Las lechuzas no son lo que parecen
–Está muerta, envuelta en un plástico –susurró la lechuza.
Mientras, Leland Palmer arrancaba frenético capas de aquel interminable film transparente sin poder alcanzar el cuerpo de su hija.
De repente, Laura abrió los ojos y gritó:
–¡Bob!
El agente Cooper despertó de golpe.
Evasión nostálgica
—¿Otra vez vídeos de los ochenta?
—Sí.
—¿Sabrina y la teta díscola?
—Sí.
—¡Si siempre es lo mismo!
—Sí. Pero sigo buscando. Encontraré el momento en el que la fugada logra liberar a su alma gemela.
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En un lugar de La Mancha de cuyo nombre me acuerdo perfectamente...
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