Nazareth Hill

Imagen de HPLovecraft

Desde siempre, los padres siempre se han esforzado en demostrar a sus hijos que los monstruos que pueblan su imaginación no son reales, que no tienen nada que temer de las casas abandonadas o de la oscuridad, y que papá y mamá nunca les abandonarán. Amy va a descubrir por la fuerza que todas esas promesas no son más que mentiras y que el verdadero terror tiene un rostro muy definido.

Sinopsis

 

Amy, una niña de ocho años, la llamaba la casa de las arañas porque le daba escalofríos, hasta que su padre le reprendió por ser tan tonta. Su nombre auténtico era Nazarill, y no había nada de lo que asustarse; sólo era una mansión en ruinas con vistas al pueblo. Pero cuando el padre de Amy la aúpa hasta una ventana vacía para que pueda mirar dentro, lo que ve difícilmente calma sus miedos: un cadáver marchito, tendiendo sus brazos putrefactos en un horrible abrazo. Esa misma noche Amy tiene una vívida pesadilla en la que su padre le dice que su madre está muerta, que ella está loca y que vive en Nazarill.

 

Siete años más tarde, tras olvidar sus visiones de pesadilla, Amy vive allí. Tras ser costosamente reformada, Nazarill se ha convertido en un edificio de apartamentos, y la que fue una ruina húmeda y fría ahora es el inmueble más atractivo de la población. Pero bajo la pintura brillante y la argamasa reciente, perduran los ecos del pasado maléfico de Nazarill. Y cuando Amy empieza a descubrir su historial de tormentos, está a punto de averiguar lo celosa que es Nazarill a la hora de guardar sus terribles secretos.

 

Sobre el autor

 

John Ramsey Campbell nació en Merseyside, Liverpool, el 4 de enero de 1946. Es escritor de relato corto, novelista y editor. Está considerado por la crítica especializada como uno de los grandes maestros del terror actual. Su precocidad en la escritura, así como su cuidado estilo, le llevó ser publicado por vez primera en 1964 por Arkham House. Aconsejado por su editor, August Derleth, reescribió sus relatos cambiando las localizaciones típicamente de Lovecraft por otras, igualmente imaginarias, de su Inglaterra natal.

 

De escritor de pastiche pasó a convertirse en un autor de estilo propio que mostraba, y aún muestra, una facilidad inusitada para asumir el punto de vista de mentes enfermizas quizá no vista desde el gran maestro del terror Edgar Allan Poe. Esta evolución puede observarse en "Demonios a la Luz del Día" (1973), algunos de cuyos relatos contienen elementos de los Mitos, aunque ya mencionados vagamente. Desde entonces Campbell ha publicado gran número de libros, siendo muy recomendable "Solo entre los Horrores" (1993).

 

Su obra puede dividirse en dos grupos, principalmente: novelas realistas y sobrenaturales.

 

Entre las primeras destacan "El Rostro que Debía Morir" (1983) sobre un asesino en serie de tendencias homófobas, "La Cuenta de Once" (1991) con un asesino obsesionado con el número once y "El Único Lugar Seguro" (1995) acerca de la crueldad y el horror en el día a día (sin duda, su gran especialidad)

 

Entre las segundas destacan "Encarnado" (1983) que difumina las fronteras entre sueño y realidad, "Sol de Medianoche" (1990) donde una entidad extraterrestre trata de penetrar en la Tierra a través de la mente de un escritor de cuentos infantiles y "Fantasmas Necesitados" (1990) una fantasía que mezcla el horror y la comedia.

 

Dentro de su faceta de editor Campbell ha sacado a la luz un gran número de antologías, entre las que se cuenta "Nuevos Cuentos de los Mitos de Cthulhu" (1980) publicada por Ediciones Valdemar dentro de su línea "Valdemar Gótica".

