Mañana se presenta La dictadura del amor

Imagen de Rana Gustavo

La obra de Ernesto Ortega Garrido se presenta mañana viernes 20 de abril, a las 20:30 horas, en Los diablos azules (C/Apodaca, 6; Madrid; Metros Bilbao y Tribunal).

 

Ernesto Ortega Garrido se define de este modo en su blog personal:

Siempre quise convertirme en boxeador profesional y pelear en el Madison Square Garden. También soñaba con ser futbolista, bombero, inspector de hacienda, actor porno, funambulista, cocinero, detective privado…, hasta que, en algún momento, me di cuenta de que lo que de verdad me gustaba era escribir.

Bajo mi humilde opinión, en términos pugilísticos, podría encuadrarse en la legendaria escuela cubana, por ejemplo, elegante, cadencioso pero con una pegada de caballo.

De este modo, los relatos que se articulan en este libro se deslizan suavemente entre los dedos, sin prisa, justificándose en su propia sencillez pero golpeando con fuerza el corazón.

Los personajes que los habitan son gente corriente, zarandeados por el sentimiento humano más potente e inexplicable: el amor.

Amor sombrío, amor caliente, amor redentor, amor devastador, amor lúbrico, verbal, amor de patio de luces, cuerdas de tender que tiranizan el ritmo galvánico que marca la eterna laxitud del tiempo. Una secuencia de jabs en la media distancia de este cuadrilátero bordado con luces de neón.

No hallarán cochambres folletinescas ambientadas en lejanas ciudades o remotas latitudes, porque Ernesto Ortega Garrido te habla de tu casa, de tu vecino, del tipo del kiosko de la esquina, del panadero, de tu cuñado, de tu hermana, de ti mismo. No necesita exóticos escenarios para exhibir su mejor pegada. Discretamente se tejen sus relatos en un patio de luces donde se oye la voz de la calle, intensa canallada de sentimientos expuestos a la mirada del vecino, en este caso, usted.

Existe un punto de tensión en todos ellos, algo inminente está a punto de ocurrir, para después evaporarse como un perfume embriagador o doloroso, según la página que se pegue a los dedos, a veces dulce como un traje de carnaval, a veces un hervor amargo en la pátina de la conciencia de un lector atento.

Hallar lo excepcional en la sencillez. Quizá pudiera apresar una definición en la mano. Para ustedes. Para entenderlo. Para entendernos. Pero me temo que no será suficiente. Tampoco importará demasiado, si se dejan, si prestan atención y abren las puertas a la poderosa llamada de la pulsión cardíaca.

La Dictadura del Amor no pretende sentar cátedra, no obedece a mecanismos literarios trillados, no cuenta historias rocambolescas, se limita a fluir como un instinto, una verdad que se intuye inabordable.

Si el amor es un imposible, este libro está al alcance de sus manos. No pierdan el tiempo y aprovechen para leer esta dictadura que dejará sin duda una huella terca en cada uno de ustedes.

LCK15

 

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