Traición

Imagen de PedroEscudero

Reseña de la novela de Scott Westerfeld

Este libro nos presenta un mundo futuro donde la perfección física no sólo es la norma, sino que resulta obligatoria. La población es adoctrinada desde la infancia para aceptar que el aspecto lo es todo, la felicidad radica en él, y que su físico resulta imperfecto, por lo que los adolescentes cuando cumplen los dieciséis años están deseando someterse a la operación que los convertirá en “perfectos”. La situación social es tal que la población vive segregada en función de su aspecto y edad, desde los imperfectos adolescentes, hasta los perfectos ancianos.

En este contexto la protagonista, Tally Youngblood, está ansiosa por cumplir su sueño y convertirse en “perfecta”. Dado que es la más pequeña de su grupo de amigos se encuentra sola porque al sufrir la transformación los nuevos perfectos se trasladan a la ciudad de “Nueva Belleza”, y pese a que ―a diferencia de los imperfectos― pueden viajar con libertad y regresar a sus antiguas residencias, nunca lo hacen. Especialmente dolorosa resulta para Tally la separación de su amigo Peris ―tan sólo unos meses mayor que ella― con el que pierde contacto tras la operación. Decidida a saber por qué su amigo la ignora, se decide a entrar, pese a las prohibiciones, en la ciudad de los jóvenes perfectos. Es de este modo cómo desencadena una serie de acontecimientos ―comenzando por el encuentro con la que se convertirá en su mejor amiga, Shay― que la harán iniciar una aventura que hará que cambie para siempre tanto su percepción del mundo como su propia personalidad, que tan bien condicionada y asentada se encontraba dentro de aquella sociedad perfecta.

Porque esta novela es ante todo una aventura, matizada desde luego con otros ingredientes, y como tal hay que valorarla. Orientada como está al público juvenil la trama se desarrolla en buena parte en un viaje ―o más correctamente en una fuga― de la protagonista tanto de su ciudad como de lo que representa, un mundo perfecto en el que el individuo está supeditado al bien común, sin que sea posible disidencia alguna dado que se ha alcanzado un estado de felicidad “científico”. Tally debe enfrentarse constantemente a la disyuntiva de una vida feliz en la que cree y que desea con todas sus fuerzas, o en traicionar la confianza que ha depositado en ella su amiga. Un dilema que marca buena parte de la aventura, pero que sólo es el principio, dado que luego esa traición y sus consecuencias tienen implicaciones que marcaran el devenir no sólo de la pareja de amigas sino de su propio mundo.

Unida de manera ineludible a la aventura, como un elemento subyacente, se encuentra el dilema y la inquietud que provoca un mundo perfecto en el que la libertad del individuo se ve sometida por el bien común, en la mejor tradición de novelas de ciencia-ficción como “Fahrenheit 451” o “Un mundo Feliz”. Por supuesto muchos de los amantes de la ciencia-ficción más tradicional argumentaran en contra de esta afirmación ya que no se ahonda tanto como en ellas en este sentido, y es cierto, pero no es necesario, y no sólo porque, como decía con anterioridad, se trata de una novela de aventura, sino porque es más importante esbozar el problema y las consecuencias que tiene éste sobre la protagonista y su entorno que profundizar en él. De este modo el lector es capaz de extraer sus propias conclusiones sin que sea el autor quien mastique un razonamiento ex profeso.

La construcción del ambiente, de ese mundo futuro en el que se desarrolla la acción, resulta un tanto lenta, en especial porque priman los sentimientos personales de la protagonista sobre otros aspectos durante el arranque, incluso sobre la aventura que es el eje fundamental del resto de la novela. Quizás por ello el autor ha empleado una de las frases en el inicio del libro que más chocantes me han resultado, y que casi parece fuera de lugar en una narración juvenil de tono amable, pero que en cambio creo que es todo un acierto dado que no deja indiferente y da intensidad a ese comienzo. ¿Y quién puede quedar indiferente ante una frase como “El cielo de principios de verano tenía el color rosa del vómito de un gato”?

En el aspecto formal, otro de los aciertos del autor son los diálogos, en los que se refleja en buena medida el dilema moral que sufre la protagonista. Desde luego cada lector elegiría los suyos, pero no puedo dejar de recomendar cuatro de ellos por lo representativos de los distintos estados de ánimo y las decisiones que se toman a lo largo de la historia: la conversación inicial entre Peris y Tally, las discusiones sobre la importancia del aspecto físico entre Tally y Shay, las palabras de los padres de la protagonista en los que el lector ya intuye algo fuera de lugar en su comportamiento, y, por supuesto, la charla con David justo antes de que éste revele su secreto.

Sólo le encuentro un punto negro ―que en modo alguno afecta a la calidad del conjunto pero sí la empaña― a la cuidada edición española, y es la traducción del título. Me resulta muy extraño que se haya preferido un título tan poco original y revelador como “Traición” frente al más lógico "Feos" o “Feuchos” (“Uglies”, en inglés, que además enlaza a la perfección con las otras tres novelas de la tetralogía ya publicadas en Estados Unidos: “Pretties”, “Specials” y “Extras”). Sin duda se podían haber empleado términos más adecuados.

En conjunto se trata de una novela recomendable, que aunque orientada a un público juvenil cualquiera puede disfrutar, y en la que al ritmo de una buena aventura se nos presentan dilemas morales entremezclados con las inquietudes propias de la adolescencia con más acierto que en otros títulos. Personalmente la recomendaría como regalo para estas navidades, puesto que por un lado no se trata de una novela vacía, y por otro conseguirá mantener la intriga y el interés del lector hasta sus últimas páginas.


El autor

Scott Westerfeld nació en Dallas el 5 de mayo de 1963. Es un conocido autor de ciencia ficción juvenil en Estados Unidos. Su primera novela fue Polymorfia, en 1997, aunque su salto definitivo a la fama llegó con las series “Uglies” y “Midnighters”. Ha recibido numerosos galardones por sus obras entre los que destacan el premio de la asociación de libreros al mejor libro juvenil de 2006 (precisamente por “Traición”), y la mención especial a “Evolution's Darling” en el año 2000 en los premios Philip K. Dick.

Para más información: www.traición-novela.com

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