 

La Idea

 

Los escritores de terror acostumbran a escoger un eje sobre el que hacer girar todo su trabajo literario. En el caso de Ramsey Campbell se puede afirmar sin ninguna duda que se trata del terror que provoca lo cotidiano cuando se transforma en algo enfermizo y perturbador, aun sin entrar necesariamente en el campo sobrenatural. De hecho, en algunas otras de sus novelas como "Silencio" (que veremos próximamente), podemos comprobar esta misma concepción que Campbell adopta de la literatura de terror. Para dotar de un aura de horror clásico a su historia, incluyó en "Nazareth Hill" la figura de la casa encantada, el gato colgado de un árbol y otros elementos igualmente perturbadores.

 

De hecho, la presente novela es una vuelta de tuerca a un trabajo anterior con el que Campbell obtuvo una espléndida crítica: "El Parásito". La sinopsis de dicha novela es: "Rose, una niña de diez años, está reunida con un grupo de amigos, todos mayores que ella. Para divertirse han entrado en una casa abandonada y, sentados alrededor de una mesa, tratan de invocar a los espíritus. Ocurre algo anormal. Todos huyen. La puerta se cierra tras ellos y Rose se queda sola en la habitación, sin poder salir. Veinte años después, Rose está felizmente casada con Hill Tierney. Ambos escriben sobre temas cinematográficos e imparten clases en una universidad. Rose no recuerda aquel suceso de su niñez pero siempre la acompaña un vago sentimiento de angustia hasta que, estando de viaje en Nueva York, es atacada por un desconocido. A partir de entonces el pasado comienza a actualizarse y el terrible secreto a hacerse presente." Los paralelismos con la novela sobre la que nos ocupa son más que evidentes y creo que no precisan mayor comentario.

 

Películas como "Sesión 9" o "Madhouse", por no hablar de las adaptaciones cinematográficas de algunas novelas del propio Campbell, participan en el germen de la mayoría de su trabajo literario. El autor lo resumió en una frase, en una de las múltiples entrevistas que le han realizado a lo largo de los años, "la idea de que cualquiera de nosotros pueda volverse loco y de que el mundo es un lugar enfermo, donde en cualquier momento el comportamiento civilizado puede transformarse en fanatismo o en barbarie, es terrible." Y tiene toda la razón.

 

A partir de este punto, se incluyen detalles explícitos de la trama y el argumento.

 

Análisis

 

La historia de Nazareth Hill gira en torno a una joven, llamada Amy Priestly, que durante la infancia sufrió un hecho traumático. Aproximada por su padre a una ventana de la vieja casa de Nazarill, a la que llamaba "la casa de las arañas", la pequeña Amy de ocho años cayó en su interior. Allí, además de arañas y mobiliario deteriorado por los años, tiene una visión espeluznante de "algo" que la dejará secuelas para siempre. Siete años después, olvidado ya ese espantoso momento, quiere la casualidad que se muden a vivir a esa misma casa, convertida en un edificio de pisos. Hasta este punto del relato, parece lógico pensar que se trata de una historia de casas encantadas, pero no es exactamente el caso. De hecho, la mayoría de los elementos más aterradores que se suceden en la novela pueden ser enmarcados dentro de lo natural, si bien resultan perturbadores por los elementos que Campbell introduce con cuentagotas destinados a añadir ese elemento extra de horror sobrenatural. Llegados a cierto punto de la novela, la historia se centra en la tensión existente entre el padre de Amy y la joven, pasando a ser la casa un mero atrezo que sólo ambienta y justifica la disputa.

 

El sentimiento de terror que se encuentra omnipresente en la novela parece trabajar en dos niveles diferenciados y tratados con desigual fortuna. Por un lado, el conflicto entre el padre y la hija que va creciendo gradualmente de intensidad hasta convertirse en una relación pavorosa de odio y maltrato irracional. Aquí debo señalar que la supuesta "rebeldía" de Amy resulta creíble, únicamente, atendiendo a la edad de la protagonista porque, de otro modo, parecería artificiosamente creada para dar lugar al típico enfrentamiento generacional que justificaría parte del desarrollo de la trama. En otro nivel tenemos la, supuestamente, espeluznante historia de la casa encantada que sólo es tratada de modo tangencial, quedando Nazarill relegada a un mero objeto con nombre propio. Tanto es así que, en algunos momentos, resulta demasiado evidente que el terror del que Campbell quiere darnos cuenta no es el sobrenatural (aunque le sirva como excusa para justificar el relato, repito) sino el que puede producirse en cualquier hogar, en cualquier momento. La génesis maldita de la casa puede guardar una cierta semejanza con "La Casa Infernal" de Richard Matheson (que veremos en otro artículo) si bien, en esta última novela, la casa Belasco está dotada de una personalidad arrolladora y destructiva de la que carece completamente "la casa de las arañas" de Amy.

