DEJADEZ EVOLUTIVA
El nuevo alcalde, fiel a su promesa, cerró el zoológico. Pero fue tal su abandono, que los animales acabaron campando a sus anchas, y el libre albedrío biológico favoreció la reproducción entre ellos.
Con el tiempo, el Flamencodrilo, el Drometigre, o la Jiráguila sustituyeron a las especies autóctonas.
A pesar de que tu micro está escrito con el ingenio al cual nos tienes acostumbrados, querido Barón, me parece que la respuesta de Germinal puede hacer que tu armadura se descomponga.
Suerte a los dos y que sea lo que los jueces dicten. 
Desde luego, un duelo tremendo e implacable. Muy hábiles ambos dos en todos los sentidos.
Intentar no pecar de deformación profesional en este duelo va a ser difícil…
Dejadez evolutiva, barón, es un micro visualmente atractivo…solo por imaginar esos seres que nos propone. Sin embargo va contra todos mis principios (aun poniéndome en modo superfantástico literario) admitir dos cosas. Por un lado que ese libre albedrío biológico sólo se de en un zoo abandonado, cuando en plena naturaleza existe el mismo contacto entre especies ( y ya puestos siempre hay individuos castigados que no logran reproducirse con sus congéneres que podrían dar rienda suelta a sus instintos con los de otra) y por otro que un ave y un reptil, un camélido y un felino etc logren siquiera aparearse (lo de tener descendencia lo admitiré como animal de compañía por ser usted y haberse tomado el trabajo de imaginarlos). Vamos, que no me encandila excesivamente, ni por su planteamiento ni por lo que cuenta. Lo lamento.
Conservación fallida trata el tema propuesto de un modo muy original, pues animales somos aunque no queramos reconocerlo a veces, que cuenta una historia, la nuestra, desde un punto de vista extraterrestre, idea o teoría que muchos creen y defienden y con un posible final muy cercano a la realidad si seguimos como hasta ahora.
Mi voto en esta ocasión es para Germinal y su Conservación fallida
Dejadez evolutiva es todo un derroche de imaginación por parte del autor, pero plantea una idea muy poco creíble, porque no muestra una historia de ciencia ficción, sino que cuenta una situación hipotética que se cae por su propio peso. En un libre albedrío lo último que harían los animales sería precisamente mezclarse. (Tal vez peque de ser poco abierta de miras, pero es que hablar de genética animal y que te valoren el micro dos veterinarias es casi un suicidio).
El micro está bien redactado, aunque las tres palabras inventadas deberían ir entrecomilladas o en cursiva y, además, con la primera letra en minúscula. Sobra la coma después de “Drometigre” y falta una coma después de “Jiráguila”. Por último, creo que sería mejor una “y” en lugar de una “o” (“Drometigre y la Jiráguila).
Conservación fallida es una réplica formidable al micro de su rival. Le da una vuelta de tuerca al desafío, y sabe conectar muy bien el título con la historia. Las expectativas de que esos bípedos lampiños sobrevivan sobre el peñasco son mínimas. Para muestra un botón. La redacción es buena y sin faltas.
Mi voto es para Conservación fallida. Su historia brilla más y está impecable.
Dejadez evolutiva es un micro ingenioso, escrito con corrección (salvo por esos híbridos que deberían ir en minúscula y la coma sobrante detrás de “drometigre”) pero que no acaba de golpearme con fuerza. El término autóctono no creo que sea correcto en ese contexto, pues los híbridos resultantes son tan autóctonos como los animales de los que descienden. Diferente sería que sustituyesen a las especies de la región, pero tal y como está escrito el micro, no me da esa impresión.
Conservación fallida, en cambio, me deja más poso. Escrito con maestría, casi puedes visualizar la tierra reducida a una diminuta roca con unos pocos humanos pugnando por no caerse de ella.
Mi voto para Conservación fallida.
Cierto es que necesitaré de tiempo para arreglar todas y cada una de las partes de mi armadura: creo que no hay ni un solo centímetro cuadrado que no haya salido mal parado...
Felicitar a mi apreciadísim@ Germinal, que menudo repaso me ha dado en el arranque de estas Microjustas. Espero poder arañar algún punto que me salve de esta primera quema con el que poder resarcirme en una segunda ronda, pese a que se me antoja una meta igual de ardua que Mordor para Frodo.
