Fin del mundo en Breslau

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Segunda parte de la saga “Breslau” del autor polaco Marek Krajewski

Sabiendo que Fin del mundo en Breslau era la continuación de la saga detectivesca y de novela negra iniciada con Muerte en Breslau, y sabiendo también que la acción de esta última sucedía durante quince años en el tiempo, teníamos cierta intriga en conocer cómo se las había arreglado el autor Marek Krajewski para continuar la saga. Cabía la posibilidad de que fuera una continuación cronológicamente hablando, que aunque factible, quizá no era algo especialmente fácil por cómo se desarrollan los acontecimientos en la primera parte. O por el contrario que se tratara de una de esas mal llamadas “precuelas”. Al final se confirmó esto último, y la acción de esta segunda novela del autor polaco se sitúa siete años antes de la del primer libro.

Esta segunda novela de la saga situada en la actual ciudad de Wroclaw, es una historia de suspense, de crímenes y de investigaciones, pero sobre todo es una novela de personajes. Eliminado en esta ocasión casi todo el peso de la situación política de la época, Krajewski cede más terreno a los personajes. Por encima de todos sobresale la figura de Eberhard Mock, al que ya conocimos en la primera parte y al que conocemos mejor ahora. Aquí es el rey absoluto de la función, pues en la anterior ocasión las circunstancias del caso y todo el entramado político que lo rodeaba lo convertía en menos protagonista. Ya sabíamos que este policía era un hombre hosco, duro, culto, inteligente, seguro de sí mismo, amante de los excesos y de las mujeres, pero ahora además se destapa con esta novela como un maltratador, celoso y borrachuzo. Si en la primera parte era más bien el “bueno” (siempre con matices) en esta ocasión es un auténtico antihéroe que sin embargo es un genio y un azote para los delincuentes y asesinos de la ciudad.

 

En lo que es la trama en sí, en esta ocasión nos encontramos con un caso de asesinato muy sangriento y sádico que capta la atención del lector rápidamente. En general es todo más directo, se entra mucho antes en materia, ayudado también porque no hay que presentar a casi nadie porque ya los conocemos de Muerte en Breslau. El libro lleva dos tramas paralelas claras, y como ya ocurría en la primera parte, hay una gran cantidad de nombres y de situaciones que hacen que haya que poner atención al libro y no despistarse demasiado. Son de estos libros que como se dejen aparcados más de la cuenta, uno puede perder el hilo. Como ya hemos comentado, en esta ocasión la trama es más factible y más directa y el caso enseguida atrapa, pero Krajewski vuelve a adolecer aquí también de cierta falta de capacidad para crear suspense, y en un libro como éstos, es una losa que a veces pesa demasiado. En esta novela además utiliza un estilo mucho más descriptivo, quizás excesivo, pues en cada cambio de situación o escena nos describe al detalle los lugares donde se desarrolla la acción o los elementos con los que interactúan los protagonistas. Por eso, aunque lo que es la trama esta vez no es tan enrevesada, la prosa no se hace excesivamente ágil y el ritmo se ralentiza demasiado.

 

Pero aunque la resolución del caso se cierra sin excesiva brillantez, por lo menos el libro tiene algunos buenos momentos y mantiene el interés por descubrir al asesino, por ver cómo terminan los personajes y especular sobre cómo podría ser la tercera parte. A pesar de todo lo que hemos comentado, podría decirse que en general esta secuela supera ligeramente en cuanto a entretenimiento se refiere a la primera.

 

Autor

 

Marek Krajewski (nacido en 1966) es profesor de Latín en la Universidad de Wroclaw, Polonia. Con Muerte en Breslau (1999) dio a conocer al personaje de Eberhard Mock y obtuvo un gran éxito de público y crítica. Fin del mundo en Breslau (2003) supuso la continuación de la serie, que ha conocido tres entregas más hasta el momento. Las novelas de Krajewski se han traducido al inglés, francés, italiano, alemán, ruso, sueco, hebreo y holandés, entre otros idiomas.

 

Edición

 

Editorial Alamut

Cartoné con sobrecubierta

248 páginas

 

Conclusión

 

Aunque el autor se muestra en esta ocasión más meticuloso y descriptivo que en la primera parte y que no termina de manejar la intriga de la mejor manera, se podría decir que en los demás aspectos Fin del mundo en Breslau supone una mejoría respecto a su predecesor en cuanto a libro de entretenimiento. Además podríamos resaltar que se puede leer independientemente de no haber leído Muerte en Breslau, pues son casos independientes, pero como siempre pasa en este tipo de sagas que comparten protagonista, siempre es mejor empezar desde el principio.

 

 

Lo mejor: Es mucho más directo que su predecesor

Lo peor: Se muestra demasiado descriptivo, y eso rompe el ritmo

Nota: 69

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