Mi hermanita

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Watson
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Poblador desde: 11/10/2012
Puntos: 230

Mi hermanita es muy rara.

Viste y se pinta toda de negro, igual que mamá, que siempre va por ahí con esos largos vestidos oscuros.

Tiene un osito que siempre lleva consigo, y habla con él cuando cree que nadie la escucha. Suele hacerlo de noche y en tono bajo. Al principio, pensaba que ella hacía la voz de su amigo peludo; ahora… estoy seguro de que está vivo, porque una vez vi pasar su sombra ante mi puerta. Pasó en un segundo, casi sin hacer ruido; pero apostaría mi colección de cromos a que era él. Por supuesto, intenté que hablase conmigo un día que me encontraba solo en la casa. No sirvió de nada: ni siquiera reaccionó después de clavarle una chincheta en el ojo. Muerto total. O eso quiere hacerme creer, el listillo, que está muerto total. Yo sé que es mentira.

Además del osito, en su cuarto hay un montón de juguetes porque mi padre se lo consiente todo; creo que le ha hecho algo raro. ¿Me habrá hecho algo también a mí? Ayer mismo, sin ir más lejos, se libró de comer brócoli gracias a una cucaracha que apareció en el plato. Fue extraño, pues nunca había visto cucarachas en la casa, y nunca volví a ver otra; sin embargo, ahí estaba, correteando con sus patitas sobre la porcelana. Qué asco.

Y lo anterior son boberías comparado con sus últimas travesuras. Menudo embrollo montó meses atrás, uno tan grande que nos obligó a mudarnos. Ocurrió rápido, muy rápido. Fue en el colegio, por la tarde. Había un chico que siempre la molestaba, tirándole de sus trenzas cada vez que la encontraba en el recreo; apareció desmayado y lleno de picaduras, picaduras de tarántula, creo que dijeron. Tarántulas… Recuerdo haber visto un documental de esos bichos en la televisión… con mi hermanita, que parecía estar encantada viendo cómo cazaban ratones. Sí que es rara, la niña. Ojalá fuese igual que las otras, ésas que sólo saltan a la comba, ríen, juegan a rayuela y se asustan con las arañas.

Mudarnos fue un desastre para mí, porque tuve que dejar a mis amigos; pero lo que ha pasado hoy… Mi padre, después de enterarse y quedarse blanco como la nieve, hizo que toda la familia entrase en el coche y pisó el acelerador, dejando otro pueblo atrás.

Mamá se lo dejó claro después de la mudanza: «No hagas nada que nos ponga en evidencia, hija, que es difícil empezar de nuevo». Entre mamá y ella hay una fuerte amistad, y creo que esconden secretos. Aunque no me gustan los secretos, poco puedo hacer para descubrirlos, porque son cuidadosas y no suelen dejar nada suyo a mi alcance, como esos libros raros que no me dejan tocar. Una vez encontré uno abierto encima de la mesa y vi dibujos rojos en las páginas: caras feísimas con cuernos. También había un texto rojo escrito en un idioma desconocido para mí; así que perdí rápido el interés. ¿Cómo pueden leer esas cosas? Vaya aburrimiento.

Pues mi hermanita estaba advertida de sobra y dio igual: volvió a armar un buen lío, a escandalizar, porque las hijas de nuestros vecinos, dos gemelas presumidas, le gastaron una broma pesada en el parque. Me encanta el parque: allí se juega a la pelota cada día, un partido constante, y cualquiera puede unirse si hace falta un jugador más, lo cual es algo que suele suceder con frecuencia. Mi hermanita me acompaña cuando voy, y mientras yo juego, ella se sienta en un banco y lee; no los libros extraños, por supuesto, sino esas novelas con espadas y reyes. A mí no me gustan. Tampoco me gusta que se ponga a leer en público: llama la atención que una niña tan pequeña haga eso en vez de peinar muñecas o ponis.

Las gemelas estaban columpiándose y chupeteando un helado, ya que hacía un calor espantoso. Yo sudaba a chorros en medio del partido, con ganas de terminar para refrescarme con el agua de la fuente. Nada indicaba que pasaría algo terrible; pero a las gemelas, en cuanto se les acabó el helado, no se les ocurrió nada mejor que quitarle la novela a mi hermanita y reírse de ella. Supongo que pensaron algo así: «Como somos más altas y mayores, y llevamos más tiempo viviendo en este sitio, tenemos el derecho de fastidiar a la cría sabihonda». Lo que no sabían es que esa novela, precisamente ésa, era un regalo que le dio la abuela antes de morir; incluso tenía una dedicatoria, «A mi amada nieta. Para que me recuerdes», que las gemelas leyeron en voz alta con un tono de burla.

