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Un artículo sobre la película dirigida por Duncan Jones

 

El capitán Colter Stevens es un soldado norteamericano que forma parte de un programa experimental del gobierno para investigar y detener atentados terroristas. Su misión consiste en revivir una y otra vez los sucesos por medio de saltos en el tiempo hasta dar con el culpable. El principal problema radicará en que únicamente dispone de ocho minutos. Ese es el tiempo que tarda en explotar la bomba desde que despierta dentro del tren... a menos que se quede sin oportunidades.

Duncan Jones es el nombre clave de la película. El hijo de David Bowie y director de Moon, ganadora de numerosos premios de cine independiente. Al igual que ya hiciera en la anterior producción, Jones, vuelve a rodar un thriller cargado de numerosos giros, suspense y una ciencia ficción que nos trae a la mente otras tantas obras del genero. En esta ocasión no podemos dejar de sentir varios déjà vu con Atrapado en el tiempo, El único o la serie A través del tiempo. Esto no es molesto, de hecho se puede ir considerando el sello de identidad de una persona que reconoce abiertamente fan de grandes grabaciones de la ciencia ficción. Además, si algo hay que agradecer en Código fuente es el dejar patente que se pueden contar buenas historias sin necesidad de un gran despliegue de llamativos efectos especiales, cientos de espectaculares escenarios y un presupuesto de numerosos dígitos.

Por la parte de los actores encontramos al desconcertante Jake Gyllenhaal, que tan pronto nos hace un papel de psicópata en Donnie Darko, de vaquero homosexual en Brokeback Mountain o héroe descamisado en El príncipe de Persia y las arenas del tiempo. En esta ocasión parece que le han dado permiso para hacer gala de todo su repertorio de interpretación para dar forma a un militar inteligente, buena persona hasta el punto de resultar tierno, con grandes contradicciones internas pero sin perder nunca de vista su deber y patriotismo. Algo que hace de forma tan natural que no dudas poder encontrártelo en el próximo tren al que subas invitándote a un café. Enfrente encontramos a una hermosa y cándida Michelle Monaghan (El mito de Bourne, Sr. y Sra. Smith, Misión Imposible III) en el papel de Christina, una mujer encantadora que viaja en el tren y que, aparte de creer que le conoce, irá enamorando tanto al protagonista como al espectador de ocho en ocho minutos. Además, como tercer miembro aparece la oscarizada Vera Farmiga (El niño con el pijama de rayas, Up in the air) en el papel oficial Goodwing. Su cometido es ser una fría y distante informadora pero terriblemente empática que sufre irremediablemente por su compañero del otro lado de la pantalla. Juntos llevarán el ritmo de toda obra sin que resulte pesada ni aburrida. Con interpretaciones impecables dotadas de gran naturalidad y credibilidad.

En cuanto al guión posee lo necesario para enganchar durante una hora y media sin que te plantees nada. La historia es sencilla, entretenida y tiene un ritmo suficientemente ágil como para impedir detenerte a analizar lo que sucede. Tampoco es que posea una profundidad que lleve a plantearnos nuestra existencia dado que tiene más peso la acción, las carreras contrarreloj y los efectos especiales que las dudas éticas que nos plantea. Cabe destacar que, partiendo de tres escenarios claustrofóbicos, el vagón del tren, la sala de comunicaciones militares y la cámara de aislamiento, se despliega un repertorio de sucesos que en ningún momento se vuelve repetitivo o cansino. Las escenas de humor, policíacas o misterio que se producen en cada recreación de ocho minutos es totalmente diferente de la anterior y ayudan a mantener el interés. Todo el rato es lo mismo pero cada vez es diferente. Cosa que nos llevará a plantearnos algunos de los conocimientos científicos adquiridos sobre viajes en el tiempo en otras producciones.

En definitiva estamos ante una de esas raras películas que nos hacen volver a confiar en el cine. Que demuestra que no sólo las grandes superproducciones pueden arrastrarnos a las salas. Sin salir por mucho margen de la zona comercial-vende-palomitas permite disfrutar de una vuelta de tuerca a los saltos espacio-temporales y sus consecuencias para aquellos que se ven afectados. Una obra con buena historia pero que tampoco necesita romper mucho la cabeza al espectador para disfrutarla y que, al acabar, sienta alguna que otra necesidad de mantener conversaciones al respecto de lo sucedido en la pantalla. Por mi parte, muy recomendable verla.

 

Ficha técnica:

Título original: Source Code

Género: Ciencia ficción, thriller, acción, drama.

Director: Duncan Jones

Guión: Billy Ray, Ben Ripley

Música: Chris Bacon

Productora: The Mark Gordon Company / Vendome Pictures / Vendome

País: Estados Unidos

Duración: 93 min.

Año: 2011


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Victor Mancha
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Poblador desde: 26/01/2009
Puntos: 1798

 Bastante de acuerdo con la crítica. Una película inteligente y entretenida, que sdeja ver francamente bien, y con muy buenas actuaciones por parte de todos los actores. La única pega que le encuentro es que yo la hubiese acabado cinco minutos antes de justo donde acaba. El que la haya visto sabrá a que me refiero. 

Muy recomendable.

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stikud
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Poblador desde: 04/10/2009
Puntos: 103

Me la apunto.

Además, me gusta cómo trabaja Jake "Donnie" Gyllenhaal.

Y los cinco minutos que sobran... ¿no serán tipo "Los Otros", en plan "si os habéis dormido o sois lerdos os vamos a explicar lo evidente?

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Lawbug
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Poblador desde: 10/11/2010
Puntos: 503

Los cinco minutos a los que se refiere Victor no es que sobren simplemente es darle un doble cierre a la historia para hacerla circular. Eso es todo. Ni sobran ni faltarian. Simplemente es una puntilla de remate que te deja una sensación de: "¿Fin? ¿Creias que esto acababa así? Pues no. Aun no he acabado."

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