Hace algún tiempo, más concretamente desde noviembre, eché a andar un blog personal llamado Literatura con Estrógenos.
En él voy poniendo, porque es mío y porque me da la gana , todo lo que me pasa por la cabeza, que suele ser mucho y variado. Desde relatos míos hasta anuncios de publicaciones propias y ajenas, pasando por cosas que me inspiran, noticias o temas que me llaman la atención... En fin, cosas así. Y a lo largo y ancho del blog pretendo construir un ensayo sobre un tema que me fascina y sobre el que llevo años reflexionando y recabando información: la literatura escrita por mujeres.
Pero este post no es para hablaros del blog, no al menos específicamente –Que para eso ya habrá tiempo, je, je, ya que desde los tiempos del Destino no os he dado mucho la matraca y, como diría Morticia, sé que mi deber en esta vida es hacer sufrir. Y yo no soy de descuidar obligaciones.
Lo abro para anunciar por aquí que estoy publicando en vivo y en directo, de nuevo, una novela, esta vez propia, llamada “La casa de los cerezos”. Y que voy por el capítulo 7. Es la primera novela que terminé (que no la primera que escribí), y me resultó muy instructiva para investigar y probar sobre estructuras, personajes y trama en un formato largo. Es un poco inclasificable, sencilla por un lado pero inhabitual por otro, con pinceladas de misterio gótico, pero en escenario tal que hace impensable esa clasificación. Juvenil en un sentido, pero demasiado “espesa” para serlo. Vamos, que es un verdadero experimento.
Tal vez algún atrevido tenga a bien echarle un vistazo. Por si fuera el caso, aquí os dejo la dirección. Los tomatazos no son bien recibidos en este teatro, aviso. Y menos si van en lata. Los comentarios (buenos o malos) siempre
Aunque parezca mentira, estoy poniéndome a día de lecturas por muchos frentes, así que igual este verano me puedo poner con ello. Ya te contaré, porque la premisa me atrae.
Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.