Mi hermanita infló los morros, gesto extrañísimo en ella, alargó una mano y esperó. Si las gemelas creían que iba a suplicar por el libro, lo llevaban claro. Yo estaba asustado por lo que pudiese ocurrir, así que intenté llegar hasta ellas para quitarles el dichoso libro; pero fue tarde: las gemelas, aún sonrientes, arrancaron un montón de páginas y las tiraron por el aire. En cuanto vi eso, me detuve en seco; poco podía hacer ya.

Esas dos niñas eran tontas de remate, y por tontas iba a pasarles lo que les iba a pasar: a una de ellas, la que sostenía el libro, le empezó a crecer una joroba en la espalda. Parecía un globo que se inflaba lentamente, hinchándole la ropa. Supongo que eso le debió de doler bastante, ya que se cayó de rodillas y chilló mientras se llevaba las manos al bulto. Pobrecilla, no creo que mereciese un castigo tan bestia aunque se lo buscase. Podría haberle dicho a mi hermanita que se detuviese, que se estaba pasando. Si no lo hice, es porque no hubiese servido para nada. La conocía de sobra.

En pocos segundos, la joroba le rasgó la ropa y salió a la luz. Era negra, brillante, era asquerosa. De ella salieron cuatro alas de bicho; recordé las libélulas que a veces yo perseguía en el jardín. En ese momento pensé que podría ser un regalo, la imaginé volando con aquellas alas. Qué bobo fui: después de lo que había hecho, ¿cómo iba a ser un regalo? Ni en broma. El castigo siguió: sus ojos se cayeron al suelo, uno tras otro, chof, chof, y fueron sustituidos por otros de mosca, o al menos a mí me parecieron de mosca. Esto atrajo público, por supuesto. Se había formado un círculo de gente, la mayoría niños, que la miraba con una mezcla de interés y grima. Cuando me di cuenta del peligro que corría mi hermanita, sentí un intenso deseo de llevármela, una voz me gritaba que la sacase de allí. Y eso es lo que intenté hacer… antes de que ella me lanzase una mirada de advertencia. Conocía esa mirada, vaya que sí. Significaba que debía quedarme lejos o me pasaría algo muy, muy malo, como esa vez que, sin saber por qué, tragué varios gusanos de tierra.

La piel de aquella niña se volvió negra por completo, y luego le salió un montón de pelo en su cuerpo. A partir de ahí, se volvió más y más pequeña hasta ser del tamaño de un puño. La otra gemela, la que veía de cerca el cambio, tenía una cara de susto impresionante, lloraba y le temblaban las piernas. Eso sí, ni gritó, ni vomitó, ni se lo hizo encima, como algunos espectadores. No sabía lo que le esperaba: mi hermanita, que estaba enfadadísima, hizo que cogiese al bicho y le diese un bocado; creo que nunca olvidaré la masa oscura que le ensució los labios, mezclándose con lágrimas y mocos. ¡Y de qué manera se retorcía el bicho malherido! Qué horror.

Al notar que los espectadores aumentaban, no pude resistirlo: cogí a mi hermanita por la cintura y, levantándola con fuerza, la saqué del parque. Afortunadamente, no me siguió nadie porque debían estar demasiado asustados; supongo que necesitaban un rato para recuperarse. Mientras nosotros escapábamos, esa voz que me machacaba el cerebro se volvió insoportable: «¡Vuelve a casa!», gritaba y gritaba.

Y hala, a huir en coche otra vez. Mi hermanita va sentada atrás, conmigo, y apoya su cabeza en mi pecho; yo se la acaricio con suavidad.

Sí, mi hermanita es muy rara, y sé que debería darme miedo; pero la quiero, la quiero muchísimo. Cada vez que me mira la quiero más.

