MI SONRISA

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Javier Lobo Autor
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Puntos: 22

El chico estaba sentado en una silla desvencijada que crujía de manera lamentable cada vez que su torso oscilaba en un torpe intento por no volverse a caer. No pasaba demasiado tiempo cuando, apenas sí había recuperado algo de estabilidad, ya estaba recibiendo un nuevo golpe que amenazaba con derribarlo de nuevo.

Mareado, alzó la cabeza como pudo, sintiéndola tan pesada como si fuera de plomo. Tenía un ojo inflamado de tal manera que parecía más una grotesca mandarina que un órgano. Las narices parecían unas horrendas berenjenas sanguinolentas por las que no cesaban de manar fluidos.

El hombre lo miró, sintiéndose poderoso desde su atalaya de invencibilidad. Ya no era él quien sufría el miedo de los demás, quien tenía miedo incluso de respirar; de hecho, ahora se sentía como un monstruo, un verdadero amo del universo al que todos debieran temer y reverenciar.

Le agarró por un mechón del cabello, jalando hasta que levantó la cabeza. El ojo que aún tenía operativo estaba blanco, vacío de mirada alguna, como si estuviera ausente de todo aquello; la mandíbula se le había descolgado, dejando caer una baba sanguinolenta al suelo, a sus pies, que poco a poco fue emitiendo un monocorde sonido de gote que inundó el aire de la estancia.

–No tienes derecho a vivir –le dijo su captor, remarcando un profundo desprecio en cada palabra. El muchacho esputó una flema sanguinolenta al suelo–. ¡Oh! Con que esas tenemos, ¿eh?

Le propinó varios puñetazos sobre el rostro, haciendo que su cara girase con una gran violencia de un lado a otro, salpicándolo todo de gotitas de sangre. Cuando se sintió cansado, dejó de atizarle. La cabeza colgó lánguida del cuello, como si fuera un peso muerto, en tanto el hilo de baba escarlata continuaba cayendo lentamente de su rostro.

–Elige: cuchillo, tijeras, electricidad, o tenazas. Yo no me decido –rió.

El chico miró con detenimiento la bandeja que tenía ante sí, observando el brillo de las hojas en contraste al aspecto deslucido u oxidado de las herramientas. El asesino se quedó mirándole unos instantes, a ver qué decisión tomaba.

Pero no hizo nada. No dijo nada. Se dedicó a mirar unas veces al material dispuesto sobre la superficie, otras le miraba a él con los ojos muy fijos.

Se impacientó.

–A la mierda –dijo el torturador, extendiendo un brazo hacia la mesita.

Cogió el cuchillo y le dio un rápido golpe sobre uno de los carrillos, dejándole de recuerdo un profundo corte por el que comenzó a manar abundante sangre. Una vez más, en vez de los gritos de terror y las lágrimas a los que estaba acostumbrado, se encontró con un muro de silencio por parte de su víctima.

–No te doy miedo, ¿verdad? –balbució, por fin, el joven.

–Cierto.

–Bueno, supongo que será porque sonrío muy poco.

–Supongo que será eso –dijo el asesino dando un paso al frente y dibujándole otra media sonrisa en el otro moflete–. Ahora. Sí, ahora sí. Estás monísimo –reconoció.

La sangre goteaba poco a poco por el borde del mentón, dibujando un extraño rostro bajo la lánguida luz del techo.

–Me está quedando una sonrisa muy chula –reía el otro.

El chico lo miró inexpresivo.

–¿Hacemos una cosa? Suéltame, déjame una hoja, y déjame mostrarte lo que es causar dolor de verdad –propuso.

–Claro, y que me metas dos mojás entre las costillas para dejarme más seco que la mojama –Chascó la lengua mientras negaba con la cabeza–. Aquí el único que da las órdenes soy yo.

–¿Qué más te da? –replicó el otro–. Tienes un verdadero arsenal aquí abajo, y me has quitado tanta sangre que estoy a punto de perder el conocimiento…

–Lo sé –reconoció el torturador, relamiéndose de placer–. De hecho, estoy que me muero porque llegue ese momento. ¿Sabes por qué? Para usar la electricidad y darte unas pocas descargas. Me tiraré toda la puta tarde haciéndote reanimación a chispazos, colega.

