Cómo conocí a vuestra madre

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Lord_Ruthven
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Queridos hijos:

Os escribo este e mail para contaros algo de lo que no os he hablado nunca: Cómo conocí a vuestra madre.

Si hasta ahora he guardado silencio es porque, sencillamente, no pensé que fue una cosa que pudiera interesaros, algo que tuviera la más mínima importancia. La gente simplemente se conoce, se gusta y se casa. Pero una cosa que os contaré más tarde ha hecho que vea necesario contaros la historia de vuestra madre y mía.

Todo comenzó hace treinta años. Yo por aquel entonces tenía 26 años y llevaba toda la vida saliendo con la misma chica: Valeria. (Bueno toda la vida, ya me entendéis. Comenzamos a salir con apenas quince años) Hasta entonces había sido mi primera y única novia. Yo había terminado derecho hacía un par de años y ahora trabajaba en un despacho de abogados en el que me coloco un amigo de vuestro abuelo. Valeria por su parte era economista y trabajaba en el departamento de tesorería de una gran empresa. Ambos teníamos un buen futuro, éramos jóvenes, guapos y nos queríamos. Quería a Valeria como no había querido a nadie en el mundo. Y de hecho hoy, sobre todo después de lo que he descubierto, puedo decir que es única mujer a la que realmente he amado. Supongo que os sorprenderá y os dolerá oír esto, todo hijo espera que su madre sea la mujer ideal para su padre y viceversa. Todos pensamos que no nuestros padres están por encima de todo y que entre ellos el amor reina como si de una pareja de cuento se tratase. No es así. Seguid leyendo y lo entenderéis.

Pero como os iba diciendo, mi vida hace treinta años era perfecta. Pero algo cambió de pronto. Todo empezó con un pequeño hecho baladí, uno de esos pequeños infortunios a los que no damos la mayor importancia por el simple hecho de que no la merecen.

A Valeria le salió un quiste detrás de la oreja. No era nada grave pero convenía operarlo. Valeria tenía seguro médico privado y nos atendieron rápido y sin listas de espera. Era una cosa simple, solo requería anestesia local y un par de puntos. No obstante ingresamos en el hospital varias horas antes de la operación. Era una forma de que el paciente se acostumbrase a su entorno y no tuviese miedo. En ese tiempo conocería al equipo médico y cuando llegase la hora fijada la operarían. Tras salir del quirófano estaría un rato descansando y podríamos volverá a casa.

Mientras esperábamos a que llegara la hora apareció una enfermera para tomar la tensión a Valeria. Salí de la habitación para dejarla hacer su trabajo y, para que tras salir la enfermera, Valeria y su madre estuvieran un rato juntas y solas; la operación no era nada, pero ya sabéis como son las madres. Al salir de la habitación la enfermera me habló:

—Hola. ¿Estás nervioso?

La enfermera, en la que hasta el momento no me había fijado, era una chica alta, de tez algo morena y un bonito acento cubano. Sus ojos estaban fijados en los míos. En ese momento no podía mirar otra cosa que no fuesen sus ojos y la mirada cálida y comprensiva que de ellos emanaba.

—Sí, un poco. Dicen que no es nada... pero ya sabes…

—Te entiendo. Es normal que estés preocupado. Pero no te inquietes el doctor sabe lo que hace y la operación es sencilla.

—Lo sé…pero…

—Oye, tengo un rato libre. Voy a bajar a fumar y a por un café de máquina. Acompáñame y así te distraes un poco.

Me sorprendió que la enfermera me propusiese acompañarla a tomar un café, pero me pareció buena idea. Me estaba preocupando en exceso y no merecía la pena… además, su mirada me inspiraba confianza. Acepté

—Por cierto me llamo Diego

—Yo soy Yanet

No recuerdo esa conversación, hace demasiados años. Sólo sé que fue agradable y que me costaba apartar la mirada de esos ojos color miel. Tras acabar el café subí a la habitación. Faltaban sólo unos minutos para que metieran a Valeria a quirófano, me despedí de ella y se la llevaron.

