Hace un tiempo quise dar a conocer en OJ a este poeta que descubrí el año pasado y que me encantó con su verbo y su imaginería mundana. Como dije por otro lado, la poesía allí parecía no interesar a nadie. Lo meto ahora aquí con mayor esperanza de éxito y de que, si lo desean, lo disfruten como yo lo hice. Inicio de La casa encendida Porque todo es igual y tú lo sabes, has llegado a tu casa y has cerrado la puerta con aquel mismo gesto con que se tira un día, con que se quita la hoja atrasada al calendario cuando todo es igual y tú lo sabes. Has llegado a tu casa, y, al entrar, has sentido la extrañeza de tus pasos que estaban ya sonando en el pasillo antes de que llegaras, y encendiste la luz, para volver a comprobar que todas las cosas están exactamente colocadas, como estarán dentro de un año, y después, te has bañado, respetuosa y tristemente, lo mismo que un suicida, y has mirado tus libros como miran los árboles sus hojas, y te has sentido solo, humanamente solo, definitivamente solo porque todo es igual y tú lo sabes. (...) Quiéreme Busca un sitio en mi piel que no haya sido escrito por tu mano y que no tenga algún temblor, alguna luz de tu carne en su memoria ciega. Busca un sitio en mis ojos que no haya sido espejo y que no sienta cristalizar esa sonrisa tuya que camina en el mundo alegre y huérfana. Lo que llamaste «nunca», ya está aprendiendo a andar sobre la tierra; y lo que llamas «quiéreme» no es sangre pero riega mi cuerpo como ella. Sí, todo es tuyo, y sin embargo siento algo que está más cerca de mi que estoy yo mismo, algo que vive sólo para acabar, algo que cesa contigo, amor, y que me hará imposible la vida misma que me das entera. Recordando un temblor en el bosque de los muertos Si el corazón perdiera su cimiento, y vibraran la tierra y la madera del bosque de la sangre, y se pusiera toda tu carne en leve movimiento total, como un alud que avanza lento borrando en cada paso una frontera, y fuese una luz fija la ceguera, y entre el mirar y el ver quedara el viento, y formasen los muertos que más amas un bosque ardiente bajo el mar desnudo -el bosque de la muerte en que deshoja un sol, ya en otro cielo, su oro mudo- y volase un enjambre entre las ramas donde puso el temblor la primer hoja...
Luis Rosales, la llama que arde y ardiendo te quema
Me quedo con el segundo de los que nos presentas y el tercero. El primero me parece desde luego muy original y la muestra latente de que se puede hacer poesía de cualquier cosa y vivencia, incluso de lo más sencillo. Hoy de casualidad, he acariciado varios de sus libros mientrás elegía de las estanterías cuáles llevar a mi casa y guardarlos como un tesoro hasta el final de mis días, pero no me ha llamado especialmente la atención. Prometo seguir su pista de ahora en adelante y la próxima vez que vea algo de él en una librería lo daré buen recaudo. Gracias por la recomendación.
Je, a mí me pasó al contrario, tan solo que me leyeran esos primeros versos de La casa encendida ya me hizo buscar el poemario por medio mundo. Al final lo conseguí en una libreria de viejo pero venía muy gastado, así que pasé de él. Cogí el de la biblioteca, lo fotocopié y lo encuaderné, y por ahí lo tengo. En general el poemario es bueno, pero no deja el mismo gusto; eso como poema a parte a mí me fascina, me transmite mucho cada vez que lo leo. Y lo demás... bueno, me alegra que os haya gustado. Para esto estamos por aquí también, supongo, para descubrir nuevas cosas.
Ya le conocía, aunque creo que por tu antología, francamente. Quiéreme es Dios, simplemente, Dios. Uno de esos poemas que podrían perfectamente cambiarte la vida, y dejarte susurrándole a un recuerdo.
Me encanta la primera, que tan bien expresa la soledad y la rutina, la costumbre a la que a veces nos vemos obligados. Me recuerda mucho a una de Bécquer que me encanta, y que habla precisamente del cambio en su vida, cuando en un principio todo era algo nuevo, y al fin, los días acaban siendo todos iguales. Y de alguna forma también me recuerda a la canción de Sabina: "Calle Melancolía". La segunda no me dice tanto, pero el último soneto es fantástico. No había oído hablar de este autor, pero ya no se me olvidará su nombre. Voy a buscar más cosas suyas.
Un saludo, y gracias por descubrírnoslo.
Tok
http://tokrand.blogspot.com