El muchacho sonrió. Los labios de sus heridas se separaron de manera macabra, dejando ver sus dientes manchados de sangre a través de los cortes.

–Además, tienes una pistola oculta en tus pantalones, por la parte de la espalda. No podría tomar la iniciativa ni aunque quisiera. Podría decir que estoy… muerto.

Su captor se quedó paralizado. ¿Cómo demonios sabía lo del arma? No se la había mostrado en ningún momento, y la llevaba oculta bajo la ropa, con discreción, sin que se pudiera notar ni el bulto siquiera.

¿Cómo coño…?

Se dirigió hacia la mesa y cogió las tijeras, haciéndolas chascar en el aire.

–Bueno, a ver qué eres capaz de hacer, chico malo –masculló el hombre, muy intrigado ante la propuesta de su víctima.

Le cortó las ligaduras de las muñecas con rapidez; luego, una vez hubo liberado a su presa, le tiró las tijeras a los pies. El metal resonó contra el suelo de cemento con un tañido seco.

Se frotó las muñecas para que volviera a pasar la sangre. Tosió entre espasmos, y una espuma sanguinolenta afloró de los orificios de su boca. Pero sus ojos brillaban de manera diabólica, cargados de furia mientras se inclinaba hacia el suelo en busca de la herramienta

–Espera, te voy a mostrar mi sonrisa de verdad –tosió el chico, mientras tomaba las tijeras y se las metía en la boca.

Comenzó a cortar el tejido a toda velocidad, sin expresar el más mínimo atisbo de dolor en su rostro, sin que un quejido escapara de su garganta. La sangre salpicaba por el suelo, sobre sus hombros, empapando su pecho, pero mantuvo los ojos fijos en su captor en todo momento.

No apartó la mirada de su captor ni un solo instante.

El otro, por su parte, tenía la mirada desencajada, horrorizado y asombrado a partes iguales. Normalmente, ninguna de sus víctimas se resistía, siempre elegían el método más rápido e indoloro, o comenzaban a suplicarle la muerte enseguida. Pero él no.

Ni una palabra.

Ni una queja.

Sólo el sonido de la sangre goteando en el suelo, a sus pies, el chapoteo de los trozos de carne al caer, y aquella mirada...

¡Oh, aquella mirada...!

–Bueno, creo que ahora sí estoy mejor –dijo el joven en un tono muy aliviado, incorporándose de la silla sin mostrar el menor atisbo de agotamiento tras los días de torturas a las que había sido sometido.

Curiosamente, su físico, antes con apariencia de desnutrición, ahora mostraba un cierto grado de musculación, con venas palpitantes bajo la piel.

–Espero que te guste mi sonrisa. Es la que pongo cuando tengo hambre –afirmó mientras mostraba sus dientes empapados en sangre. Una lengua inmensa salió desde las profundidades de su boca y los relamió.

De pronto, el asesino se sintió muy pequeño. Un momento, no era eso, no. Ahora el chico medía mucho, mucho más. Casi rozaba el firme del techo, a tres metros y medio del suelo.

–¿Pero qué…? –gimoteó.

La piel comenzó a cubrirse de un denso pelaje, mientras su cuerpo se estremecía como si estuviera siendo sacudido por innumerables descargas eléctricas. De los muñones que cubrían el hueco de las uñas que le había arrancado, partieron unas largas y duras garras negras que le parecieron tan afiladas como el acero.

La nariz comenzó a crecer a la par que los maxilares, no tardando en dibujarse un pronunciado hocico de pelaje enredado y ensuciado por las babas sanguinolentas que se escapaban de entre las quijadas.

Las delgaduchas piernas crujieron como si fueran ramitas secas, se le saltaron las articulaciones de sus alojamientos naturales para crear unas poderosas pezuñas y unos cuartos inferiores más propios de una bestia que de un humano. Dos puntiagudas orejas triangulares nacieron de la parte posterior de la cabeza, y los ojos se convirtieron en dos canicas de un rojo intenso que se sintió atrapado por su mirada.

