La mina

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L. G. Morgan
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Así circulaban las noticias en la mina, como regueros de pólvora trazados en el suelo: rápidas, imparables, sinuosas. Cualquier mínima chispa podía encender la mecha y generar inmediata combustión. Algo tan pequeño como una conversación sorprendida entre dos guardias por un inesperado testigo.

Ivanka se encontraba lavando el mineral cuando el vigilante de esa sección, un individuo malencarado al que apodaban Blini, «gachas», por el color grisáceo de su piel, fue sorprendido por un compañero, que se acercó a él con pasos rápidos y expresión consternada.

—Otro más —jadeó, tan solo, el recién llegado, seguro de que Blini entendería.

Desde luego, lo hizo: dio un respingo tan brusco que hizo tintinear las cadenas que llevaba colgando del cinturón para mantener a raya a los presos.

—¿Igual que…? —preguntó con voz estrangulada.

—Lo mismo.

Ivanka no gozaba de muy buena vista pero su oído, en cambio, era realmente extraordinario. Así que, cuando Sven se acercó aún más a Blini, para susurrarle al oído, ella pudo seguir la conversación sin esfuerzo, mientras realizaba sus tareas y fingía no enterarse de nada.

—Aplastado —bisbiseó Sven—. Brazos y piernas arrancados de cuajo, como si fuera un muñeco. Sangre por todas partes. Todo igual.

—¿Y qué vamos a hacer? ¿Cómo han podido estos animales…? —miró alrededor y su frase se cortó de cuajo en el instante en que su mirada se paró en Ivanka—. Eh, tú —gruñó—, largo de aquí. Ya terminarás luego.

Ivanka recogió los bártulos y se escabulló deprisa, con la vista baja, sin emitir un sonido. No importaba, sabía que esas pocas migajas de información recogidas eran suficientes. Tenía toda la jornada para darles vueltas y encontrarles significado.

Otro másIguales… Sangre… Miembros…

Pocas palabras, pero significativas. Uno, sabía que los guardias solo se preocuparían así por uno de los suyos. Ninguna muerte de los de ella resultaba noticia. Así que había que suponer que algún guardia —en realidad dos. O al menos dos, se corrigió— había perdido la vida. Tampoco debía de tratarse de un accidente normal: habrían sobrado la intriga y los detalles. Y también el secreto. No, lo que había oído Ivanka era otra cosa. Era toda una noticia. Una de la que alegrarse.

Pasó las siguientes horas fantaseando sobre distintos guardias aplastados, desangrados y hechos trizas. Sonriendo en la oscuridad de la galería que le tocaba picar. Y cuando, al final del turno interminable, los devolvieron a la aldea, tenía su historia completa y lista para comunicar a los demás. Ya solo tuvo que dormirse y soñar con ello, y su gente supo lo mismo que sabía ella.

***

La abuela Petra, la persona más vieja de Drna, aseguraba que la vida no siempre había sido de esta forma. Juraba que su abuela de sangre se lo había contado una y mil veces; que cuando era niña la mina no existía. Que la abrieron luego. Que vinieron unos hombres del oeste y pusieron marcas en el suelo, dentro del bosque. Y luego trajeron más hombres de fuera y les dieron uniformes grises y gorros de piel para convertirlos en guardias. Y después reclutaron a todos los suyos, les obligaron a vestir  trajes de rayas y a llevar gorras en la cabeza, y así los hicieron mineros. Entonces tuvieron que talar los árboles y empezaron a cavar la mina, y esta fue creciendo bajo la tierra y transformando los alrededores. Convirtieron los antiguos campos de cultivo en escombreras y depósitos de mineral. Arrasaron el pueblo y levantaron cuatro barracones: uno para las viejas que no podían trabajar la mina, para que se ocuparan de la comida y la ropa de todos; otro para las mujeres y las niñas; uno más para los hombres; y, el último, el más grande y abrigado, para los guardias. Con sus propias provisiones y su propio «personal de servicio», reclutado a dedo entre los esclavos.

Tras eso, no hubo ya escapatoria. Quienes no eran guardias, eran presos. Esclavos encadenados a la rueda desde el día mismo en que nacían. Trabajo, trabajo y trabajo; un rancho escaso a mitad de jornada y otra exigua ración al final de la misma. Nada de medicinas ni descanso, solo las escasas seis horas de la noche, amontonados en los barracones de sueño. Una semana de apareamiento forzoso al año, no para su placer sino para dar esclavos a la mina. Interminables días, todos iguales, hasta que enfermaban y morían.

La vieja Petra había compartido esos sueños con ellos muchas veces, pero Ivanka no sabía si creerla: a la abuela se le empezaba a volar la cabeza, todos lo sabían.  A menudo se quedaba ensimismada sobre las gachas de avena, sin dejar de dar vueltas con el cucharón de madera, con la mirada perdida en un punto inalcanzable, lejos y muy adentro.

Tal vez no fuera más que el delirio de una vieja loca que idealizaba el pasado para escapar del presente. Razones, desde luego, no le habrían faltado.

***

Ivar había tenido el mismo sueño tres noches seguidas. Y tenía la sensación de que los demás hombres dormidos a su lado habían transitado la misma senda. La gente —la gente de Drna, claro, los guardias no entraban en esa categoría— soñaba siempre sueños conjuntos. En la vigilia poco podían hablar entre ellos, en cambio, cuando dormían, se comunicaban de algún modo. No sabía si había sido así siempre o era cosa de las actuales generaciones, el caso es que se trataba de una habilidad que tenían todos instaurada. Era como si hubiera un pensamiento colectivo, un lenguaje mudo que les perteneciera únicamente a ellos. Solo que no podían invocarlo a voluntad. Se manifestaba solo con la inconsciencia.

