Los crímenes de Cater Street

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Reseña de la novela de Anne Perry publicada por Plaza y Janés

Los crímenes de Cater Street es la primera novela de Anne Perry protagonizada por el inspector Pitt, un miembro de Scotland Yard en el Londes victoriano de 1881. Es una obra que conjuga los elementos del relato costumbrista con los de la novela policiaca, aunque dando un peso mucho mayor al primero que a la segunda.

Los crímenes de Cater Street - Anne Perry - Inspector Monk 1 - Plaza y JanésNo es que la trama detectivesca en sí no tenga importancia. Bien al contrario, es el motor de la historia y lo que permite relacionar a los personajes entre sí y hacer que las cosas avancen. Sin embargo, da la impresión de que la autora presta más atención al retrato de la pequeña aristocracia de la época, siguiendo los pasos de autoras como Jane Austen, aunque el marco sea ya más moderno.

El centro del conflicto es, de hecho, la complicada relación entre una hija de buena familia (es una joven que todavía no tiene, de alguna manera, entidad propia al no haberse casado aún, lo que la empuja, precisamente, a cuestionarse muchas cosas) y un policía que, a pesar de ser de clase más baja, (el susodicho inspector Monk), se permite la impertinencia de meterse en el pequeño mundo de los poderosos amparado en su obligación ante la ley. Y es que un caso de asesinato no permite excepciones.

Los puntos fuertes de la novela son precisamente esos: cómo retrata la sociedad de la época, con sus tabúes, sus convenciones, su doble moral, los problemas psicológicos que esta genera (y que, al final, son el motivo subyacente de los crímenes que dan nombre a la novela), las perspectivas de los diferentes personajes, los contrastes, etc. No es particularmente innovadora al respecto si tenemos en cuenta la gran cantidad de grandes clásicos que abordan ya este tema, incluso en su propia época, pero tiene el añadido de la trama de misterio y una prosa ligera que permitirá llegar a más lectores.

La parte policiaca en sí es bastante sencilla, pero coherente y bien resuelta. No hay una panoplia de personajes excesiva, lo que permite que el lector aventure qué es lo que ha podido ocurrir, y si bien el caso no es un auténtico quebradero de cabeza, consigue mantener el suspense hasta el final. En ese sentido, es quizás poco ambicioso en el planteamiento y juega con los ecos de Jack el Destripador (aunque no sea el mismo caso). Así, tenemos una serie de asesinatos en apariencia inconexos que atañen a jóvenes indefensas.

Con estos elementos, Los crímenes de Cater Street es una buena novela, entretenida y bien montada, sin muchas ambiciones, que deja con ganas de leer alguna más de la serie sin llegar a ser extraordinaria. Una lectura ligera para aquellos aficionados al periodo y al género.

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