–Se acabó –señaló la criatura, con una voz profunda y cavernosa que nada tenía que ver con la del muchacho que no cesaba de gimotear, al que golpeó y quemó durante días.

Y, sin decir nada más, mostrando aquella sonrisa sanguinolenta llena de afilados dientes, se abalanzó sobre su torturador, chascando las mandíbulas en busca de un alimento que le saciara.

Javier Lobo

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Hedrigall
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Poblador desde: 14/01/2011
Puntos: 1132

Javier, no se puede editar el relato una vez colgado en el foro.

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Javier Lobo Autor
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Poblador desde: 14/01/2017
Puntos: 22

Debí comunicarme antes, tal y como se expresa en las bases. Me acabo de dar cuenta. Pido disculpas por mi error.

Espero poder seguir participando en el concurso.

Un saludo.

Javier Lobo

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Invierno
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Poblador desde: 21/09/2010
Puntos: 903

A la espera de que Patapalo se pronuncie sobre el tema de la edición, recuerdo que si hay algún problema tras subir un relato lo ideal es avisarnos al pirata o a mí para que os echemos un cable.

Por otro lado, Javier, y para evitar malentendidos y prevenir posibles conflictos por aquí, te daré un consejillo: el Polidori no es uno de esos concursos de popularidad qeu abundan por redes sociales que usan la escritura o cualquier otra disciplina artística como mera excusa; es un concurso literario, tal cual. Invitar a la gente, por facebook o por donde sea, a que entre a votar sin más tu relato, no solo es poco recomendable, es que seguramente sea hasta contraproducente. Y ni que decir tiene que es algo feo y poco acorde con el espíritu de este concurso.

Aquí no se busca aluvión de "likes" ni publicidad gratis. Sí que serán bienvenidos, por supuesto, los nuevos lectores, gente con ganas de valorar y votar con honestidad tantos relatos como quieran o puedan. Muy distintos, obviamente, de los "votantes exprés". Espero que lo entiendas.

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Patapalo
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Poblador desde: 25/01/2009
Puntos: 208859

Visto que no ha habido comentarios ni valoraciones antes de la edición, relato admitido a concurso.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Easton
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Poblador desde: 06/11/2011
Puntos: 416

Lo más reseñable que he encontrado en cuanto a erratas es un "rió" al que le sobra la tilde. Por lo demás es un texto bastante limpio (alguna cacofonía y poco más) y cuidado, bien escrito.

Las imágenes que muestran son extremas y se quedan en la mente del lector. Sin embargo, esta historia peca de estar en el certamen que está. Desde un primer momento y más aún viendo la pasividad del torturado, me huelo que le importa poco lo que le hagan porque de un momento a otro se va a convertir en licántropo. No hay sorpresa. Es leer una historia de la que sabes el final (aunque está bien contada, eso sí).

Queda entonces un relato bien escrito pero en el que toda su fuerza recae en las torturas que víctima y captor infringen.

2,25 estrellas

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Dr. Ziyo
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Poblador desde: 30/01/2016
Puntos: 2776

Algunos pequeños errores o descuidos formales, por ejemplo, un "goteo" al que le falta la o. En otra frase dice: "...en contraste al...", creo que lo correcto sería decir: "...en contraste con el..."

Hay una cosa que no tiene demasiado sentido y es cuando el chico, el torturado, que está atado y desarmado le pregunta al torturador si le tiene miedo. No es la pregunta en sí, que puede aceptarse sabiendo el chico lo que es, sino la respuesta del asesino. En esta escena creo que lo lógico sería que el torturador se riera de esa pregunta e incluso le pareciera absurda y le contestara que el que tiene que tener miedo es él, que está a punto de morir en medio de una atroz tortura.

Y a propósito, en esa misma frase:

–No te doy miedo, ¿verdad? –balbució, por fin, el joven.

Creo que las dos comas se pueden omitir sin problemas.

Y aquí se repite lo mismo dos veces aunque de distinta manera, pero la palabra captor aparece dos veces en apenas diez palabras:
 

La sangre salpicaba por el suelo, sobre sus hombros, empapando su pecho, pero mantuvo los ojos fijos en su captor en todo momento.