Ivanka había logrado comunicarles en sueños lo que había descubierto. E Ivar, y suponía que el resto, había sentido la misma rabia de la chica, su mismo odio supurante y, a la vez, el mismo regocijo ante la destrucción brutal del enemigo.

Había habido otros sueños parecidos, tiempo atrás; todos lo sabían. Sueños de rebeldía en los que se conjuraron para enfrentarse a los guardias y poner fin a su sufrimiento. Sueños que llevaron a la acción pero terminaron aplastados, con los rebeldes muertos, quemados, destruidos hasta su esencia. Arrancada de cuajo la mala hierba, como habían dicho los guardias.

Las viejas decían que volvería a pasar, tarde o temprano, pero Ivar no lo creía. Estaban demasiado debilitados y faltos de esperanza. Demasiado resignados a su suerte.

Por eso el miedo y la asfixia poblaban sus sueños desde hacía varias extracciones de mineral, y en sus mentes ya solo cabían la oscuridad y el furor.

***

Mirko bajó ese día a la mina dándole vueltas a lo soñado, conjeturando sobre la identidad de las víctimas y deseando con ardor que uno de los muertos fuera Gunther, el guardia que le dedicaba sus atenciones desde que Mirko había alcanzado la pubertad. Primero tratando de ganárselo con raciones extra de comida, descanso, o cualquier otra cosa que un esclavo como él pudiera encontrar irresistible. Y después, en vista de su continuo rechazo, amenazando con descuartizarlo y arrojar sus restos a la enorme caldera de la mina. Bien, hacía varias jornadas que Gunther no venía a buscarlo, cosa extraña, y Mirko esperaba con todo su corazón que fuera porque yacía, aplastado y desmembrado, en alguno de los almacenes.

Llegó hasta su puesto de trabajo, en la galería 7, una de las más estrechas y agobiantes de todo la mina y allí, para su consternación, vio que lo esperaba el sucio Blini.

—Chico —dijo este, la voz teñida por una extraña excitación—, Gunther ya no va a volver. Ahora eres mío, así que andando —señaló con la cabeza la zona de calderas.

Mirko pensó durante un milisegundo en resistirse, salir corriendo y volver por donde había venido, pero Blini llevaba las cadenas en la mano y comprendió que no había escapatoria. Obedientemente, emprendió la marcha hacia las calderas, con el guardia pisándole los talones. Oía su respiración afanosa, sus pasos pesados… Y la náusea habitual se apoderó de él, esa flema negra que le ponía el estómago del revés y que había venido a sustituir al miedo, el dolor y la ira de las primeras veces. El asco era tan fuerte que le pareció que inundaba todo su ser, que le subía a la cabeza y llenaba sus ojos, su nariz, su boca…

Lo primero que notó fue una opresión en el aire. Una vibración que salía de las paredes y llenaba el corredor. Luego, el grito estrangulado de Blini y la humedad en su espalda. Se dio la vuelta. Muy despacio. Algo, Mirko nunca supo describirlo después, algo denso y negro, como su flema negra, había cobrado la forma de un hombre. O, mejor, de una especie de hombre de barro. Gigantesco. Y ese algo le estaba haciendo a su enemigo todo lo que Mirko habría querido ser capaz de hacer. Todo lo que siempre había soñado hacerle a Gunther. La sangre del guardia había salpicado las paredes y al propio Mirko, y formaba ahora un charco en el suelo en torno a la pulpa y los huesos astillados en que había quedado convertido el hombre. El Ser se detuvo un solo instante para mirar al muchacho. Mirko habría jurado que sonreía. Su boca sin dientes y sin lengua se curvó un momento, para cerrarse después alrededor del cráneo del cadáver. Mirko no necesitó más. Echó a correr hacia el final del corredor y se perdió en lo más hondo de la mina.

***

Reva estaba a punto de desmayarse del miedo. Un grupo de guardias los habían acorralado, a ella y a su grupo, contra los vagones de acarreo, impidiendo cualquier intento de huida. Estaban fuera de sí: la furia combinaba mal con el terror y los guardias llevaban varios días sometidos a tal cóctel.

—¡Contestad, hijos de puta! —gritó por segunda vez Rudolf—. ¿Quién de vosotros está tan loco como para matarnos?

Nadie contestó, permanecían inmóviles y aterrados como ratas cegadas por la luz.

—Os vamos a freír a todos —amenazó su compañero, Benno—. Solo se va a salvar el que confiese.

Reva no osaba ni respirar, segura de que el gesto más nimio podía desatar el infierno. Sus ojos permanecían fijos en el lanzallamas que sostenía en una mano Hans Rompe-hombres. Los guardias no tenían freno a la hora de usar el fuego contra ellos: eran fácilmente reemplazables y lo sabían. La manguera estaba activa y a un solo click de soltar su mortal contenido. Un solo rociado y…

Por eso tardó unos segundos en procesar lo que empezaba a distinguirse en la boca de la galería de enfrente, iluminada por las sempiternas luces de emergencia. Allí, sutilmente al principio y luego nítido, empezó a moverse un trozo de oscuridad, una mole negra y sólida que avanzaba hacia los guardias como si el mismo corazón de la mina lo hubiera parido para acabar con los intrusos que tenía dentro.

