¿alguien conoce bien el pensamiento de Nietzsche?

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corisio
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espero no equivocarme, no sabia donde poner este tema, pero de todos los foros que hay creo que aqui es donde mejor encaja, ya que al fin y al cabo estamos hablando del trabajo literario de un pensador. Bueno lo que queria preguntar, ¿por qué Nietzsche afirma que el ser es un ente ficticio? me choca algo esa afirmación y no la llego a comprender bastante bien, aunque creo que tengo una idea vaga. al contrario que parmenides que afirma la existencia del ser cuando es. según nietzsche eso es un concepto vacío, pero no llego a compreder dicha afirmación.

espero respuestas. Gracias.

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Ferchuancho
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Hola, Corisio

Nietzsche piensa que el concepto-idea de ente o ser es generalizante, excluyendo las particularidades, el cambio y las formas propias de los seres o cosas particulares y únicas. Por tanto el ser es un ente ficticio en la medida en que el pensamiento platónico lo instituyó filosóficamente a partir de la Idea, que abarcaba millones de seres a lo largo del tiempo y sus transformaciones, encerrando las cosas del mundo en esas ideas, cohartándolas y limitándolas a ella, pero dejando de lado las formas del cambio de las cosas, ese conocimiento en cierto modo condicionado y cercenado de la realidad

Nietzsche, con Heráclito, está por el cambio continuo de la realidad, su multiforme faceta, su variabilidad constante y eterna. Por tanto no reconoce las Ideas platónicas ni el Cristianismo por sus generalizaciones limitantes de la realidad

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corisio
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Muchas gracias por la respuesta, ahora se por donde van los tiros, creo que por esta razón nietzsche denominaba a la gramática "esa gran ramera" ya que momificaba la realidad que se caracteriza por su constante cambio y fluidez. creo que por este motivo utilizaba la metáfora en sus obras, ya que los simples conceptos lo unico que hacen es generalizar. Ahora caigo en la cuenta que nietzsche rechazaba los conceptos ya que considera que la realidad es subjetiva.

de nietzsche solo he leido "el anticristo" asi que me falta mucho para entender su pensamiento.

 

 

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LCS
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Hombre, yo no sé si este es el lugar correcto para hablar de filosofía, pero por el foro de poesía anda una persona que no es que conozca bien a Nietzsche, es que parece la reencarnación del mismísimo Zaratustra.

Su nombre es ant69rit.

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corisio
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si ha leido tanto como dice supongo que sabra algo (15 mil libros y mas de 30 años leyendo...). Por los post que he visto aparentemente parece que sabe de lo que habla.

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ant69rit
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 Vamos a ver, amigo Sócrates, creo que te has metido en un brete y me has metido en uno a mí, porque con semejante recomendación, definitivamente has puesto el listón muy alto, pero no importa, sabes que me gustan los retos, y creo que por eso me recomendaste de tal guisa. 

     Bien, lo que dice Ferchuancho es correcto: la búsqueda del ser, de un ente eterno que no cambia, que siempre permanece inmutable, es tan antigua como la filosofía misma. No sólo las ideas platónicas, como bien nos indica Ferchuancho, pero también las sustancias aristotélicas, son intentos por buscar el ser, que como dice Hegel, ha sido la materia de toda la filosofía occidental. Conceptualizar a la naturaleza, aprehenderla en sus formas inmutables, eternas, han conformado la búsqueda de la filosofía occidental desde Parménides hasta el propio Hegel. Nietzsche se opuso precisamente a esta conceptualización del ser, ya sea como forma, como idea, como sustancia, no sólo porque no reflejaba el cambio continuo de la naturaleza, no sólo porque cercenaba la realidad que es cambiante (como bien dijo Heráclito), sino sobre todo por una razón mucho más profunda, más radical, mas importante. Permítaseme ser más nietzscheano que Nietzsche para preguntaros: ¿se ha entendido por qué ese afán de los filósofos de conceptualizar a la naturaleza, de momificarla? ¿Se ha querido entender de dónde surge ese afán momificador? ¿Se ha visto qué hay detrás de esas formas, de esas ideas, de esas sustancias, de esas mónadas? No, no se ha querido ver qué has detrás de todas esas sustancias y de todas esas ideas platónicas. Se requiere mucha fortaleza de espíritu, se requiere mucha profundidad, se requiere una mirada valiente como la del águila que mira directamente el sol, para ver qué has detrás de toda esa búsqueda del ser. Yo os lo voy a decir una vez más, ¡oh espíritus alciónicos!, detrás de esa búsqueda del ser no hay sino la volutand de inmortalidad, el deseo de permanecer, el deseo de aferrarse a lo eterno, a lo inmutable.  

     En última instancia, lo que alimenta esa búsqueda insaciable del ser, de momificarlo todo a base de conceptos, no es otra cosa que el miedo a la muerte. En efecto, es el miedo a la muerte lo que está detrás de todas esas ideas platónicas, de todas esas sustancias aristotélicas, de todas esas formas inmutables. Es el miedo a la muerte, el miedo al cambio, el miedo a desaparecer (recordemos que Heráclito dijo que todo desaparece, nada subsiste), lo que ocasiona que el hombre busque aferrarse a lo eterno, a lo inmutable, aun cuando eso eterno, eso inmutable, no sean sino entelequias vacías. Entelequias vacías como las ideas platónicas, como la vida eterna del cristianismo. Entelequias vacías que fueron inventadas, ¡oh espíritu hiperbóreos!, para maldecir a todo lo efímero, a todo lo que pasa, como esta vida. La búsqueda del ser es miedo a la muerte, y nada más. Y el miedo a la muerte es el mayor obstáculo para alcanzar el Amor Fati. 

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corisio
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Vamos a ver, amigo Sócrates, creo que te has metido en un brete y me has metido en uno a mí, porque con semejante recomendación, definitivamente has puesto el listón muy alto, pero no importa, sabes que me gustan los retos, y creo que por eso me recomendaste de tal guisa. 

     Bien, lo que dice Ferchuancho es correcto: la búsqueda del ser, de un ente eterno que no cambia, que siempre permanece inmutable, es tan antigua como la filosofía misma. No sólo las ideas platónicas, como bien nos indica Ferchuancho, pero también las sustancias aristotélicas, son intentos por buscar el ser, que como dice Hegel, ha sido la materia de toda la filosofía occidental. Conceptualizar a la naturaleza, aprehenderla en sus formas inmutables, eternas, han conformado la búsqueda de la filosofía occidental desde Parménides hasta el propio Hegel. Nietzsche se opuso precisamente a esta conceptualización del ser, ya sea como forma, como idea, como sustancia, no sólo porque no reflejaba el cambio continuo de la naturaleza, no sólo porque cercenaba la realidad que es cambiante (como bien dijo Heráclito), sino sobre todo por una razón mucho más profunda, más radical, mas importante. Permítaseme ser más nietzscheano que Nietzsche para preguntaros: ¿se ha entendido por qué ese afán de los filósofos de conceptualizar a la naturaleza, de momificarla? ¿Se ha querido entender de dónde surge ese afán momificador? ¿Se ha visto qué hay detrás de esas formas, de esas ideas, de esas sustancias, de esas mónadas? No, no se ha querido ver qué has detrás de todas esas sustancias y de todas esas ideas platónicas. Se requiere mucha fortaleza de espíritu, se requiere mucha profundidad, se requiere una mirada valiente como la del águila que mira directamente el sol, para ver qué has detrás de toda esa búsqueda del ser. Yo os lo voy a decir una vez más, ¡oh espíritus alciónicos!, detrás de esa búsqueda del ser no hay sino la volutand de inmortalidad, el deseo de permanecer, el deseo de aferrarse a lo eterno, a lo inmutable.  

     En última instancia, lo que alimenta esa búsqueda insaciable del ser, de momificarlo todo a base de conceptos, no es otra cosa que el miedo a la muerte. En efecto, es el miedo a la muerte lo que está detrás de todas esas ideas platónicas, de todas esas sustancias aristotélicas, de todas esas formas inmutables. Es el miedo a la muerte, el miedo al cambio, el miedo a desaparecer (recordemos que Heráclito dijo que todo desaparece, nada subsiste), lo que ocasiona que el hombre busque aferrarse a lo eterno, a lo inmutable, aun cuando eso eterno, eso inmutable, no sean sino entelequias vacías. Entelequias vacías como las ideas platónicas, como la vida eterna del cristianismo. Entelequias vacías que fueron inventadas, ¡oh espíritu hiperbóreos!, para maldecir a todo lo efímero, a todo lo que pasa, como esta vida. La búsqueda del ser es miedo a la muerte, y nada más. Y el miedo a la muerte es el mayor obstáculo para alcanzar el Amor Fati.

Totalmente de acuerdo, creo que muchas de las razones de esa busqueda del ser ademas de la evasión a la muerte y al cambio, tambien encierra el deseo del ser humano de dar una unidad y estructura a la realidad, creo que siempre se ha tendido a eso a lo largo de la historia, sobre todo cobro más fuerza en la ilustración. caer en el relativismo es pensar en circulos e incluso al negarlo todo se acepta la afirmación contraria, es caer en un vacio sin fondo. el ser humano tiende a querer explicarlo todo, a querer estructurar. Creo que esta tendencia a la que nietzsche califico como traidores a la vida es un fenomeno de la sociedad moderna, creo que desde hace 5000 años desde que abandonamos la vida nomada, el ser humano tiende mucho a esto a estructurar la realidad y a dogmatizarla, según mi opinión esto es un problema que aparece con las primeras ciudades, siglos despues con la ilustración y con las ideas que ella conllevo. En un estado de naturaleza (por ejemplo en una tribu de norteamerica o de africa de hace 2000 años) yo creo que se tiende más a aceptar el porvenir, los sentidos y la condición humana y a la naturaleza tal y como es, digamos "honestamente" como la percibe el ser humano. en resumen mientras más compleja se vuelve la sociedad más decadente es. mientras más egos más problemas, mientras más tecnologia para tener una vida mas comoda paradojicamente más complicaciones... etc. Considero que todo esto no es algo accidental es una trampa de la naturaleza para cumplir su ciclo, "todo empieza, todo termina". En fin, todo esto no es más que mi visión personal. saludos.

