Ocho consejos para escribir sobre el kraken

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O cómo escapar del horror tentacular literario en ocho apéndices

Como esto de la literatura no es una ciencia, es imposible dar consejos que sean válidos al 100%. Después de todo, lo que es terriblemente tópico puede ser utilizado magistralmente para superar al género, y si no que se lo digan a Polanski. Así que, conscientes de lo absurdo de la tarea, vamos a lanzarnos a dar ocho consignas, como tentáculos tiene el pulpo (o apéndices la piovra, que dirían los italianos) para evitar que nuestro relato se suma en las profundidades abisales de la furrufalla narrativa que nos inunda estos días cual tsunami.

1.- No todos los pulpos terminan en la cazuela: Tu historia es tuya y de nadie más, pero los malos de verdad -como el kraken- suelen terminar derrotados por el héroe. Ten en cuenta que si el lector ya se espera que el pulpo gigante muera, no contarás con el factor sorpresa. Encandílale con el proceso si no quieres dar un giro de tuerca al final del relato.

2.- ¿Quién dijo que el kraken tenía tentáculos? La encarnación del horror abisal ha tenido muchas lecturas a lo largo del tiempo. El pulpo gigante, por sus tentáculos y su tinta, y la ballena, por su mimetismo con las islas, han sido las predilectas, pero eso no tiene por qué imponerse en tu relato. Es importante que tu horror juegue con los mecanismos estéticos que a ti te convengan, o te resulten sugerentes. ¿Cómo se encarna en tu texto el horror de las profundidades?

3.- ¿Y quién que vivía en el fondo del mar? El entorno obvio para el kraken es un relato marinero, pero este horror es una encarnación de un sentimiento popular, y, como tal, no está atado a los límites físicos. Transgredir la frontera, sea como ser onírico o por otro medio más insospechado, es un modo sencillo de salir del corsé estándar de los kraken. Piensa, por ejemplo, que las profundidades del sueño son un hábitat tan válido para los tentáculos de la criatura como las simas oceánicas.

4.- Malos, buenos y regulares. El kraken, como ser abisal, horrible y sanguinario, tiene todas las papeletas para ser el antagonista, pero el mundo literario es mucho más complejo y rico. ¿Cuántos kraken han tenido la oportunidad de contar su historia? ¿Y cuántos han conseguido emocionar al lector o ganar su empatía?

5.- Por algo lo haría... Incluso el ser más mezquino y nocivo de la creación tiene un motivo -aunque sea ficticio- para hacer lo que hace. El kraken suele presentarse carente de motivaciones (como fuerza de la naturaleza desatada que es), pero eso no quiere decir que no se le pueda otorgar alguna más allá del socorrido castigo divino para los protagonistas.

6.- ¿Y si no era tan malo? Una vuelta de tuerca bastante obvia es que no sea el propio kraken el malo de la película. Puede ser simplemente otro espectador al que le llevan de la mano -dándole de comer vírgenes, por horrible que parezca- o incluso el auténtico bueno, oculto por una pátina de terror abisal y vísceras.

7.- Evita a Lovecraft. A parte de ser un consejo sabio en general evitar a los grandes maestros -por lo de que las comparaciones son odiosas-, en el tema de horrores abisales es especialmente interesante evitar la mención del maestro. Profundos, Cthulhus y otras historias han dejado una impronta demasiado marcada como para que pase desapercibida. Pero bueno, cada cual elige con quién se mide... y a quién rinde homenaje.

8.- Evita los términos marineros: Sobre todo si no tienes experiencia marinera. En primer lugar, son innecesarios, pues el kraken es, más que un pulpo, un concepto. En segundo lugar, siempre van a hacerte la puñeta, bien sea porque el lector te pille en falta porque sepa más que tú de navegaciones, babores y estribores, bien porque sepa menos y todo le suene a chino. En cualquiera de los dos casos, con un par de pinceladas sobrará para no pillarse los dedos con las jarcias.

Finalmente, hay que hacer notar que cada uno es muy libre de meterse en los berenjenales de su elección, así que estos “consejos” no deberían constreñir la creatividad de ningún escritor. Dios nos libre de sabotear a los buenos relatos, aunque salgan kraken con forma de pulpo bien malos enganchados en terribles descripciones marineras de difícil comprensión.

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