Malditos críos y críos malditos III

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Última entrega de esta serie de artículos sobre cine de terror y niños

 

Tienes las primeras entregas de esta serie de artículos en:

http://ociozero.com/22819/malditos-crios-y-crios-malditos-i

http://ociozero.com/22863/malditos-crios-y-crios-malditos-ii

 

ELLOS

Ils, David Moreau, 2006

Clémentine es profesora en el Liceo Francés de Bucarest y Lucas, novelista. La joven pareja vive felizmente alejada de la ciudad, en una enorme casa aislada en la montaña y perdida en medio de un bosque. De día es mostrada como un lugar paradisíaco pero, al caer la noche, su realidad va a dar un giro de trescientos sesenta grados y se va a convertir en la más profunda de las pesadillas. La feliz pareja todavía no lo sabe, pero les están espiando, acechando, realizando llamadas telefónicas en las que no se oye nada y haciendo ruidos inexplicables. Cuando caiga la noche, Clémentine y Lucas descubrirán que Ellos están ahí, en todas partes, hasta en su propia casa… ¿Quiénes son? ¿Qué quieren? Las respuestas habrá que buscarlas en los confines del miedo… Dicho lo cual, hay que avisar al espectador con no confundirla con Ellos (They, Robert Harmon, 2002) que trata sobre unos terrores infantiles que regresan al presente para llevarse a aquellos que marcaron en su infancia.

Al leer eso de las respuestas habrá que buscarlas en los confines del miedo no pude evitar recordar Los sin nombre (Jaume Balagueró, 1999) y su frase buscan los límites del mal... pero el mal no tiene límites. Ambas apuntan hacia un terror inconmensurable, incomprensible, más allá de lo concebible. Pero ambas adolecen de lo mismo: un final totalmente anticlimático que no concuerda con las expectativas creadas a lo largo de la película. Y debo admitir que las dos se cuentan entre mis películas de terror preferidas, pero eso no es óbice para reconocer y desvelar sus fallos, que son muchos. Entre los aciertos de Ellos se cuenta una continua sensación de angustia, una sensación de desconcierto permanente y una iluminación escasa que aporta al conjunto una tensión creciente, donde se insinúa cien veces más de lo que se muestra hasta el momento de su resolución donde, como ya he dicho, no pude evitar sentirme defraudado. Por otro lado están las repeticiones de los tópicos del género, de los que ya ni merece la pena hablar.

Con un presupuesto ínfimo y unos medios técnicos sólo aceptables, Ellos se convirtió en una película enormemente rentable; uno de esos inexplicables taquillazos tanto en Francia (su país de origen) como en el resto del mundo. La película recurre a todos los clásicos del género: pasos, golpes en las puertas, ruidos misteriosos de origen incierto, respiraciones, risas… todo siguiendo el más puro estilo le podría pasar a usted que predominaba en el cine de terror de los años setenta. Naturalmente, el misterio deja de ser tal cuando descubrimos que la película está basada en un suceso ocurrido en Rumanía en 2002, en el que dos extranjeros fueron asesinados por un grupo de niños. Imagino que muy parecidos a los que nos muestra la sangrienta Hostel 2 (Eli Roth, 2007) con la brutal escena final de los niños jugando al fútbol con la cabeza de una de las protagonistas. Sí, claro está, los misteriosos acosadores son un grupo de niños. De tratarse del monstruo comedor de sesos de la novena dimensión no tendría ningún sentido incluir esta película en el artículo.

 

¡ESTÁ VIVO!

It’s alive, Josef Rusnak, 2008

Lenore está embarazada de su novio de toda la vida, Frank, pero algo horrible sucede en la sala de parto, donde el doctor y las enfermeras son asesinados y quedan únicamente con vida la madre y el recién nacido. No hay rastros del asesino y la policía trata de resolver este misterio. Cuando Lenore y Frank llevan orgullosamente al bebé a su hogar, la gente comienza a desaparecer. Mientras la naturaleza del bebé es revelada, Lenore tendrá que escoger entre el amor por su recién nacido y su familia. Poco a poco, descubrimos que la joven decidió en un primer momento provocarse un aborto usando unas pastillas que una amiga le ayudó a buscar por Internet. Sin embargo, y tras tomar la primera dosis, Lenore cambió de opinión y decidió tener el niño. Pero el mal ya estaba hecho: la toma de esa pastilla provocó en el feto unas alteraciones, de consecuencias completamente inimaginables, que convirtieron a un bebé en poco menos que una demoníaca criatura sedienta de sangre que mata a todo aquel que se pone por medio.