 

Con todo, algunos momentos de la novela recuerdan, sin duda, a "El Resplandor" de Stephen King. El aislamiento de los personajes en Nazareth Hill causado por los acontecimientos que provocan que los vecinos vayan abandonando el lugar y que se producía en la obra de King debido a la fuerte nevada invernal, conduce a uno de los personajes a la locura guiado en este viaje, se supone, por las entidades malévolas que habitan entre los muros de la vieja casa. En el caso de la novela de King, tenemos la oportunidad de ver cómo estos seres sobrenaturales conducen a Jack primeramente al desconcierto, posteriormente a la obsesión y por último a la locura. En la historia de Campbell podemos adivinar hechos parecidos, pero los fantasmas que poseen al padre parecieran más bien radicalizar su mente ya de por sí inflexible, estricta y obsesiva que, a pasos agigantados, va perdiendo el contacto con la realidad. Por otro lado, la tensión creciente que existe entre Jack y Wendy en "El Resplandor" se ve claramente reproducida entre Oswald y Amy, salvando las obvias distancias. Presa de un comportamiento decimonónico, cristiano radical y represivo, Oswald decide que la vergüenza que su hija supone para él con su rebelde comportamiento debe ser escondida a ojos de los demás. Para ello, la encierra bajo llave en su cuarto y no permite que salga ni siquiera cuando Amy le dice que se encuentra enferma y que necesita ser reconocida por un médico. La claustrofobia que produce el hecho de que el padre no consienta, ni bajo esas condiciones, que su hija salga de la habitación es transmitida por Campbell de una forma tan realista y creíble que el lector no puede evitar sentir en su propia piel el sufrimiento de la joven.

 

Como todo libro, la presente obra bebe de muchas fuentes o, cuando menos, puede ser comparado con otras obras ya existentes en la literatura de terror. Así, además de "El Resplandor" de Stephen King, nos encontramos con personajes fantasmagóricos omnipresentes, pero distantes e invisibles, que recuerdan a la insuperable "Otra Vuelta de Tuerca" de Henry James. "Nazareth Hill" no contiene las múltiples relecturas e interpretaciones de la obra de James, aunque sí comparte la extraña interacción del mundo de los vivos con el de los muertos, si bien más insinuada que en "Otra Vuelta de Tuerca", y el terrorífico momento en el que el personaje del padre parece haberse transformado en otro ser demoniaco más, dispuesto a hacer de la vida de Amy un verdadero infierno. El final de la novela, no tan climático como hubiera sido de desear y sí bastante predecible, resulta únicamente salvable por las escenas que se producen entre el padre y la hija que, además de presentar una manufactura perfecta, resultan escalofriantes. En ellas, vemos cumplido el vaticinio del sueño de Amy, concluyendo la historia, cerrando el círculo e intuyendo en todo ello la intervención de los fantasmas de la casa. No entraré en detalles para que el lector pueda disfrutarlas/sufrirlas.

 

Si únicamente pudiesen emplearse dos adjetivos para definir esta novela, estos serían opresiva y angustiosa. La prosa de Ramsey Campbell, justo es reconocerlo, se encuentra muy por encima de otro gigante del terror como es Richard Matheson (algunas de cuyas obras veremos más adelante en esta misma colección). Pero sin embargo esta ventaja se transforma en inconveniente cuando, algunos párrafos, resultan farragosos, tediosos, confusos o repetitivos, adjetivos con los que nunca han podido ser calificados ninguno de los párrafos de las novelas de Matheson. Ahondando en esto, en su día se hicieron una serie de críticas más que justificadas, en mi opinión, acerca de que Ramsey Campell realiza una hipertrofia de lo que nunca debió ser más que un relato, género literario que el autor domina a la perfección, según mi parecer.