No tuvieron ninguna oportunidad: de la oscuridad que los rodeaba surgió una figura con manos de piedra que aplastó el cráneo de Hans en un solo gesto, haciendo que los ojos se le salieran de las órbitas y sus huesos quedaran prensados. Su cuerpo quedó suelto como un pelele y cayó al suelo, liberando la manguera aún inactiva. Fue todo tan rápido y brutal que nadie pudo reaccionar. Ni siquiera los guardias. La mole de negrura los agarró a continuación, chocándolos entre sí con fuerza sobrehumana, dos cascarones astillados hasta los huesos que arrojó al suelo y empezó a pisar.

Reva reaccionó al fin. Lanzó un grito tan largo y agudo que consiguió despertar al resto. Los condujo a la salida, en la galería sur, casi a la espalda de la criatura. Esta les dirigió apenas una mirada cuando bordearon la caverna, demasiado ocupada en reducir a sus víctimas a la nada absoluta.

Corrieron más que nunca en su vida. Sus gritos llegaron antes que ellos a la caverna central.

—¡Muertos! —gritó Reva—. Los… guardias… —sus palabras entrecortadas resultaban casi ininteligibles—. Los ha matado la Tierra.

***

El capitán Müller organizó a sus hombres en pocos minutos. Se internaron en la mina, en dirección a la zona de acarreo. Iban armados hasta los dientes, decididos a acabar de una vez con los asesinos que estaban diezmando sus filas. La sarta de tonterías que había dicho la esclava tenía que ser algún ardid, aunque Müller no imaginaba de qué clase.

Dos guardias pertrechados con lanzallamas quedaron a cargo de los esclavos. Los subieron a la aldea y los amontonaron en el barracón de las viejas, dispuestos a esperar allí nuevas instrucciones.

***

La abuela Petra removía las gachas sin parecer reparar en lo que estaba haciendo. Tenía esa mirada perdida que se le había hecho costumbre en los últimos tiempos. Y algo más… Ivanka se le acercó despacio, como temiendo perturbarla, y estudió sus ojos largo rato. Sí, estaba segura, los ojos de la vieja estaban enfocados, solo que vueltos hacia algún lugar que nadie más veía. Cogió su mano libre y, antes de darse cuenta, se encontró sumida en su mismo ensueño, como si una cuerda invisible hubiera ligado sus mentes en la oscuridad del delirio.

Mirko se sintió atrapado por una corriente que lo llevaba hacia las dos mujeres. Se separó de la fila y se juntó con ellas. Y entonces el río negro de su pena y su repulsión se enhebró al que ellas tejían juntas. Después llegó Ivar, y sumó su propio cable mental al de los otros. Y por último, Reva, que añadió al cordón su propio pánico, revivido hacía pocos minutos.

Los demás mineros sintieron en ese momento la llamada. Se agarraron de las manos y sus ojos se vaciaron de expresión para quedarse fijos en un mismo punto: los dos guardias.

Cuando estos trataron de retomar el control, ya era tarde. Del suelo surgieron dos agujas de roca que los atravesaron de abajo arriba en cuestión de segundos.

La abuela Petra empezó a canturrear, un canto extraño que no conocían pero que sonaba a algo ya oído, tal vez en los viejos sueños que les habían legado los suyos, antes de la mina. Viejos recuerdos ajenos afloraron a su mente. Los paladearon, los abrazaron gustosos y se dejaron alimentar por ellos. Y luego volcaron toda esa energía en la mina.

***

Bajo la tierra, en las entrañas profundas de la mina, un puñado de guardias intentaba enfrentar el horror. Habían registrado sin éxito galerías y almacenes, las calderas, las cavernas de pertrechos, los lavaderos de mineral y las rampas. Llegando cada vez más lejos y más hondo. Allí los había sorprendido la criatura.

En realidad hablar de una criatura era totalmente inexacto. Era la mina misma volviéndose en su contra. Un hombre grotesco y descomunal, de barro y piedra, que surgía de las paredes o volvía a fundirse con ellas, que se movía como una sombra entre las rocas veteadas de zinc, corpóreo o incorpóreo, rugiente como grava triturada o silencioso como polvo desprendido. Que de un zarpazo había partido por la mitad a dos hombres, para caer luego desde la oscuridad, metros arriba, sobre otro, aplastándolo con sus pies deformes.

Corrieron sin saber adónde, con la única certeza de que corrían por su vida. Entraron en una vasta caverna, con el sonido de los pasos del gigante a poca distancia.

—Aquí no hay salida, capitán —gritó, aterrado, uno de los guardias, tras comprobar que la excavación acababa en aquella cueva.

Cegados por el polvo que levantaban sus pasos y ensordecidos por sus gritos de pánico, el capitán y sus hombres eran solo marionetas bajo el arbitrio del monstruo, que ya respiraba pesadamente en el umbral que acababan de atravesar. Se quedaron paralizados por la impotencia. Y entonces, a través de las lágrimas de sus ojos llorosos, pudieron ver que las paredes de la cámara se poblaban de rostros con extraña luz propia. Eran los mineros, todos ellos, jóvenes y viejos, hombres y mujeres; mirándolos como si fueran un solo ser. Y en el centro de todo, ella, la estúpida y vieja bruja que mandaba en el pabellón de la comida, centrada en ellos, enfocando en ellos todo su ser.

 El hombre de piedra surgió de la oscuridad, llenando el vano de la cueva. Descargaron sus armas. Sin resultado. Uno o dos hombres se arrojaron contra él en su desesperación. La criatura los apartó de un manotazo que los estrelló contra la pared. El sonido de los huesos al romperse fue lo bastante explícito. Entonces el Ser se colgó de las rocas de la entrada y empezó a zarandearlas y a saltar contra los muros.

El cielo se desplomó sobre sus cabezas.