Estaba nervioso, histérico, enfadado. La operación no debía durar más de tres cuartos de hora y hacía ya dos horas y media que a Valeria se la habían llevado al quirófano. El médico apareció por el pasillo. Tenía un andar peculiar, como el que tienen las personas que se esfuerzan en parecer tranquilas. No hizo falta que abriese la boca, su rostro reflejaba que era portador de malas noticias. Valeria había sufrido un shock anafiláctico como consecuencia de una alergia a la anestesia; se encontraba en coma.

El efecto que me produjo semejante noticia no creo que os lo podáis llegar realmente a imaginar. Pero sí adivinareis que fue de todo menos agradable, probablemente haya sido uno de los peores momentos de mi vida. Desde ese instante no me separe ni un momento de la cama de Valeria, y si no hubiera sido por la compañía de vuestra madre, no sé cómo lo hubiera sobrellevado. Sí, porque como habéis supuesto, hijos, esa enfermera es vuestra madre… Era fácil de adivinar, no hay muchas Yanet. El caso es que tras tres meses de agónica lucha Valeria murió. Al marcharme de allí, Yanet se despidió con cariño de mí y me dio su teléfono por si necesitaba hablar con alguien. Al principio me resistí a hacerlo, no me parecía correcto llamar a la enfermera… pero cada día que pasaba más me daba cuenta que día tras día me había acostumbrado a esa mirada hipnótica, a esa cálida voz, a la dulzura de sus palabras. Y es que después de tres meses Yanet era parte de mi vida, se había ido haciendo parte de ella con la misma suavidad que Valeria retrocedía de la misma.

Por fin me decidí a llamarla y poco a poco comenzamos a salir. Me sentí algo culpable al principio pero tenía derecho a rehacer mi vida. Además ¿quién sabe? A lo mejor todo era una decisión del destino que había propiciado que Yanet entrara en mi vida de una forma tan trágica. El caso es que yo cada día estaba más enamorado. Era un enamoramiento como nunca lo había sentido antes, quizá incluso enfermizo. No sabía vivir sin Yanet, necesitaba hablar con ella cada día, verla. Era incapaz de mirar a otra mujer, no ya con deseo, sino tampoco de admirar su belleza. Únicamente tenía ojos para vuestra madre. Que pudiera dejarme, cansarse de mí, era mi mayor temor. Me esforzaba día a día en seducirla, en enamorarla, la colmaba de regalos y atenciones. Afortunadamente Yanet me correspondía. Tanto era nuestro amor y nuestra felicidad, que al poco de comenzar a salir nuestra relación iba tan en serio que comenzábamos a hablar de boda a no muy largo plazo. Pero antes de dar el paso debía de presentarle mi novia a vuestro abuelo; era lo correcto.

Temía su reacción, vuestro abuelo era de por sí un poco racista y tenía especial inquina a los cubanos; no en balde su padre había muerto en la batalla de Santiago de Cuba. No obstante no estaba dispuesto a  que ningún estúpido prejuicio paterno me impidiera consumar mi felicidad contrayendo matrimonio con Yanet. Así pues, yo y vuestra madre fuimos a comer a casa de vuestro abuelo. La comida comenzó tensa para ir empeorando por momentos, vuestro abuelo llamó de todo a vuestra madre y poco menos que nos echó de su casa y juro oponerse a ese matrimonio con todas sus fuerzas. Yanet estaba destrozada, y casi al borde llanto la dejé en su casa. Insistí en quedarme para hacerla compañía pero me aseguró en que prefería estar sola. Temía que me abandonase por culpa de la tozudez de vuestro abuelo, que prefiriera alejarse de mí antes que destrozar una familia o vivir enfrentada a un suegro que no la quería ver ni en pintura. En ese momento debo de decir que odiaba a vuestro abuelo, y eso que siempre había tenido una excelente relación con mi padre. Nunca me he arrepentido tanto de odiar a nadie como aquel día. Apenas dos horas después me llamaron del hospital; vuestro abuelo había muerto de un infarto.

