Scalped: Preparado para luchar

Imagen de Kaplan

Reseña del penúltimo tomo de la serie de Aaron y Guera

 

A diferencia de lo que ocurre con DMZ, que empezó muy fuerte y está diluyéndose como un azucarillo, Scalped está afrontado su parte final apretando aún más el acelerador. Pero esperad, con esto no queremos decir que esa reserva de Prairie Rose llena de juego, mafias, subsidios dilapidados en crack, abusos de todo tipo, decadencia, homicidios y conspiraciones shakespearianas vaya a sufrir más miserias, sino que todos los mimbres con los que se ha construido esta tremenda historia se han mantenido firmes a lo largo de toda la narración y justo ahora es cuando se cruzan entre sí a la perfección. Cada personaje se acerca a su clímax, da igual que sean protagonistas o secundarios, que hubiesen aparecido en el primer número de la serie o que sean unos recién llegados (es el caso del sheriff Karnow, incorporado en la recta final y que en Preparado para luchar tiene una importancia capital).

Scalped ha sido, podemos avanzarlo ya, una serie noir capaz de mezclar con sabiduría un whodunit clásico, una temática y unos personajes puramente hardboiled y un desarrollo dramático que bebe directamente de una cumbre del género como The Wire. Y lo que es mejor de todo, Aaron, en un estado de gracia permanente, ha dotado al conjunto de una identidad propia arrolladora, en las antípodas del guiño cómplice y la autocomplacencia.

También ha sido Scalped una serie en la que, sin abandonar nunca el que parecía ser el motor de la trama —¿quién mató a Gina Caballo Terco?—, ha sabido evolucionar hasta convertirse en la trágica historia de Cuervo Rojo. Dashiell Caballo Terco, el a priori protagonista de Scalped, ha ido dejando hueco a otros personajes tan atormentados como él, convirtiéndose en una suerte de llave maestra con la que Aaron va abriendo las puertas de los hogares de Prairie Rose y alrededores. Y, finalmente, Scalped se ha configurado como una historia de historias, en la que sus integrantes, rodeados todos por la más absoluta miseria moral, tienen al alcance de su mano la redención, si bien pocos son los que se dan cuenta de ello y menos aún los que dan con ella.

El final de Preparado para luchar, que corona una montaña de esa violencia sucia, carnal y atávica tan característica del título, deja a Scalped en su momento más alto, preparada para un último tomo resolutivo que cierre, sin que sobre ni falte nada, la que es, con toda probabilidad, una de las tres mejores colecciones en la historia de Vertigo. Un manual de cómo escribir género negro, relatos largos y cortos, jugar con el tempo narrativo y los diferentes puntos de vista. Absolutamente imprescindible.

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