No apartó la mirada de su captor ni un solo instante.

Me desconcierta algo la rapidez con la que el asesino acepta el reto del chico de ser liberado, pues lo normal es que este tipo de psicópatas pretenda mantener el control en todo momento, aunque esto puede ser tomado también como una licencia que se permite el autor. No tiene por qué ser como yo lo he dicho.

De todos modos, no son fallos como para mermar la impresión general del relato. Como aspectos positivos tiene unas imágenes muy potentes, brutales, de esas que se clavan en la retina y que a mí me han encantado y la historia mantiene el interés en todo momento, aunque sepamos desde el principio quién es el lobo.

Cuatro estrellas.

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Bio Jesus
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Poblador desde: 11/07/2014
Puntos: 1514

Por lo leído en Facebook, vamos a lo que te interesa del Polidori.
Nota: 3

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Javier Lobo Autor
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Poblador desde: 14/01/2017
Puntos: 22

Gracias por el comentario. Bueno, interpreté que los likes también contaban, aunque también hubiera gustado algún comentario sobre la forma y/o el fondo del texto, porque procuro aprender de todo, tanto de lo bueno como de lo malo.

Aún así, gracias por la aclaración y por haber tenido paciencia conmigo.

Un saludo.

Javier Lobo

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Javier Lobo Autor
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Poblador desde: 14/01/2017
Puntos: 22

Gracias por tus palabras, procuraré mejorar de cara a futuros certámenes.

Un saludo.

Javier Lobo

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Poblador desde: 14/01/2017
Puntos: 22

Gracias por tu comentario.

La víctima pregunta a su captor con el fin de desconcertarle, de advertirle que no sabe dónde se ha metido en realidad.

Lo de aceptar el desafío no es lo común, pero algunos psicópatas (que no mencionaré por si acaso) tenían una variación a este juego dentro de su ritual de muerte.

Siento las repeticiones. Siempre se me escapa alguna a pesar de que lo reviso varias veces antes de enviarlo.

No obstante, y como ya he dicho en otro comentario, quiero aprender de lo bueno y lo malo. Procuraré pulir mi técnica y evitar errores de cara a futuros certámenes.

Un saludo.

Javier Lobo

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Javier Lobo Autor
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Poblador desde: 14/01/2017
Puntos: 22

Gracias por puntuar, pero me hubiera gustado algún comentario sobre la forma y el fondo de mi relato que me ayude a mejorar como autor.

Un saludo.

Javier Lobo

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Bio Jesus
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Poblador desde: 11/07/2014
Puntos: 1514

Javier Lobo Autor dijo:

Gracias por el comentario. Bueno, interpreté que los likes también contaban, aunque también hubiera gustado algún comentario sobre la forma y/o el fondo del texto, porque procuro aprender de todo, tanto de lo bueno como de lo malo.

Aún así, gracias por la aclaración y por haber tenido paciencia conmigo.

Un saludo.


Siento to también mis formas.

Te comento:
El relato tiene momentos muy potentes pero, tratándose de un duelo uno contra uno, era complicada una resolución distinta a la que se da, pues una intervención externa habría sonado a deux ex machina.

Las descripciones son muy visuales, lo mejor del relato. Pero tus personajes necesitan un poco mas de profundidad para elevar el tono general más allá del tipo despreciable recibe lo que se merece.

Mi nota también tiene un tinte subjetivo, los relatos tipo slasher/gire no están entre mis favoritos.
Aun así tiene potencia y potencial, por eso e lleva un 3.

De nuevo, siento las formas.

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Javier Lobo Autor
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Poblador desde: 14/01/2017
Puntos: 22

En absoluto, valoro mucho todos los comentarios. Muchas gracias por tus palabras, espero mejorar de cara a futuros relatos.

Un saludo.

Javier Lobo

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Mzime
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Poblador desde: 01/02/2016
Puntos: 352

Relato breve, apenas una escena, que ha adolecido, para mi gusto, de cierta falta de credibilidad. El muchacho lleva preso varios días y no se transforma, rompiendo unas ligaduras que deben de ser de cuerda, pues se cortan, y por eso fáciles de romper para un licántropo. Podría ser que la acción coincidiera con el plenilunio, pero eso debería de hacerse notar. Lo mismo me sucedió con la facilidad con que el torturador le libera o con el uso de las tijeras por el licántropo. 
Por lo demás, desde el punto de vista formal, no he visto mayores problemas.