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Belagile
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Poblador desde: 09/12/2013
Puntos: 829

Veo que soy la primera :)

Este relato en concreto me ha llamado la atención por el estilo del narrador: me parece buena idea que esté contado desde el punto de vista de un niño cercano a la pequeña bruja. Sin embargo, esa idea presenta algunos "peros" que no me terminan de convencer. Da la sensación de que no llegas a delimitar la información que tiene el niño a cerca de su hermana y la relación que existe entre ambos. Al comienzo parece que él es menor que ella y juegas con esa inocencia infantil para explicar los tejes y manejes de las brujas en la familia. Eso está bien. Pero, ya llegados al final, cuando suceden todos esos desastres, parece que el niño deja de sentir curiosidad y reacciona de manera normal a todo ello, como si ya supiese la verdad. ¿Me explico? Y eso podría suceder perfectamente, pero no explicas el proceso.

Ese es el mayor fallo que le veo al texto. Además del cambio de tono narrativo que va ligado con lo anterior; unas veces parece ser un niño de seis años (aproximadamente) el que habla, y otras un hombrecito de once o doce. Tampoco queda claro la edad de la protagonista.

Son detalles insignificantes para la historia pero, en mi opinión, creo que deberían estar mejor marcados si quieres que tenga efecto jugar con el punto de vista infantil, la imagen de la bruja mostrada en pequeñas dosis, etc.

Por otra parte, la historia en sí me parece original, no demasiado trabajada, eso sí, y tampoco cuentas nada nuevo, pero orginial. También es verdad que me habría gustado saber más detalles sobre la vida de esa familia. Da la sensación de que intentas profundizar pero tu niño narrador te lo impide y de ahí esa falta de coherencia que te comentaba antes. Con unos días de reposo y una corrección final habría quedado muchísimo mejor.

En cuanto a ortografía y demás tengo poco que decir. Está bien escrito aunque el final me parece un poco flojo con referencia al planteamiento inicial y el misterio que envuelve a la muchacha. Creo que la narración en primera perspectiva se te da bastante bien y sabes encontrar el tono infantil para relatar historias.

Te doy ★★☆☆☆ y te animo a valorar los otros relatos. Se aprende muchísimo y a todos nos gusta conocer las opiniones de los compañeros. Para eso participamos ;)

Un saludo

Giny Valrís
LoscuentosdeVaho

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Patapalo
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Poblador desde: 25/01/2009
Puntos: 208859

Relato admitido a concurso.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Sanbes
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Poblador desde: 16/10/2013
Puntos: 1273

Mi hermanita parece más una anecdota que un relato. O una parte concreta de un relato.

Ahora bien, se disfruta, y mucho. Está bien escrito, y el momento gore de la transformación es muy bueno.

A mí personalmente me ha dejado con ganas de más. Quizá es porque me gustan más esas historias que tienen un principio, nudo y desenlace. Y aquí todo esto se concentra en el momento de la niña leyendo el libro. Todo lo demás es para meternos en matería y darnos a conocer quien es esa niña, y porqué puede hacer eso.

Aunque se disfrute de la narración, carece de originalidad, de ese algo nuevo en la historia de brujas. Quizá su originalidad radica en el punto de vista del hermano desde el cual conocemos los hechos.

En definitiva, he disfrutado, las cosas como son, pero he echado en falta esas cosas que digo. Un poco más de trama, y un toque más de originalidad.

Mi puntuación es de 3 puntos.

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Lord_Ruthven
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Poblador desde: 28/06/2013
Puntos: 929

El relato me ha gustado, la narración usando una voz infantil me gusta. Puede que alguien piensa que eso solo sirve para escribir cuentos de niños, yo personalmente no opino así.

Coincido con lo que ha señalado Belagile sobre que parece que la edad del niño va aumentando y que en unos momentos parece saber más que otros. La edad de la niña tampoco me queda clara...al principio habla con un peluche y luego lee libros de fantasía... 

Tampoco me queda muy claro porque el padre está casado con una bruja y no le importa. Supongo además que restringes los poderes “brujeriles” a las mujeres, pues ni niño ni padre parecen poseerlos... no me parece mal pero desde luego pinta una familia muy peculiar 

Me gusta del principio la imagen del osito vivo que habla y anda... echo en falta que no lo vuelvas a mencionar en la historia... ¡tiene un punto macabro genial!

En definitiva le veo algún fallo técnico y artísticamente podría ser más "redondo". Desde el punto de vista formal es correcto pero me ha llamado la atención un "sabihondo". No es incorrecto, lo he comprobado, pero la palabra originaria es sabiondo... yo la prefiero.