Otro remake totalmente innecesario sobre el original de Larry Cohen de 1974 que ya hemos tenido ocasiones de ver anteriormente. Si el original en su día fue tachado de conservador y antiabortista (aunque yo más bien opino lo contrario) la presente versión parecía ser más radical aún: ya no eran píldoras anticonceptivas en mal estado, sino píldoras abortivas, conocidas como píldoras del día después. Menos proclive a esconderse que la de Cohen, la pequeña bestia de Rusnak hace algún que otro acto de presencia que podríamos haber ignorado. No me cansaré de repetir que el terror de lo que no se muestra, de lo que se insinúa con acierto, de lo que despierta el argumento de una película o novela en nuestra mente es mucho mayor que cualquier criatura que un experto en efectos especiales o un escritor pueda llegar a crear. Los propios miedos siempre son más terribles que los impuestos por otros y esta película confirma dicha idea. Tengamos al menos la esperanza de que no decidan rehacer la trilogía al completo.

 

LA HUÉRFANA

The Orphan, Jaume Collet-Serra, 2009

Cuando Kate y John Coleman pierden al bebé que estaban esperando, todo se derrumba a su alrededor. Su matrimonio se tambalea y la mente de Kate se llena de pesadillas, miedos y temores. Para intentar recuperar la normalidad, la pareja se dirige a un orfanato local con la intención de adoptar a un niño. Allí se sienten enigmáticamente atraídos por una niña de rostro angelical llamada Esther. Pero las cosas se tuercen tras la llegada de la muchacha a la casa de los Coleman, donde empiezan a ocurrir cosas extrañas. Cuando Kate empieza a darse cuenta de que Esther esconde un terrible secreto, comienza a investigar en la vida pasada de la niña y realiza insólitas averiguaciones. Preocupada por el peligro en el que se encuentra su familia, Kate trata que John y los demás puedan ver más allá del dulce aspecto de Esther. Pero nadie presta atención a sus advertencias y, aunque llegue a tiempo de descubrir qué es lo que sucede con la pequeña, es posible que ya sea demasiado tarde…

Heredera de los títulos de terror más clásicos de la década de los setenta del siglo pasado, La huérfana no es realmente una película de terror o, cuando menos, no se limita a ello. La complejidad de la trama y su original resolución hace de ella un thriller lleno de intriga y suspense que ha conseguido opiniones muy dispares entre crítica y público. Con tan sólo doce años de edad, Isabelle Fuhrman hace un brillante papel que recuerda a la soberbia actuación de Kirsten Dunst en Entrevista con el vampiro: Crónicas vampíricas (Interview with the vampire: The vampire chronicles, Neil Jordan, 1994) que casualmente contaba con la misma edad en aquel entonces. Además, como dato anecdótico, ha prestado su voz para la versión televisiva de Los chicos del maíz (The children of the corn, Donald P. Borchers, 2009), de la que hablaremos un poquito más adelante. Como muchas películas actuales, La huérfana tiene un final alternativo, pero contarlo es innecesario y no añade nada nuevo a lo ya visto.

Jaume Collet-Serra, el director catalán que ya nos sorprendió/espantó con La casa de cera (House of wax, 2005), nos obsequia con otra película que no tiene problemas en buscar el Mayores de 18 años en su calificación por edad. Técnicamente hablando y por razones que son bien conocidas por el que haya visto la película, no puede considerarse a Esther una psicópata infantil. Pero, y puesto que ya se ha avisado de ello al comienzo del artículo, vamos a mencionarlo ahora: se trata de una mujer adulta con una extraña enfermedad que le hace parecer permanentemente una niña por más años que cumpla. En las escenas finales se deshace de su maquillaje, de la dentadura postiza y de otros ornamentos y podemos ver a la mujer en miniatura, la verdadera asesina que desde el comienzo ha sembrado el caos en la familia Coleman. No obstante, y dado que la película juega precisamente con la apariencia por encima de la verdad, me he permitido la licencia de incluirla en este precioso lote de angelitos desalmados.