Tiene, en mi subjetiva consideración, una valoración de 2.75 estrellas, por lo fosco sobre todo.

 

"Si quieres llegar rápido camina solo, pero si quieres llegar lejos camina acompañado", (proverbio masái)..

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Bote
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Poblador desde: 12/11/2012
Puntos: 1477

Un relato corto que muestra un desenlace. El desarrollo y el comienzo no solo no son mostrados, es que ni se habla de ellos y eso pesa, porque a uno que está leyendo, y hablo por mí, claro, le gustaría saber un poco el porqué ocurre lo que ocurre. Como muchas veces en este certamen, final previsible por el tema propuesto, pero que en otro contexto habría resultado sorpresivo. De todas formas, en otro contexto habría necesitado de más chicha para que algunas cosas cuadrasen, quiero decir, motivos psicóticos, razones licántropas... Me repito, perdón. Luego está lo de la credibilidad. Está claro que es un relato sobre un psicópata y su víctima y que toda tortura perpetrada no necesita de explicación, pero el hecho de que lleve varios días, uno aplicando y el otro soportando, y que justo ahora ocurra la transformación... No sé, y mi intención no es decir cómo tendría que haber sido, pero se podrían haber usado las dos "cualidades", la psicótica y la licántropa, para meter un tercer personaje: la luna. Por aquello de que altera a los locos y transforma a los hombres lobo. Creo que si todo hubiera ocurrido una noche de luna llena y se hubiera recalcado bien ese hecho, el relato habría ganado muchos puntos sin necesidad de ampliarlo. Porque la idea es buena, pero no se ha aprovechado en todo su potencial.

3,5 estrellas

Mírame a los ojos...

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torpeyvago
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Poblador desde: 29/02/2016
Puntos: 1890

Sanguilento.

Aparte de unos DDT juerguistas intrascendentes y los guiones cortos para los diálogos e incisos, lo que menos me gusta del texto es que parece más un trozo de algo, sin principio ni final. De hecho, aunque creo que en el contexto están todas las respuestas necesarias a las preguntas que plantea el texto, faltaría un desarrollo de las respuestas no necesarias. O dicho de otro modo, que a este lector en particular le hubiese gustado conocer unas explicaciones añadidas a la escena única del relato.

En cuanto a la prosa, como he comentado, correcta, transmite la sensación de contar bastante bien lo que sucede pero no de lo que sienten los personajes.

Eso sí, brutales las descripciones de higadillas y asaduras. Y el título, lo mejor.

Por un rato entretenido leyendo, vaya para el autor un tres (3).

___________________________________________________________

En un lugar de La Mancha de cuyo nombre me acuerdo perfectamente...

https://historiasmalditas.wordpress.com/

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Olethros
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Poblador desde: 20/06/2015
Puntos: 352

En cuanto a la forma, algún "dedazo" ("sonido de gote"), leísmos evitables, alguna tilde que sobra, alguna palabra que parece faltar ("los ojos se convirtieron en dos canicas de un rojo intenso que se sintió atrapado por su mirada") y asuntos de esa índole.

En cuanto al estilo, rimas evitables (por ejemplo, "desnutrición" y "musculación"), repeticiones cercanas evitables ("como", "estaba" y "estuviera", "captor"), muchos posesivos innecesarios que crean sensaciones repetitivas, artículos y pronombres prescindibles gracias al contexto. El texto tiende a "decir" en lugar de "mostrar".

En cuanto al fondo, tal vez sea un poco forzado el riesgo del verdugo al desatar a la víctima (o que un hombre lobo tan poderoso esté retenido así de fácil).

Mi calificación es 3 estrellas.

Gracias por compartirlo y suerte en el concurso.

