A raíz del libro que me estoy leyendo, Imbécil y desnudo, de Rubén Lardín, he leído este artículo sensacional que ha salido en El país y que me parece encomiable y debería leer todo amante de la literatura. Son tiempos malos, nena. Pero con cosas como ésta uno descubre que no todos han sido vencidos. Si tienen un ratito, no duden en leerlo. Y ya de paso, tal vez le entren ganas de leer a este rarucio tipo íntegro y con cojones. Algo que se echa de menos hoy día.
No puedo dejar de recordar este párrafo: "España sigue siendo la España de Berlanga. Y como decía él, en este barco estamos todos y no podemos vivir fuera de él, pero si puedo, me mearé siempre en la misma esquina hasta hacer un agujero y conseguir que esto se hunda. Lo siento, la vida es maravillosa, pero el mundo me parece una puta mierda".
Dios.
Ya comentarás qué tal está el libro. No es un tipo de escritura que me atraiga en este momento, supongo que porque no coincido en esto del despotrique. Me parece que es algo muy manido. Quien diga que no está bien visto esto de soltar sapos y culebras, creo que se para en una visión superficial de las cosas. Arturo Pérez Reverte no es el articulista más popular de El Semanal porque a la gente no le guste que se digan exabruptos, más bien al contrario. Luego, no es raro ver noticias de este tipo. Hace poco caí sobre una de un tío al que le propusieron escribir en este plan quejándose de todo para un periódico.
No niego que la mezcla de ingenio y maldiciones sea entretenida de leer, pero también creo que deslumbra más de lo que debe.
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.