La Primera Ley: Antes de que los cuelguen

Imagen de Boras

Reseña de la novela de Joe Abercrombie publicada por Alianza

 

Estamos ante la segunda entrega de la trilogía La primera ley, una obra que prosigue o incrementa el interés despertado por el primer tomo. La historia persigue los mismos derroteros trazados por el primer tomo, la trama se divide en tres narraciones que corren parejas, y los personajes apenas varían.

Una primera narración dedicada a un viaje mítico de héroes en busca de un arma letal que les llevará a atravesar y pasar por un continente desolado encontrando problemas sin fin y que es la parte central de toda la historia, pues se ven los personajes que harán grande la novela, desde el inmaduro Jezal hasta el poderoso guerrero norteño “El sanguinario”, sin olvidar, claro está, a Bayaz, un gran mago, Pielargo o a Ferro. Ese viaje se encuadra dentro de la más rancia tradición de fantasía, desde el afamado Tolkien hasta el prolífico Salvatore, todos o, bueno, mejor dicho casi todos han tirado de viaje, de aventura, de dibujar a sus personajes en diferentes entornos cambiantes. El viaje no solo será físico sino también espiritual, enlazando con la más enfática tradición de la cultura occidental, esa que comenzó un señor llamado Ulises y que nos explicó que no importa el destino sino el viaje en sí y para ello en algún momento, Pielargo, el navegante, nos lo describe con esas mismas palabras.

La segunda parte nos llevará al norte, de la mano del Coronel West y de un racimo de grandes guerreros que formaron parte del grupo de combate del “Sanguinario”, personajes muy hechos, muy definidos, temibles como por ejemplo Dow “el negro”. Esa parte de la narración será más convencional, más cercana a un desarrollo de la fantasía más combativa y creo que más friki. Ejércitos en marcha, combates a muerte, guerra y destrucción pero también amistad, lealtad y un sinfín de valores más que parecen incompatibles con lo que se mueve en un campo de batalla. Será en esta parte de la historia donde Joe Abercrombie nos muestre su gran facilidad para llevar adelante una narración compleja y al mismo tiempo nos enseñe que aún debería madurar un poco más su relación de los grandes enfrentamientos bélicos, tiene tendencia a confundir multitud de combatientes con algo caótico. Debería leer algo de Julio César para aclararle que aunque existan sesenta mil personas matándose puede haber un cierto sentido del orden. De todas formas esta parte de la narración es genuina y plagada de sabor, potente y sin piedad.

La tercera, y la he dejado para el final a propósito, nos lleva al inquisidor Glokta y su misión de salvar Dagoska a toda costa. Pocos personajes de la fantasía tienen un entramado tan rico como el inquisidor, pocos han sido trabajados con tanta fruición y muy pocos tienen esa carnosidad y esa humanidad tan bestia a veces. La creación del inquisidor justifica el volumen, los volúmenes que nos quieran poner o lo que le dé la gana. Un personaje de primer nivel y no sólo en cuanto al género que a veces peca de cierta puerilidad. Glokta tiene sombras, muchas, pocos claros, una inteligencia fina, una piedad de madre, una crueldad de bárbaro desatado y un instinto de supervivencia extraordinariamente desarrollado. Nunca sabemos que camino tomará, es imprevisible y sobre todo con una cantidad de recursos enorme.

La narración del cerco de Dagoska y la lucha por mantener a cualquier precio la plaza será todo un alarde de gusto literario, de placer por la escritura, de contención literaria y sapiencia narrativa.

El bien y el mal, muy definidos en otras novelas de género, pierden aquí cierto colorido, nada tiene un tono claro y depende de quién tenga que hablar sobre ello o interpretar los hechos. El caos y el orden tienen el mismo tratamiento. Los personajes de Abercrombie luchan por algo aunque dudan incluso de la verdad de su lucha, se sitúan en un bando por motivos muy variados, desde la venganza hasta el origen de nacimiento, apenas han optado o el propio desarrollo de sus vidas les ha permitido decidir. Los bandos no se eligen, simplemente, están ahí.

Ya no puedo dar una opinión más clara sobre la novela, solo que ardo en deseos de comenzar el tomo tres. La experiencia no solo está siendo grata sino que me está haciendo tener en muy alta estima al autor. Si continua así se me acabarán los calificativos con el tercer tomo de la trilogía.

 

ANTES DE QUE LOS CUELGUEN

La primera ley: Libro II

JOE ABERCROMBIE

685 páginas

ISBN: 978-84-206-8250-1

EDITORIAL: ALIANZA EDITORIAL

Fecha de publicación: 2008

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