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Ferchuancho
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Caramba, así da gusto repasar filosofía, ant69rit y corisio. Se esclarecen mucho más los conceptos explicándolos  coloquialmente en un foro como éste. Gracias ant69rit, portentosa tu aportación.

Sólo añadir que justamente porque el hombre, debido a lo efímero de la vida, trata de conceptualizarla y organizarla racionalmente en esquemas conceptuales estáticos y permanentes, justamente por eso Nietzsche se enfrentaba por un lado al Cristianismo, y por otro al Platonismo, muchas de cuyas ideas había tomado de aquél por filósofos sistematizadores de la doctrina cristiana como San Agustín y demás...

Si el ser humano no se preocupara por la vida y sus enigmas, si no le resultaran asombrosamente inexplicables y enigmáticos los fenómenos de la naturaleza, no trataría el racionalismo humano de organizarla, puesto que le resulta imposible, o no siempre posible de dominar y someter para su propio beneficio.

Es cierto, Corisio, que desde la época neolítica la mente del hombre se transformó por completo. Volviéndose más racional, tal vez más limitada, sólo tal vez..., por esquemática, lógica o como queramos llamarla. El caso es que el hombre primitivo, al ser más intuitivo y manejar los símbolos desde la magia y el ensueño de un animismo irracional, veía la naturaleza no como un instrumento, sino como una madre o algo parecido, alcanzando cotas divinas todas sus manifestaciones, y por eso tal vez no se sentían tan encarcelados por las obligaciones cotidianas del mundo parcelado y fronterizo nacido a raíz de las primeras ciudades. Contigo pienso que desde que se inventó la ciudad, cambió el rumbo de la historia primigenia del hombre con la naturaleza

 

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Patapalo
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Ferchuancho dijo:
Contigo pienso que desde que se inventó la ciudad, cambió el rumbo de la historia primigenia del hombre con la naturaleza

Creía que los primeros cultos sistematizados (la traducción de los fenómenos naturales en dioses) venía ya de los pueblos nómadas, y que estos dioses fueron integrados en las ciudades mesopotámicas en los sucesivos cambios de gobernantes. ¿No empezaría ahí la parcelación de los inexplicable en conceptos más asequibles? Porque, en ese caso, sería anterior a las ciudades.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Ferchuancho
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Tienes razón, Patapalo, el animismo comenzó en tiempos del hombre primitivo. Es que mi última frase era una reflexión añadida al pensamiento previo que hacía corisio, no estaba en relación con el párrafo mío último.

 

Pero es interesante, porque en verdad es  en el neolítico cuando comienzan a sistematizarse los tinglados religiosos basados en dioses de la naturaleza primero, y luego de conceptos humanos como la guerra, la realeza etc... Y en en Neolítico es cuando empiezan los centros urbanos a convertirse en ciudades, y las ciudades luego en naciones e imperios. La religión a partir del animismo previo desestructurado iba creciendo y haciéndose cada vez más institucional y física

Pero recordemos que estas religiones ya sistematizadas en mitos coherentes y globalizantes de la existencia humana y de los hechos naturales y cósmicos, estas religiones de las ciudades, en principio ya estaban en ciernes con el hombre primitivo, y su animismo y sus tótems y sus mitos todavía parciales acerca de los fenómenos de la naturaleza...

 

Si no recuerdo mal, pues es posible que en algún dato me equivoque, pero creo que por ahí va la cosa

 

Saludos

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corisio
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Si no estoy equivocado los primeros que empezaron hacer cultos religiosos o funerarios fueron los neandertales y la especie de hombre moderna tomaron ese relevo, aunque no estoy muy seguro de esto. Creo que es una tendencia natural en el hombre el ser supersticioso y buscar el mito en los fenomenos que no puede explicar, es asi porque lo hemos hecho desde nuestros origenes y en la mayor parte de nuestra historia. Ahora bien creo que lo importante son los valores que puede transmitir una religión, no lo que puede existir, si dioses o lo que sea. Aunque en la sociedad actual esto de la religión como que ya no tiene mucho sentido. La gente piensa más en vivir la vida que tiene... Como diria Nietzche una tendencia más dionisiaca.

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Ferchuancho
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Sí, los neanderthales fueron los primeros en practicar ritos religiosos. Tienes razón, corisio.

Por lo que dices de los tiempos modernos, creo que la moral religiosa se ha suplido con la especialización profesional y tecnológica, porque los fundamentos de la cultura de la sociedad de consumo y el bienestar han cambiado tanto que incluso cuando hablas de estos temas, de filosofía, de ética o moral, o, por ejemplo de historia, como la inmensa mayoría son especialistas y técnicos muy alejados de estos temas, que no los recuerdan del bachillerato sino con agobio, se tienden a tratar como materias humanistas, emparentadas historicamente con el renacimiento, como algo pasado de moda. O como un agobio obligatorio de la escuela media.

El tema humano está pasado de moda como objeto de estudio, las carreras de letras, de historia o humanistas, como la antropología y todas sus variantes, van de capa caída en las tecnocracias basadas en la tecnología punta y las especializaciones profesionales. El consumismo, la sociedad del bienestar, a donde el capitalismo globalizado nos has conducido inexorablemente, todo y tener tantas ventajas, en cambio en ciertos temas es muy primario o insubstancial.

 

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ant69rit
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 Ahora bien, para entender la filosofía de Nietzsche, es imprescindible entender una de las fuentes de las que brotaron sus pensamientos, me refiero a la filosofía de Schopenhauer, que fue la mayor influencia de Federico Nietzsche. Sabido es que el filósofo dionisíaco leyó a Schopenhauer cuando era joven, y quedó impresionado por la retórica del filósofo pesimista. Tanto es así, que para entender la relación y la posterior ruptura de Nietzsche y Wagner, resulta primordial, en primera instancia, entender el vínculo que se estableció entre ambos filósofos, vínculo tan intangible como vehemente que se rompió definitivamente en el libro Así habló Zaratustra, pues en dicho libro Nietzsche escribió un capítulo dedicado a Schopenhauer en el que Zaratustra llama mar de vanidades, pavo real de pavos reales, al filósofo pesimista (espero, amigo Sócrates, que estés leyendo esto, porque estoy descifrando el engima que te he propuesto).

     Pero empecemos por analizar la filosofía pesimista de Schopenhauer para entender el porqué Nietzsche terminó por rechazar tajantamente esa filosofía (lo que, de paso, ocasionó la ruptura con Wagner). Schopenhauer parte de Kant para adoctrinar que la cosa en sí kantiana es una voluntad, es decir, un impulso ciego, estólido, que no tiene sentido, que es insaciable, que se muerde la propia cola, que se hace daño a sí mismo (según el budismo), una voluntad de vida que precisamente lo único que le interesa es la vida, el instinto de conservación. Según Schopenhauer, esta voluntad de vida no sólo es la cosa en sí, sino que también se manifiesta en todo, en todas y cada una de sus representaciones. Es decir, es una voluntad tanto inmanente como trascendente. Para decirlo con Krauze: es una voluntad panenteísta. Ahora bien, yo tengo varias objeciones contra esa voluntad: en primera instancia, considero que no se trata de una voluntad de vivir, sino de sobrevivir, es decir, es miedo a la muerte, y poco más. 

    En segundo lugar considero que esa voluntad de vida, mejor dicho: voluntad de sobrevivir, no tiene como foco principal a la sexualidad, sino al dinero. La repulsa que el filósofo pesimista sentía hacia la sexualidad tan sana es uno de los puntos importantes por los que Nietzsche se apartó radicalmente de Schopenhauer: hablando en plata, se odia a la sexualidad porque se odia a la vida, pues todos sabemos que la sexualidad es la fuente de la vida. Y precisamente una de las grandes aportaciones filósoficas de Nietzsche fue señalar que el hombre, en especial, el cristianismo, calumnia a la sana sexualidad por esa hostilidad hacia la vida. Lo mismo vale para Schopenhauer, uno de los más grandes calumniadores de la sana sexualidad. 

    Es el dinero, y no el sexo, el foco de la voluntad de sobrevivir, es el afán de poseer, de amasar fortunas, una de las peores lacras de este mundo. La avaricia capitalista es miedo a la muerte, y nada más. Pero negar a la muerte implica negar a la vida, por tanto, para decirle Sí a la vida, hay que decirlo No al Capitalismo.

    En tercer lugar, resulta bastante divertido constatar que Schopenhauer, pese a todas sus fobias contra Hegel, en realidad, estaba más cerca del filósofo dialéctico de lo que pensaba. Bien explicó Nietzsche en una ocasión que Schopenhauer y Hegel se peleaban como dos hermanos, y tanto que sí. Schopenhauer, sin darse cuenta, era un dialéctico, pues todos sabemos que la dialéctica hegeliana tenía como finalidad el autoconocimiento del Espíritu Absoluto, en y a través de un espíritu finito. Pues bien, el Espíritu Absoluto, en y a través de Schopenhauer (que no lo olvidemos es una representación de esa voluntad ciega y estúpida), se conoce a sí misma,a raíz de Schopenahuer sabe este Espíritu Absoluto que es, precisamente, una voluntad, un deseo ciego, insaciable, estólido. Es decir, Schopenhauer fue quien culminó la dialéctica hegeliana: el Espíritu Absoluto se conoció a sí mismo, la autoconciencia, por medio de Schopenhauer. Qué divertida es la Filosofía. Cuánta razón tenía Nietzsche.

   Pero dejando a un lado la diversión, hay que decir que Schopenhauer se equivocaba rotundamente: pues él mismo al consumar la dialéctica hegeliana, estaba, precisamente, proporcionando ese autoconocimiento al Espíritu Absoluto, pero afirmando que ese Espíritu Absoluto que ya se conoce a sí mismo por una de sus representaciones, Schopenhauer, es un impulso ciego y estúpido... que se conoce a sí mismo. El absurdo radica en que un impulso ciego y estúpido, la voluntad, no puede conocerse a sí misma, porque en el momento de conocerse a sí misma, por una de sus representaciones, Schopenhauer, tiene autoconciencia de sí misma, y por tanto ya no es un impulso ciego y estólido. Un impulso ciego y estúpido, la voluntad, NUNCA podría conocerse a sí misma por medio de una de sus representaciones. La filosofía de Schopenhauer es como ese dragón gnóstico, Ouroboros, que se muerde su cola.