Tras dudar entre dos y tres...

dos estrellas enlightenedenlightened

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Watson
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Poblador desde: 11/10/2012
Puntos: 230

Lord_Ruthven dijo:

Tampoco me queda muy claro porque el padre está casado con una bruja y no le importa. Supongo además que restringes los poderes “brujeriles” a las mujeres, pues ni niño ni padre parecen poseerlos... no me parece mal pero desde luego pinta una familia muy peculiar

Por el mismo motivo que al prota no le importa demasiado tener una hermana así.

Gracias por leerlo. En éste intenté dejar que el lector deduzca algunas cosas. Las explicaría, pero el relato ha de explicarse por sí solo. Si no lo hace, lo consideraré un fracaso absoluto xD.

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L. G. Morgan
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Poblador desde: 02/08/2010
Puntos: 2674

Muy original la forma de construir este relato. El niño habla a su ritmo y a su manera, como haría un niño de verdad, y no obstante nos lo cuenta todo. Va aportando información para hacernos conocer cómo es la naturaleza de su familia y, sobre todo, de su hermana.

Yo veo clara la transformación del niño, la hermana lo ha embrujado, como dice que ha hecho con el padre y como se supone uno que la madre lo habrá hecho también. La función de los hombres en esa familia parece ser la de protectores, pero las que "cardan la lana" son la madre y la hija XD

Sin embargo, igual que han señalado los compañeros, pese a aceptar que el habla de un niño no tiene que ser lineal ni regirse por un discurso ordenado y siempre coherente, el conjunto no queda redondo. Es en parte por las confusiones de tiempos verbales (ej. "Si no lo hice, es porque no hubiese servido para nada. La conocía de sobra". En mi opinión debería ser "la conozco", porque cuando el relato acaba el niño sigue con la hermana, no ha desaparecido. Y se supone que nos cuenta ahora, en el presente, lo acontecido en el pasado), que hace que no sepamos bien qué cosa fue antes y qué después. Y también están los detalles apuntados de las edades de los niños, más infantiles o menos según el momento.

★★☆☆☆

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Watson
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Poblador desde: 11/10/2012
Puntos: 230

L. G. Morgan dijo:

Muy original la forma de construir este relato. El niño habla a su ritmo y a su manera, como haría un niño de verdad, y no obstante nos lo cuenta todo. Va aportando información para hacernos conocer cómo es la naturaleza de su familia y, sobre todo, de su hermana.

Yo veo clara la transformación del niño, la hermana lo ha embrujado, como dice que ha hecho con el padre y como se supone uno que la madre lo habrá hecho también. La función de los hombres en esa familia parece ser la de protectores, pero las que "cardan la lana" son la madre y la hija XD

¡Yes! Veo que se puede deducir lo que quise dar a entender. Sobre los tiempos... pues sí, es un error. Supongo que ha sido porque estaba escribiendo otro relato con un estilo diferente, más convencional, y me hice un lío; debería haber repasado más éste.

Estoy muy decepcionado: no conseguí perturbar a nadie, y a Sanbes hasta le gusta la parte gore surprise. A ver si las correcciones de mi novela me dan un respiro y puedo escribir otro que os escandalizará. xD

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Uriel
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Poblador desde: 21/11/2014
Puntos: 76

Mi hermanita

Es un micro entretenido, que se lee con facilidad. Me pasa algo curioso con este relato,  y es que, por momentos, el hermano narra los acontecimientos como si fueran boberías,  y en otros, sin embargo,  le resultan espeluznantes. No tiene una actitud concreta ante los acontecimientos. Del mismo modo en que a veces le resultan extraordinarios determinados sucesos,  y otras las asimila con absoluta normalidad. El conjunto hace que pierda fuelle la historia. Del mismo modo, me da la sensación de que, así como la fechorías de la hermana son bastante ingeniosas (está curiosa esa mutación a mosca) las consecuencias resultan poco creíbles, en concreto por el el hecho de que el resto de la familia se limite a cambiar de ciudad cada vez que la niña la lía, siendo la madre también bruja. Me gusta ese final abierto que te deja pensando las razones por la que ese niño quiere tanto a su hermana. Supongo que por las mismas razones por las que su padre cede a su voluntad. En conclusión, que he echado de menos un hilo conductor más perfilado para que fuera un texto menos ligero y más contundente. 