Ceterum censeo Carthaginem esse delendam... ;oP

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Ligeia
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Poblador desde: 03/12/2013
Puntos: 1152

Coincido con los demás, aunque yo supongo que el psicópata lo suelta porque su víctima está tan hecha polvo que cree que no supondrá un gran riesgo ya. Más difícil de creer es, efecto, que el chico haya aguantado tres días sin soltarse, pudiendo dado su "secreto". Como han sugerido, una simple alusión a que esa noche se inicia el plenilunio, habría dado todo el sentido a este asunto en particular. Tres estrellas:

 

***

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Javier Lobo Autor
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Poblador desde: 14/01/2017
Puntos: 22

Muchas gracias por tu valoración y por las aportaciones que haces con tus comentarios. Estoy encantado con este concurso. La verdad es que, como autor, estoy aprendiendo muchísimo.

Es cierto que una alusión a la luna hubiera podido explicar muchas cosas, y que la transformación, justo en ese momento, parece un poco fuera de contexto, pero todo tiene un sentido. Aunque es cierto y verdad que este relato es un fragmento de otro relato más largo que, por su longitud, no podía presentar a este concurso, pero no dejo de reconocer el peso de tus palabras.

De nuevo, muchas gracias por tus aportaciones. Espero que, en próximos certámenes, veas una mejoría en mis trabajos.

Un saludo.

Javier Lobo

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Poblador desde: 14/01/2017
Puntos: 22

Gracias por tus palabras. La verdad es que, como he explicado en un comentario anterior, este relato forma parte de un relato más grande que, por su extensión, no podía presentar a este certamen.

El motivo de la transformación, justo en ese momento, podría haberlo resuelto con una mención a la luna, pero no encajaría en el relato original.

Confieso que estoy disfrutando muchísimo de esta experiencia, y espero que mis próximos trabajos resulten de tu agrado y puedas ver en ellos mi mejoría como autor.

Un saludo.

Javier Lobo

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Poblador desde: 14/01/2017
Puntos: 22

Gracias por tus palabras. En efecto, este relato es un fragmento (final, prácticamente) perteneciente a otro mayor que, por su extensión, tuve que adaptar a este concurso. Me gusta saber que he logrado estremecer al lector con mis descripciones y que has pasado un rato entretenido leyéndome.

Un saludo.

Javier Lobo

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Javier Lobo Autor
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Poblador desde: 14/01/2017
Puntos: 22

Gracias por tus palabras. La veerdad es que estoy disfrutando de todos los comentarios recibidos en mi relato, ya que me ayudan a mejorar como autor.

Un saludo.

Javier Lobo

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Ligeia
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Poblador desde: 03/12/2013
Puntos: 1152

Javier Lobo Autor dijo:

Muchas gracias por tu valoración y por las aportaciones que haces con tus comentarios. Estoy encantado con este concurso. La verdad es que, como autor, estoy aprendiendo muchísimo.

Si, es uno de sus encantos. Me alegro que te sea de ayuda :)

 

Javier Lobo Autor dijo:

Es cierto que una alusión a la luna hubiera podido explicar muchas cosas, y que la transformación, justo en ese momento, parece un poco fuera de contexto, pero todo tiene un sentido. Aunque es cierto y verdad que este relato es un fragmento de otro relato más largo que, por su longitud, no podía presentar a este concurso, pero no dejo de reconocer el peso de tus palabras.

Eso explica muchas cosas jeje es una parte de algo mayor.

Javier Lobo Autor dijo:

Espero que, en próximos certámenes, veas una mejoría en mis trabajos.

Un saludo.

Segurísimo que sí ^^

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Javier Lobo Autor
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Poblador desde: 14/01/2017
Puntos: 22

Gracias por tus palabras. Sí, todo lo que dices es verdad. La verdad es que has sido la primera en reparar en que el psicópata suelta a su presa al no considerarla ya una amenaza potencial, aunque nunca la consideró como tal en realidad; si no, no sería la víctima.

De otro lado, es cierto que debería haber hecho una mención al plenilunio, pero me gustaría publicar alguna vez el relato íntegro al que pertenece este fragmento, que tuve que adaptar a este certamen, y por eso no lo incluí.

Gracias por todo lo que me dices en tus comentarios. Me ayudará a ser mejor autor.

Un saludo.