    Ahora bien, yo creo que sí existe esta voluntad fenoménica que tiene tres caras, a saber: la voluntad de sobrevivir (cuyo foco es el dinero), la voluntad de venganza (cuya principal manifestación es el afán de poder), y la voluntad de inmortalidad (cuya máxima expresión es el afán historicista). El propio Schopenhauer rebatió su propia filosofía, cuando uno de sus admiradores ( que pulularon antes de la muerte del filósofo pesimista), dijo que la voluntad era un Absoluto que trascendía la expriencia. Schopenhauer, que tenía muy malas pulgas, al oír uno de los términos filósoficos que tanto usaban Hegel y cía., montó en cólera y dijo que su voluntad no trascendía la experiencia, por tanto, digo yo, no es la cosa en sí, pues precisamente Kant dijo que la cosa en sí es lo que trasciende la experiencia, y por ello, nunca podríamos conocerla. Schopenahauer acusaba a los hegelianos que no entendían a Kant, pero el que no entendió al zorro de Königsberg fue, precisamente, Schopenhauer.

 

Un saludo y un placer leerlos.  

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Ferchuancho
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Yo también creo que el sistema filosófico de Schopenhaurer es una refundición del de Hegel, pero centrado más en la "cosa en sí", que él llamó "voluntad". Volición donde antes había espíritu.

Es curioso que este sistema luego se malograra al concluírse con el colofón pesimista de que esta volición cósmica es perversa. Claro al ser todo el caos cósmico organizado por el mal, el satán cósmico, al hombre sólo le quedaría el consuelo ascético de la meditación en un mundo miserable, pero esta meditación no llega a ninguna parte para Schopenhauer, puesto al hombre le espera el reino de la nada en el más allá.

Ni siquiera se puede consolar con los lenitivos sensuales, puesto que el filósofo alemán los rechaza como las miserias volitivas y las aspiraciones inútiles de los hombres frente a lo inexorable. Lo que él considera como conocimiento pertenece al reino de Maya, pero tras el velo de ese conocimiento sublime, al estar el mal de la perversión de la Voluntad y el designio cósmicos inexorables, no hay salida posible para el sabio ni la esperanza humana. Lo cual, como dices, es un rompecabezas difícil de averiguar. Es un pez que se muerde la cola toda su filosofía, que ni él mismo se esclareció, según creo...

 

Saludos

 

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Ferchuancho
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De todos modos, Schopenhauer encontró en cierto modo en la mística la victoria sobre el mundo, puesto que el místico era el único ser capaz de librarse de la cárcel de lo real, -entendido como irracional-, gracias a su visión de la "cosa en sí", o voluntad cósmica. Esta voluntad cósmica, causante y principio primordial de las estrellas y de los seres de la naturaleza, es aquello que aspira conocer el filósofo, y si quiere sobrellevar bien el fin último de la maldad de este universo, lo que tendrá que hacer es deshacerse de la voluntad, convertirse en un místico, renunciar a los sentidos, y dedicarse a la visión de la "cosa en sí"...

Es complicadísimo comprender este sinsentido, puesto que la voluntad, el fin último que ha de contemplar el filósofo y el místico si quieren encontrar la paz, es el mal, y esa maldad es incompatible con la aspiración a ella, a menos que no quiera convertirse el místico en representación suya en la tierra... Es increíble los rodeos asombrosos para criticar el racionalismo imperante que da Schopenhauer para concluír con un contrasentido semejante, pero bueno...

 

Mirando un poco su biografía, se ve que él no era un desapegado de los placeres mundanos, antes bien, todo lo contrario, y dicen los hechos que se narran de él que era avarísimo, egoísta a más no poder, antidemocrático y encima un día tiró a una señora mayor por las escaleras y la dejó inválida, porque le molestaba el ruido que hacía hablando con su vecina en el rellano de la escalera. Al tener que pagarle una paga de invalidez durante 20 años, no sé si todo esto pudo influir de alguna manera en su pensamiento metafísico super pesimista, pero deducimos que sí, puesto que cuando murió la pobre anciana, exclamó: "¡Obit anus, abit onus!", lo cual quiere decir: "¡La vieja muere, la carga termina!"

Claro, muchas veces las cosas del pensamiento humano son inherentes a infinitud de variables incognoscibles, y todo esto no sabemos si puede estar relacionado o no, aunque la misma filosofía budista que él preconizaba intentando imbricar con la crítica del racionalismo imperante en un sistema fundado en la voluntad o deseo cósmico a lo que poco los humanos pueden hacer, nos dice que todo en el universo está relacionado intimamente, y que el caer de una hoja en japón, por ejemplo, tiene consecuencias en  el resto del universo infinito que jamás podremos conocer...

Saludos

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ant69rit
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     Notables han sido las aportaciones de Ferchuancho en este tema tan importante en el desarrollo de Nietzsche: la filosofía pesimista de Schopenhauer. Bien es cierto que dicha filosofía incurre en grandes contradicciones, sobre todo, por ejemplo, en el tema de la compasión que tanto fastidiaba a Nietzsche. Pero antes debemos separar la compasión budista de la compasión cristiana. Ambas, desde luego, fueron rechazadas por Nietzsche porque debilitan al hombre, y el hombre debe ser fuerte, debe ser un guerrero, una 'bestia rubia' no sólo para aprehender el conocimiento dionisíaco que require una mirada valiente como la del águila, sino sobre todo, para afirmar este vida trágica. Y tanto la compasión budista como la cristiana reniegan de esta vida por considerarla demasiada dura, demasiado malvada, demasiado perturbadora, para decirlo en dos palabras: demasiado dionisíaca.

   Ahora bien, en cuanto a la compasión en Schopenhauer, debemos decir que no sólo debilita al hombre, sino que sobre todo incurre en una contradicción flagrante: pues el filósofo pesimista sostenía que debemos compadecernos de los demás, porque somos lo mismo, porque somos el cuchillo pero también la herida (según aquellos versos famosos de Baudelaire). Sin embargo, dicha compasión me parece totalmente absurda, pues en esencia, no somos más que la representación de una voluntad terrible e insaciable (según Schopenhauer). Es decir, lo que nos dice Schopenhauer es, utilizando una metáfora, que somos la representación de un dragón inmenso, poderoso, insaciable, truculento, y los demás... también. Yo me pregunto cómo podría sentir compasión un dragón, cuando se da cuenta que detrás del Velo de Maya, lo que tiene frente a sí también es un dragón? Sería como pedirle compasión a Hitler porque los demás somos como él... Tiene gracia, la compasión esa.

    Nietzsche era muy joven cuando leyó a Nietzsche y se sintió atraído por el gran poder retórico de Schopenhauer al que considero un maestro, un 'padre' intelectual. No obstante, cuando Nietzsche maduró su pensamiento se percató de que Schopenhauer era un tejedor de velos como los demás filósofos. Y renegó de su filosofía, aunque no siempre de manera abierta, porque, como digo, era algo así como su padre. Y lo que hizo fue 'disfrazarse' de Zaratustra para despotricar y burlarse de Schopenhauer. En el libro Así habló Zaratustra, hay muchas metáforas que identifican a Schopenhauer: es el mago perverso que declama un poema al demiurgo malvado (una metáfora de la voluntad de vida), y al que Zaratustra llama pavo real de pavos reales. También es el monje envidioso de la Luna que odia los placeres terrenales, aun cuando esta metáfora también podría atribuirse a Buda, a Jesús el Nazareno (las metáforas, lo sabemos, tienen muchas interpretaciones), pero también es el Can Cerbero que Zaratustra se encuentra cuando desciende en la cueva virgiliana. Resulta curiosa esta última metafóra, porque Zaratustra le dice al Can Cerbero que para ser un aninal de las profundidades, su alimento proviene de la superficie... ¿Se me ha entendido? 

    Otro asunto contradictorio e incluso absurdo de Schopenahuer, que molestó mucho al Nietzsche maduro, es la teoría artística del filosófo pesimista, que tanto ha influido en muchos artistas, entre ellos, Richard Wagner, sobre todo la doctrina de Schopenhauer de que la música es la manifestación directa de la voluntad, es decir, sería a ser más o menos como su voz. Wagner aplaudió a rabiar esta teoría que es una tontería supina: ¿la música sublime de Bach, de Mozart, de Beethoven, es la manifestación directa, diríamos la voz, de un impulso ciego, estólido, insaciable, absurdo, truculento?... ¡Por San Aristófanes! Menudos catetos eran esos dos: Wagner y Schopenhauer. Y Nietzsche se dio cuenta, cuando maduró, de la flagrante, de la absurda contradicción en la doctrina artística de Schopenhauer, pues el Arte nos proporciona una vida más interesante, una vida más lúdica, una vida más plena, más rica, más profunda, a la que hay que renunciar, y a la que se renuncia, precisamente por medio de lo que nos proporciona mayor lucidez, mayor profundidad, mayor interés y placer... No se ha escrito una teoría del Arte más esperpéntica que la de Schopenhauer...  

     Nietzsche, por el contrario, vislumbró que el Arte es EVANGÉLICO, pero este tema lo dejaremos para la siguiente ocasión. Un saludo de vuestro amigo Zaratustra.

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      Como ya hemos dicho, Nietzsche postuló que el ser es un ente ficticio, porque esa conceptualización momifica a la realidad que es cambiante, el flujo heraclitano. Hemos dicho que este afán de buscar el ser, de aprehender el ser por medio de unas ideas platónicas y de tales sustancias aristotélicas, no entraña sino el miedo al cambio, el miedo al flujo, el miedo al devenir, en última instancia, dichas ideas platónicas y sustancias aristotélicas entrañan el miedo a la muerte. Sin embargo, Nietzsche también incurrió en este afán de buscar lo eterno, de amar lo eterno para despreciar lo efímero. Me refiero al Eterno Retorno de Zaratustra. Según el gran profeta, esa luna llena, esa tela de araña, tú y yo ya hemos estado aquí, ya hemos vivido este instante infinitas veces en el pasado, y lo viviremos infinitas veces en el futuro. Por tanto, este instante en el que veo la luna llena, en el que veo esa tela de araña, este instante también es eterno. Nietzsche alegó que el Eterno Retorno de Zaratustra es la piedra de toque del amor fati, es decir, de la santa afirmación de la vida. Sin embargo, esta afirmación de la vida no es una afirmación de la vida efímera, no es una afirmación de la que vida que desaparece para siempre, no es una afirmación del devenir heraclitano, sino una afirmación de lo eterno, de lo inmortal, de lo que no desaparece, de lo que permanece porque se repite eternas veces. Heráclito se sentiría traicionado. 

