El ciempiés humano

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¿Has oído hablar de la fusión de seres humanos?

La primera parte de lo que va a ser una trilogía acerca de la fusión de seres humanos en forma de ciempiés. Una de las películas más originales y repugnantes que jamás se han exhibido en el cine.

 

Sinopsis

Dos chicas americanas que viajan a través de Europa tienen una avería en el coche en medio de unos bosques en Alemania. Buscando a alguien que pueda ayudarles acaban llegando a una casa aislada. Al día siguiente despiertan atrapadas en un tétrico sótano de un hospital junto a un hombre de origen japonés. Poco después descubren en la casa a un alemán de aspecto siniestro y avanzada edad que, anteriormente, era un experto cirujano especializado en separar a gemelos siameses. Sin embargo, para ellos tiene otro plan... a ellos quiere unirlos a través de una terrible operación en un nuevo tipo de mascota. Una operación que hará de las tres personas un único ciempiés humano unido a través del aparato digestivo.

 

El director

Tom Six es un director, guionista y productor holandés nacido en 1973. Ha escrito y dirigido películas como Gay (2004), Honeyz (2007), I love dries (2008), esta última directamente para el alquiler en videoclubs. La obra que le ha dado fama mundial ha sido la trilogía de terror escatológico The human centipede, dividida en tres partes: primera secuencia (first secuence, 2009), secuencia completa (full secuence, 2011) y secuencia final (final secuence, 2013). Esta última se encuentra en preproducción y en el momento de redactar el presente artículo no se espera su estreno antes del 2013. La película he recibido duras críticas pero, quizá gracias a ellas, ha sido conocida tanto el metraje como su director a nivel mundial. Tanto es así que en el primer episodio de la decimoquinta temporada de la ácida serie de humor de dibujos animados South Park, titulado HumancentiPad se realiza una sátira burlesca de buena parte de la película. Lo que, increíblemente, la ha hecho aún más conocida para el gran público.

Por tanto a pesar de que el director, Tom Six, ha guionizado, realizado y rodado una de las películas más repugnantes de los últimos tiempos, no es menos cierto que con ello ha pasado al Olimpo de algunos escogidos por este mismo motivo. Recordemos a Eli Roth, que no pudo resistirse a actuar en películas como 2001 maniacos (2001 Maniacs, Tim Sullivan, 2005) o Piraña 3D (Piranha, Alexandre Aja, 2010) después de ser el director de Cabin Fever (2002), Hostel (2005) o Hostel 2 (2007), caracterizadas por un nivel hemoglobínico y visceral muy encima de la media. En concreto, en la última, el baño de sangre de la imitadora de Ersebeth Bathory es de lo más repugnante que pueda verse por su extremo realismo y grado de aparente sufrimiento de la actriz desangrada. Sin embargo, Tom Six ha tocado un tema tabú desde los comienzos del cine que muy pocos se han atrevido a mencionar salvo de pasada y que parece por encima de la pedofilia, el asesinato de bebés o el incesto: las heces humanas.

 

Los actores principales

Dieter Laser: (Doctor Heiter) Nacido en 1942 en la ciudad de Kiel, en Alemania, Laser es un gran conocido de la televisión y el cine alemán. Su trabajo incluye la participación en docenas de películas y series en las que su rostro, serio y perturbador, ha sido la pesadilla de más de uno. Ha ganado el premio del jurado al mejor actor del Austin Fantastic Fest por El ciempiés humano y con anterioridad el German Film Awards por John Gluckstadt (Ulf Miehe, 1975).

Akihiro Kitamura: (Katsuro) Actor, director, guionista y productor japonés nacido en la prefectura de Kōchi en 1979. Escribió, dirigió y protagonizó las películas Porno (2004) y I’ll be there with you (2006) además de protagonizar un episodio de la famosa serie Héroes (Heroes, 2006-2010). Ha sido el guionista y director del cortometraje Blinded by beauty (2007) sobre un restaurante japonés donde el pescado tiene un sospechoso parecido con el ser humano y de la teleserie de diecinueve episodios Seikatsu! Hop, Step, Mitsuwa (2008).

Ashley C. Williams: (Lindsay) Desde su actuación en la legendaria película Willow (Ron Howard, 1988), donde ni siquiera apareció en los títulos de crédito, esta joven actriz nacida en Massachusetts, Estados Unidos, en 1984 no había vuelto a actuar hasta El ciempiés humano. La película parece haberle disparado de nuevo a la industria del cine y en 2011 ha rodado Empty (C.S. Drury) y hay cuatro películas en las que participa en fase de postproducción en el momento de escribir estas líneas.

Ashlynn Yennie: (Jenny) Nacida en Wyoming, Estados Unidos, en 1985, tampoco se ha prodigado en exceso en la industria del cine. Sus actuaciones se limitan a Absent father (Douglas Chang, 2008) donde sólo es la voz de otra actriz, la comedia televisiva Evan and Gareth are trying to get laid (John Fortenberry, 2009) y la presente película. En 2010 rodó Feltch (C.M. Downs) y por fin en 2011 la segunda parte de El ciempiés humano de nuevo bajo la dirección de Tom Six.

 

A partir de este punto, se incluyen detalles explícitos de la trama y el argumento.