***

Ivanka, Ivar, Mirko y Reva eran el cordón umbilical que unía a la gente con la abuela Petra. Tanto como sentían al Ser en el interior de la mina, podían darse cuenta del hilo de vida que iba gastándose en la vieja. Quisieron soltarse de ella para no agotarla hasta morir. Pero ella se negó. No habían acabado, les hizo saber. Ella no era importante, el Ser y la mina sí.

Enfocaron la mente grupal de nuevo hacia el Hombre de barro, para conducirlo al almacén de la pólvora. Le hicieron llevar toda la carga junto a la caldera. Y, por último, le ordenaron derribar la vasija para hacer estallar todo.

Su mente quedó cegada por el resplandor de la deflagración, aturdida durante unos minutos por el estruendo y los temblores que siguieron. El suelo se agitó bajo sus pies. La boca de la mina se hundió hacia dentro, sepultándolo todo. El Hombre de barro devolvió su ser a la Tierra. Y la abuela Petra se quedó rígida, aferrada aún a sus manos, sostenida por el peso de todos; muerta igual que la criatura que había ayudado a parir.

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Patapalo
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Relato admitido a concurso.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Lenteja
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¡Qué relatazo! Lo tiene todo: prosa perfecta, argumento brillante, personajes a la altura de la historia, fosquedad en su justa proporción, contundencia y final redondo. Y un leve tono poético, como corresponde a la justicia que emana de la tierra.

Fantástico. Muchas gracias por compartirlo.

Te dejo solo cinco estrellas porque no se pueden poner más.

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Enoch Emery
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Poblador desde: 31/03/2021
Puntos: 36

Haces algo muy difícil, que es crear un universo y una mitología propia (que encaja además con la del gólem) que me parece muy atractiva y muy bien trenzada. Bravo.

Si tuviera que ponerle un pero al relato, sería quizás que creo que hay una cierta reiteración en el momento en que el gólem salva a Mirko y cuando hace lo propio con el grupo en el que está Reva. Funcionaría mejor, creo yo, si su primera aparición estuviera más sugerida y se hiciera más explícita en la segunda.

​Pero vamos, en general me parece un relato estupendo. Le doy un 4,5.

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jane eyre
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Puntos: 10051

Relato sin sorpresas, que ya sabemos que la sorpresa hubiera sido que la autora presentara un relato malo.

Me gusta la estructura, bueno no, me gusta la manera en la que se va desgranando la información. Poco a poco, por partes, como piezas de un puzle que no vemos completo hasta que la autora quiere. A esto sumaremos el acierto y el plus de originalidad: el que la autora no le haya dado una forma corpórea concreta al gólem.

También me ha parecido muy curioso que he visto "lo judío", en vez de por los nombres de los protagonistas, por la confrontación con los nombres alemanes de los guardias. Esto no sé si ha sido intencionado o es una de mis mejoras jajajjaja

Y ahora lo malo, que la Jane tiene una reputassssión que mantener angry

No te compro el título porque no aporta absolutamente nada, además es simplón y no está a la altura de la historia.

Vigila las terminaciones verbales en -ía que creo que hay entre muchas y demasiadas y ya sabes que son las reinas de las cacofonÍAS jjajajaja

Y sí, obviamente, creo que este relato (con otro título) debería estar en la antología.

Mi puntuación: 5 estrellas

 

 

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Bio Jesus
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Poblador desde: 11/07/2014
Puntos: 1514

Magnifico relato, que podría ser una novela por lo bien que está definida la trama, la dosificación de la informació, la estructura interna y los personajes. ¡Que buenos los personajes! Tratados con precisión y cariño, con economía de recursos pero no de buen hacer.

Pegas ninguna, sorpresas tampoco.Ese es el único pero y, sin ellas, el relato funciona muy bien.

¡Grande!

Minota es 4,75.

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No sé si era tu intención, pero me da la impresión de que el relato hunde sus raíces muy profundamente, en la contraposición de los mitos uranianos y ctónicos. La anciana que remueve el caldero, la magia ligada al interior de la tierra-madre, la iniciación en las sombras, inconsciente, como en los ritos mistéricos... Me ha dado la impresión de que te remontabas en los referentes mitológicos hasta llegar más allá del origen nominal del gólem. Y, claro, me ha encantado.

Me parece un relato muy conseguido, muy bien desarrollado y presentado, con una ambientación original que al mismo tiempo nos trae ecos de otras reales. El ambiente opresivo de la mina me ha parecido un gran acierto porque además genera la paradoja de que el agobio viene de fuera, que la mina en sí termina por ser un hogar/refugio.

Quizás lo único que no me ha convencido, como ya te ha señalado alguien, es lo del título. Resulta algo frío. Yo tengo tendencia a ser demasiado alambicado, pero creo que podrías haberle dado una vuelta de tuerca.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Sí, de lo del título tomo nota (lo apuntó Jane, que siempre tiene razón en esto, la muy puñetera enlightened). No quería hacer mucho spoiler y me he pasado de sosa jajajajaa

Sobre lo que comentas acerca de las raíces del relato es tal cual. Hace tiempo que indago en el tema de las diosas primigenias, tan relacionadas con la Madre Tierra, presentes en todas las culturas. Esa concepción del planeta, sobre todo de su interior, como un útero que nos ha gestado y nos sustenta (te suena de algo, ¿no? XD), la influencia de los ciclos de la Tierra en nuestros propios ciclos y en el comportamiento de nuestra especie... Y también el tema del inconsciente colectivo, memoria colectiva, etc., que siempre me ha interesado pero que ahora veo más claro.