    En efecto, Nietzsche, de alguna forma, incurrió en el error de eternizar a la vida, de eternizar a todas las cosas: esa luna llena y esa tela de araña ya no necesitan ninguna idea platónica, ni ninguna sustancia aristotélica que les proporcione inmortalidad, porque esa luna llena y esa tela de araña son eternas, pues regresarán infinitas veces.  No se ama, por lo tanto, lo efímero, lo fugaz, sino lo eterno, lo inmortal. He aquí un error en la filosofía nietzscheano que me he permitido corregir. 

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ant69rit
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      Ahora bien, de acuerdo con Nietzsche, el Eterno Retorno de Zaratustra, es su pensamiento más pesado, es el pensamiento más pesado de la filosofía occidental, no obstante, a mí ese pensamiento no me parece muy pesado, sino más bien bastante ligero. Me explico: ¿cuál es el mayor enigma del hombre? ¿Saber si existe alguna divinidad? ¿Sabe si existe el alma? ¿Saber qué es el hombre? (La pregunta kantiana.) Puede ser, pero yo considero que la principal pregunta filosófica es saber de dónde venimos y hacia dónde vamos. Es decir, qué es lo que hay en esa eternidad anterior a nuestro nacimiento, y qué habrá en esa eternidad posterior a nuestra muerte. Es lo que se plantea Hamlet en su monólogo: qué hay después de la muerte, qué encontraremos en las regiones ignotas allende la muerte, si acaso existe algo. Pero no sólo inquieta y atormenta lo que hay después de la muerte, también lo que hubo antes del nacimiento. En fin, saber de dónde venimos y hacia dónde vamos. Es la gran pregunta filósofica, es lo que angustia al bueno de Hamlet (su monólogo es una noria que no tiene sentido), es la pregunta que está por ocasionar la muerte de Hamlet: la angustia de no saber qué hay después de la muerte (que también ocasionó el suicidio de Jesús el Nazareno), la angustia de saber que moriremos, pero nunca sabremos a qué nos enfrentaremos. Pues bien, el Eterno Retorno de Zaratustra resuelve este enigma: venimos de una vida idéntica y vamos hacia una vida idéntica a ésta. Por tanto, la angustia desaparece, ya se ha revelado la gran pregunta del ser humano. 

     El Eterno Retorno de Zaratustra resuelve este enigma, el Eterno Retorno de Zaratustra es el pensamiento más ligero, pues disipa la angustia de no saber hacia dónde vamos. Y es muy ligero, porque sabemos que esa región ignota que nos espera allende la muerte no es otra cosa que el vientre materno. La muerte, por tanto, es un asunto tan trivial y tan banal que ya hemos repetido infinitas veces en el pasado y que repetiremos infinitas veces en el futuro. 

    No se entiende, pues, que Borges calificara al Eterno Retorno de Zaratustra como una pesadilla mental, resulta evidente que el escritor argentino no entendió nada del Eterno Retorno de Zaratustra, pues a nadie le parecería una pesadilla mental saber que la eternidad anterior a nuestro nacimiento fueron infinitas vidas idénticas a esta, y que la eternidad posterior a nuestra muerte serán infinitas vidas idénticas a este. ¿A alguien le atormenta, a alguien le asusta esta vida que hemos repetido infinitas veces, de acuerdo con el Eterno Retorno de Zaratustra? Desde luego que no, por tanto, no se explica que Borges calificara al eterno retorno como una pesadilla mental. Tampoco se entiende que el autor argentino deseara que algún superhombre, al darse cuenta del Eterno Retorno de Zaratustra, al percibirse de que existe ese eterno retorno (pues al fin y al cabo es sólo una especulación de Nietzsche), que ese hombre alterara el curso de las cosas para que dejara de existir el eterno retorno. Borges no entiendo que precisamente el problema del eterno retorno, el porqué sí es una pesadilla mental, es porque no podemos saber a ciencia cierta si existe de verdad. Pues si existe, pero no lo conocemos de verdad, enfrentaremos esta muerte, enfrentaremos infinitas muertes, pero sin saber, a ciencia cierta, a qué nos enfrentaremos, sin saber, a ciencia cierta, la región ignota allende la muerte es el vientre materno, el mismo vientre materno. No lo sabemos, no podemos estar seguros, científicamente, que existe el eterno retorno, por lo tanto, si existe, enfrentaremos infinitas muertes con la misma incertidumbre y la misma angustia con las que enfrentamos una muerte única y que no se repite. Este es el problema del Eterno Retorno de Zaratustra que Borges no entendió, pues el prefería el retorno infinito de las permutaciones, es decir, que en el próximo retorno, existan permutaciones que implicarián que, tal vez, no se conozcan mis padres, por tanto, hacia dónde iré después de la muerte. La vieja y puñetera incertidumbre vuelve, cosa que ya había disipado el Eterno Retorno de Zaratustra.  

      

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Sortijero
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Yo también estoy de acuerdo contigo en que las preguntas sustanciales de la filosofía deberían ser, no la explicación del todo cósmico y sus elementos permanentes, por ejemplo, sino el original asombro del hombre ante sí mismo y la naturaleza, el de dónde venimos, hacia dónde vamos, qué habrá después, y todo eso...

Nietzsche, que estuvo a punto de ser engullido por la llegada del positivismo científico, del avance de la tecnología, y por tanto del fatal abandono de la filosofía para la vida y el pensamiento, también fabuló a su manera, creo, y se inventó el eterno retorno como otros habían inventado las ideas, o el Arjé para la permanencia de las cosas dentro de la transitoriedad efímera de la materia, presocrátrico también, para explicar a lo Heráclito y a su manera, el eterno acontecer del mundo y sus cosas, que él pensó que se reproducían como una película en cd, siempre igual, y no que se transformaban y fundían en el fuego de Heráclito.

En eso, todo y ser su pensamiento muy vigoroso, ya descarrilaba en su mente, si lo vemos con los ojos retrospectivos desde el punto de vista objetivo del avance de la ciencia.

También su teoría del Super hombre deja mucho que desear, desde un punto de vista moral o ético...

Pero estoy contigo en que el misterio de la vida y de la consciencia ha de estar en el objetivo de la filosofía por encima de otras cuestiones

 

Ferchuancho

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        Y no hay que olvidar que para Heráclito el Arjé o Arkhé, es decir, el principio, la fuente, el orgien, no era otra cosa que el Logos. Ni que decir tiene que el lenguaje fue creado, precisamente, por ese afán del hombre hacia la permanecia. Es evidente que la materia nos sobrevive, no obstante, nuestras palabras sobreviven a las cosas: esto lo sabía Platón quien en un principio era admirador del filósofo oscuro. A fin de cuentas, también el filósofo que anunció que todo pasa, que nada sobrevive, también dicho filósofo sucumbió ante el deseo de permanecer, justo por ello su arkhé es el Logos. (Y otro que anhelaba mucho la inmortalidad dijo que los cielos y la tierra pasarían, pero que sus palabras permanecerían.)

     Ahora bien, has tocado un tema muy delicado, sin lugar a dudas el tema más difícil y espinoso de Federico Nietzsche: el superhombre. Sin dudas es el tema que más polémicas ha suscitado, es el concepto nietzscheano que peor se ha interpretrado, que ha creado mayor confusión, debido, principalmente, a que el propio Nietzsche no explicó bien dicho concepto, solamente nos dejó algunos aforismos que hacen referencia a dicho superhombre, amén de varias metáforas que nos enseñó el gran Zaratustra. Desde luego, el superhombre ha concitado muchas equivocaciones, muchas malas interpretaciones, pero esta problema es imputable al propio Nietzsche, quien muchas veces bromeaba, se contradecía, y nunca aclaró de manera minucioso un concepto que, sobra decirlo, necesita de un exstensivo desarrollo, debido a su importancia. Yo puedo aclarar esos problemas, esas polémicas que se han suscitado, en futuras ocasiones.

    Sólo baste decir que el superhombre no es otra cosa que la encarnación del amor fati, la encarnación del Evangelio. Del Evangelio según Zaratustra. ¿Qué nos dice este Evangelio? Que debemos amar esta vida, que debemos afirmar esta vida, que no debemos rehuir y renegar de esta vida y de este mundo. Que debemos permanecer fieles a la tierra. Justo para ello, el superhombre debe amar todas las cosas, debe amar tanto las cosas buenas como las cosas malvadas, el superhombre debe estar más allá del bien y del mal, precisamente porque la moral es la negación de la vida. Digamos que la vida es una moneda, en una cara de dicha moneda hay muchas cosas, todas ellas son cosas agradables, cosas 'buenas' en todos sus matices, digamos que del otro lado de la moneda hay cosas 'malvadas', cosas terribles, cosas perturbadoras. El mal con todos sus matices. Pues bien, la moral de todas las religiones (sobre todo la cristiana), rechazan esa parte malvada, esa parte de la moneda que no gusta, porque en esa cara de la moneda están la enfermedad, el hambre, la locura, la muerte. Las cosas malvadas de la existencia. La moral cristiana repudia esas cosas malvadas, las considera obra del demonio, de Satanás (para mí, Satanás no es sino el nombre que los moralistas ponen al lado oscuro del dios Dionisos, para maldecirlo), la moral cristiana sólo le dice Sí a la parte buena de la vida, a la cara bondadosa de la vida, sin embargo, no se puede aceptar una cara de la moneda y rechazar la otra. Si quieres aceptar a la vida, tienes que aceptar también a la muerte, si quieres afirmar a la vida, también tienes que afirmar a las cosas duras y terribles que están en las entrañas de la vida misma. No podemos separar a la vida de la muerte, por tanto, rechazar a la muerte implica rechazar a la muerte. Es por esta razón por la que el superhombre debe estar más allá del Bien y del Mal. 

   ¿Será el superhombre un hombre malvado como Hitler? Desde luego que no, el superhombre tendrá una predilección INTELECTUAL por todas las cosas terribles, duras, aterradoras de la existencia, pero no será un hombre cruel, pues, a fin de cuentas, la crueldad de los hombres no es sino el producto del resentimiento. El superhombre será un artista, un intelectual que ame la vida, no será nunca un tirano cruel que escalvice a la humanidad. Jamás. 