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jane eyre
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Poblador desde: 02/03/2009
Puntos: 10051

Más que historia, me ha dado la sensación de un par de escenas o un resumen atropellado de algo más que no se nos muestra.

El tono del relato no está conseguido del todo porque, si bien hay tramos en los que logramos ver al niño que lo cuenta, hay otras frases en que se escapa totalmente y el resultado es un intento que no acaba de verse infantil como debiera. Como por ejemplo: “Esto atrajo público, por supuesto. Se había formado un círculo de gente, la mayoría niños, que la miraba con una mezcla de interés y grima. Cuando me di cuenta del peligro que corría mi hermanita, sentí un intenso deseo de llevármela, una voz me gritaba que la sacase de allí.”

 

Mi puntuación es de 2 estrella

 

 

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Hedrigall
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Poblador desde: 14/01/2011
Puntos: 1132

El tono infantil sienta bien en general, aunque carece de uniformidad; por momentos parece un niño chico, en otros alguién más crecido, con más vocabulario. La historia en sí me parece floja, apenas una excusa para enmarcar la escena del parque; en este sentido el personaje del pequeño es casi irrelevante, un hilo conductor que bien podría ser sustituido por una voz narradora sin que apenas se notara el cambio. Dicho esto, está bien escrito, el punto de vista me parece original y la historia una anécdota disfrutable.

 

3 estrellas

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salino
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Poblador desde: 22/05/2012
Puntos: 347

Hola, Watson. Una historia increíble, enhorabuena.

Creo que los compañeros han dado en el clavo con el tema de la edad borrosa del narrador y de la protagonista. Sé que es muy difícil usar un narrador infantil, hay que hacer un entrenamiento previo: escuchar a los niños, estudiar las estructuras de sus frases y hacer regresión con nuestras experiencias infantiles para darle realismo. Un trabajo que se ve compensado.

La historia que narras es más bien una escena. Presentas los personajes y nos marcas esa magnífica escena del parque, quedándo un relato circunstancial, falto de muchas explicaciones.

Se nota que pides al lector que ate cabos sueltos, y  es una forma maravillosa de hacer literatura, pero hay que dar más información sobre la relación de los personajes de los padres y su entorno, según mi opinión.

Entiendo lo de las mujeres de la familia, la supremacía de ellas sobre el padre y el hermano, pero no sé el porqué.

El narrador tampoco realiza ninguna acción que dirija la trama, que la haga real, solo saca a la hermana del parque actuando bajo las órdenes de esa voz ilusoria. Bien podría ser un narrador ajeno a la historia, excepto por esa frase final.

La historia entra de lleno en el tema, está bien narrada, pero los personajes son un poco planos. Incluso el narrador, como ya te comentan, no se define. No tiene un objetivo claro hasta el final y se vuelve un mero escaparate de la escena final.

Eso sí, es una idea muy original y bien planteada: un niño que narra según su perspectiva los hechizos de su hermana bruja. Si hubieras apoyado más ese giro de tuerca que das al final sobre la influencia de la hermana sobre el niño sería un relato de aúpa, pero queda bastante flojo. Deberías, según mi opinión, haber preparado un clímax antes de resolver el relato, alguna interacción con el narrador. Hacernos ver que hay una lucha, una tensión, en no obedecer a su hermana y que luego salga un desenlace de dicha lucha… No sé, es solo mi impresión.

De todas formas, me ha gustado bastante la perspectiva y está escrito de manera correcta, dentro de la temática.

Mi puntuación es para un relato dentro de lo correcto para el certamen, pero que no me satisface como lector. Gracias por compartirlo

★★★☆☆

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Ligeia
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Poblador desde: 03/12/2013
Puntos: 1152

Muy bien escrito, aunque con esas leves incoherencias ya comentadas.

Tres estrellas:

***

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Ligeia
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Poblador desde: 03/12/2013
Puntos: 1152

Muy bien escrito, aunque con esas leves incoherencias ya comentadas.

Tres estrellas:

***

Imagen de Easton
Easton
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Poblador desde: 06/11/2011
Puntos: 416

La narración desde el punto de vista de un niño le da un gran toque de originalidad a la historia, pero a la vez la hace una historia infantil. Suceden cosas horribles, pero no se llega a inquietar al lector.