Me sentía culpable, sí. Pero por otro lado aliviado de que ya nada se opusiera a mi relación con vuestra madre, tal era el amor que sentía. Además, si se había alterado tanto por conocer a una persona de otro país el único responsable de sus prejuicios era él. O eso pensé en aquellos días. El caso es que, absorto por vuestra madre, nos casamos lo antes posible.

El resto de la historia más o menos la conocéis. Fueron año de feliz matrimonio en los que nacisteis y crecisteis vosotros dos. Aunque en realidad no fueron siempre tan felices. Sé que vuestra madre al poco se cansó de mí, que me engañaba con otros hombres. Al principio, despechado, se me pasó por la cabeza pagarla con la misma moneda y acostarme con otra cualquiera. Recuerdo que salí dispuesto a ir un burdel de lujo a darme un buen homenaje. De camino al lupanar tuve aquel accidente que recordareis, el de la maceta que cayó de un balcón rompiéndome el hombro. Pensé que me lo tenía merecido, que era el karma el que me había impedido cometer una traición. Por un tiempo esos turbios pensamientos se esfumaron de mi cabeza. Pero no por ello la situación mejoraba. Sabía que vuestra madre me seguía engañando. Recibía extrañas llamadas que no se esforzaba demasiado en disimular. Y cada vez era más fría, más distante. En nuestra relación había cordialidad, pero no amor. Aun así aguanté hasta que pasasteis la adolescencia. Entonces me decidí a pedir el divorcio, incluso hablé con un abogado. Estaba punto de iniciar los trámites cuando sufrí el infarto. Lo atribuí a los nervios, a la tensión del momento. Y vuestra madre, como buena enfermera me cuido todo lo que pudo. Llegué a la conclusión de que era mejor dejarlo estar, que el matrimonio debía ser eso. Primero amor, y luego una indiferencia, un cariño como mucho, leal y abnegada.

Como sabéis hace cosa de una semana vuestra madre fue a Cuba a visitar a vuestra abuela: poco debe quedarle de vida a esa anciana. En mi soledad me he puesto a revisar facturas, papeles y a hacer limpieza de cosas inútiles. En medio del trajín he encontrado una pequeña carpeta oculta tras una vieja enciclopedia. Intrigado la he abierto: contenía el contrato de alquiler de un trastero a nombre de vuestra madre y los recibos de pago de la mensualidad. Nunca había oído hablar a vuestra madre de ese trastero. No he podido resistirme y he ido a verlo.

Al abrir la puerta del pequeño cuartucho mi sorpresa ha sido mayúscula: sobre una mesa cubierta con tela blanca había una extraña figura; un ídolo de gran cabeza. A su alrededor pequeñas figurillas y estampitas de santos. El resto de la mesa estaba ocupado por un plato manchado de sangre y plumas de ave, y por restos de cera y velas. A los pies del altar había un muñeco con una fotografía mía por cara un mecho de pelo en la cabeza. Tenía un alfiler en el corazón y otro y en el hombro. A su lado un muñeco de vuestro abuelo estaba atravesado por un clavo a la altura del pecho. En el interior de una caja de zapatos, a modo de ataúd, reposaba un monigote con una pulsera que reconocí como la que Valeria siempre llevaba puesta.

Ahora entiendo todo, ahora entiendo que mi vida ha sido una farsa, que he sido la marioneta de vuestra madre. Y que ésta no ha dudado en matar o herir para cumplir sus propósitos. Pero hay algo más terrible aún hijos míos, sobre el altar, de momentos intactos, descansaban dos muñecos con vuestro rostro. Sé que mañana regresa vuestra madre. Espero que no sospeche nada, espero tener éxito en mi propósito, si es así mañana enterrareis a vuestros padres.

Adiós hijos, espero que sepáis perdonarme.