   Un saludo. 

 

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      Sí, en efecto, el superhombre será un artista, no un tirano, será un intelectual, un poderoso creador, el más poderoso de los creadores (una de las confusiones sobre el superhombre se origina porque se confunde la voluntad de poder con el afán de dominio, confusión que, de nueva cuenta, fue propiciada por el propio Nietzsche: el embrollo se aclara si en vez de decir voluntad de poder, decimos voluntad de crear). Y sí, el superhombre tendrá esta voluntad de crear, este deseo de crear, esta sobreabundancia para crear. Será pues un intelectual como Göthe, no un tirano como Hitler, ni mucho menos. No obstante, el propio Nietzche aseveró que el superhombre sería una simbiosis de Göthe con Napoleón. ¿Por qué? ¿Cómo sería una simbiosis entre un intelectual como Göthe y un guerrero como Napoléon? ¿Qué cualidades, qué virtudes (la virtu desde un punto de vista renacentista), vio Nietzsche en dichos hombres como para postularlos como modelos del superhombre? En Napoleón, desde luego, la valentía, en Göthe la profundidad psicológica, la riqueza intelectual (Bienaventurados los ricos de espíritus, pues ellos pueden amar a esta vida). Ni que decir que para Nietzsche, Göthe era el mayor intelectual de todos los tiempos (yo no estoy de acuerdo), por ello era un modelo para el superhombre. 

    Para amar a esta vida, para decirle Sí a esta vida tan perturbadora, tan terrible, son necesarias dos cosas: riqueza intelectual y valentía. Riqueza intelectual para crear, para disfrutar de la vida. Valentía, desde luego, para amar las cosas terribles de la existencia, para vencer al miedo a la muerte. ¿Se me entiende ahora? ¿Se me querría entender? ¿Se entiende por qué es necesaria la predilección INTELECTUAL de todas las cosas malvadas de la existencia, de todas las cosas perturbadoras de la existencia? Predilección INTELECTUAL que fomentaban los griegos clásicos, predilección INTELECTUAL que está detrás de la tragedia griega, de la tragedia shakesperiana. ¡Oh, para amar a esta vida se necesita ser un abismo! 

    Pues el superhombre será este abismo, será este hombre tan superabundante, este artista tan valiente y tan rico intelectualmente que nos enseñerá el verdadero camino y la verdadera meta: amar a esta vida. Será un hombre con tanta riqueza intelectual, con tanta profundidad psicológica, que soportorá con alegría todas las cosas malvadas de la existencia, sin que estas cosas provoquen resentimiento ni rencor en su fuero interno. Y como ya he escrito, es el sufrimiento lo que ocasiona el rencor, la ira, la rabia, el deseo de hacer sufrir a los demás, en una palabra: la crueldad, es producto del sufrimiento, de la angustia de vivir esta vida tan terrible. Quien no soporta ese sufrimiento con alegría, desea vengarse, desea infligir un daño en los demás. Pero el superhombre es, precisamente, la aniquilación del resentimiento, es un hombre tan superabundante, que soportará gustosamente todos los dolores y los sufrimientos de la vida, por ello, es absurdo afirmar que el superhombre será un hombre cruel, el hombre más cruel de la existencia. Falso de toda falsedad. Hitler no era el superhombre, sino su antítesis. Efectivamente, Hitler era la antítesis del superhombre, Hitler era un hombre que no podía soportar los sufrimientos de la vida, lo que originaba ese resentimiento infinito que producía su crueldad y su odio hacia los judíos. ¿Se ha entendido que es el antisemitismo? ¿Se querría entender qué hay detrás de la judeofobia? Pues nuestro viejo conocido: el resentimiento. El odio hacia los judíos no es otra cosa que una hostilidad infinita hacia la vida. 

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ant69rit dijo:

      Sí, en efecto, el superhombre será un artista, no un tirano, será un intelectual, un poderoso creador, el más poderoso de los creadores (una de las confusiones sobre el superhombre se origina porque se confunde la voluntad de poder con el afán de dominio, confusión que, de nueva cuenta, fue propiciada por el propio Nietzsche: el embrollo se aclara si en vez de decir voluntad de poder, decimos voluntad de crear). Y sí, el superhombre tendrá esta voluntad de crear, este deseo de crear, esta sobreabundancia para crear. Será pues un intelectual como Göthe, no un tirano como Hitler, ni mucho menos. No obstante, el propio Nietzche aseveró que el superhombre sería una simbiosis de Göthe con Napoleón. ¿Por qué? ¿Cómo sería una simbiosis entre un intelectual como Göthe y un guerrero como Napoléon? ¿Qué cualidades, qué virtudes (la virtu desde un punto de vista renacentista), vio Nietzsche en dichos hombres como para postularlos como modelos del superhombre? En Napoleón, desde luego, la valentía, en Göthe la profundidad psicológica, la riqueza intelectual (Bienaventurados los ricos de espíritus, pues ellos pueden amar a esta vida). Ni que decir que para Nietzsche, Göthe era el mayor intelectual de todos los tiempos (yo no estoy de acuerdo), por ello era un modelo para el superhombre. 

    Para amar a esta vida, para decirle Sí a esta vida tan perturbadora, tan terrible, son necesarias dos cosas: riqueza intelectual y valentía. Riqueza intelectual para crear, para disfrutar de la vida. Valentía, desde luego, para amar las cosas terribles de la existencia, para vencer al miedo a la muerte. ¿Se me entiende ahora? ¿Se me querría entender? ¿Se entiende por qué es necesaria la predilección INTELECTUAL de todas las cosas malvadas de la existencia, de todas las cosas perturbadoras de la existencia? Predilección INTELECTUAL que fomentaban los griegos clásicos, predilección INTELECTUAL que está detrás de la tragedia griega, de la tragedia shakesperiana. ¡Oh, para amar a esta vida se necesita ser un abismo! 

    Pues el superhombre será este abismo, será este hombre tan superabundante, este artista tan valiente y tan rico intelectualmente que nos enseñerá el verdadero camino y la verdadera meta: amar a esta vida. Será un hombre con tanta riqueza intelectual, con tanta profundidad psicológica, que soportorá con alegría todas las cosas malvadas de la existencia, sin que estas cosas provoquen resentimiento ni rencor en su fuero interno. Y como ya he escrito, es el sufrimiento lo que ocasiona el rencor, la ira, la rabia, el deseo de hacer sufrir a los demás, en una palabra: la crueldad, es producto del sufrimiento, de la angustia de vivir esta vida tan terrible. Quien no soporta ese sufrimiento con alegría, desea vengarse, desea infligir un daño en los demás. Pero el superhombre es, precisamente, la aniquilación del resentimiento, es un hombre tan superabundante, que soportará gustosamente todos los dolores y los sufrimientos de la vida, por ello, es absurdo afirmar que el superhombre será un hombre cruel, el hombre más cruel de la existencia. Falso de toda falsedad. Hitler no era el superhombre, sino su antítesis. Efectivamente, Hitler era la antítesis del superhombre, Hitler era un hombre que no podía soportar los sufrimientos de la vida, lo que originaba ese resentimiento infinito que producía su crueldad y su odio hacia los judíos. ¿Se ha entendido que es el antisemitismo? ¿Se querría entender qué hay detrás de la judeofobia? Pues nuestro viejo conocido: el resentimiento. El odio hacia los judíos no es otra cosa que una hostilidad infinita hacia la vida. 

 

Estoy de acuerdo en que, como es muy ambigua para cierta cortedad de miras, en el sentido que podrían sacarse de ella conclusiones como las enaltecidas por el nazismo, por ejemplo, de raza superior y esas sandeces que las ideologías políticas persiguieron e hicieron suyas capciosamente, hay que conocerla bien, la filosofía del super hombre, desde el punto de vista de una doctrina filosófica muy compleja que puede aportar mucho intelectualmente hablando, a la filosofía y al hombre. De ahí que para mí la interpretación siempre debe de estar a la altura del pensamiento, y no ser oportunista. Sólo  los verdaderos filósofos, que se dedican a superarse a sí mismos cada día, que piensan y razonan los dilemas de la vida pueden comprender sin malinterpretar estos pensamientos tan genuinos

Por desgracia, y por esto mismo, esta teoría siempre resultará peligrosa, según quién la interprete, moldeable y distorsionable por ser idealista, pero sumamente manipulable, todo y ser tan exigente con el hombre y su potencialidad vital. Pero en filosofía, desde Platón y sus ideas, hasta la Ilustración con la razón como base fundamental de la sociedad, si hablamos de manipulación y adaptación, esto es una constante perpetua. Como si cada filósofo adoptara unas ideas y las moldeara a su gusto para crear otra nueva y original, más acorde con sus propias ideas.

Gracias, colosal tu discurso, como siempre, ant69rit

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Interesante las opiniones expuestas, la verdad que estos temas dan para debatir acerca de muchisimas cuestiones y detalles, tanto... que podriamos escribir varios libros... por tanto voy a intentar ser lo más ordenado posible a la hora de expresar todo lo que he leido aquí.

Como se ha comentado anteriormente estoy totalmente de acuerdo en que la manifestación del sujeto (la cosa en sí) es la voluntad, pero niego que esa voluntad tenga varios aspectos, y mucho menos creo que sea algo tan concreto y particular como pueda ser el dinero, yo creo que esa voluntad solo tiene una razón de ser y dicha razón es el apego a la vida. Efectivamente, el deseo de vivir es lo que genera el conflicto, dicho deseo busca el bienestar (que conlleva al logro de sobrevivir) y ese bienestar solo se consigue con la busqueda del placer (felicidad, sexualidad, dinero... es decir, todo aquello que sea la herramienta adecuada para alcanzar este fin). Por tanto el dinero tan solo es una herramienta secundaria para lograr dicha meta, ya que depende de la importancia que le de cada individuo. Sin duda, el apego a la vida es lo que genera el conflicto y la competitividad con nuestros semejantes, ya que alcanzar el bienestar conlleva al conflicto con el prójimo, ya que lo recursos son limitados, y solo los más aptos son capaces de adquirirlos. Y quién aún dude de esto, que se lo pregunte a Charles Darwin y su teoría de la selección natural. Personalmente, Creo que el mejor ejemplo para responder a la pregunta ¿Qué es el hombre? es la propia naturaleza, creo que no hay ejemplo más sincero que ese, y creo que en cierto modo ha sido dejado de lado. Es sincero porque no cae en el esteril perjuicio de la filosofia platonica de ordenar el caos, de dar racionalidad a lo que es innecesario, de etiquetar y como diria Nietzsche de momificar la realidad. ¿Por qué un león mata las crias que no son suyas? ¿crueldad?, creo que no hay una repuesta validad ante esto, simplemente es una manifestación de una voluntad, y quienes valoramos e interpretamos esa manifestación somos nosotros, gracias a nuestra capacidad de razonar, por ello, las intepretaciones, los perjuicios y los conflictos nacen de esta capacidad exclusiva del ser humano. Los animales simplemente siente placer o sufrimiento cuando hay un motivo para ello, en cambio, nosotros, sufrimos o sentimos placer ante conjeturas o especulaciones. Muchas veces este hecho me lleva a preguntarme quién es el inferior realmente...

