No más escándalos
La madre superiora mira de reojo a sor Angustias. Hace semanas que la nota desmejorada: palidez, ojeras, vientre abultado...
Al nuevo capellán, perro viejo en estas lides, tampoco se le escapan los síntomas. "Habrá que cortar por lo sano", piensa, mientras levanta el cáliz en plena eucaristía.
INCAPAZ DE MATAR
El cuerpo negro zumbaba engarabitado sobre el códice, plagándolo de faltas de ortografía. Las alas quedaron adheridas tras el palmetazo. El prior se aproximaba blandiendo una regla y, sin pronunciar una plegaria, separé la cabeza del tronco del insecto con la uña. Así me convertí en asesino.