 

Os quiere: Papá

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Belagile
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Poblador desde: 09/12/2013
Puntos: 829

Un relato epistolar, sencillo y sin demasiados sobresaltos. No ocurre nada que no podamos preveer desde el principio. El título, a pesar de encajar con el argumento, me parece poco acertado para este concurso, porque nos obliga a recordar esa escena del salón con Ted Mosby y sus dos hijos, lo cual hace que el aura de terror que podía presentar la última escena del trastero se esfume por completo. He encontrado algunas erratas en el texto: comas que faltan, tildes y alguna palabra que se ha colado como resquicio de una frase ya borrada. En cuanto al argumento, me parece poco original, debo reconocerlo, pero a pesar de ello, el autor ha sabido conducir bien los acontecimientos hasta llegar al desenlace. Dibujando, mientras tanto, la imagen de la madre con las correctas pinceladas para que el lector sospeche de sus intenciones y de que todas las desgracias eran obra suya. Sin embargo, creo que faltan más descripciones y, como digo, tensión, mucha tensión; sobre todo en el final, que queda algo precipitado y nada sorprendente.

Le doy ★★☆☆☆

Giny Valrís
LoscuentosdeVaho

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L. G. Morgan
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Poblador desde: 02/08/2010
Puntos: 2674

Bueno, la historia de fondo me gusta. No hace falta que sea original, para mí funciona muy bien ese trazo de brujería (con algo de santería y como parte del folkclore de un sitio, lo que para mí lo hace más real) en el caso concreto de una vida como la de esta familia.

El problema lo encuentro en la forma de contar la historia (erratas aparte, que ya ha señalado Bela). Puede que se deba a algunos pasajes que hacen parecer a los personajes un poco de "plástico", que no te los crees. Eran jóvenes, guapos y se querían. Es como demasiado prototípico. Igual que sus vidas.

Y otra cosa es el tono: el protagonista habla a sus hijos en un tono monocorde que impide darle calado a la historia. De ese modo las emociones también parecen de plástico, como si hubieras tratado de expresar bien algo pero sin sentirlo tú (o sin imaginar que lo sientes). Como ejemplo: se muere su novia y dice que pueden imaginar que fue todo menos agradable. ¿Agradable o desagradable? Debería ser algo más desgarrado, algo intenso. Y él debería hablar medio conmocionado, ya que acaba de descubrir algo que ha arrasado su vida por completo.

★★☆☆☆

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LCS
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Poblador desde: 11/08/2009
Puntos: 6785

Relato simpático, sencillo, que me ha hecho recordar esas historias que se cuentan por la noche a la luz de las velas. A pesar de la inclusión de diálogos y del formato epistolar, me da la impresión de que es un relato más para ser contado de viva voz que para ser leído.

Creo que le falta un poco más de escenificación, que cuenta más que muestra y que el final es demasiado explicativo y, por desgracia, previsible. Tampoco es demasiado original ni aporta nada nuevo ni diferente.  Algo más de oscuridad y de tensión narrativa no habría venido mal. En definitiva, un poco más de literatura y un pelín menos de oralidad.

No me gusta ser duro en las críticas, pero, si no me equivo, además de la recompensa de la publicación, este concurso está para aprender unos de otros, ¿no?. Sé que lo puedes hacer mejor.

Aún así, te voy a dar dos estrellas y media.

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Lord_Ruthven
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Poblador desde: 28/06/2013
Puntos: 929

Gracias por las críticas!!

En efecto LCS, yo también sé que lo puedo hacer mejor, por eso el colgar este relato era sólo para recibir un cuantos consejos (ya para hacer acto de presencía, ya que se toman la molestia de organizarlo que menos que participar)

Pues teneís razón en todo. Una cosilla que quiero preguntaros, me resulta dificl muhcas veces ver erratas de comas o tildes o "dedazos" en mis propios cuentos...¿a vosotros os pasa con los vuestros? ¿teneís algún truco? no sé..imrpimirlo o algo

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Belagile
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Poblador desde: 09/12/2013
Puntos: 829

Lord_Ruthven dijo:

Gracias por las críticas!!

