no vampiros, y del mismo modo que un certamen sobre marxismo no tendría por qué incluir al propio Karl Marx, según lo veo yo, cualquier faceta definitoria del vampiro debería considerarse dentro de la temática sin que haya vampiros. Vampirismo: aquello que se asocia con, deviene de, está relacionado con o le es propio y característico a los vampiros. Por eso presenté ambos relatos, tanto el anterior como este, para fomentar un debate que sin embargo no estoy viendo y defender de paso mi tesis. Intervengo solo por eso, para ver si así hay más opiniones y contraopiniones sobre lo que es vampirismo y lo que no, y no para afectar en nada a vuestras valoraciones, que todas me parecen válidas, comprensibles y argumentadas. Esto del -ismo se habló en la cripta, creo, o en el post de dudas, aunque a lo mejor daba para un hilo independiente (y así no se mezcla con este). Y bueno, espero que entendáis que todo esto no lo digo por interés propio (más bien al revés, porque si me importase eso no habría enviado dos relatos que sí, rozan premeditadamente el límite y de antemano iban abocados a ser descalificados por gran parte del jurado Risa cachonda) y también que entendáis que no por decir esto voy a entrar en un debate sobre mis relatos (bastante he dicho), solo aliento el debate general porque es una de las cosas que esperaba del certamen desde la publicación de las bases. Por algo he basado en ello una parte importante de mis decisiones como jurado popular.

Me preocupa estar haciendo mal por decir esto... si alguien cree que va contra el espíritu del certamen borro el mensaje hasta que delibere el jurado.

 

P.D.: Pff qué serio todo, no me reconozco. Angus

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L. G. Morgan
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Yo creo que son escrúpulos excesivos, debatir sobre algo, que de paso afecta a tus relatos, vale, pero que representa una postura definida, me parece de lo más interesante y enriquecedor. Yo, como tú, no me he presentado a este concurso por alcanzar X puntuación (ni mucho menos, pensando en ganar), sino porque los concursos que me interesan son precisamente los de este formato: gente que opina seriamente de tu trabajo, campo para la experimentación, aprendizaje (que leyendo y criticando en serio se aprende también un huevo) y ¡discusiones! (o más elegantemente, debates Risa cachonda).

Tras este rollo... ¡vamos al lío!

Ya he dicho que he entendido cómo has plasmado el concepto de vampirismo. Pero también he dicho que, según tú lo plasmas, se solapa con otros conceptos similares, como parasitismo o explotación. En tu ejemplo: es cierto que no tendría que salir Marx pero yo no admitiría como representativo del tema algo que hable de un grupo que busca la justicia económica y el reparto equitativo, y pueda asemejarse a la social-democracia. Manejarán conceptos análogos, pero no sería representativo de los aspectos propios del marxismo, no sería definitorio del lema.

No sé si con esto explico mi postura.

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Aldous Jander
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Me alegro de que pienses así; por si acaso, mejor pasarse de escrupuloso a que alguien piense mal...

Y tu postura creo que la explicas perfectamente: no incluyes dentro del tema las analogías al vampirismo, sino solo lo que es exclusivamente definitorio de él, ¿no? Es decir: si yo tengo los ojos marrones, estos no me definen, porque otra gente los tiene. Sin embargo mis huellas dactilares, que son únicas, no solo me son propias sino que por tener carácter exclusivo me identifican.

Si es así lo comprendo y me parece de lo más válido. 

Ahora bien, también me parece que es un poco riguroso y difícil de precisar porque, ¿cuántas características del vampiro (EDITO: aquí quería decir vampirismo jeje) le son suyas y solo suyas? ¿Cuáles le son inherentes y no se solapan con las de otras criaturas o conceptos? Después de todo, mucha gente puede ver a alguien con mis rasgos físicos y decir "se parece a él, porque comparte estos rasgos definitorios", aunque esos rasgos no me sean únicos a mí, pero son (a ese efecto) reconocibles como míos.

Volviendo a Marx: el marxismo es reconocible sin necesidad de recurrir a las características concretas que lo diferencian de todas las otras escuelas de pensamiento. Tanto es así, que me atrevería a decir que estas características únicas no existen: no existe ningún planteamiento por pequeño que sea de los fundamentos del pensamiento marxista que por separado no se dé en otras escuelas precedentes o posteriores de pensamiento.