Supongo que las historias que concebimos se nutren de las "obsesiones" del momento. Así que todas estas cosas empapan de alguna manera lo que escribo últimamente. Y como encima le tenía que dar esta vez otro enfoque diferente al Gólem (tengo una novela que parte del mito clásico, aunque luego le dé un buen revolcón), por no repetirme, me ha salido la criaturita así de primitiva no

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Puntos: 2674

Bio Jesus dijo:

Magnifico relato, que podría ser una novela por lo bien que está definida la trama, la dosificación de la informació, la estructura interna y los personajes. ¡Que buenos los personajes! Tratados con precisión y cariño, con economía de recursos pero no de buen hacer.

Pegas ninguna, sorpresas tampoco.Ese es el único pero y, sin ellas, el relato funciona muy bien.

¡Grande!

Minota es 4,75.

Gracias, Bio Jesús. Ya digo que no soy de finales sorpresa. Mis finales suelen ser desembocaduras en el mar no

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jane eyre dijo:

Relato sin sorpresas, que ya sabemos que la sorpresa hubiera sido que la autora presentara un relato malo.

Me gusta la estructura, bueno no, me gusta la manera en la que se va desgranando la información. Poco a poco, por partes, como piezas de un puzle que no vemos completo hasta que la autora quiere. A esto sumaremos el acierto y el plus de originalidad: el que la autora no le haya dado una forma corpórea concreta al gólem.

También me ha parecido muy curioso que he visto "lo judío", en vez de por los nombres de los protagonistas, por la confrontación con los nombres alemanes de los guardias. Esto no sé si ha sido intencionado o es una de mis mejoras jajajjaja

Y ahora lo malo, que la Jane tiene una reputassssión que mantener angry

No te compro el título porque no aporta absolutamente nada, además es simplón y no está a la altura de la historia.

Vigila las terminaciones verbales en -ía que creo que hay entre muchas y demasiadas y ya sabes que son las reinas de las cacofonÍAS jjajajaja

Y sí, obviamente, creo que este relato (con otro título) debería estar en la antología.

Mi puntuación: 5 estrellas

enlightened Admito La mina como título mierder XD Le daré una pensada. Como le decía a Pata, no quería hacer spoiler y me he ido al otro extremo. (Y me apunto los ías).

Sobre lo que dices de los judíos, sí y no. No tenía intención de que lo parecieran pero los nombres alemanes sí están elegidos aposta, para dar idea precisamente de campo de trabajo o campo de concentración, con eslavos, esta vez, como presos. Tampoco es que quisiera sugerir un lugar real concreto, pero sí producir la sensación, no sé si me explico.

Gracias por comentar. Subidón que te haya gustado :-)

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Enoch Emery dijo:

Haces algo muy difícil, que es crear un universo y una mitología propia (que encaja además con la del gólem) que me parece muy atractiva y muy bien trenzada. Bravo.

Si tuviera que ponerle un pero al relato, sería quizás que creo que hay una cierta reiteración en el momento en que el gólem salva a Mirko y cuando hace lo propio con el grupo en el que está Reva. Funcionaría mejor, creo yo, si su primera aparición estuviera más sugerida y se hiciera más explícita en la segunda.

​Pero vamos, en general me parece un relato estupendo. Le doy un 4,5.

Gracias por tus comentarios. Le daré una pensada a lo que comentas de la reiteración. Trataba de establecer el comportamiento "típico" de la criatura, que mucho repertorio no tendría, solo aplastar y machacar, aplastar y machacar... enlightened

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L. G. Morgan
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Lenteja dijo:

¡Qué relatazo! Lo tiene todo: prosa perfecta, argumento brillante, personajes a la altura de la historia, fosquedad en su justa proporción, contundencia y final redondo. Y un leve tono poético, como corresponde a la justicia que emana de la tierra.

Fantástico. Muchas gracias por compartirlo.

Te dejo solo cinco estrellas porque no se pueden poner más.

No tengo palabras. Solo, mil gracias no Me alegro que te haya gustado.

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Danduay
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Puntos: 256

Un relato de categoría, muy sugerente y evocador (sobre todo lo de los sueños y el encantamiento colectivo). Quizá sea por ese trasfondo por lo que me chirrían un poco las expresiones y descripciones más gore. Me da la sensación de que el relato hubiera quedado más redondo suavizando la forma (no el fondo) en estos pasajes concretos, pero es sólo una opinión. Y muy bien incorporado el tema-personaje de fondo, fluye con suavidad y al mismo tiempo espesa la trama de forma adecuada. Casi perfecto, 4,75.

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L. G. Morgan
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Puntos: 2674

Muchas gracias, Danduay. Pues sí, quizá la mezcla tiene excesivo contraste. En mi mente es el reflejo de ese filo presente en la realidad: la belleza de las flores o el curso suave de los ríos; y la violencia desatada de una tormenta, la matanza de un depredador, etc. El Ser que surje de la Tierra tiene esa potencia ciega, esa brutalidad que es tan propia de lo natural como el resto. Pero, vamos, soy consciente de que no todo el mundo tiene que sentirlo así. Me alegro, en cualquier caso, de que te haya gustado :-)

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Curro
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Poblador desde: 24/09/2015
Puntos: 1048

Un relato con excelente ambientación. Durante la primera parte me esforzaba en intentar adivinar el marco histórico; reconozco que tardé en comprender que era ficción. A partir de ahí, me gustó mucho su aire de fábula. Se permite al lector imaginar si se ambienta en un mundo fantástico (y son, no sé, elfos esclavizados por ogros) o es algún tipo de distopía futurista (nazis posapocalípticos que quieren hacerse con el poder y oprimir a los débiles). Como casi siempre sucede en este tipo de narrativa breve, me parece un acierto no dar una respuesta clara.

