REPOSICIÓN
Por decimotercera vez, Chanquete abrió los ojos.
−¿Cuándo va a terminar todo? –preguntó.
−Cuando sea necesario –dijo el milagrero.
Chanquete se levantó de la cama, abrió la boca y se observó en el espejo. Además de en el oído, los gusanos habían comenzado a anidar en sus encías.
Lástima que ya no pueda competir contra nadie, porque tenía un micro sobre Verano Azul que escribí hace muy poco que creo que habría sido un rival digno. Claro que eso es lo que creía con mis otros dos micros y mira lo que me ha pasado.