En efecto LCS, yo también sé que lo puedo hacer mejor, por eso el colgar este relato era sólo para recibir un cuantos consejos (ya para hacer acto de presencía, ya que se toman la molestia de organizarlo que menos que participar)

Pues teneís razón en todo. Una cosilla que quiero preguntaros, me resulta dificl muhcas veces ver erratas de comas o tildes o "dedazos" en mis propios cuentos...¿a vosotros os pasa con los vuestros? ¿teneís algún truco? no sé..imrpimirlo o algo

Estoy totalmente de acuerdo contigo: ya que lo organizan... xD Respecto a los métodos para corregir... ultimamente he puesto uno en práctica que me va muy bien para encontrar palabras mal escritas y erratas. Hay que leer el texto palabra por palabra empezando desde el final. De esta forma no nos fijamos en el sentido ni en la historia -que ya tenemos en la cabeza y por eso nuestro cerebro pasa por alto tantos erroes-.
Para las comas y demás; lo mejor es imprimirlo y leerlo con cuidado después de haberlo dejado un par de días en reposo -tres al menos-. Luego dejarselo a un amigo -mejor si entiende del tema- para que opine. Y ya está. Las que se cuelan son malvadas y se suelen perdonar ;)

Giny Valrís
LoscuentosdeVaho

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Belagile
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Poblador desde: 09/12/2013
Puntos: 829

Lord_Ruthven dijo:

Gracias por las críticas!!

En efecto LCS, yo también sé que lo puedo hacer mejor, por eso el colgar este relato era sólo para recibir un cuantos consejos (ya para hacer acto de presencía, ya que se toman la molestia de organizarlo que menos que participar)

Pues teneís razón en todo. Una cosilla que quiero preguntaros, me resulta dificl muhcas veces ver erratas de comas o tildes o "dedazos" en mis propios cuentos...¿a vosotros os pasa con los vuestros? ¿teneís algún truco? no sé..imrpimirlo o algo

Estoy totalmente de acuerdo contigo: ya que lo organizan... xD Respecto a los métodos para corregir... ultimamente he puesto uno en práctica que me va muy bien para encontrar palabras mal escritas y erratas. Hay que leer el texto palabra por palabra empezando desde el final. De esta forma no nos fijamos en el sentido ni en la historia -que ya tenemos en la cabeza y por eso nuestro cerebro pasa por alto tantos erroes-.
Para las comas y demás; lo mejor es imprimirlo y leerlo con cuidado después de haberlo dejado un par de días en reposo -tres al menos-. Luego dejarselo a un amigo -mejor si entiende del tema- para que opine. Y ya está. Las que se cuelan son malvadas y se suelen perdonar ;)

Giny Valrís
LoscuentosdeVaho

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Sanbes
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Poblador desde: 16/10/2013
Puntos: 1273

La historia me ha gustado, y el final es lo suficientemente potente para que deje un buen sabor de boca. La verdad es que algo se huele (la brujería a de estar así que es casi inevitable no adivinarlo), pero no me la esperaba tan malvada, con los muñecos de los hijos y todo.
Tambien me pareció correcto el estilo y la prosa, creo que en una carta para los hijos es la adecuada, hacerla más recargada igual hubiese parecido muy falso.
Sin embargo hay demasiadas palabras que o se repiten o faltan, así como acentos olvidados que consiguen sacarte de la historia demasiado.

Le daría más nota de no haber tantos fallos, pues me ha hecho pasar un buen rato.

2 puntos.

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salino
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Poblador desde: 22/05/2012
Puntos: 347

Hola, Lord_Rithven. Enhorabuena por tu trabajo.

Tu relato me ha parecido directo, narra con ligereza epistolar un clásico de brujería santera. Un tema bien elegido para el certamen.

Como ya te han comentado los compañeros, falta trabajo por pulir: falta de tildes y repeticiones que, en un texto tan corto, se hacen demasiado presentes.