El argumento no lo veo ambicioso y se desarrolla siguiendo un guion que el lector deduce (al menos, me pasó). Los personajes son estereotipos (los buenos débiles y oprimidos; los malos, malísimos) y  tiene un final feliz: los buenos ganan. El “gólem”, además, hace lo que cabe esperar de él: machacar, destruir y pisotear a los opresores. Tampoco es que lo predecible sea un problema y podría ser premeditado, ya que creo que el esfuerzo se centra en contar una historia que nos sabemos (se ve incluso cierto paralelismo con nazis y judíos) dentro de una ambientación totalmente nueva (esto me recuerda a algo que comentó Hedrigall en el offtópic).

Así, se disfruta mucho descubriendo información sobre los opresores y los esclavos, sus capacidades físicas y mentales, el funcionamiento de la sociedad, el alcance de los poderes que pronto queda claro que tienen. El tipo de gólem es original, mucho más fantástico de lo que esperaba: una especie de fuerza primigenia, más parecida a los elementales de la literatura medieval-fantástica tradicional que a un gólem en sí. No digo con esto que no me parezca válido, todo lo contrario; el espíritu del gólem está ahí, bien claro. Creo que encaja muy bien

La forma me resulta impecable, sencilla pero limpia y cuidada, muy disfrutable. Desde luego, deja buen sabor de boca.

Mi puntuación es de 3,5 estrellas.

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Dr. Ziyo
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Puntos: 2776

Me ha encantado el relato, todo él, de principio  a fin. Esa idea de mente colmena de los prisioneros me ha parecido genial y ese gólem que parece en realidad la tierra misma que se rebela contra los opresores me ha reencantado. Por mi parte no le veo pega alguna, me parece un pedazo de historia.

Pues nada, que yo lo veo como un relato de 5 estrellas que creo que debería estar entre los elegidos.

Edito para decir una cosa que se me olvidaba y es sobre el asunto del título. En efecto, es muy descafeinado y pide a gritos un cambio hacia algo con más "chicha".

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L. G. Morgan
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Poblador desde: 02/08/2010
Puntos: 2674

Muchas gracias, Doc.
Ya veo que lo del título es para hacérmelo mirar XD
Os pediré sugerencias.

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torpeyvago
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Puntos: 1890

Pasa tú delante, que a mí me da la risa.

Historia histórica, con su tal de venganza... histórica.

Lo +

Vamos a ver, este relato tiene que entrar sí o sí. Y además de los primeros. Punto.

Sólo comentar que, aunque la palabra «fluir» debería estar prohibido en el arte debido a su abuso —como decía Lázaro Carreter sobre «bonito» o «lindo» en los cometarios de texto—, este cuentico fluye notablemente desde su principio a su final, un final que se prevé como inevitable y conocido, pero que no deja de ser un paseo agradable que da el lector de la mano de la escritora.

Lo -

El título. [Tras leer comentarios, veo que es casi unánime.]

Me ha estorbado —opinión tremendamente subjetiva, ojo— La similitud de las apariciones monstruosas. [Tras leer comentarios, veo que no soy el único.] Creo que quedaría completamente redondo si hubiese cierta variación.

Bola extra: La sensación de película «manga» que me ha dejado la aparición del gólem proyectándose desde el suelo como estalagmitas —¿o estalactitas?—. No me ha dejado indiferente, aunque no sé si tomármelo como algo positivo o negativo. En fin, estaba ahí, y ahí lo he vivido.

★★★★½

Estadísticas

Palabras : 2958
Matrices : 17.010
Caracteres : 14.103
Letras : 13.612
Párrafos : 62
Sílabas : 5864
Frases : 193
Szigriszt1993: 68
Perspicuidad : Bastante fácil

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En un lugar de La Mancha de cuyo nombre me acuerdo perfectamente...

https://historiasmalditas.wordpress.com/

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LCS
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Sin duda, estamos ante un buen relato. No encuentro fallos en la redacción: un estilo muy pulido que se lee muy fácil. La ambientación es fabulosa, al igual que la elección de los nombres. Me gusta sobre todo el de la abuela Petra. Está cargado de simbolismo. También es relato muy cinematográfico, aunque no acaban de convencerte tantos cambios de perspectiva.

La única pega se la pondría al argumento. Ojo, no quiero decir que sea malo. Funciona perfectamente, pero en un certamen con un nivel tan alto me habría gustado que no se limitara a una lucha entre opresores y oprimidos en el que, por suerte, triunfa el bien. Ahora no recuerdo quién lo comentó más arriba, pero se pueden cambiar los protagonistas por alemanes y judíos y transplantar la misma historia a un campo de concentración. 

Para mí, merece cuatro estrellas ****.

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L. G. Morgan
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LCS dijo:

La única pega se la pondría al argumento. Ojo, no quiero decir que sea malo. Funciona perfectamente, pero en un certamen con un nivel tan alto me habría gustado que no se limitara a una lucha entre opresores y oprimidos en el que, por suerte, triunfa el bien. Ahora no recuerdo quién lo comentó más arriba, pero se pueden cambiar los protagonistas por alemanes y judíos y transplantar la misma historia a un campo de concentración. 

Para mí, merece cuatro estrellas ****.

Bueno, esa es la idea, que el meollo del asunto es realmente "universal" y puede darse (y de hecho se ha dado) en casi cualquier momento y lugar de la Historia. Pero en este caso el hecho de que sea una mina, las entrañas de la Tierra, el subsuelo, tiene una importancia capital. El leitmotiv de opresores y oprimidos sería igual en otros lugares y tiempos, pero la historia del Gólem concebido como proyección de una mente colectiva, ligada durante generaciones a esa tierra, perdería todo el sentido.