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Patapalo
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Qué complicado lo ponéis a veces Risa cachonda

A ver, el vampiro ha sido visto o reinterpretado como un parásito en muchas ocasiones. Sin embargo, no todos los parásitos son vampiros. De hecho, la dependencia de un mismo huésped chirría en algo con el concepto vampírico, que tiene también algo de plaga, ese temor al contagio y la transmisión. Esto parece más un simbionte. Al mismo tiempo, la seducción, el aspecto erótico, la promesa de poderes sobrehumanos y demás sigue ahí, reinventada de un modo muy original. En lugar de un vampiro a lo Dan Dare tenemos una cosa más curiosa e inclasificable. También está el tema de la muerte y la consunción: uno de los aspectos que no hace propiamente parásito al vampiro es que, en muchas ocasiones, termina con su víctima, la exprime hasta el final. Aquí es una incógnita si se da esto.

Y me centro tanto en la adecuación o no al tema porque en el resto de los aspectos tengo poco que decir (a excepción de incidir de nuevo en lo peliagudo de recurrir al aspecto epistolar para plasmar un relato con diálogos).

En fin, tendré que decantarme por el purismo o la transgresión. Siempre me puedo amparar en esa pregunta retórica de ¿qué querrán los lectores?

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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L. G. Morgan
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Cuesta mucho rebatirte, porque es que veo perfectamente tu punto de vista. (Y también lo has clavado con el color de ojos y las huellas para definir mi postura. Mejor que yo misma Risa cachonda).

Supongo que es una cuestión de dónde poner los límites porque, realmente, se trata de matices. Para mí algo esencial al vampiro es que "toma" de otros para sobrevivir, se alimenta de ellos de un modo u otro para seguir existiendo. En tu historia, ella no busca eso. Le somete y le explota, depende de él para su propia felicidad. Pero a la vez, no le destruye, ni siquiera le "disminuye". Es capaz de engañarle y disfrazar su mundo para que la ame.

Y eso se parece mucho más (para mí) a otros temas, como pueda ser la dependencia afectiva, el parasitismo en el sentido de crecer y desarrollarse gracias a los recursos de otro, pero también la simbiosis, en el sentido de que él también se beneficia del amor de ella y tiene una fuerte dependencia.

En tu otro relato, que aunque me gusta mucho no alcanza a este, sí veo mejor el vampirismo. Necesitan los cuerpos para sobrevivir, se meten dentro porque es la única manera que tienen de existir. Y está el tema de "especie" o comunidad. Como dice Pata, quizá sea el aspecto de plaga. Creas una naturaleza al completo, como los vampiros, no un caso específico que es, sobre todo, algo afectivo.

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Aldous Jander
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Puntos: 2167

Tenía ganas de discutir, pero hemos terminado antes de empezar Morgan Risa cachonda. Creo que nos entendemos muy bien; en efecto, lo de la temática es una cuestión de dónde ponemos el límite, y una vez tenemos esto claro y conocemos nuestras posiciones (y que hay un fuerte componente subjetivo), poco más queda por decir salvo gracias por una conversación bien chula.

En cuanto al resto, coincido en tus apreciaciones sobre lo que es el vampirismo, pero la cosa deriva hacia cómo afecta eso al relato y ya sabes que ahí prefiero no entrar.

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L. G. Morgan
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Me parece bien, ya llegará el día del destape Risa cachonda

Mientras, birras virtuales a tu salud Guiño

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Léolo
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Puntos: 2054

Debo decir que es el relato que más patidifuso me ha dejado. Aún no sé si me ha gustado o no. Desde luego, creo que es la lectura más original y puede que lúcida de todas cuantas se han aproximado al concepto de vampiro. Creo intuir una lectura subterránea de relaciones parasitarias, tóxicas, de alegoría de la soledad y de la rémora de lo cotidiano. Sin embargo, el final me ha descolocado y no acabo de verlo con claridad. Destaca el estilo, elegante y en ocasiones pomposo, que en otras circunstancias podría lastrar la ejecución, pero que aquí creo que forma parte de ese "engaño" premeditado. Es complicado dar un veredicto. Y eso, al menos, me gusta. 

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Hedrigall
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Poblador desde: 14/01/2011
Puntos: 1132

Me ha gustado mucho el relato, debido a que la historia sorprende y se desarrolla a un buen ritmo. 

Para mi gusto, la primera parte, justo hasta que el protagonista recuerda, es espectacular. El tono y el estilo (algunas erratas por ahí sueltas, no obstante) me tenían absorbido y la historia intrigado. He tenido reminiscencias del Crónicas Marcianas de Bradbury en cuanto a las sensaciones que me ha despertado; esa estampa onírica, esa belleza extraña.

