Queridos finalistas, bienvenidos a Villa Diodati.
Agosto de 1816. Lord Byron, Mary Shelley (entonces Mary Godwin), Percy Shelley y John William Polidori se alojaban en una mansión abandonada en las inmediaciones del lago de Ginebra, en Suiza. Ese año, conocido como el “año sin verano”, se produjeron una serie de anomalías climáticas, en gran parte gracias a la violenta erupción del volcán Tambora de Indonesia, que obligó a los cuatro escritores a quedar confinados en el interior de la mansión durante varios días. El opio y el alcohol eran la dieta principal y una de esas noches, Percy Shelley tuvo una visión terrorífica. Lord Byron propuso entonces que cada uno escribiese una historia de terror para contársela entre ellos. Ahí se empezaron a fraguar dos de las obras más importantes del siglo XIX: El vampiro, de John William Polidori, y Frankenstein o el moderno Prometeo, de Mary Shelley.
Ahora, finalistas, introducíos en nuestra Villa Diodati virtual. La oscuridad cubre la mansión, los rayos y truenos se suceden en el firmamento, y, en este marco tan particular, debéis crear un relato terrorífico. Solo os pido una cosa: del mismo modo que Polidori y Shelley contaron las historias de un vampiro y un monstruo, en vuestro micro deberán aparecer ambas criaturas: un vampiro y un monstruo (existente o de vuestra invención). Eso sí, deben ser dos personajes diferentes. No hace falta que los mencionéis, es suficiente con que notemos su presencia.
El micro no excederá las 50 palabras (título incluido) y, sobre todo: el primero en colgar su micro deberá hacerlo teniendo en cuenta que el personaje principal es el vampiro, el segundo, lo hará teniendo en cuenta que el personaje principal es el monstruo.
La fecha límite es el lunes 27 de marzo a las 23:59.
¡Suerte a ambos!
RIP
Estoy inmóvil sobre el catafalco húmedo del mortuorio. Ante mí, la capa se alza en pie. Respira sibilante, con depravación sardónica, esperando su turno. El alba despunta. La luna es nueva. El tejido rojinegro revolotea, se abalanza ansioso. Por primera y única vez, veo claramente mi reflejo. Y rezo.