 

EXPEDIENTE 39

Case 39, Christian Alvart, 2009

Emily Jenkins es una abnegada trabajadora de servicios sociales. Emily piensa que ya ha visto toda la miseria humana que su campo de trabajo es capaz de ofrecer... hasta que un día conoce a su nuevo y más misterioso caso, el que hace el número 39: una problemática niña maltratada de diez años llamada Lilith Sullivan. Una primera entrevista con el padre y la madre de la pequeña no parece indicar que nada raro esté sucediendo, pero Emily no termina de convencerse del todo y le da a la niña su número de teléfono personal para que lo use si lo necesita. Sus peores temores se confirman la noche en que recibe una llamada de Lilith, totalmente aterrada, que se interrumpe bruscamente. Emily se persona en la casa, acompañada de la policía, a tiempo para impedir que los padres asesinen a su única hija achicharrándola en el horno. Tras librarla de una muerte tan cruel decide llevársela con ella, hasta que aparezca otra familia para acogerla. Pero pronto descubrirá que Lilith no es tan inocente como aparenta...

Que la pequeña protagonista se llame Lilith es pista más que suficiente para cualquiera con una mínima cultura general. Procedente de la tradición mesopotámica, Lilith pasó al folclore judío como la primera esposa de Adán. Tras abandonar el Edén se estableció en las tierras cercanas al Mar Rojo y se apareó, entre otros, con el demonio Asmodeo, mencionado en el Antiguo Testamento y el Talmud. Se trata de una figura muy presente en la literatura, en el feminismo radical y muy especialmente en la música, principalmente entre los grupos de todas las variedades de rock y metal. Pero regresando al asunto del nombre en sí, resulta una pequeña metedura de pata intelectualoide. Es como coger al personaje de La maldición de Damien y llamarle Satán. Diríamos que el espectador se predispone más de la cuenta contra el personaje en cuestión, ¿no es cierto? Además el personaje recoge algunos elementos de la mencionada película, junto con situaciones mil veces vistas con anterioridad, lo que la hace perder identidad propia.

Las actuaciones no consiguen alcanzar ese nivel de maestría que se precisan actualmente para asustar de verdad al personal pero, en este caso, René Zellweger se lleva la palma y no precisamente para bien. Tenemos la suerte de que con su rostro de susto durante todo el metraje no deba hacer esfuerzos artísticos muy notables. Por el contrario la pequeña Jodelle Ferland (y es que el nombre parece decirlo todo) sí que es capaz de provocar algún que otro escalofrío al usar su vocecita inocente y su carita de ángel para amenazar de muerte a la bobalicona Bridget Jones o exigir cuanto se le antoja en cada momento. En cualquier caso la película no acaba de encajar del todo y sólo es salvable por la niña que, junto a Isabelle Fuhrman, fueron de lo mejor de ese año 2009. De hecho, la película de La huérfana compartió cartelera en España con Expediente 39 y me veo en la obligación de decir que la huerfanita eclipsó por completo al demonio de cría que Rene Zellweger salva de las llamas… sólo para tener que cargársela ella misma.

 

DÉJAME ENTRAR

Låt den rätte komma in, Tomas Alfredson, 2008

Oskar es un apocado chico de doce años que sufre a diario el acoso y la humillación de sus compañeros de clase, más fuertes que él. Es incapaz de poner freno a esta situación y no consigue hacer amigos ni en el colegio ni fuera de él. Su deseo de tener un amigo parece hacerse realidad cuando conoce a Eli, una niña de su misma edad que acaba de mudarse a la casa de al lado. Pero Eli es una niña misteriosa: es muy seria, está muy pálida, sólo sale por las noches y aparentemente no le afectan las temperaturas heladas. Una serie de desapariciones y asesinatos inexplicables coinciden con la llegada de la chica. A pesar de que con el tiempo Oskar sospecha que Eli es en realidad un vampiro, intenta que su amistad con la niña esté por encima del miedo que le produce. La película está basada en la novela homónima del escritor sueco John Ajvide Lindqvist, que afirmó haberse inspirado en su propia infancia, en Carmilla (Sheridan Le Fanu, 1872) y la extraordinaria película Juego de lágrimas (The crying game, Neil Jordan, 1992)

