Patricia Collazo tiene una ganzúa y la usa. A su manera: para rascarse la espalda allá donde su dedo perdido no llega. Con todo su encanto pide al guarda que le abra la puerta desde dentro, por lo que este entra y en ese movimiento de confusión ella se cuela entre las masas. El caos es tanto que pisa a Max que ejerce de enfermo quejumbroso en otra celda. Tras propinarle los segundos auxilios se lo lleva de los pelos, creyéndolo muerto, en busca del primer contenedor de encuentre en la galería. En última instancia se da cuenta del error y permite que el cadáver vaya caminando en vez de tener que arrastrarlo y hacer esfuerzo. Hacia la libertad.
Max debe incluir "enfermedad" en un micro inspirado en una de las direcciones indicadas en las crónicas.
Patricia Collazo debe incluir "ganzúa" en un micro inspirado en una de las direcciones indicadas en las crónicas.
Celos profesionales
La ganzúa sería inútil en el 21 de Baker Street. Tampoco abrirían aunque amenazara. Ni ganzúa, ni amenazas. La puerta cedió. Dentro, un bigotudo caballero de cabeza ovalada jugaba ajedrez. Mientras, una respetable anciana tomaba el té. El cadáver de Sherlock yacía sobre la alfombra, bajo su violín.
Letrípeda