Aprovecho el debate de la presencia de tanto veterinario, y acogiéndome a mi atracción hacia la carrera de Biología (estudios que cambié al poco tiempo por otros más artísticos, todo hay que decirlo), me parece que mi micro se ha analizado con un exceso de rigor científico en menos cabo de la libertad de ficción. ¡Ojo! Que esa apreciación personal no resta los tres meritorios golazos que Germinal me ha colado por toda la escuadra.
Pues eso, me voy a lamer las heridas...
Cierto es que necesitaré de tiempo para arreglar todas y cada una de las partes de mi armadura: creo que no hay ni un solo centímetro cuadrado que no haya salido mal parado...
Felicitar a mi apreciadísim@ Germinal, que menudo repaso me ha dado en el arranque de estas Microjustas. Espero poder arañar algún punto que me salve de esta primera quema con el que poder resarcirme en una segunda ronda, pese a que se me antoja una meta igual de ardua que Mordor para Frodo.
Aprovecho el debate de la presencia de tanto veterinario, y acogiéndome a mi atracción hacia la carrera de Biología (estudios que cambié al poco tiempo por otros más artísticos, todo hay que decirlo), me parece que mi micro se ha analizado con un exceso de rigor científico en menos cabo de la libertad de ficción. ¡Ojo! Que esa apreciación personal no resta los tres meritorios golazos que Germinal me ha colado por toda la escuadra.
Pues eso, me voy a lamer las heridas...
Barón, yo me declaro culpable de ser lo que soy, de no haber conseguido dejar de serlo, a pesar de haberlo intentado y haberme puesto en la piel de alguien ajeno durante unos días, para valorar su micro, pero es que creo que aunque no fuera lo que soy, habría votado a su adversario. Aducir razones más o menos científicas era la argumentación más fácil para mí, porque además me parecía el método menos 'doloroso'. Pero es que sigue sin encandilarme la historia, y lo siento en el alma, de verdad.
Las microjustas a veces pueden ser macroinjustas, al menos en lo que a resultados se refiere. Yo creo que tus híbridos son más que merecedores de una segunda ronda, aunque quizás si hubieses apostado por una mezcla aún más loca, no sé, un oso hormiguero por ejemplo, eso seguro que hubiera desconcertado a los jueces y alguno te habría votado.
Hablando en serio ahora, creo que en esta primera ronda has puesto todos los huevos en la misma cesta, y podría haber salido bien, pero ha sido sin duda arriesgado, ya que tus dos micros juegan a lo mismo: animales con comportamiento aberrantemente divertido. Yo, como fan incondicional de tus historias de Facebook (entre partida y partida de Candy Crush echo un vistazo) y tus micros de ediciones pasadas (aún recuerdo el del antropólogo al que una tribu lanzaba 500 huevos) sé que eres capaz de deslumbrar. Pero como decía el maestro chiquito: una mala tarrrde la tiene cualquiera, así que solo espero que se llegue al cupo de participantes para que no quedes eliminado en primera ronda.
Mi más sincera enhorabuena, no cambies nunca, Barón.
¡Válgame el dios Hipérbaton que mis palabras hayan rezumado lo más mínimo una crítica deconstructiva hacia el buen hacer de los jueces! Nada más lejos de mi intención, pues repletas siempre de contenido son sus meditadas reflexiones y proposiciones.
Tomando tus sabias palabras, querid@ Germinal, me disfrazo de Chiquito y, lanzando al aire una patada pecadora, exclamo: "¡¡¡Me caaaAAAaaago en mis mueeeEEEeeelasss...!!!", pues cierto es que no he afinado con mis propuestas, demasiado repetidas en lo que a la temática se refiere. Tengo otra armadura de recambio, pero ya veremos si llego a poder estrenarla.
Gracias, porque agradecido se ha de ser en esta vida, al triunvirato judicial por sus acertados matices. Y a ti, Germinal, por ayudarme con tu apoyo a intentar ser más esdrújulo si cabe.
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Conservación fallida
Muchos consideraban una crueldad confinarlos en aquel hábitat, empujarlos sin remedio a esa existencia artificiosa. Otros, por contra, creían que así los salvaban de la extinción inminente; pero sería cuestión de tiempo, en realidad, que aquellos bípedos lampiños acabasen desintegrando su propio peñasco flotante en mitad del cosmos.