No cabe ninguna duda que ese sentimiento vacío que nace del relativismo más nostalgico esta ahí, y se manifiesta en todo individuo (aunque sea inconscientemente). Pero, ¿ese sentimiento conlleva al rechazo y a la negación de la vida?. Yo diría que no. Nadie deja de vivir por no saber explicar las dimensiones o los colores que puede tener el mundo, en cambio mucha gente se destruye cuando se derrumba su mundo particular, cuando se rompe todo aquello a lo que esta apegado de una manera incondicional. Por ello creo que este sentimiento de vacío inquieta o se hace más agudo, cuando se manifiesta un dolor implacable.

Dedo decir tambien que creo que no hay nadie que acepte el dolor de una manera jovial, creo que Nietzsche se refiere más bien a la actitud con la que te enfrentas al sufrimiento, como decía Nietzsche ese actitud depende de una voluntad fuerte o una voluntad débil, ahi estoy de acuerdo. No obstante creo que es natural en el ser humano ser sensible al dolor y al miedo, sin embargo, otra cosa es como puedas controlar esos sentimientos, y no todo el mundo tiene la virtud para ello, de eso no hay duda. Por ello la teoría del superhombre me parece un poco inverosímil. Estoy seguro que el mismo Julio César aunque muy astuto y fuerte que fuera, seguramente sintió terror y confusión cuando fue apuñalado lentamente hasta la muerte. Y lo mismo Napoleón tal vez sintiera algún tipo de rechazo a su realidad cuando fue exiliado en Santa Helena.

Bueno hasta aquí llego, saludos camaradas.

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 Muy interesantes han sido las participaciones de ustedes, camaradas, la verdad es que es una delicia venir a este lugar, es un remanso de sabiduría e inteligencia en internet (no se puede decir lo mismo de la mayoría de los sitios de internet en donde más que debatir, se insulta a las personas; por falta de inteligencia, desde luego). Pero aquí se puede venir a gusto y debatir con tranquilidad y lucidez. La verdad es que cada vez me gusta más este foro y me pasaré por aquí con frecuencia para aportar mi granito de arena. 

   Corisio: has tocado un punto muy importante: sí, no todos le dan la misma importancia al dinero, porque no todos tenemos el mismo apego a la vida, la misma voluntad de sobrevivir. A mí, por ejemplo, el dinero me importa más bien poco, tanto es así, que incluso he vivido en la calle, durmiendo sobre cartones en un parque y gastándome un euro para comer. Por qué? Por amor al Arte, porque para mí el Arte es lo principal, es lo primero, el dinero para mí sí es una herramienta secundaria, de acuerdo, pero no creo que Carlos Slim esté de acuerdo conmigo, para Slim el dinero es lo principal, es su razón de vivir. Yo no considero que el dinero sea una lacra (sí lo es la avaricia capitalista), yo creo con Borges que el dinero es Proteo, que el dinero puede ser un concierto de Brahms, una partida de ajedrez, como escribió Borges en alguno de sus cuentos (no recuerdo cuál, ahora mismo). Para mí, el dinero es una herramienta que me sirve para disfrutar el Arte, pues en los museos te cobran la entrada, en la ópera, en las librerías, etcétera. Y cuando tengo algo de dinero, lo utilizo para el Arte, aunque luego no tenga ni un duro para comer. Para mí sí es una herramienta secundaria (y considero que así debe ser), pero no para Slim y los multimillonarios banqueros a los que sólo les importa amasar fortunas, acumular más y más y más y más y más y más dinero, precisamente porque el dinero no sólo te sirve para la alimentación, sino también te da mucha seguridad. La avaricia capitalista es el apego a la vida, es una herramienta material (nunca mejor dicho) para mitigar el miedo a la muerte, es la voluntad de sobrevivir, un impulso ciego, irracional, insaciable. Estoy totalmente de acuerdo contigo en que el dinero DEBE ser una herramienta secundaria, pues eso significa que no lo necesitas para mitigar el miedo a la muerte, pero no creo que convenzamos a los banqueros, me temo que no. 

    Y también has planteado una cuestión muy importante sobre el superhombre: la tolerancia del sufrimiento. Sí, estoy de acuerdo en que Julio César no aceptó su destino jovialmente, estoy seguro de que tampoco Napoleón (aunque hay que reconocer que el gran corso tuvo el valor para no suicidarse,  no se puede decir lo mismo del cobarde de Hitler). Estoy de acuerdo que el ser humano no está creado para soportar el sufrimiento, la angustia, el miedo, el dolor, la locura, la muerte, y eso se refleja en el nivel de violencia que hay en el mundo, pues al no tolerar el sufrimiento propio, el ser humano se aboca a hacer sufrir a los demás, porque el resentimiento contra la muerte es demasiado fuerte y el odio hacia sí mismo es tan fuerte, que el hombre tiene que sacar toda esa hostilidad en forma de violencia para no hacerse daño a sí mismo, para no matarse a sí mismo (algunos sí lo hacen, por supuesto, y se suicidan o se flagelan). El hombre es un lobo para el hombre para no ser un lobo de sí mismo. Estoy de acuerdo en que Napoleón no era un superhombre, ni de cerca, porque el ansia de dominio es precisamente una manifestación de la voluntad de venganza. El hombre quiere el poder, quiere detentar la facultad de vida y muerte sobre las demás personas, para vengarse de los padres, para vengarse de que los padres ejercieron dicha facultad de vida y muerte sobre nosotros. Y precisamente el superhombre es la victoria sobre el resentimiento, sobre la venganza, sobre el odio a la vida. 

   Y el problema del hombre es precisamente que la fuente de sus sufrimientos, la fuente de la que brota el resentimiento sobre la vida, es un mal necesario: la conciencia. Sí, la conciencia es precisamente la fuente de la que brota el odio hacia la vida, pero de esta tema prefiero abrir un nuevo post en otra ocasión, porque tiene tela marinera... 

      Te parece un poco inverosímil la idea del superhombre? Lo entiendo perfectamente, es una cuestión demasiado compleja, que como bien dices necesita que se escriban libros y más libros para aclararla, para dilucidarla, entiendo tus dudas, y creo que es necesario debatir mucho sobre la cuestión, yo sí creo que es posible el superhombre, y he platicado con muchas personas inteligentes sobre la cuestión, y al final he convencido a más de uno (a doce los tengo en el bolsillo, son mis discípulos zaratustrianos, jeje). Es mi deber tratar de explicártela con un ejemplo, que son más didácticos: sí existió un hombre que fue capaz de soportar los sufrimientos de esta vida con jovialidad, sí existió un hombre que expresó en su obra el amor a la vida, el sí a la vida, un hombre de alma profunda y ligera, me refiero a Wolfgang Amadeus Mozart... Sí, por supuesto, Mozart, el gran Mozart, el divino Mozart. Era un alma ligera, estamos de acuerdo, era un hombre jovial, sí, porque era un artista profundo, y un artista profundo no sólo soportar el sufrimiento de esta vida con jovialidad, sino que ama ese sufrimiento, desea ese sufrimiento, pues con él puede crear, pues todas las emociones, todas las cosas buenas y malas de esta existencia, las cosas aterradoras, las cosas más perturbadoras de la vida, son ingredientes indispensables para crear una obra maestra. Eso lo sabía Nietzsche que tanto alababa a los trágicos griegos, precisamente porque Nietzsche veía en los artistas a los únicos seres con la profundidad de alma para amar todas las cosas más terribles y dolorosas de la existencia, a fin de plasmarlas en sus obras. 

    Cuando escucho la primera aria de la ópera Don Giovanni, 'Notte e giorno faticar', me percato de que Wolfgang le decía sí a la vida, sin darse cuenta él mismo, pues en su época ni siquiera se planteaba la gran aportación nietzscheana: el santo decir sí a la vida, el evangélico decir Sí a la vida. En esa aria primera de la ópera que canta Leporello (un bajo buffo), el sirviente de Don Juan nos dice que está harto de la vida, nos dice que está harto de sufrir las inclemencias del tiempo, el mal comer y mal dormir (que me lo pregunten a mí), por culpa de su padrone... Y sin embargo, la música es tan alegre, la música es tan jovial, tan burlona, que contradice a la palabra, a lo que está diciendo Leporello (bien decía Zaratustra que las palabras y los sonidos están separados eternamente). Mozart tuvo la genialidad de tender puentes, de tender arcoiris entre las palabras y los sonidos: Leporello está diciendo que ya no quiere servir a su padrone, pero al mismo tiempo, la música se está burlando de sus negativas, la música le está diciendo que sí debe servir al padrone... Es un aria con una tensión artística alucinante, de verdad, cada vez que la escucho se me pone la piel de gallina, se me erizan los pelos del cogote... Por qué? Porque el padrone es un sustituto del padre, porque Mozart, a través de las palabras de Leporello, está diciendo que ya no quiere sufrir más por culpa de las cópulas del padrone-padre... Pero la música dice que SÍ, la música dice que sí quiere ese sufrimiento que fue una consecuencia de la cópula paterna... A través de la música, Mozart dice que Sí quiere vivir la vida... Es muy fuerte, muy fuerte, ahora mismo que escribo esto tengo la piel de gallina...