 

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torpeyvago dijo:

Pasa tú delante, que a mí me da la risa.

Historia histórica, con su tal de venganza... histórica.

Lo +

Vamos a ver, este relato tiene que entrar sí o sí. Y además de los primeros. Punto.

Sólo comentar que, aunque la palabra «fluir» debería estar prohibido en el arte debido a su abuso —como decía Lázaro Carreter sobre «bonito» o «lindo» en los cometarios de texto—, este cuentico fluye notablemente desde su principio a su final, un final que se prevé como inevitable y conocido, pero que no deja de ser un paseo agradable que da el lector de la mano de la escritora.

Lo -

El título. [Tras leer comentarios, veo que es casi unánime.]

Me ha estorbado —opinión tremendamente subjetiva, ojo— La similitud de las apariciones monstruosas. [Tras leer comentarios, veo que no soy el único.] Creo que quedaría completamente redondo si hubiese cierta variación.

Bola extra: La sensación de película «manga» que me ha dejado la aparición del gólem proyectándose desde el suelo como estalagmitas —¿o estalactitas?—. No me ha dejado indiferente, aunque no sé si tomármelo como algo positivo o negativo. En fin, estaba ahí, y ahí lo he vivido.

★★★★½

Estadísticas

Palabras : 2958
Matrices : 17.010
Caracteres : 14.103
Letras : 13.612
Párrafos : 62
Sílabas : 5864
Frases : 193
Szigriszt1993: 68
Perspicuidad : Bastante fácil

Gracias por ese exhaustivo análisis (nunca antes me habían valorado el Szigriszt ni la Perspicuidad enlightened).

Ya contesté sobre lo dicho de las apariciones monstruosas: mi idea era caracterizar al Gólem como tal, dado que su apariencia y apariciones son algo inhabituales, haciendo que tuviera un repertorio «clásico». Machacar y desmembrar lo veo muy compatible con su naturaleza pétrea y algo tosca. Y es por eso que, básicamente, se dedica al asunto de ese modo tan poco sutil y tan poco limpio. Lo podría haber puesto a aturdir a sus víctimas cantándoles mariachis o en plan ninja, con piruetas y golpes de kárate, pero las dimensiones y la falta de oído que le atribuyo a la criatura no me casaban bien con la escena no (Es broma. Bueno, lo de los mariachis no, que a mí personalmente me parece el ataque letal perfecto XD).

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L. G. Morgan dijo:

LCS dijo:

La única pega se la pondría al argumento. Ojo, no quiero decir que sea malo. Funciona perfectamente, pero en un certamen con un nivel tan alto me habría gustado que no se limitara a una lucha entre opresores y oprimidos en el que, por suerte, triunfa el bien. Ahora no recuerdo quién lo comentó más arriba, pero se pueden cambiar los protagonistas por alemanes y judíos y transplantar la misma historia a un campo de concentración. 

Para mí, merece cuatro estrellas ****.

Bueno, esa es la idea, que el meollo del asunto es realmente "universal" y puede darse (y de hecho se ha dado) en casi cualquier momento y lugar de la Historia. Pero en este caso el hecho de que sea una mina, las entrañas de la Tierra, el subsuelo, tiene una importancia capital. El leitmotiv de opresores y oprimidos sería igual en otros lugares y tiempos, pero la historia del Gólem concebido como proyección de una mente colectiva, ligada durante generaciones a esa tierra, perdería todo el sentido.

 

 

Completamente de acuerdo. La mina, la piedra, el barro, polvo eres y en polvo te convertirás. Todo eso le otorga un carácter simbólico de mayor empaque. 

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Germinal
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Maravilloso como la autora se lleva la historia del mito a su terreno (donde quiera que se halle ese mundo fantástico). No se me ocurre nada que pueda criticar.

Felicidades y gracias por compartirlo. 5 estrellas.

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L. G. Morgan
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Muchas gracias, Germinal yes
 

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Hedrigall
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La alternancia en los puntos de vista aporta frescura a la historia narrada, y además tiene una razón de ser. La estructura está clavada y el relato tiene muy buen ritmo. Muy buen trabajo al definir la idiosincrasia del pueblo de Drna y además explotar esa mitología en la historia. Echo en falta tan siquiera un ligero indicio del porqué la abuela Petra actúa en ese momento. Un desencadenante que ha de ser extraordinario, porque lleva esclavizada toda su vida y solo ha actuado en ese instante para liberarse a sí misma y a su pueblo. En relación con todo esto, se entrevén mimbres para una historia mucho más larga.

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Hedrigall
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Curro dijo:

Tampoco es que lo predecible sea un problema y podría ser premeditado, ya que creo que el esfuerzo se centra en contar una historia que nos sabemos (se ve incluso cierto paralelismo con nazis y judíos) dentro de una ambientación totalmente nueva (esto me recuerda a algo que comentó Hedrigall en el offtópic).

 

Aprovecho para comentar algo de esto, porque creo que este relato es un buen ejemplo. Yo creo que la originalidad reside en cómo se cuenta una historia.  En cómo se escribe, en cómo se narra. En las decisiones que se toman y las que no se toman al poner una palabra después de la otra. En lo puntos de vista, en el narrador empleado, en las anacronías y en el resto de técnicas literarias. Raramente la encuentro por sí sola en la ambientación, mitología, descripciones, personajes o conflictos. Esta historia no es más que una venganza de un pueblo esclavizado por otro, y la hemos leído mil veces. Pero por cómo está escrita, parece ser distinta. Original. A eso me refiero.

