Bane

Imagen de HPLovecraft

Crítica de la película de James Eaves

El día que llegaron dos mil millones de personas sufrieron una implosión sináptica que acabó con sus vidas de forma instantánea. Ellos fueron los afortunados.

SINOPSIS

A comienzos del siglo XXI se produce el tan deseado contacto de la raza humana con una civilización alienígena. Los científicos están seguros de que estamos a punto de contactar con una sociedad altamente civilizada que viene a nosotros en son de paz. Pero no podían estar más equivocados... En el mismo momento en el que pisaron nuestro planeta, los cerebros de dos mil millones de personas sufren una implosión de todas las sinapsis causando su muerte instantánea. Y a tenor de lo que está por venir, son los más afortunados de todos. El enemigo es implacable, despiadado y no tiene puntos débiles conocidos. Algún tiempo después, varias mujeres despiertan sin memoria en un depósito enrejado donde son maltratadas física y psicológicamente hasta grados extremos de sadismo y crueldad. Ellas deben tratar de entender por todos los medios quiénes son, qué se espera de ellas y qué está ocurriendo a su alrededor.

EL DIRECTOR

James Eaves es una posible joven promesa del cine inglés que ha guionizado, dirigido y producido cinco películas hasta la fecha, además de dirigir un cortometraje. Actuó en su ópera prima, Sanitarium, pero no ha repetido la experiencia. Su currículo hasta el momento incluye: Bane (2009), Bordello death tales (2009) compendio de tres historias de terror, The Witches Hammer (2006) una película de vampiros con el título traducido del más famoso tratado contra las brujas, el Malleus maleficarum, Payaso Diabólico (Hellbreeder, 2004) en la que una madre, Alice, y un detective luchan contra el asesino que mató al hijo de la primera, el cortometraje Alice (2002) convertido en largometraje en 2004 como Hellbreeder, Sanitarium (también llamada Diagnosis, 2001) en donde el doctor Max Warick (el propio James Eaves) descubre una droga que podría curar ciertos tipos de locura… pero con insospechados efectos secundarios.

 

COMENTARIOS

En artículos anteriores ya hemos visto las películas Breathing room (John Suits/Gabriel Cowan, 2008) y The killing room (Jonathan Liebesman, 2009) y no quería dejar pasar la ocasión de mencionar este curioso experimento realizado por un joven director con un presupuesto aproximado de 100.000 libras. En él ha intentado suplir todas las carencias, que son muchas, a base de imaginación, sangre, vísceras y la tortura, tanto física como psicológica, de tres jóvenes que desconocen las razones por las que han sido hechas prisioneras. No obstante, emplear como decorado el enrejado y los plásticos de una obra cualquiera (y ojalá fuera una broma) no permite al espectador suspender de incredulidad completamente. Pareciera que en cualquier momento van a salir dos obreros para comerse un bocadillo y fumarse un cigarro antes de seguir con la faena. Pero olvidemos este detalle aunque sea por el bien de la trama.

Tras una serie de pruebas médicas tan cortas como las ofertas de internet, que es el periodo que duran los títulos de crédito, las cuatro mujeres despiertan en la obr… en la extraña sala de experimentación, quería decir. A través de los plásticos ven figuras pasar de un lado a otro y sólo gracias a las pulseras con sus nombres de pila son capaces de recordar quiénes son. El resto es un vacío absoluto. Mi predilección por los personajes amnésicos, cuyo pasado puede ser cualquier cosa, me hizo interesarme por este punto en particular. ¿Y si alguna de ellas era algo más de lo que parece y ha sido privada de sus recuerdos por algún motivo? Me temo que tengo más imaginación que James Eaves; al menos en este punto, ¿o no? Los nombres de las chicas son Katherine, Jane y Elaine. Al poco tiempo se une una cuarta que faltaba por despertar cuyo nombre es Natasha y que es la primera en ser golpeada por su conducta.

A partir de este punto, se incluyen detalles explícitos de la trama y el argumento.

 

Por desgracia, la mayor sorpresa de la película, que es conocer la razón de un experimento tan cruel, se nos revela con sólo leer la sinopsis de la carátula de la película. Un ejemplo sería ver la conocida película Psicosis (Psycho, Alfred Hitchcock, 1960) y leer en el resumen: un joven trastornado que regenta un hotel y se hace pasar en ocasiones por su madre muerta mata a todos aquellos que deciden pasar la noche en su establecimiento. Ridículo, ¿verdad? Pues ese es el primer desacierto de la película, conocer la finalidad del experimento antes de ver el minuto uno. Ya sabemos que la finalidad de ser conectadas a una máquina que mide sus ondas cerebrales es usar algo de lo que en ella encuentren contra la raza alienígena que ha ocupado nuestro planeta. Con escasa alegría y un poco de enfado, podemos mandar a tomar el viento fresco a la farola uno de los escasos elementos sorpresa que tiene Bane.

Pero todo empeora cuando comienzan las pruebas individuales, con reacciones a una serie de imágenes que van de lo bello a lo espantoso y de ahí a toda una serie de atrocidades físicas y psicológicas llenas de sangre y vísceras que buscan hacer frente. Porque los alienígenas, al llegar a la Tierra, dividieron a los seres humanos en tres clases: fuerza de trabajo, fuerza intelectual y un tercio de habitantes que no valían para ninguna de las dos cosas, que fueron instantáneamente exterminados. Pero tienen un punto débil: no tienen sentimientos humanos, que son nuestra fortaleza y nuestra debilidad. Una vez que Katherine, líder de la resistencia contra la invasión, que se presentó voluntaria y dispuso todo el experimento, se encuentra cargada de esas emociones, sólo tienen que transmitírselas a un alienígena capturado y él, a su vez, lo hará a toda su especie. Y todos ellos morirán por la mente colmena que comparten.

Y así, lanzan el mensaje hacia el espacio para la derrota de los pueblos esclavizados por la raza alienígena invasora mientras nos aclaran (qué bonito) que no fue el odio o la ira el sentimiento lo que pudo con esos seres, sino el amor. El final, hay que reconocerlo, es bastante impredecible teniendo en cuenta el resto de la película. Pero esto, lejos de resultar un punto a su favor, provoca un cierto enfado en el espectador que contempla, estupefacto, que la historia que ha estado soportando durante más de una hora y media podía haber sido resumida perfectamente en un cortometraje de treinta minutos, lo que hubiera redundado en hacerlo más soportable. Esto se hubiera traducido, seguro, en una crítica más positiva hacia la película que, dentro de lo que cabe, aún mantiene un cierto grado de originalidad pese a los escasos medios con los que ha sido rodada y la gran cantidad de pintura roja empleada.

 

Puntuación: 5

 

Ficha Técnica
Título: Bane
Título original: Bane
Dirección: James Eaves
Guión: James Eaves
País: Reino Unido
Año: 2009
Duración: 100 Minutos
Género: Terror / Ciencia ficción
Intérpretes: Sophia Dawnay (Katherine), Lisa Devlin (Jane), Sylvia Robson (Elaine), Tina Barnes (Natasha), Jonathan Sidgwick (Jack), Steve Barnes (Lars)
Producción: Amber Pictures
Música: Dan Cullen, Deryn Cullen, Ronnie Doyle
Fotografía: John Raggett
Montaje: James Eaves

Imagen de Varagh
Varagh
Desconectado
Poblador desde: 26/01/2009
Puntos: 8300

Buena critica...pese a todos sus peros, me da que es la clásica peli para ver con unos colegas y unas birras.

“Quien vence sin obstáculos vence sin gloria”

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