Lord_Ruthven dijo:

Una cosilla que quiero preguntaros, me resulta dificl muhcas veces ver erratas de comas o tildes o "dedazos" en mis propios cuentos...¿a vosotros os pasa con los vuestros? ¿teneís algún truco? no sé..imrpimirlo o algo

Yo, por añadir algo, creo que una buena opción es pasar el texto por una de esas webs que te lo traducen a formato de audio (mp3) y que puedes escuchar con voz de autómata. Yo le he hecho algunas veces y respeta la pronunciación de acentos y el ritmo de la narración tal como está escrita.

Otra opción es que alguien te lo lea y sigas el texto mientras lo escuchas en voz alta. Lo del reposo, dejar tres días o más el texto y retomarlo, también te ayuda bastante.

Sobre todo ayuda revisar todo el texto que escribas, tanto los mensajes en un foro, como los correos que uno escriba son un ejercicio que da tablas al escribir; aunque es un rollo…

Creo que todos los comentarios que te han dejado son muy acertados, geniales, así que solo añado una cosilla que creí que iba a suceder en la trama y que al final no ocurrió; por si te sirve la idea te la comento:

Como el bisabuelo había muerto en la batalla de Santiago de Cuba, creí que todo se trataría de la venganza de una bruja cubana sobre la estirpe de la familia. Me gustó la idea como matiz para ayudar a cerrar la historia de forma más compacta.

La trama en sí no aporta nada nuevo sobre lo que se espera, pero para mí es un buen trabajo. Uno no siempre encuentra tiempo ni geniales ideas para una convocatoria y es de agradecer que alguien se tome su trabajo para participar y apoyarlo. Espero poder aportar también mi granito de arena.

Si hubiera estado más trabajado hubiera ganado puntos, gracias por participar.

Mi puntuación es de un relato apto para el concurso, poco sorpresivo y falto de tensión, pero un buen aporte sin cabos sueltos.

★★☆☆☆

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Hedrigall
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Poblador desde: 14/01/2011
Puntos: 1132

Numerosas erratas atribuibles a descuidos o a la falta de un buen repaso lastran mucho la lectura. La idea me parece buena, y esa forma de narrar tan lineal, metódica, me parece un buen valor de escritura. Es cierto que se adivinan demasiado pronto los derroteros de la historia (la temática del concurso está ahí), y el final, aunque está bien pensado el detalle de matar y morir a la vez, carece de fuerza. Relacionado con esto último soy incapaz de detectar algún sentimiento en el protagonista: rabia, miedo, resignación... su caracterización me parece algo plana. Lo mismo me sucede con Yanet; por lo descrito está claro que debe causarnos repulsa, pero apenas se la caracteriza de ninguna forma.

 

Lord Ruthven, las tildes, los dedazos, son fáciles de detectar con un corrector ortográfico/sintáctico en el procesador de textos. Consejo inútil si escribes a mano, claro. Las comas son un mundo que aún me cuesta asimilar.

 

2 estrellas 

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JFB
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Poblador desde: 05/03/2012
Puntos: 125

Un relato que, en la candidez de sus planteamientos, se lee con agrado. Eso si, hay palabras que parecen fuera de contexto (qué mal suena eso de quiste en la oreja, y más abajo, leer lupanar, una palabra inexistente en lenguaje coloquial. Vuelven a no gustarme los nombres. Valeria, Yanet... suenan muy poco foscos. Tampoco me convence que este narrado en primera persona, y por ende, el titulo del relato. Le pasa lo que a otros relatos del concurso: si no estuviese colgado aquí, nadie sabría relacionarlo con la brujería hasta casi su final.

Prosa ligera, lectura amena, pero estilo muy sobrio. 

Mi voto: 2 

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Invierno
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Poblador desde: 21/09/2010
Puntos: 903

Relato admitido a concurso.

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Patapalo
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Poblador desde: 25/01/2009
Puntos: 208859

El relato parte de una buena idea, pero se mete en la clásica trampa de los relatos epistolares. Estos son muy traidores porque en seguida surge la cuestión: a quién está contando la historia. Está claro que, en este caso, no es a los hijos.

