Reutilizo el título de Karl, que es muy best seller, para contaros lo del campeonato de judo de ayer.
A ver, antes de organizar el "cumpleaños" del infierno en el botánico, llevé a mi chico mayor y a un colega suyo a un campeonato de judo categoría poussin (literalmente, pollo; en diciembre todavía eran minipollos). 45 minutos de coche para ir y competición con ambulancia, decenas de árbitros con traje y un despliegue del copón.
Hubo cosas bien, incluida la barbacoa después, pero también hubo cosas que no me molaron mucho. Por ejemplo, los críos iban muchos a degüello a ganar. Uno, cuando iba a coger del kimono a los otros aprovechaba para darles un puñetazo solapado. No fue un error de un par de veces: hizo llorar a un cinturón marrón, a otros tuvieron que venir los paramédicos estos porque lo tumbó y le puso un ojo morado y hasta se levantó uno del público a gritar "¡eh, que esto no es boxeo!"
Lo de los críos se entiende porque en las gradas (y en la pista, que les cayó bronca un par de veces) los padres se comportaban en buena parte como macacos. No en plan de animar, que bueno, bien, sino de gritar en plan público de peleas ilegales de perros. Por supuesto, solo aplaudían cuando los suyos se llevaban trofeos, lo cual era ridículo, porque había como 200 espectadores y aplaudían solo en grupos de tres o cuatro
Los críos muchas veces mostrando más sentido común que los padres (una cinturón marrón calmando a los suyos porque no paraban de ladrar que el árbitro le había robado el combate) y la organización.
Luego, me chocó, realmente, que a los niños se les daba la mano cuando se llevaban la copa y las niñas dos besos. Esto al hilo de lo del Karl. En serio, ¿por qué nos parece tan normal que en un deporte importado de Japón anden señores mayores (presidentes de asociaciones y demás) besando niñas en podios?
Evidentemente, cuando mi chico subió al podio, como lleva el pelo largo, diciendo por el micro, para animar, que si era una niña.
Supongo que a este señor si le preguntas si es feminista te dirá que sí y que además hace mucho por la igualdad promoviendo el deporte. Me quedó mucho más claro el concepto de pollavieja que decíais el otro día.
Los críos querían ganar? En una competición? Que vergüenza. Lo normal habría sido no llevar cuentas de puntos y al final haberles dado copas a todos. O mejor a ninguno, que lo importante es participar.
PD: lo de hacer trampa para ganar me parece mal.
El vicio inherente al capitalismo es el desigual reparto de bienes, la virtud inherente al socialismo es el equitativo reparto de miseria - Winston Churchill.