Justo cuando comencé a pensar en los vampiros como criaturas sobrenaturales pasadas de moda, en cierta medida como está ocurriendo actualmente con la saturación zombi que estamos sufriendo/disfrutando, apareció la película sueca Déjame entrar. La película, que imita en ese sentido a la novela, tiene varios puntos a su favor. Para empezar se toma al vampiro como una criatura seria, brutal, contenida e inteligente. No es una bestia sedienta de sangre que sale a trepar paredes o volar por la ciudad ni tampoco un noble aristocrático de modales refinados, gustos exquisitos y el anhelo de recuperar su humanidad perdida. Al igual que en Crepúsculo (Twilight, Catherine Hardwicke, 2008) nos encontramos ante una historia de amor imposible entre un humano y un vampiro inmortal bebedor de sangre. Una de las diferencias es que ambos protagonistas son niños, o cuando menos ambos lo parecen; Oskar es el único de los dos que verdaderamente lo es, siendo la edad de Eli imposible de calcular.

Es posible que tenga cientos o incluso miles de años de edad. Dado que ambos no parten en una situación de igualdad y existen secretos entre ellos, la comparación con la película Juego de lágrimas queda plenamente justificada; a ninguno de los dos les preocupa este hecho. Incluso desconocemos su origen o quién la hizo ser lo que es, pero son detalles que no nos importan. Su amor hacia Oskar es lo fundamental y el cómo este sentimiento la conduce a la masacre de la piscina, que se ha convertido ya en un hito del cine imitado, aunque no superado, en su remake americano de 2010. El desarrollo de la película es parecido a un macabro cuento de hadas con un supuesto final que debemos suponer como feliz, es trágico, desasosegante, salvaje en algunos momentos y fascinante. De hecho sólo el espectador parece atormentado con ese hecho, especialmente al final de la película, en donde comprende al final muchas de las imágenes iniciales y lo que le espera al niño en el futuro.

 

THE CHILDREN

Tom Shankland, 2008

Unas tranquilas vacaciones navideñas familiares se convertirán en una pesadilla para dos familias cuando los niños empiecen a cambiar de actitud hacia sus padres y a desarrollar un odio incontrolable que les lleva a matar a todos los adultos que encuentran a su paso. Y ya. Esta es la sinopsis más ampliada que se puede encontrar en Internet de esta película. Sin embargo ya sabemos lo que nos vamos a encontrar, pues The children tiene un punto de partida que podíamos encontrar en la obra de Narciso Ibáñez Serrador titulada ¿Quién puede matar a un niño? (1976) y que hemos leído en esta misma serie de artículos. El causante del cambio de personalidad parece haber atacado primero a los niños, pero parece que no va a detenerse ahí. Al final de la película, la hija adolescente de una de las protagonistas comienza a toser de forma sospechosa. Quizá ahora sean ellos los siguientes en ser contagiados y la amenaza alcance tintes apocalípticos, como ese mismo año pudimos ver en El incidente (The happening, M. Night Shyamalan)

Admitamos ya a estas alturas que el uso de los niños como elemento de terror se está convirtiendo en algo así como una manía un tanto repetitiva. Y sin embargo sigue funcionando perfectamente. Manejando con maestría la transformación de los adultos en mezquinos y egoístas niños y de los niños en adultos asesinos sin rastro de piedad en ellos. Se han cambiado las tornas y la víctima adopta el papel de verdugo. Como es habitual, nos encontramos con el dilema moral acerca de hacer daño a niños que se prolonga durante algún tiempo hasta que los adultos comprenden que la única forma de sobrevivir es matar a esos pequeños bastardos. ¿Has oído hablar de los anticonceptivos?, pregunta el personaje de Casey. Debo admitir que quedé algo horrorizado en los ochenta y cuatro minutos de película y supuse que nada podría superar una serie de hechos tan salvajes como inexplicables. Al menos hasta que vi la película de James Walkins, claro, como ya dije en Los chicos del maíz.

Basándose en una historia original de Paul Andrew Williams y ayudado por él, Tom Shankland escribió el guión para The Children. Siendo claros, no se trata de ningún ejercicio de originalidad, aunque tiene la virtud de recoger varias de las ideas del género y ponerlas al servicio de la película. La forma en la que actúan los niños movidos por una especie de parásito o virus rememora, de nuevo, El pueblo de los malditos. No obstante en ningún momento parece que se trate de una invasión alienígena, por lo que la idea de una rebelión infantil contra los adultos, base de ¿Quién puede matar a un niño? también está presente en la película. Pero lo cierto es que, al no decantarse por ninguna de las dos opciones (invasión alienígena o rebelión contagiosa), el espectador puede imaginarse lo que quiera. Eso, en estos tiempos que corren donde no se anima al individuo precisamente a pensar por sí solo, supone un cierto riesgo. Personalmente agradezco que Shankland no nos tome por idiotas y nos permita esa reflexión.