¿En qué se ve? En detalles. En cómo presenta al abuelo, por ejemplo. ¿Los nietos saben cómo es su abuelo o no? ¿Saben que es racista? Lo habrán visto con su madre en alguna ocasión, digo yo. Hubiera quedado más natural algo del tipo: "Igual pensáis que vuestro abuelo no traga a mamá porque es mulata, pero hay algo más que eso: tiene que ver con Cuba, con cómo murió su padre". Me refiero a que conviene reformular las frases para que no sean tan claramente expositivas, sino que jueguen con la supuesta complicidad (o ausencia de ella) entre personajes.

Otro detalle: ¿el padre les dice que se va de putas así, sin más? Falta emoción a la frase. Puede que diga "lupanar", porque la gente habla muy raro (yo digo josplás y se me ríen), pero hay que contextualizar una revelación así. Era una buena ocasión para hacer más palpable al narrador. Mira dos opciones: "Así que, por joderle, me fuí de putas. Ya sois lo bastante mayores para saber que, de vez en cuando, una mujer necesita saber cuál es su sitio." Otra opción: "No es que me sienta orgulloso, pero en aquellos momentos solo quería hacerle daño, así que me fui a un bar de alterne. No sé si quería hacer como que la desafiaba o realmente hubiera hecho algo más que acodarme en la barra. En cualquier caso, nunca lo sabré: de camino, una maceta..."

Finalmente, y perdona que me explaye tanto, pero es que mucho relatos con potencial, como el tuyo, se empantanan por esto del formato epistolar, hay que tener en cuenta cuál es el objetivo del relato y cuál el de la carta. Tú nos quieres contar la historia de una bruja, pero el padre lo que quiere contar es que se va a cargar a su mujer. Ahora el desafío es conjugar las dos cosas y, al haber optado por un desarrollo cronológico, estás dejando claro que has abandonado la segunda. Si yo voy a contar que pienso cargarme a mi mujer no creo que contara con tanto detalle el primer café que me tomé con ella (en este sentido, los diálogos suelen hundir este tipo de relatos).

Por lo demás, hay material bueno en la historia, tanto de trasfondo como puntual de frases. Lástima de erratas, eso sí.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Sucede
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Poblador desde: 26/04/2011
Puntos: 190

Es una buena historia. No es original, pero eso es lo de menos, lo importante es como se cuenta la historia y si es convincente.

En cuanto a eso no tengo nada que decir, pero estructuralmente y en la narrativa me ha chirriado un poco. Los personajes no tienen mucho detalle y creo que por eso pierden algo de realismo, algo que habría hecho crecer mucho la historia. Le falta realismo en definitiva.

No emociona, sin embargo lo que cuentas podría sensibilizar mucho. Algo falla. Tienes todo en la mano para tener una historia muy buena, pero no es cálida. Yo creo que si a esta historia le das un pulido, vas a sacar algo muy bueno.

De momento yo te voy a dar tres estrellas porque creo que suspenderlo es muy injusto.

Un saludo!

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Invierno
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Poblador desde: 21/09/2010
Puntos: 903

El texto presenta múltiples faltas que entorpecen la lectura, y que evidencian prisas y/o falta de un repaso posterior atento y pausado. Luego, a la forma de contar la historia creo que se le podría haber sacado más jugo; el narrador parece bastante indolente mientras relata eventos bastante graves. En relación a esto, me confunde un poco la intención del relato, porque a trozos parece de terror, y a otros, de humor. Me deja la sensación de que se podría haber trabajado más y haber afinado más con la idea original, que no es mala.

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Lord_Ruthven
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Poblador desde: 28/06/2013
Puntos: 929

Patapalo dijo:

El relato parte de una buena idea, pero se mete en la clásica trampa de los relatos epistolares. Estos son muy traidores porque en seguida surge la cuestión: a quién está contando la historia. Está claro que, en este caso, no es a los hijos.

