Ejemplares vacíos
En las contadas ocasiones en que el cura, el maestro o Don Andrés realizaban un viaje de varios días, tras hacer la limpieza, tomaba algún volumen de la biblioteca. Devolvía las páginas y las palabras, pero le arrebataba la historia.
Hasta que alguien lo volvía a abrir.
Ejemplares vacíos
SÍES
-Se adapata muy bien al tema.
-Buen título
-Bien escrito.
-Argumento interesante.
-Bonito final.
NOES
-A saber:
¿Quién es D. Andrés? ¿Qué relación tenían los tres con la biblioteca? ¿Quién hacía la limpieza?
Ceguera
SÍES
-Perfectamente adaptado al tema.
-Sintaxis y puntuación perfectas.
-Curiosa historia con matices históricos, inquisidores.
-Final estupendo.
-Buen título: ceguera, en todos los sentidos.
NOES
-Nada que objetar.
Es un duelo en el que da pena no puntuar a los dos, pero… mi voto va para Ceguera.
Manifiesto mi predilección ante el modo que Travestido Invisible tiene de circundar sus historias. Pero en este micro encuentro (a mi juicio) un par de condicionantes que abollan una historia maravillosamente forjada.
Ceguera, de Chupito, me gana, y por ende, este desafío. Un micro que va de menos a más, con una velocidad tal que su aceleración centrífuga interna te escupe a metros de distancia, dejándote trastocado. Mi felicitación.
Me gusta Ejemplares vacíos, funciona bien como metáfora de quien, teniendo una gran avidez por la lectura, tiene un restringido acceso a ella, el pulso que se establece con el poder establecido. La pasión, incluso el egoísmo, con la que esta ladrona es capaz de beberse las historias que caen en sus manos de forma de clandestina. El relato se adapta bastante bien al tema sugerido. No me acaba de convencer, por lo evidente, el título ni tampoco el final por lo que supone de derrota, creo que si las historias no volvieran a sus páginas quedaría un cuento más rotundo.
Me parece que en Ceguera los acontecimientos se desencadenan a demasiada velocidad, no debe ser fácil vaciar una biblioteca, menos por una niña. Se me escapa sí qué el último libro sea la Biblia es una casualidad o es algo buscado por la propia niña. Puedo entender que la quemaran por bruja en una época en la que eran frecuentes los desmanes de la Iglesia, incluso que alimentaran la hoguera con los libros que no habían echado de menos, quizá libros prohibidos. Entiendo la denuncia, pero me parece algo forzada, como si el autor hubiera acercado tanto la lupa que al final ha acabado por distorsionar la imagen.
Dos micros que denuncian un pasado que nunca fue mejor, potentes pero de difícil factura. Mi voto para el que en mi opinión consigue transmitir mejor la idea que les sirve germen, Ejemplares vacíos de El travestido invisible.
Ejemplares vacíos nos muestra de forma poética la importancia de la lectura, en este caso realizada a escondidas, para la gente ávida de las emociones que contienen los libros. Muy bueno, aunque yo hubiese omitido la coma entre "limpieza" y "tomaba".
Ceguera es un micro más trágico. Aquí el robo no es metafórico, sino real, lo que hace que el planteamiento sea algo inconsistente, porque… ¿cómo nadie se da cuenta de la desaparición de un montón de libros, hasta que desaparece el último? Mezcla una cruda realidad con una alegoría religiosa, al hacer ver que solo consideran importante la Biblia, y son ciegos a los demás (de ahí el título). No obstante, la idea me ha gustado.
Mi voto va finalmente para Ejemplares vacíos.
No necesito hablar, que parece se me ha entendido. Tomaré buena nota. Confieso que me he visto en el depósito de cadáveres.
Aquí particularmente me decantaría, aunque por poco, por Ceguera. Me ha gustado su trasfondo crítico.
Al principio no entendía bien ninguno de los micros pero después de algunas lecturas más, he conseguido comprender el trasfondo que esconde cada uno. De Ejemplares vacíos me quedo con esa imagen de los libros liberados a la curiosidad de quien, por no pertenecer al estamento adecuado, está privada. Pero especialmente me ha cautivado esa bonita metáfora final en que las historias son arrebatadas de las páginas hasta que llega el siguiente lector ávido de palabras. De Ceguera me ha gustado como con su historia nos ha conducido a una verdad que denuncia la hipocresía de quienes solo ven en los libros su significado y no su riqueza, usándolos luego como excusa para avivar las llamas de la falsedad. Bien encajados ambos en el tema del desafío.
Camelia y Esdrújulo lo cogieron bien. No tanto Piraña y RSM, a los que agradezco sus comentarios, pero me gustaría aclararles que claro que no debe ser fácil vaciar una biblioteca, menos por una niña. Se me escapa sí qué el último libro sea la Biblia es una casualidad o es algo buscado por la propia niña. Es una tarea difícil, o lo sería si ese pueblo no estuviera sometido a la "ceguera", esa que le hace ignorar por completo algo tan obvio como que la biblioteca se está vaciando. Pero claro, en ese pueblo nadie echa de menos a Proust, Fuolkner, Chejov... Por eso, una tarea a priori dificultosa puede ser llevada a cabo por una niña en un pueblo de ignorantes. Solo corre la alarma cuando desaparece aquello que los tiene a todos cegados: la Santa Biblia. Esto mismo responde a la pregunta de RSM: ¿cómo nadie se da cuenta de la desaparición de un montón de libros, hasta que desaparece el último? Por eso mismo, porque el pueblo padece Ceguera.
Supongo que si hacia falta la explicación es que en algo cojea, aunque este Chupito humilde está bien contento con su micro.
Gracias a los jueces y todos los que se han animado a animar el duelo con sus comentarios. Enhorabuena a mi rival.
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Ceguera
Nadie se percató de que la biblioteca se estaba vaciando hasta que desapareció el último libro: un ejemplar de La Biblia. No tardaron en hallar a la ladrona, una niña. La quemaron en la hoguera por bruja. Alimentaron el fuego con todos los tomos que nunca echaron de menos.
Breve. Intenso.