 

EDEN LAKE

James Watkins, 2008

Jenny y Steve son una joven pareja que realizan una escapada de fin de semana romántico a una zona cercana a un lago alejado de la civilización y totalmente deshabitado. Sin embargo su tranquilidad se verá truncada cuando hacen acto de presencia un grupo de chicos jóvenes con música, bebida, un perro y muchas ganas de molestar. Enzarzándose en una pelea dialéctica como si se tratase de un niño, Steve despierta las iras de los chicos, que roban las llaves del coche de la pareja. Cuando estos tratan de recuperarlas, se produce un enfrentamiento en el que resulta accidentalmente muerto el perro de uno de los chicos. Desde ese instante, Steve se vuelve el blanco humano de las iras de la pandilla de chicos y, una vez reducido, se lanzan en persecución de Jenny. A pesar de su edad y su aparente imagen de niños traviesos, se trata de un grupo de psicópatas que no dudarán en quemar vivo a otro chico por tratar de ayudar a la pareja y de someter a Steve a las torturas más crueles que puedan imaginar.

Una vez la película ha llegado a su final, al espectador no le cabe la menor duda de que la culpa del comportamiento de los chicos se encuentra en la educación recibida y en el ejemplo de los padres. Quizá ha sido llevado al extremo pero, para poder disfrutar de este título, habrá que realizar un ejercicio de suspensión de la incredulidad. En Eden Lake el terror no es un demonio que ha poseído a una niña, una banda infantil que mata adultos arrastrada por una fuerza desconocida o un plan alienígena de invasión. No. El terror es un grupo de niños malcriados, crecidos en ambientes malsanos que desarrollan comportamientos sociopáticos, carentes de toda capacidad de empatizar con los demás o poner límites a sus propios actos. Son los hijos de la sociedad que estamos creando entre todos y, por desgracia, sólo está medio paso por delante de la realidad. Todos hemos visto, vivido u oído hablar de situaciones en los que el mocoso de turno se merecería una torta y, en lugar de eso, se le premia o defiende.

James Watkins ha guionizado y dirigido una película que parece querer imitar las ahora tan de moda survival horror. La pareja protagonista debe tratar de salir del bosque como sea, antes de que sus perseguidores den con ellos porque no existe posibilidad de piedad o reflexión alguna. Nuevamente nos encontramos con una película deudora de aquellas de los años setenta y su manido te podría pasar a ti. Y sólo tenemos que poner una emisora de noticias para descubrir que, en efecto, nos podría pasar a cualquiera. Por lo tanto, una cualidad de la película es que, una vez el espectador llega a los títulos de crédito, existe una sensación de indignación y de deseo de venganza que hará muy difícil que Eden Lake pase sin pena ni gloria por nuestra filmoteca. ¿Cómo justificar la muerte de un niño a manos de un adulto? ¡Si sólo es un niño! Pues algunos niños están pidiendo a gritos un balazo del .45 en mitad de la frente, señora. Y si alguien cree que exagero, sólo tiene que coger un periódico y echar un vistazo.

 

PRESENCIAS EXTRAÑAS

The Uninvited, Charles y Thomas Guard, 2009

La versión americana de Dos hermanas se tituló The Uninvited por razones más que obvias una vez el espectador recuerda la obra original o, cuando al final, nos explican todos los detalles, punto por punto, como si fuésemos incapaces de deducir por nosotros solitos lo que ha sucedido. Quizá el hecho de que Dos hermanas tuviera una complejidad narrativa superior a la media en las películas de terror y que esto dejase muchos interrogantes en el espectador decantase a los guionistas americanos por no arriesgar. Es por ello que, en lugar de una mera versión occidentalizada de la cinta original, se prefirió realizar una reinterpretación de la historia. Sigue manteniendo, eso sí, algunas escenas impactantes que se nota en demasía que han sido rodadas buscando específicamente el sobresalto del espectador con independencia de la credibilidad de las mismas. Visiones, sueños y fantasmagorías varias para impresionar a un público que, no me cansaré de repetir, está curado ya de espanto salvo que le toquen el bolsillo.