¿En qué se ve? En detalles. En cómo presenta al abuelo, por ejemplo. ¿Los nietos saben cómo es su abuelo o no? ¿Saben que es racista? Lo habrán visto con su madre en alguna ocasión, digo yo. Hubiera quedado más natural algo del tipo: "Igual pensáis que vuestro abuelo no traga a mamá porque es mulata, pero hay algo más que eso: tiene que ver con Cuba, con cómo murió su padre". Me refiero a que conviene reformular las frases para que no sean tan claramente expositivas, sino que jueguen con la supuesta complicidad (o ausencia de ella) entre personajes.

Otro detalle: ¿el padre les dice que se va de putas así, sin más? Falta emoción a la frase. Puede que diga "lupanar", porque la gente habla muy raro (yo digo josplás y se me ríen), pero hay que contextualizar una revelación así. Era una buena ocasión para hacer más palpable al narrador. Mira dos opciones: "Así que, por joderle, me fuí de putas. Ya sois lo bastante mayores para saber que, de vez en cuando, una mujer necesita saber cuál es su sitio." Otra opción: "No es que me sienta orgulloso, pero en aquellos momentos solo quería hacerle daño, así que me fui a un bar de alterne. No sé si quería hacer como que la desafiaba o realmente hubiera hecho algo más que acodarme en la barra. En cualquier caso, nunca lo sabré: de camino, una maceta..."

Finalmente, y perdona que me explaye tanto, pero es que mucho relatos con potencial, como el tuyo, se empantanan por esto del formato epistolar, hay que tener en cuenta cuál es el objetivo del relato y cuál el de la carta. Tú nos quieres contar la historia de una bruja, pero el padre lo que quiere contar es que se va a cargar a su mujer. Ahora el desafío es conjugar las dos cosas y, al haber optado por un desarrollo cronológico, estás dejando claro que has abandonado la segunda. Si yo voy a contar que pienso cargarme a mi mujer no creo que contara con tanto detalle el primer café que me tomé con ella (en este sentido, los diálogos suelen hundir este tipo de relatos).

Por lo demás, hay material bueno en la historia, tanto de trasfondo como puntual de frases. Lástima de erratas, eso sí.

Interesante reflexión. Gracias por la clase sobre relatos epistolares!!! enlightened

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Patapalo
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Poblador desde: 25/01/2009
Puntos: 208859

Me alegra que te lo haya parecido. No quería personalizarlo en tu relato, pero creo que un concurso como este es un buen momento para exponerte opiniones sobre estos mecanismos narrativos. Hay gente que no traga las historias epistolares, pero a mí, como gran fan de Dracula, me encantan.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Easton
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Poblador desde: 06/11/2011
Puntos: 416

Me gusta aquí la idea de un padre contándole la historia a sus hijos (y me ha parecido simpático ver el título de la serie como título del relato).
La historia tiene algunas fallas de trama. El padre primero dice que la única mujer a la que ha amado es a Valeria, pero luego cuenta que estaba muy enamorado de la madre sobre la que habla. 
Por otra parte, a mitad ya empezamos a sospechar que la madre de los niños va haciendo algo para allanarse el camino y, aunque hay una sorpresa escondida al final, nos falta conocer la motivación que tiene esa madre. Intuyo que quizás quiera rehacer su vida con otro hombre y sus hijos sean un estorbo, algo muy macabro pero bueno... plausible.
Hay algunas erratas que se han colado. Señalo la falta de punto y aparte en los diálogos, que me ha llamado la atención por ser algo repetido.

2 estrellas

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Bestia insana
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Poblador desde: 02/05/2013
Puntos: 1928

Si es así, mañana enterraréis a vuestros padres. Compendo que el formato carta lo impedía, pero hubiera sido un buen modo de concluir el relato. Los encabezamientos y finales de las cartas tienen siempre algo ridículo. Por lo demás, por lo que apunta Patapalo, es un género difícil. Aquí no termina de resultar, aunque hay desde luego muchas cosas rescatables.

2.5 estrellas

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