El tono está bien conseguido, me creo que la historia la cuente un niño. Pero justo ese tono es también lo que le resta ya que, personalmente, no me termina de llegar.

Al osito de la hermana, que es el que lleva la tensión al principio de la historia, se le podría haber sacado más partido, pues de repente deja de aparecer sin más.
Por lo demás, la escena final en la que el niño dice querer a su hermana, me ha gustado como elemento que responde a la pregunta del propio narrador “¿Me habrá hecho algo también a mí?”
2 estrellas

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Patapalo
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Poblador desde: 25/01/2009
Puntos: 208859

Me gusta mucho el concepto y algunos momentos, como el cierre de la historia. Creo que encierran mucha fuerza y funcionan muy bien. Por el contrario, creo que, como te han señalado otros lectores, la voz del narrador no funciona. No resulta creíble. Creo que es tanto una cuestión de vocabulario ("por supuesto" en vez de "claro", por ejemplo) como de perspectiva en la narración. En cuanto a lo que se deja entrever, está perfecto, pero hay algo en el modo de exponer la historia que "no cuela".

En cualquier caso, muy entretenido.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Invierno
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Poblador desde: 21/09/2010
Puntos: 903

Me parece un relato que va a más, que no parece gran cosa al principio pero que va ganando peso a medida que aumenta esa tensión tan estupendamente creada. Justo antes de la escena en la que se anticipa la venganza contra las gemelas tenía un pellizco en el estómago, y luego dicha escena no decepciona. Quizás aún podría estar un poco más pulido ese resultado, como por ejemplo con la voz que se ha elegido para narrar y que encuentro algo titubeante. En cualquier caso, me parece una idea interesante y bien ejecutada.

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JFB
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Poblador desde: 05/03/2012
Puntos: 125

El narrador infantil va contando la historia a su ritmo y a su modo, pero no mantiene el mismo tono durante todo el cuento. Se puede perdonar que nos deje con tantas preguntas  en la boca, pero no esos extraños cambios en la narración, a veces haciendo uso de un lenguaje propio de un niño de seis años, a veces como si tuviese el doble de edad. 

El osito nos introduce en el cuento, luego vienen los libros oscuros y los secretos entre madre y hermana. Lo que no me termina de convencer es el escenario en el cual se desarrolla la parte final. Parque, calor, gemelas odiosas... la hermana de nuestro amigo, leyendo un libro de magia sentada en el banco y tan tranquila, y un castigo descomunal a la par que extraño. No sé, tal vez... yo me hubiese decantado por alguien que es premeditadamente malo (me imagino alguien queriendo secuestrar a la niña o a su hermano en el parque), y que se encuentra sin querer con la horma de su zapato. Ahí el castigo ejemplar sería hasta deseado.

Sea como fuere, cuento entretenido y aceptablemente bien llevado a cabo.

Mi nota:2

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Bestia insana
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Poblador desde: 02/05/2013
Puntos: 1928

Otro de los relatos que me leí nada más ser colgados (guardo buen recuerdo de otro cuento de Watson publicado por aquí) y me dejé sin comentar. Este no acabó de salirle bien, pero me quedo con esa potente escena final en el parque

2.5 estrellas

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Uriel
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Poblador desde: 21/11/2014
Puntos: 76

Uriel dijo:

Mi hermanita

Es un micro entretenido, que se lee con facilidad. Me pasa algo curioso con este relato,  y es que, por momentos, el hermano narra los acontecimientos como si fueran boberías,  y en otros, sin embargo,  le resultan espeluznantes. No tiene una actitud concreta ante los acontecimientos. Del mismo modo en que a veces le resultan extraordinarios determinados sucesos,  y otras las asimila con absoluta normalidad. El conjunto hace que pierda fuelle la historia. Del mismo modo, me da la sensación de que, así como la fechorías de la hermana son bastante ingeniosas (está curiosa esas mutación a mosca) las consecuencias resultan poco creíbles, en concreto por el el hecho de que el resto de la familia se limite a cambiar de ciudad cada vez que la niña la lía, siendo la madre también bruja. Me gusta ese final abierto que te deja pensando las razones por la que ese niño quiere tanto a su hermana. Supongo que por las mismas razones por las que su padre cede a su voluntad. En conclusión, que he echado de menos un hilo conductor más perfilado para que fuera un texto menos ligero y más contundente. 

2,5 estrellas

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