En ocasiones, se decide respetar el punto de vista oriental de la película en base, quizá, a un extraño intento de orientalizar al espectador tal vez para hacerle receptivo a las películas japonesas, coreanas y tailandesas. La industria del cine de terror de esos tres países supone unas cuantas decenas de películas al año. El ejemplo más claro de remake sin occidentalizar lo encontramos en El grito (The grudge, Takashi Shimizu, 2004) que procede de La maldición (Ju-on: The Grudge, Takashi Shimizu, 2003) que a su vez es una nueva versión de Ju-on (Takashi Shimizu, 2000). Sí, es cierto, este ejemplo es especialmente penoso porque ni siquiera se molestaron en cambiar al director. Lo dicho, mejor no arriesgar. Presencias extrañas no engaña a los cinéfilos de pro, por lo que sólo la recomiendo por ver a Emily Browning y Elizabeth Banks discutiendo entre ellas e ignorando a Arielle Kebbel. Ah… y como todo el mundo sabe, the uninvited quiere decir presencias extrañas en inglés. De acuerdo, ¿no?

 

LOS CHICOS DEL MAIZ

Children of the corn, Donald P. Borchers, 2009

Pues sí, también existe una versión actual de Los chicos del maíz, al igual que en su momento también se lavó la cara de Carrie (David Carson, 2002), también de Stephen King. Aunque si tenemos en cuenta la cantidad industrial de sangre que le cae en el rostro a Angela Bettis la expresión lavado de cara pierde su significado. Pero sigamos con Los chicos del maíz: Un veterano de Vietnam quiere reactivar su matrimonio con una segunda luna de miel. Por desgracia, en el viaje topará con una comunidad rural que oculta un terrible secreto… que en realidad ya conocemos, ¿verdad? Un ser que habita entre los maizales requiere una cierta cuota de sangre para que las cosechas continúen creciendo fuertes y vigorosas. La historia es casi la misma a la presentada en 1984 salvo que guarda una mayor semejanza con el relato original de King, lo que no la hace automáticamente mejor. Recordemos que la primera versión del guión a cargo del propio King fue cambiada para dotar a la película de mayor dinamismo y suspense.

Si alguien espera que, por el hecho de ser un soldado veterano, Burton Stanton se pase matando niños los noventa y dos minutos de película, que se vaya olvidando. Con un presupuesto de unos dos millones de dólares tampoco se podían hacer muchas maravillas, y menos teniendo en cuenta que se trata de un producto televisivo. La película tiene esa cualidad de plana y carente de cierto realismo que no se debe a sus actores, que en general hacen un buen papel. El desenlace de la historia parece algo precipitado (o eso me parece a mí, que empiezo a acostumbrarme a los acabados lentos y excesivamente desarrollados) y el componente sobrenatural no supera, por increíble que pueda parecer, a la versión de 1984. La actriz Kandyse McClure repite en un remake de una película basada en una novela de King (anteriormente lo había hecho en Carrie), aunque los verdaderos creyentes de la ciencia ficción la reconocerán por su papel de Anastasia Dee Dualla en la teleserie Battlestar Galactica (la nueva versión, claro está).

 

DÉJAME ENTRAR

Let me in, Matt Reeves, 2010

Owen es un niño solitario e introvertido cuya vida cambia cuando conoce a Abby, su nueva vecina. Abby es una extraña y misteriosa niña que solo sale por las noches. Coincidiendo con la llegada de esta al vecindario, comienzan a sucederse una serie de macabros asesinatos en la ciudad que hacen pensar a la policía en la presencia de un asesino en serie. Pero las apariencias siempre engañan… Con la excepción del espectador de la versión original de unos cuantos años atrás y unos cuántos párrafos arriba. La aclamadísima película de terror vampírico sueca estaba pidiendo a voces que le hicieran un remake, que quedó en las manos de Matt Reeves, conocido por ser el director de la curiosa película Monstruoso (Cloverfield, 2008) que obtuvo un sorprendente éxito gracias, en parte, a la publicidad viral que se realizó de la película a través de Internet. La idea no es nueva y El proyecto de la bruja de Blair (The Blair witch project, Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, 1999) es su mayor exponente.