 

En uno de los mayores alardes de depravación como no hubiera podido imaginar desde que vi Anticristo (Antichrist, Lars von Trier, 2009) y a la que hace quedar como un juego de patio de colegio, Tom Six nos presenta la película titulada El ciempies humano amenazando, y ya está cumpliendo su palabra, con convertirlo en una trilogía. Ni que decir tiene que parte de la fuerza del metraje se encuentra en el diabólico doctor Heiter, interpretado por uno de los rostros más terribles del cine de terror, el alemán Dieter Laser, cuya sola presencia ya inspira bastante miedo sin necesidad de saber sus diabólicos planes. Porque sólo al mismísimo Satanás se le habría ocurrido querer crear una criatura uniendo los aparatos digestivos de varias de ellas. A él y a Tom Six, claro está. Una película que, una vez se conoce el argumento, es justo reconocer que únicamente puede desear verse por el morbo de la degradación del ser humano convertido en un mero conejillo de indias en manos de un científico loco nazi.

La escatología supone el punto fuerte de la película ya que los tres segmentos, que eran seres humanos independientes, que forman parte del ciempiés tienen un sistema de alimentación de lo más repugnante. El primero de ellos puede comer con libertad pero sus heces serán el alimento del segundo. Lógicamente, el tercero de ellos sólo podrá comer las heces que el segundo expulse, lo que convierte la alimentación en el acto más repugnante de toda la película. La cabeza del ciempiés trata de contener tanto como puede sus ganas de defecar pero toda negación de una necesidad humana tiene un límite y, finalmente, el repugnante proceso digestivo comienza su curso antinatural. El espectador sólo puede contemplar con desagrado cómo la película se va convirtiendo en una degeneración de una idea que ya en principio era degenerada a más no poder. Sólo el hecho de empatizar durante unos segundos con una de las tres víctimas ya provoca el deseo de presionar el stop del reproductor de vídeo.

No recuerdo una sensación de asco, impotencia y desesperación mayor desde que vi, hace ya tantos años que ni lo recuerdo, los cortometrajes Aftermath (Nacho Cerdà, 1994) en el que un forense más ido que un garbanzal comienza a destrozar y violar los cadáveres de su lugar de trabajo, llegando hasta el punto de coger carne de uno de ellos para llevársela a casa y alimentar a su perro. La otra pieza similar es Roadkill (Roadkill: The last days of John Martin, Jim Van Bebber, 1994) en donde en tan sólo quince minutos tenemos todo tipo de vejaciones y torturas aderezadas con canibalismo. Por cierto que el tráiler de esta última fue eliminado en su día de la plataforma Youtube no por su alto contenido en violencia salvaje y explícita, que hace de Olaf Itenbach un niño de jardín de infancia, sino porque aparecía el pecho de una mujer. La moraleja es clara: masacra y devora cuanto quieras a desconocidos rescatados en la carretera, pero, por el amor de Dios, que no se le vea un pecho a nadie. Hazlo por los niños.

Volviendo a nuestro repugnante ciempiés, ¿qué es, tras lo descrito, lo peor que podría pasar? Bueno, además de ciertos intentos de huida, miradas amenazadoras por parte del aprendiz de Mengele y desesperantes en los ojos de sus víctimas, lo más inquietante sería quedar atrapado en el interior de la macabra criatura artificial si la cabeza y la parte final de la misma fallecieran. La verdad es que lo pensé mientras tenía tentaciones de regurgitar la cena y voilà, dicho y hecho. Tras casi una hora y media de contener las náuseas, no tuve el consuelo de un final sorpresa que diera un significado superior, catártico, espiritual a lo que acababa de ver. No lo tiene. El ciempiés humano es una película sincera: promete ser una burrada como un castillo y cumple su promesa a la perfección. He podido leer críticas que harán que esta mía quede a la altura del betún. Sesudas reflexiones sobre el suicidio del japonés (la cabeza) afirman que es parte de su naturaleza hedonista y la forma de destrozar la obra maestra del loco doctor.

 

Puntuación: 4

 


 

Ficha Técnica

Título: El ciempiés humano

Título original: The human centipede (First sequence)

Dirección: Tom Six

Guión: Tom Six

País: Holanda

Año: 2009

Duración: 90 Minutos

Género: Terror / Gore

Intérpretes: Dieter Laser (Dr.Heiter), Ashley C. Williams (Lindsay), Ashlynn Yennie (Jenny), Akihiro Kitamura (Katsuro), Andreas Leupold (Det. Kranz), Peter Blankenstein (Det. Voller)

Producción: Six Entertainment

Música: Rick Savage / Holeg Spies

Fotografía: Goof de Koning

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Patapalo
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Cuando vi el tráiler en Youtube creía que no iba en serio. Claro, que me pasó igual con lo de la piraña voladora...

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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En mi opinión, es una película demasiado suave para lo que podría haber sido. No obstante, ese tacto que huye de lo explícito la hace disfrutable para casi todos los públicos a nivel visual, no así moral. Según dicen, en la segunda parte el señor Six aboga por eludir esa pátina de buen gusto que, a mí personalmente, me resultó un poco cobarde.

Nada que ver con obras como Saló o los 120 días de Sodoma. Eso sí que es escupirle al buen gusto y al miedo a mostrar.

De cualquier forma, una buena reseña, Andrés

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