    El superhombre será un gran artista, los artistas estamos hechos de otra pasta, los artistas no sólo soportamos el sufrimiento, la locura, la angustia, la muerte, sino que amamos esas cosas que nos ayudan a crear belleza, que nos sirven para plasmar toda una amplia gama de emociones en nuestras obras. El superhombre debe ser un artista con una alma tan profunda  y tan ligera como la de Mozart, como la de Beethoven, para amar todas las cosas terribles y pertrubadoras de la existencia, pues son un medio para la creación artística. El amor al Arte permite esas cosas que para las demás personas es imposible. En la obra de muchos grandes artistas he visto afirmaciones de la vida. El superhombre será sin duda un gran artista, la más grande manifestación del Artista Asoluto, que en Santa Elena se sentiría jovialmente, pues sus experiencias de la vida le brindan material para crear. 

   Me interesa mucho conocer su opinión, me encantaría seguir debatiendo con ustedes. Un abrazo.  

 

 

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Lo que quiero tratar de decir es que el deseo de tener dinero está impulsado por una causa y esa causa es el apego a la vida. Y este deseo de vida del sujeto conlleva a la búsqueda del placer, y como bien dices para algunos es el dinero, para otros el sexo, el orgullo... etc (sin duda, esta particularidades varian según el individuo). Pero la causa de un deseo o una voluntad yo diria que es el apego que tenemos por naturaleza de vivir. Y el miedo a la muerte como comentas esta condicionado por el interés de vivir. Luego, la interpretación de todas estas voluntades depende del individuo en cuestión. Por tanto no es que DEBA ser una herramienta secundaria es que lo es, por lo que he dicho anteriormente, ya que el motivo de acumular dinero es la busqueda del bienestar y la seguridad que conllevan al placer, a la satisfacción personal como muy bien comentaste. Yo creo que estos conflictos de voluntades se "disfrazan" a lo largo del tiempo hoy en día es el capitalismo (dinero), antaño fue el oro, la posesión de territorios, esclavos...etc, pero la esencia sigue siendo la misma apego a la vida que se manifiesta en el deseo de poder.

Respecto al superhombre, según Nietzsche nos propone que es la superación del nihilismo, y de esta forma nos creamos nuestros propios valores (debo decir que de lo poco que conozco de Nietzsche yo lo interpreto así) por ello, estos valores podrían crear argumentos que nieguen lo afirmado desde un principio y así caer en pensamientos en circulos. Creo que el pensamiento de Nietzsche genera contradicción y no soy el primero que lo afirma. Estoy de acuerdo contigo en que el arte debe de ser un camino para superar el sufrimiento, sin embargo, este hecho sólo muestra una parte de la realidad. El ser humano hablando en su sentido amplio es muchas cosas: risas, lágrimas, bondad, maldad, valentia, cobardía, inteligencia, estupidez... etc, incluso resentimiento... Yo creo en los hechos y en lo que veo. Si el cristianismo, se impuso como religión oficial en el Imperio Romano y triunfo la moral de los débiles, creo que no es ningún accidente es algo que tenía que suceder, paradojicamente al pensamiento de Nietzsche, ahí se manifesto la voluntad más fuerte. No obstante, debo decir que creo que me he aventurado un poco con esta opinión, ya que no he leido toda su obra, me he limitado a argumentar en base a lo que he leido de Nietzsche.

Saludos y un placer debatir contigo tambien, ant69rit.

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ant69rit
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 Vamos a ver: yo considero que la acumulación de capital no conduce a ningún placer, antes bien, son un obstáculo para el placer. Yo creo que todos hemos leído alguna obra satírica sobre los avaros (la mejor es para mí Aulularia, del comediógrafo latino Plauto), y estas comedias, como la de Moliere que se titula precisamente El Avaro, nos muestran a un viejo que es todo menos alegre, que no disfruta de la posesión del dinero, sino que por el contrario, el dinero y su acumulación son un continuo problema, una angustia terrible de perderlo que amarga el carácter del viejo avaro. Y la verdad es que esos caracteres, genialmente plasmados por, sobre todo, Plauto y Moliere, mueven a risa, porque son patéticos, esperpénticos. Su deseo de acumular más y más dinero no les ocasiona sino problemas, angustias, obesiones, manías, paranoias, todo menos placer. Y esas geniales comedias no están muy alejadas de la realidad. Yo creo que la acumulación de riquezas, ya sea dinero, tierras, esclavos (en el Imperio egipcio se pagaba con sal, de donde viene la palabra latina salarium, salario), no es, repito, más que una forma de enmascarar el miedo a la muerte. El avaro, a mi modo de ver las cosas, asocia el dinero, la acumulación de capital, con el tiempo de vida que le queda por vivir (valga la redundancia)... Así, la bancarrota es un especie de metáfora de la muerte para el avaro (y no sólo una metáfora, recordemos que mucha gente se suicidó en EU por el crack de la bolsa de 1929). El dinero es tan sórdido, tan mezquino, que obliga al ser humano a realizar la cosa más bruta que hay: trabajar. Como bien dice la pastora Eurilla al comienzo de la divertidísima ópera Orlando Paladino, de Franz Joseph Haydn.

    Pero bueno, no quiero hablar sobre esa lacra llamada trabajo, no quiero comentar lo que pienso sobre el trabajo, sobre la ética capitalista de Weber, o sobre los disparates supinos que escribió Karlitos Marx sobre el trabajo, pues ahora debemos hablar sobre otra cosa más terrible aún: la conciencia.

    La conciencia es conciencia de la muerte, y nada más. Todos los filósofos, a mi entender, han errado en su concepto sobre la conciencia, nos han dicho cincuenta disparates a cuál más estrambótico sobre la conciencia. La conciencia no es otra cosa que saber que vamos a morir, no hay más. Yo estoy de acuerdo con Foucault en que esa conciencia del sujeto trascendental no es más que puro narcisismo, pura pedantería. Lo único que el ser humano sabe a ciencia cierta sobre sí mismo, la única certeza de nuestra conciencia es que vamos a morir. La conciencia es, pues, conciencia de la muerte, conciencia de la fugacidad del tiempo, de la fugacidad de la vida misma. Lo paradójico de esta concienca misma es que, desde que surge al final de la niñez, pocas veces se manifiesta. Sí, sabemos que vamos a morir, sabemos que tendremos que enfrentar a la muerte, pero la conciencia misma se engaña, se oculta su propia esencia, se oculta a sí misma su único saber, su única certeza. Porque es demasiado doloroso, porque el ser humano no podría recordar todos los días que va a morir, porque no podría el ser humano vivir todos los días, a todas horas, 'recordando' que es mortal: el famoso Memento mori de los sabinos (que no de los romanos). Hace unos pocos días leí la novela La elegancia del erizo, que trata sobre la fenomenología de Husserl, y la protagonista se pregunta qué hacen los fenomenólogos cuando se están duchando, si están siempre conscientes de lo que hacen... Yo preguntaría si esos fenomenólogos podrían vivir tranquilos, si al entrar a la ducha, por ejemplo, pensarán en la cantidad de muertes que ocurren en dicho lugar... 

     La conciencia es conciencia de la muerte, no obstante, la conciencia tiene que engañarse a sí misma, tiene que ensimismarse, para 'olvidar', precisamente, que es conciencia de la fugacidad de la vida. La conciencia cartesiana negaba la existencia de las demás cosas, la conciencia cartesiana negaba la existencia del mundo interior, la conciencia cartesiana tenía que volverse sobre sí misma, pensar sólo en ella misma, en su interior, por miedo, por miedo al mundo exterior, que finalmente termina aceptando a regañadientes, porque sin el mundo exterior no podemos vivir... Podríamos vivir pensando solamente que comemos? Podríamos vivir pensando solamente que tomamos agua? Podríamos vivir sólo pensando que respiramos? Y sin embargo, la conciencia fenomenológica sigue poniendo entre paréntesis la existencia de algo fuera de la conciencia misma (la epokhé de Husserl). El engaño de la conciencia de sí misma es realmente insólito, absurdo: es al mismo tiempo un miedo terrible a eso que está fuera de nosotros, y de lo cual depende nuestra existencia. Y no es el único engaño de la conciencia...

   La conciencia es conciencia de la muerte, conciencia de la fugacidad del tiempo, de la existencia, no obstante, la conciencia se engaña a sí misma creyendo, por ejemplo, que recordar es volver a vivir. En efecto, como dice Bergson, los recuerdos vuelven a la existencia, vuelven al presente, gracias a la conciencia. Pues va a ser que no, ya que esos recuerdos son simplemente una realidad virtual que sólo 'existe' dentro de nuestra conciencia. Es absurdo pensar que mi abuelo muerto sigue vivo, simplemente porque lo recuerdo, porque 'veo' su imagen dentro de mi conciencia representacional. Es absurdo, es aberrante, pues ese recuerdo no es más que una realidad virtual, como la de los videojuegos, por ejemplo. Ni más ni menos. Es absurdo pensar que esos personajes de videojuego están vivos, tienen una existencia real, y yo considero que el material de que están hechos los videojuegos es muy similar al de nuestros recuerdos. Pero la conciencia es conciencia de la muerte, la conciencia es miedo a la muerte, y esa consideración aberrante de que recordar es volver a vivir mitiga ese miedo a la muerte... Lo mismo que creer que sobreviviremos a la muerte si alguien nos recuerda... La conciencia es la mayor locura del hombre. 

 

 

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ant69rit
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      La conciencia es, pues, conciencia de la muerte, y es lo que genera ese miedo conceptual sobre la propia extinción, ese miedo no tanto a la muerte, sino al fantasma de la muerte, a la sombra de la muerte que siempre nos acompaña, aunque sea sí, sólo una sombra. Este miedo conceptual que surge a partir de la conciencia es lo que origina el resentimiento contra la vida. En efecto, es la conciencia lo que genera la hostilidad hacia la vida. Es la conciencia la que engendra el deseo de venganza contra los padres, porque sabemos que moriremos, porque sabemos que los que ocasionaron nuestra muerte son los padres. No obstante, este deseo de venganza contra los padres, este resentimiento contra la vida es tan fuerte, tan terrible, tan destructivo (porque puede ser autodestructivo), que la conciencia tiene que reprimir ese odio contra la vida, que no obstante tiene que desfogarse, aunque sea 'disfrazado' como violencia hacia los demás. Nietzsche se equivocó rotundamente en su genealogía sobre el resentimiento contra la vida. Afirmó que la violencia de la bestia rubia, al ser reprimida por la sociedad, se dirige a hacia sí misma. No es cierto. A mi juicio, ocurre exactamente lo siguiente: el resentimiento contra la vida es originado por la conciencia de la muerte, pero al ser reprimido por ella misma, se convierte en violencia contra los demás. Una violencia que no tiene fin, pues el resentimiento contra la vida es inagotable, siempre está ahí, latente, pero creciendo conforme crece en el hombre el miedo a la muerte. El resentimiento contra la vida existe mientras exista la vida misma. 