 

La edición española contó con una traducción realizada por Manuel de los Reyes y Manuel Mata. Si ya de por sí resulta difícil mantener la uniformidad y muy especialmente la fidelidad con un solo traductor ("traduttore, traditore", que reza el dicho italiano) podemos imaginar el desconcierto que puede suponer emplear dos. Además se aprecia en el texto que dicha traducción fue realizada a una velocidad de vértigo. Esto, muy lejos de ser motivo de duda sobre la profesionalidad de los traductores anteriormente mencionados, nos remite a las exigencias editoriales que, además, permitieron un gran número de errores en el texto final. De hecho, una de las mejores anécdotas del libro y que poco tiene que ver con el original de Campbell, se produce cuando la pequeña Amy de ocho años, tras el incidente vivido en el interior de la casa, tiene una horrenda pesadilla en la que el padre le dice que su madre está loca, que ella está muerta y que vive en Nazarill cuando, obviamente, debería haber dicho que su madre está muerta, que ella está loca y que vive en Nazarill.

 

Dentro de la Colección

 

"Nazareth Hill" suponía el estreno de una nueva línea de novelas por parte de La Factoría de Ideas. Con el objetivo de separar las novelas de fantasía y de terror, la editorial escindió esta segunda colección que se encargaría, teóricamente, de los relatos que no tenían cabida en el género de la Fantasía. Dos de los títulos que habían aparecido en la colección de “Solaris Fantasía” volvieron a aparecer en “Solaris Terror”: "Cthulhu 2000" y "El Necronomicón". Tras haber leído los cuatro volúmenes aparecidos de relatos lovecraftianos, admito que me abalancé con avidez sobre esta novela que se englobaba, directamente, bajo el título de "terror". En aquella primera lectura mi decepción no tuvo límites.

 

Algún tiempo después, una segunda lectura me hizo aprender a apreciar más el profuso y perfeccionista estilo de Ramsey Campbell y logró que me congraciara con un autor del que me propuse no volver a leer ninguna novela más. Curiosamente, sus relatos de tipo pastiche forman parte de los mejores que pueden encontrarse, lo que redunda en el hecho de que parece extenderse en demasía en sus novelas, desacierto que comparte con Stephen King y Anne Rice.

 

Eliminando los elementos sobrenaturales y ese conato de posesión hacia el final del libro, "Nazareth Hill" podría pertenecer al género de novela "mainstream", anglicismo que se emplea para aquellos trabajos que son aceptados mayoritariamente por la sociedad (cosa que no sucede con el género de terror). Sin embargo, Ramsey Campbell se las apaña genuinamente bien para introducir de cuando en cuando elementos perturbadores en un intento, no muy exitoso, de que la casa no sea sólo un elemento inerte, sino la causante de los hechos que allí van acaeciendo uno tras otro y que conducen al desastre. Porque, y esto es de justicia advertirlo, el final del relato no es del agrado de todos los lectores.

 

Quizá no fue el título más adecuado para abanderar una colección que comenzó llamándose "Solaris Terror", salvo que quisieran advertirnos de que la temática iba a ser más amplia que el simple horror sobrenatural clásico. A pesar de no ser una novela de mala calidad, muy al contrario, sí puedo afirmar que en absoluto fue lo que me esperaba.

 

Calificación: 70

Título: Nazareth Hill

Autor: Ramsey Campbell

Editorial: La Factoría de Ideas

Edición: Rústica, 336 páginas

Lo mejor: Interesante y perturbadora.

Lo peor: Más extensa de lo necesario.

Sinopsis: Nazareth Hill es una nueva y perturbadora visión del género de "casas encantadas" por el aclamado autor inglés Ramsey Campbell.

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