Vínculo materno
El murmullo del recreo desapareció en cuanto vieron a Pedrito blandiendo las tijeras. El gesto definitivo hizo temblar a los demás niños que, aterrorizados, emprendieron la huida recogiendo sus cordones umbilicales de vuelta a casa.
El de Pedrito quedó en el suelo secándose al sol.
Decía yo hacer guantes, no liarnos a guantazo limpio...
Enhorabuena por llegar a tiempo y mucha suerte...
Gracias a los jueces por demostrar tan ágil cintura...
¡¡¡Tachán!!!