    La cuestión sobre la inversión de los valores que planteaste es importante: siempre será un círculo vicioso, si no sabemos de dónde surgen esos valores espurios que atentan contra la vida. Y esos 'valores' que atentan contra la vida surgen de la conciencia de la muerte, de la conciencia moral. Por tanto, si esta conciencia es la que sigue valorando, la que simplemente se dedica a intercambiar unos valores por otros, el hombre está siempre inmerso en un círculo vicioso. La conciencia no debe valorar, antes bien, hay que considerar a la conciencia como la mayor lacra del ser humano, como la fuente del sufrimiento, de la angustia, de la hostilidad hacia la vida, de la venganza contra los padres, y contra 'dios'... Sobra decir que la conciencia no engendrerá nunca valores que afirmen a la vida.

    El Arte no es sólo la superación del sufrimiento, el Arte es la aceptación del sufrimiento, el Arte es el decirle Sí a todas las cosas terribles de la existencia. Decirle Sí a la muerte, decirle Sí a la enfermedad, decirle Sí al sufrimiento, decirle Sí a la locura. En el Arte y sólo en el Arte todas las cosas más terribles de la existencia, las más problemáticas, las más pertrubadoras, son afirmadas, son transformadas en belleza. En el Arte se le dice Sí a la muerte, al suicidio, a la muerte. La escena de la muerte en la ópera Dido y Eneas, de Henry Purcell, es absolutamente hermosa. Las escenas de la locura en las óperas Lucia di Lammermoor, Anna Bolena, de Gaetano Donizetti, son impresionantes, asimismo, la escena de la locura en la ópera I Puritani, de Vincenzo Bellini, así como en las óperas Ariodante, Orlando, Hércules, de George Friedrich Händel, son absolutamente sublimes. Y la locura, como bien sabía Foucault, es una de las cosas en la existencia que más aterran al hombre. No obstante, gracias al Arte, la locura es sublime (de acuerdo con Kant). Nada hay más terrible, nada más perturbador y aterrador que el asesinato de los hijos por parte de la madre: no obstante, en la ópera Norma, de Bellini, pero sobre todo en Medée, de Luigi Cherubini, el asesinato de los hijos por parte de la madre es absolutalmente sublime. Y también lo es la venganza, la venganza contra el padre, que no es sublime, sino lo siguiente, en la célebre aria de la Reina de la Noche, de La Flauta Mágica, de Mozart... En el Arte se le dice sí a todas las cosas, a las buenas y a las malvadas. En el Arte, se afirma todo, se afirma la vida misma.

Hasta la próxima vez... Un saludo, desde las alturas zaratustrianas... 

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Sortijero
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Como decía Unamuno, la vanidad del mundo y el cómo pasa, y el amor, son los verdaderos motivos de la auténtica poesía. Dentro de la conciencia de esa vanidad está implícita la muerte. Y dentro de ése  "el cómo pasa" se englobarían todos los cambios que hacen de la vida extremos tan dispares que van del dolor más agudo a la fugaz conciencia de belleza y su consiguiente sentimiento, el amor.

Yo creo que la conciencia de muerte es la que hace girar el mundo, mientras que la conciencia del amor la que lo detiene, en cierto modo.

De modo parecido a tu explicación, la conciencia de muerte para mí se escamotea momentaneamente durante el corto período de vida, para reaflorar con la enfermedad y el fiinal de los días, cuando, como sabemos, al tomar real conciencia de su llegada, vuelve a surgir, y ello tiene como consecuencia hacernos más humanos, humildes, solidarios, indefensos, y democráticos y realistas.

Dentro de la conciencia del amor, en cambio, ese escamoteamiento de la muerte no ha tenido lugar, y por tanto, al asumirse desde el primer momento, al recordarse a cada instante, sin olvidarse jamás desde que a los seis años se produjo por primera vez, yo creo que es motivo que da pie a la conciencia del arte y la belleza.

En cierto modo, la conciencia del amor fugaz y de lo efímero de la existencia humana hace del arte un sustituto de perpetuidad, un apósito mental de la conciencia contra la fugacidad y la muerte. Y por tanto, concluyo, para no extenderme mucho, que si hay algo que perpetúa el afán amoroso y conciente de la caducidad humana, este algo está relacionado con este amor creador de arte y belleza, que, en contra de la barbarie escamoteadora inconsciente del temor a la muerte, del escamoteamiento de la vida y su fin, también sabe crear el hombre. Tal como placebo, tal vez como consuelo de perpetuidad, de permanecia...

 

Cordial saludo, amigos míos

 

 

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Muy buenas ant69rit, antes que nada decir que me complece volver devatir con vosotros. Pues bueno vamos por partes y asi también respodo a  Sortijero.

Su deseo de acumular más y más dinero no les ocaciona sino problemas, angustias, obsesiones, manías, paranoias, todo menos placer.

A ver, lo que quiero decir es que si alguien cree particularmente que el dinero conlleva al placer no significa que se lo proporcione, se puede desconocer la realidad pero no las consecuencia de ella. Sin duda alguna, el errar es una de las muchas características que definen al ser humano. Así pues, la gran mayoría de las veces el defecto está condicionado por el desconocimiento o la ignorancia. Es decir, podemos creer en el capital, en Dios, o en ciertos valores o personas o lo que sea... pensando ciegamente que es lo correcto y que todo eso nos va proporcionar la felicidad, pero a pesar de ello siempre esta la posibilidad del error, ya que si fuéramos perfectos seriamos dioses. Yo creo que el error tiene su origen en la limitación del conocimiento, (preguntémosle a Kant) por ello siempre hay cierta información a la que no podemos acceder y ahí está el raíz de la confusión y el conflicto. Hablo aquí y me refiero a desavenencias relacionadas con la incapacidad de empatía o el desacierto a la hora de tomar determinadas decisiones en algunos momentos de nuestra vida. Bueno y todo esto es para tratar de explicar que no es mi opinión que el dinero implique la felicidad, simplemente no he tratado de dar una afirmación personal en mi anterior post, más bien he intentado expresar lo que yo veo en la sociedad. De hecho, casi nunca trato de dar afirmaciones ni tampoco me interesa derribar otros argumentos, ya que le doy más importancia a tratar de describir honestamente todo lo que me rodea. Lo honestamente que mi humilde imperfección humana me permite. En resumen, estoy tratando de decir que tenemos la capacidad para elegir y con ello la capacidad de decidir lo que creemos que nos puede conducir al placer, bienestar, felicidad... o como lo queramos llamar, el caso es que se trata de un sentimiento que nos proporciona una aparente "seguridad". No obstante, está fuera de nuestro alcance y control las consecuencias que pueden conllevar dicha decisión.

   Respecto al tema de la conciencia no creo que se pueda definir simplemente como miedo a la muerte ya que en mi opinión creo que es algo bastante más profundo y complejo. No creo que el mundo se mueva solamente por el miedo. Pero no te niego que sea un motivo más de los muchos que puede haber. Yo pienso que el miedo a la muerte es un origen que implica la búsqueda de la felicidad y también puede ser la causa de ese sentimiento de insatisfacción que siempre tiene el ser humano. Estoy de acuerdo en lo que has dicho el ser humano tiende a buscar la perdurabilidad en los recuerdos (nunca nos bañamos dos veces en el mismo río), sin duda eso es síntoma de miedo a desaparecer y de ese miedo tan ancestral al tiempo y lo que ello supone. No obstante hay que tener en cuenta que el miedo es consecuencia de un anhelo, del rechazo a un destino que nos resulta desagradable y si algo no nos resulta grato es porque tenemos como referencia a un opuesto, en este caso el placer (felicidad, bienestar...). Por eso creo que es tan válida cualquiera de las dos opiniones acerca de este último tema, tanto tu opinión como la mía.

   Otra cosa bastante interesante e importante que has mencionado es el miedo a la locura, diría que es un miedo tan viejo como el ser humano, creo que cualquier mortal siempre ha tenido miedo a la confusión y a que todo cuanto creemos se derrumba y se cristaliza en extrañas formas... a sentirnos como un extranjero en este mundo. Sin duda el Arte es la afirmación de la vida, y con todo lo ella conlleva transformado en belleza. Y yo diría que es una herramienta bastante importante para expresar y ordenar nuestros sentimientos, y también gracias a ella nos podemos llegar a conocer mejor a nosotros mismos.

ant69rit, aprendo bastante con tus comentarios, hasta la próxima.

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 Desde hace algunas semanas he tratado de entrar para comentar algo, pero era imposible. No sé por qué, pero al parecer ya se ha corregido ese error (que probablemente fue de mi ordenador, no lo dudo). Sea como fuera, yo quería matizar, o mejor dicho, añadir algunas comentarios a lo expresado por mí sobre la muerte. Desde luego, no sólo se trata del miedo a la muerte, del miedo al final, a la nada, hay muchas otras cosas más que asustan al hombre: el infinito, la eternidad, todo aquello que abruma a la razón, todo aquello que no puede comprender la razón, o para decirlo mejor: todo aquello que no puede abarcar nuestra débil y deleznable razón. Estos miedos, el sentirse tan pequeño, tan insignficante antes los misterios tan abrumadores, tan problemáticos de la vida, son los que engendran, precisamente, ese odio aberrante hacia la sana sexualidad. Odio que es reprimido por la conciencia, que no obstante, le permite desfogarse en todo el acto sexual que no está destinado a procrear... Por San Aristófanes!! Pero sí es precisamente la hostilidad hacia la vida lo que ocasiona el odio hacia la sexualidad!!! 

Camaradas, nos vemos la próxima vez, y no hay que olvidar una cosa: no hay más dios que Dionysos...

 

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