De la ceniza volverás

Imagen de Patapalo

Reseña de la obra de Ray Bradbury publicada por Minotauro

 

De la ceniza volverás no es una novela al uso, ni siquiera propiamente una antología con continuidad de personajes, escenarios y un desarrollo cronológico. Es más bien un imaginario que contemplamos durante un periodo de tiempo particularmente significativo. Como si ese fuera el modo natural de acercarse a la familia que puebla sus páginas, el libro funciona como un anecdotario.

Ray Bradbury nos presenta una mansión misteriosa en la que habitan lo que tradicionalmente se han considerado monstruos. Espectros, momias del lejano Egipto, muertos vivientes... y también criaturas todavía más extrañas que completan este panteón siniestro hasta terminar de darle su forma definitiva. Si bien se apoya sobre criaturas clásicas que podemos encontrar en cualquier Halloween —fiesta que fue una de las fuentes de inspiración del autor—, lo que nos presenta Bradbury es algo propio en lo que no ha tenido miedo de introducir su propia perspectiva y sus propios recuerdos convenientemente distorsionados.

La narración arranca con la llegada de un niño a la mansión, un bebé “normal” abandonado a su suerte en el umbral de este ecosistema de rarezas. A partir de ahí, mientras crece e intenta comprender su lugar en el mundo, iremos conociendo a los integrantes de la familia, a estas criaturas que habitan en los rincones más allá de nuestro universo cotidiano, pero siempre junto a él.

No se trata de una historia de terror, ni siquiera de muerte, sino más bien de vida. De la vida de aquellos que no viven. Es un curiosa revisitación del monstruo cargada de poesía y lírica. Bradbury presta particular atención a la prosa y busca generar imágenes inolvidables y llenas de ensoñación. En De la ceniza volverás la trama, que la hay, es secundaria frente a la estética y la fascinación. Lo que de verdad nos importa es recrearnos en las vivencias de estos seres misteriosos que funcionan con otra lógica. Quien haya pasado horas mirando un álbum de monstruos por el simple placer de paladear su imagen, lo que sugieren, encontrará en las páginas de este libro un disfrute similar, pero desarrollado por una pluma particularmente hábil y extravagante.

Humor, ternura, desaliento y esperanza, temor, épica... todo tiene cabida en este desván universal que nos presenta Bradbury. Todo un universo que germinó a partir de un simple relato que ya en su día no supieron muy bien cómo calificar. La portada de Minotauro, obra de Charles Addams (creador de la famosa familia homónima), puede ponernos sobre la pista de algunos misterios que encierra, pero nada os preparará para todos ellos.

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