Ah, sí, el remake, que ya me voy por las ramas. Digamos que Reeves decidió, sabiamente, no arriesgar. Ya hemos visto que el riesgo, a la hora de contar una película que ya ha sido un éxito previamente, conduce a la genialidad o al desastre. Cuando el dinero pertenece a otros, es mejor no marearlo e ir a lo seguro. Así, utiliza todos los recursos que funcionaron en la versión original y le da el ritmo propio de las clásicas películas de terror norteamericanas. Resulta más que evidente que Matt Reeves es admirador de la obra de Tomas Alfredson y, como dicen, el plagio es la forma más sincera de imitación, ¿no es cierto? Déjame entrar respeta el tono de la película original, mostrando al vampiro como un depredador capaz de mantener a raya sus instintos homicidas con la misma naturalidad con la que monta la memorable carnicería de la piscina, rodada con más medios pero no necesariamente con más acierto. ¿Era necesario hacer el remake? Como casi siempre, no. ¿Merece la pena verlo? Pues sí. Y mucho.

 

PARA FINALIZAR…

En el tintero quedan algunas obras que, pese a tener niños asesinos o peligrosos, no son adecuadas… porque aún no han nacido. Por ejemplo en La semilla del Diablo (Rosemary's Baby, Roman Polanski, 1968), la protagonista se ve asediada por un culto a Satanás que pretende que su cuerpo se convierta en el receptáculo de la semilla de la Bestia. No me cansaré de decir que las traducciones de los títulos de las películas resultan en ocasiones muy dañinas, y este caso es el que mejor lo ejemplifica. Mientras que originalmente se respetó el título de la obra de Ira Levin, que no daba ningún tipo de pista sobre lo que el espectador podía encontrarse, su traducción al castellano revienta totalmente la película. En mi caso particular, que leí la novela antes de ver la obra de Polanski pero conociendo la existencia de esta, la revelación del padre de la criatura no supuso ninguna sorpresa porque el traductor ya me había puesto totalmente sobre aviso. Se sacrifica la sorpresa en aras de la comercialidad del título.

Hay otras muchas películas en la misma línea. Una de ellas es la japonesa The unborn (Bhandit Thongdee, 2004) donde conocemos la historia de Por, una joven drogadicta que tras ser brutalmente golpeada por Ord, el narcotraficante para el que trabaja, y abandonada en un pantano es ingresada en un hospital. Allí, tras ser examinada por el doctor Rudee, le comunican que está embarazada de casi diez semanas. Pronto empezará a tener todo tipo de visiones relacionadas con el fantasma de una mujer; para los médicos es producto de su adicción al opio, pero Por sabe que algo realmente está intentando comunicarse con ella. Con parecido argumento o desarrollo tenemos la americana La semilla del mal (The unborn, David S. Goyer, 2009) con un niño empeñado en nacer inmediatamente y la tailandesa The Unborn Child (Dek-Pee-Du 2002, Poj Arnón, 2011), con otro dispuesto a castigar a su pro-abortiva madre. Incluso yo mismo estoy pensando en rodar una película de niños nonatos vengativos, ya puestos.

Además existen otras como la galardonada Confessions (Kokuhaku, Tetsuya Nakashima, 2010) en la que también aparecen dos jóvenes que podrían entrar dentro de la categoría de niños asesinos si estiramos un poco la definición, pero no lo considero oportuno. No obstante la recomiendo sin ningún género de dudas por lo espectacular de su fotografía, fría y hermosa, y lo complejo de su guión, que gira y gira buscando esa última vuelta de tuerca que sorprenda al espectador. También cabría añadir Insidious (James Wan, 2011) pero como la película ha sido comentada en un artículo anterior por un compañero, ahorro al respetable mis disquisiciones al respecto de su relación con los niños malditos.

En fin, ni son todos los que están ni, por supuesto, están todos los que son. No obstante, considero que es un repaso más que suficiente al cine de niños puñeteros…

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Magnífico el artículo, compañero: ameno, completo y sugerente. Me he apuntado unas cuantas películas. Ahora, claro, a encontrar el momento para verlas...

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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He disfrutado un montón con los tres artículos. Enhorabuena al autor y a la web.

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Menudo articulazo en tres partes.

¡Esplendido!