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L. G. Morgan
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Hedrigall dijo:

Curro dijo:

Tampoco es que lo predecible sea un problema y podría ser premeditado, ya que creo que el esfuerzo se centra en contar una historia que nos sabemos (se ve incluso cierto paralelismo con nazis y judíos) dentro de una ambientación totalmente nueva (esto me recuerda a algo que comentó Hedrigall en el offtópic).

 

Aprovecho para comentar algo de esto, porque creo que este relato es un buen ejemplo. Yo creo que la originalidad reside en cómo se cuenta una historia.  En cómo se escribe, en cómo se narra. En las decisiones que se toman y las que no se toman al poner una palabra después de la otra. En lo puntos de vista, en el narrador empleado, en las anacronías y en el resto de técnicas literarias. Raramente la encuentro por sí sola en la ambientación, mitología, descripciones, personajes o conflictos. Esta historia no es más que una venganza de un pueblo esclavizado por otro, y la hemos leído mil veces. Pero por cómo está escrita, parece ser distinta. Original. A eso me refiero.

Es que es la vida misma. Eso ha sido y es REAL. Cuando tenemos la pretensión de que la literatura obedezca a la vida (a la realidad), de que nos sirva para pensar, para reflexionar, para contemplar otros ángulos de las cuestiones, otros puntos de vista u otras realidades, otros sentires (además de un ejercicio intelectual y estético, claro, que para eso es literatura) nos topamos con la cuestión de que hay emociones, hechos y "discursos" universales. Como humanos que somos, presentamos muchos aspectos comunes en los más diferentes medios y épocas. Reducidas a su mínima expresión (organismos pensantes), las vidas humanas son muy semejantes entre sí. La originalidad, la individuación, estriba en esas pequeñas decisiones, conscientes e inconscientes, que tomamos (iguales que las que mencionas hablando de los relatos).

A veces pensamos que solo la Literatura realista refleja la realidad, pero no es cierto. Los géneros fantásticos representan, y hasta explican, esas cuestiones universales igual o más claramente que el Realismo.

En ese sentido, me agrada enormemente lo que dice Curro (aprovecho para agradecerte lectura y comentario, que se me había pasado) sobre que ha tardado en comprender que el relato era ficción.

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L. G. Morgan
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Hedrigall dijo:

La alternancia en los puntos de vista aporta frescura a la historia narrada, y además tiene una razón de ser. La estructura está clavada y el relato tiene muy buen ritmo. Muy buen trabajo al definir la idiosincrasia del pueblo de Drna y además explotar esa mitología en la historia. Echo en falta tan siquiera un ligero indicio del porqué la abuela Petra actúa en ese momento. Un desencadenante que ha de ser extraordinario, porque lleva esclavizada toda su vida y solo ha actuado en ese instante para liberarse a sí misma y a su pueblo. En relación con todo esto, se entrevén mimbres para una historia mucho más larga.

Cuando Ivanka dice que a la abuela Petra se le empieza a volar la cabeza, que todos sabían que a menudo se quedaba ensimismada y... Era con la intención de ir sembrando la sensación de que lleva un tiempo "maquinando" algo. También dice que había compartido esos sueños con ellos muchas veces (e igualmente, luego, que ha habido sueños de rebeldía pero que llevaron al desastre), pareciendo como si la cosa hubiera evolucionado poco a poco (o esa era al menos mi intención no). No es que Petra tenga especiales poderes, es que a lo largo de su vida los ha desarrollado más que nadie, ha servido para canalizar la mente común y obrar sobre la mina (no es que ella sola cree el Gólem). ¿Podía haber pasado todo un mes antes, un año antes o un año después? Posiblemente. Llevaba obrando un tiempo y tuvo éxito cuando estuvo lista.

(Y ahora sí: gracias por tu valoración y comentarios, muy interesantes yes).

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Ligeia
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Puntos: 1152

Buen relato, con aire de cuento o leyenda. Al principio pensaba que serían eslavos, y me encantan los rusos, pero luego ya me caí en la cuenta de la indefinición temporal. A mí también me ha parecido que las acciones del golem contrastan un poco con su brutalidad en el contexto más pausado general.

Tres estrellas y media: *** '

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Gingersnaps
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Puntos: 80

Me parece una historia muy redonda que también ofrece novedades sobre el enfoque de la criatura (ser convocado por varias personas, esa capacidad de mutar de formas como un hombre de arena "superheroico", la ventaja que en ese sentido ofrece ubicarlo en una mina...).

También logra crear una perspectiva múltiple con varios personajes pasando por diversas historias y circunstancias. En cuanto a la forma, absolutamente nada que objetar.

Quizá, lo único que podría decir, es que la historia tiene un desarrollo más "tipo" de personaje o personajes que se enfrentan a una dificultad y la superan y la conclusión pueda hacerse esperada, pero tampoco supone un problema para disfrutarlo. 4 como votación final. 

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Sra. Vicenta
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Poblador desde: 19/05/2021
Puntos: 46

Buena historia y muy bien desarrollada. Casi es una pena que se quede en un relato, porque da la impresión de que podría contar mucho más.

No sé qué aportar que no te hayan dicho ya. Algún "defectillo" sí le he encontrado, pero nada que pueda justificar objetivamente como erróneo, y nada tampoco que desmerezca el resultado, así que...

Me gusta hasta el título, aunque parece que soy la única.  Creo que transmite el peso protagonista de la piedra. Quizás con una "M" (mayúscula)... Pero bueno, que le llames finalmente como le llames, "la criatura" merece 5 estrellas y por mi parte se las lleva.

 

 

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