Las brujas
Reseña sobre la magnífica novela de Roald Dahl, dónde nos revela todos los secretos de las brujas a través de la aguda mirada de una abuela noruega y su nieto.
Roald Dahl, para mí, es equivalente a literatura infantil –o juvenil- de calidad. Su desbordante imaginación, sus sorprendentes historias, su estilo narrativo directo y expresamente dirigido al lector, así como su gran sentido del humor, son sólo algunos de los ingredientes que convierten a sus libros en magníficos pasatiempos.
No es de extrañar que hayan sido adaptados al cine, con mayor o menor acierto, ni que sigan dando ganas de leerlos aunque no encajemos con el patrón de edad que venga en la contraportada. Niños tan grandes como Tim Burton siguen sin poder sacárselos de la cabeza.
“Las brujas” encarna a la perfección esta particularidad de las historias de Dahl. Se trata, como se deduce del título, de una historia de tintes oscuros. A todos nos han atraído de niños las historias que daban miedo. El autor no lo olvida y plantea una historia clásica de un modo muy original.
Conservando los elementos de peligro y repulsión que tiene toda lucha contra seres malignos, sean estos brujas o vampiros, tamiza la historia desde su particular sentido del humor, no agobiando la narración para que sea apta para los más pequeños pero no haciendo concesiones que quitarían interés a su lectura pasada la infancia.
La mezcla es arriesgada, pero, a mi parecer, consigue llevarla a cabo con acierto. En una época en la que estamos acostumbrados a los finales felices a cualquier precio, nos encontraremos con que existen alternativas tal vez más interesantes.
De la mano de unos personajes tremendamente carismáticos –la abuela fumadora de puros me resulta de lo más sugerente por muy políticamente incorrecta que resulte- aquellos lectores amantes de la fantasía, de los cuentos y de las aventuras que todavía recuerden qué impresión les causaban la historias cuando eran niños podrán disfrutar de una magnífica y ligera novela con la que pasar una divertida velada.
Autor
Roald Dahl nació en 1916 en Llandaff (Gales), aunque su familia era de origen noruego, y murió en 1990 en Oxford. Fue un viajero infatigable y un aventurero. Durante la Segunda Guerra Mundial se alistó en la RAF como piloto de combate, una experiencia que plasmaría en “Volando solo”. El germen de esta historia -sus experiencias como piloto- y su primer libro, “Los gremlins”, lanzaron una carrera literaria que, a partir de ese momento, resultaría imparable.
Sus obras no han perdido vigencia, como constata la reciente adaptación cinematográfica de “Charlie y la fábrica de chocolate”, y abarcan géneros tan variados como el de terror o el erótico, aunque, sin duda, es conocido por sus libros infantiles y juveniles.
Entre sus obras más conocidas destacan: “Los gremlins” (1943) –adaptado al cine en 1984 por Joe Dante-, “James y el melocotón gigante” (1961), “Charlie y la fábrica de chocolate” (1964), “Las brujas” (1983) “Matilda” (1986) y “Cuentos en verso para niños perversos” (1982).
También escribió varios guiones cinematográficos, como “Sólo se vive dos veces” (1967) y “Chitty Chitty Bang Bang” (1968), ambos adaptados a partir de novelas de Ian Fleming.
Sinopsis
Las brujas sólo tienen un objetivo en la vida: eliminar el mayor número de niños posible. Sus métodos y su organización son un secreto, pero no para todo el mundo, pues siempre hay gente dispuesta a creer en su existencia y combatirlas.
Edición
Las brujas
Colección AlfaGuay
Editorial Santillana, 2003
Edición rústica de tapas blandas con magníficas ilustraciones de Quentin Blake, a mi parecer el ilustrador perfecto para las historias de Roald Dahl.
Otras ediciones
Círculo de lectores, tela 1989, cartoné 2002
Ediciones Alfaguara, cartoné 1995, 2005, rústica 1998, 2001, 2005
Salvat Editores, rústica 1987
Conclusión
Éste es un libro para niños que se sale de lo común. No es excesivamente ingenuo, no se para en mientes por si da demasiado miedo, presenta personajes que, según nuestra mentalidad actual, no son del todo correctos… y con estos elementos crea una magnífica historia.
Fantasía, ternura, terror: todo tiene cabida en la misma, incluso unas cuantas dosis de sátira social. Un libro inteligente que demuestra que la literatura juvenil e infantil no tiene por qué ser de escasa calidad o monótona. Un autor muy recomendable si queremos fomentar la lectura, o simplemente disfrutarla.
Y por este último punto –el disfrute- me permito alabar el buen hacer editorial de Alfaguara, que nos presenta un libro en un formato agradable, bonito y acompañando el texto de las muy sugerentes ilustraciones de Quentin Blake. Un magnífico producto para presentarnos una magnífica historia.
Nota: 80
Lo mejor: La originalidad del planteamiento de la historia.
Lo peor: El ritmo de la historia se rompe en algunos puntos.
- Inicie sesión para enviar comentarios