"Si no sangras, no hay gloria"

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Gracias a todos los que habéis tenido la amabilidad y el estómago de seguirme a través de las tres partes del artículo. Por petición de un amigo, al que conozco poco pero aprecio mucho, estoy preparando un pequeño escrito acerca de la filmografía del afamado director John Carpenter que espero que tenga el mismo recibimiento.

De nuevo, gracias.

La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido.

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Enhorabuena por la serie de artículos, ha sido un lujazo leerlos. Simplemente querría hacer hincapié en Eden Lake, un auténtico peliculón que no se han dignado siquiera a estrenar en nuestro país, como otras tantas joyas del terror contemporáneo (House of the Devil, Halloween 2, Triangle... Pero ésa es otra historia). No os la perdáis.

EDIT: Y espero impaciente tu artículo de John Carpenter. Nunca se le reivindicará lo suficiente... 

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Me ha encantado. La verdad es que soy totalmente adicta a todo lo que esté relacionado con niños cabrónidos. En literatura sieeempre busco libros así. Silvina oCampo es la que se lleva el premio como autora de relatos sobre niños siniestros ;)

En cuanto alas películas que has mencionado, disfruté muchísimo con "La huérfana" y con "The Children".

¡Estupendos artículos, en serio, te lo has currado mucho!

Divagaciones de una filóloga zombie

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No sé si las has puesto en los otros porque los leí antes (creo que no) pero yo también recomedaría: "Carrie", "Ringu", "Reencarnación", "El otro", "El escondite", "Ojos de fuego"... En algunas no es que sean niños cabrónidos del todo pero tienen también su papelillo inquietante.

Divagaciones de una filóloga zombie

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Querida Andrómaca:

Salvo error por mi parte u omisión, la mayoría de las películas que me menciona usted las he incluído en el artículo. El otro, en efecto, es absolutamente indispensable y me sorprendió grátamente. Ojos de fuego, con la señorita Barrymore, me recuerda a las historias de mutantes que no pueden controlar sus poderes por su extrema juventud. Otro clásido a reivindicar. De Carrie iba a haber incluido las dos versiones (la de cine y la de televisión) pero me pareció que la protagonista se alejaba de los cánones de la infancia... aunque psicológicamente siguiese siéndolo. En efecto, The Ring (Ringu) era otra película a ser incluída que decidí no meter por mótivos de espacio y por querer hacer un pequeño artículo con todas las versiones de la película y sus secuelas. No obstante, repito, tiene usted toda la razón en cuanto a su clara y necesaria inclusión en el artículo. Reencarnación cumple con todos los esquemas que me propuse incluir salvo uno: es un drama, no una película de terror o, cuando menos, el niño no resulta tan terrible en cuanto le mueve el amor por su ex-mujer en la otra vida (o se supone) al menos. En el Escondite no puedo estar de acuerdo en tanto en cuanto la joven Emily Callaway no es el problema, precisamente.

No obstante, en efecto, tal y como indica en algunas no es el que el niño sea el problema, sino que su papel resulta inquietante para el espectador por su ambigüedad o su grado de participación de la trama en la película. En todo caso, gracias de la forma más humilde por leer el artículo y espero que los siguientes sean igualmente de su agrado, señorita Andrómaca, y quiera leerlos y ampliarlos con sus interesantes comentarios que sirven tanto de ayuda para un humilde participante en esta página como yo.

Suyo sinceramente:

HPLovecraft

P.D.: Tal y como menciona el señor Kaplan, Eden Lake es todo un alarde niños indeseables con la que se sufre tanto como se disfruta. Muy buena elección, caballero, toda una película de sufrimiento extremo tanto para los personajes como para el espectador que asiste impotente a lo que sucede.

La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido.

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Andromaca
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Hola, señor Lovecraft, siento mucho, ya dije que no me acordaba si los había incluido o no, pues ando muy despistada últimamente.

He enviado al señor patapalo un ensayo que realicé para la Universidad sobre niños siniestros en la literatura, concretamente en la de Silvina Ocampo, como ya mencioné. Adoro los niños siniestros y me encanta investigar sobre ellos =)

Espero que lo lea y le sea de su agrado y le ayude en cualquier cosa de sus investigaciones sobre niños siniestros.

Un saludo =)

Divagaciones de una filóloga zombie

http://divagacionesdeunafilologa.blogspot.com/

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