Con el cierre me he desencantado; ese tono onírico y lírico desaparece y con él mi entusiasmo. Entiendo que la decisión es lógica: el tono desaparece porque el sueño termina. Pero en aras de la estética me hubiera gustado que se conservara en la narración. 

También encuentro el final incompleto, y en consecuencia, apresurado. Ninguna noticia de su mujer (viajaban juntos a Próxima Centauri), el hecho de que crea que su cometido ha finalizado (¿No lo sabe del cierto?)... No sé si el límite de palabras acechaba por ahí, pero un poco más de explicación (tampoco mucha más) ayudaría a dejarlo redondo.

La idea del parásito es muy original, más todavía en ese contexto galáctico. Pero me temo que su relación con el vampirismo es muy tenue, a mi entender; * no queda claro que en que se aprovecha el parásito de su huésped, y es más, en el sueño no hace nada para impedir que la relación simbiótica termine. Es una impresión personal mía, y lo siento porque sin este detalle le hubiera dado cuatro estrellas.

3 estrellas.

 

 

*Editado en aras de la claridad.

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jane eyre
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Poblador desde: 02/03/2009
Puntos: 10051

 Peeeeeeero ¿y el vampirismo? Ooooh

Empecé a leer y creí que iba a encontrar una relación en la que lo vampírico no apareciera físicamente, si no con ese tipo de relaciones en las que uno se aprovecha del otro y vive a su costa emocionalmente. Pero ha acabado y ni siquiera lo he encontrado reflejado en esa forma así que como que me he quedado muuuuy perdida :S Como el autor no es novato en esto de escribir, imagino que no es que no esté, es que no habré sabido entender su forma de plasmarlo.

Mi puntuación es de 1 estrella.

 

 

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jane eyre
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Poblador desde: 02/03/2009
Puntos: 10051

Vale, que conste que me leo los demás comentarios después de valorar para no condicionarme. Así que ya voy menos perdida jjajjaja

 

 

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Dersu
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Poblador desde: 26/01/2009
Puntos: 343

Me ha encantado. Estilo elegante, definidos personajes, un escenario que es más que un simple espacio y una progresión dramática bien dosificada hacia la ruptura de la ilusión. 

La forma de abordar el tema, por otra parte, es atrevida y en algunos aspectos chocante, pero no se puede negar que el uso dado a ciertos elementos es muy original.

5 estrellas.

¡No disparen, soy gente!

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Belagile
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Poblador desde: 09/12/2013
Puntos: 829

Me ha encantado el estilo, es elegante, meticuloso e incluso pomposo.

La historia que nos cuentas me parece interesante, sin embargo creo que no encaja bien con la temática del certamen. A ver, es como siempre, se sobre entiende que habla de vampiros, pero a mí me ha costado ver esa figura o alguna alusión a ella durante el relato. Eso sí que me parece estar muy forzado. Ha habido momentos que hasta me parecía que hablaba de astronautas o dioses, he llegado a pensar que iba a presentarnos al vampiro como un semi-dios. (Idas de cabeza que tengo)

(Al margen de tu relato; El problema no es solo que los lectores estamos muy mal acostumbrados a leer siempre lo mismo sobre determinado tema, si no que encima lo demandamos y no aceptamos ninguna baraja nueva... Ceja)

Me encanta la ternura y pasión con la que el narrador habla de  Elámara, nombre que, por cierto, me ha conquistado.

Siendo justa con la impresion que me ha dado el relato según lo estaba leyendo, le voy a dar 3 estrellas muy justitas.

Giny Valrís
LoscuentosdeVaho

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jane eyre
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Poblador desde: 02/03/2009
Puntos: 10051

Belagile dijo:

 El problema no es solo que los lectores estamos muy mal acostumbrados a leer siempre lo mismo sobre determinado tema, si no que encima lo demandamos y no aceptamos ninguna baraja nueva... Ceja)
 

No estoooy nada de acuerdo contigo. Creo que el lector, en general, sí que valora la originalidad.

 

 

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Belagile
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Poblador desde: 09/12/2013
Puntos: 829

jane eyre dijo:

Belagile dijo:

 El problema no es solo que los lectores estamos muy mal acostumbrados a leer siempre lo mismo sobre determinado tema, si no que encima lo demandamos y no aceptamos ninguna baraja nueva... Ceja)
 

No estoooy nada de acuerdo contigo. Creo que el lector, en general, sí que valora la originalidad.

Sí, no me refiero solo a este certamen, perdona, igual no me he explicado bien. Me refiero a los lectores en su conjunto y con todos los relatos en general. Por lo menos a mi me da esa impresión xD

Giny Valrís
LoscuentosdeVaho

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