Ayer o anteayer, en fb, compartía Nuria C. Botey una entrevista hecha al escritor Montero Glez, a raíz del último premio que ha ganado: el XLVIII Premio de Novela Ateneo de Sevilla.
El artículo entero (http://www.elespanol.com/cultura/libros/20161126/173733169_0.html) es de lo más interesante. De hecho, creo que suscribo al menos al 90% las opiniones de Montero González. Pero lo que más me chocó de todo lo dicho ahí fue el término «prosa cipotuda», acuñado en otro artículo por el crítico Íñigo F. Lomana (al que no había leído nunca. Veo que a mí la teoría de la literatura no me va mucho. Pero a veces hay excepciones). Aquí el artículo de marras: http://www.elespanol.com/cultura/libros/20161021/164863513_13.html
No sé qué os parecerá, pero yo aparte de reírme un rato, imaginando a Arturito y al resto de la cuadrilla de tropelías literarias, me he reconfirmado en la idea de la carencia de fondo. Por mucho fuego artificial bien vistoso, si un libro no tiene fondo... Será (incluso) buena prosa, pero no es literatura.
Muy grandes los dos artículos, Morgan.
A Montero Glez no lo conocía y me ha parecido un crack. Tarde o temprano caerá algo suyo.
En cuanto al de la prosa cipotuda, argumenta y expresa a la perfección mis impresiones acerca de esta escuela de periodistas-escritores, y el tipo de prosa que utilizan.