Javier Lobo

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Ligeia
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Poblador desde: 03/12/2013
Puntos: 1152

Yo lo vi obvio, poniéndose en situación y siendo el cafre, después de tres días haciendo sangrar y buscando los alaridos con torturas chinas, turcas, de la Gestapo o la KGB, pues esa víctima estaría hecha un guiñapo y peligro poco jeje

Espero poder ver el relato completo, es muy interesante :)

A mandar, bueno, creo que ciertamente, otros camaradas más eficientes en  ese aspecto, como Olethros, te serán de más ayuda.

Gracias a ti por dejarnos disfrutar de tu relato.

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Hedrigall
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Poblador desde: 14/01/2011
Puntos: 1132

En general, he tenido problemas en algunas ocasiones para saber cuál de los dos personajes era el que hablaba o protagonizaba la acción. Hay un par de incongruencias que me han sacado de la lectura: la extraña lógica de que el torturado no da miedo porque sonríe poco, y el señalar al final del relato que el chico era “un muchacho que no cesaba de gimotear(…)” cuando durante toda la narración se ha hecho hincapié en su imperturbabilidad. La decisión de liberar al chico también me ha parecido poco creíble.

 

Con un argumento previsible y poca profundidad en los personajes, se da mucho peso a la escena de tortura y a detalles sórdidos como el de la sonrisa que da título al relato. Lamento decir que en mi caso ha sido insuficiente para mantener la intriga, aunque se agradece la atención puesta en las escenas.

 

1.5 estrellas

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Javier Lobo Autor
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Poblador desde: 14/01/2017
Puntos: 22

Gracias por tus comentario. Los tendré en cuenta de cara a futuros concursos.

Un saludo.

Javier Lobo

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Patapalo
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Poblador desde: 25/01/2009
Puntos: 208859

Más que un relato, a mi parecer estamos únicamente disfrutando de una escena. En su género, está bastante conseguida, sobre todo gracias a una prosa eficaz que, si bien podría ajustarse todavía más, transmite justo lo que busca el autor. Así, aunque hay algunos puntos oscuros, como por ejemplo el carácter del asesino, que no parece inmutarse siquiera cuando el otro se recorta la cara (¿no le suscita ninguna emoción? ¿Asco, miedo, sorpresa, alarma, algo?), el objetivo primordial de transmitir lo espeluznante de la casquería se cumple.

Sin embargo, no se nos responde a una pregunta clave: ¿por qué debería interesarnos esta narración? Los personajes no están lo suficientemente desarrollados, el episodio podría estar incluido en cualquier narración y la sorpresa final ni siquiera es tal dado el certamen. Por ello, aunque se ve solvencia en el autor, me ha dejado con una impresión de carencia.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Invierno
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Poblador desde: 21/09/2010
Puntos: 903

Tiene ciertos aspectos mejorables en cuanto a la forma, pero creo que el relato falla por dos problemas bastante graves: por un lado, los personajes toman decisiones que tienen poco o ningún sentido. Justo cuando el chico menciona la pistola, y por tanto justo cuando él muestra mayor desconcierto, el asesino accede a la ya de por sí absurda petición del otro de liberarlo. Y el chico aguanta días la tortura, cuando da la impresión de que podría haberse ocupado del otro desde un primer momento con facilidad. No encuentro explicación. Luego, eso que se menciona de los gimoteos contradice lo dicho anteriormente, que además es prácticamente lo único que se había usado para definir al personaje. Nuevamente, no lo entiendo.
Por otro, y debido al contexto del concurso, la sorpresa de la transformación en hombre lobo... Aquí no es tal. Por suerte o por desgracia ya esperamos y buscamos al licántropo, y leemos o leeremos decenas de escenas de transformaciones. Para un lector de fuera, al que sí se le puede pillar desprevenido, obviamente ganará puntos.

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Germinal
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Poblador desde: 08/03/2016
Puntos: 1307

Es una escena a la que le falta situarnos mínimamente, decirnos quiénes son los personajes y por qué hacen lo que hacen. He releido varias veces el diálogo torturador/víctima para lograr entender quién decía qué.

Tengo curiosidad por conocer si ha podido influir en la creación algún anime como Tokyo Ghoul.

2,5 estrellas

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