Juglar

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Reseña de la novela de Rafael Marín ambientada en la época del Cid

 

A veces las sinopsis que nos encontramos en las cubiertas de los libros pueden llevarnos a equívocos, y podemos hacernos a la idea de que vamos a leer un tipo de novela cuando en realidad estamos ante otra cosa. Eso siempre y cuando uno no conozca al autor. En este caso, y tratándose de Rafael Marín, uno de los más destacados autores españoles de ciencia ficción, el sendero por el que va a transcurrir la historia está claro. Pero si alguien no conoce al autor gaditano, este libro puede parecerle una novela sobre el Cid y quizá pueda espantarle al asociarlo a clase de Historia o al estudio del famoso y complicado Cantar de Mio Cid.

 

Pero en cualquiera de los casos, hay que decir que estamos ante un buen libro de aventuras. Se trata de una novela en la que vamos a conocer de una forma muy amena y rigurosa parte de la vida y de los avatares del Cid, y este es el gran acierto del libro. Pero la novela es esto y mucho más, pues se conjugan estos hechos históricos con ficción, en la que abunda la fantasía, los hechizos, los demonios, el más allá y una serie de elementos que hacen del libro una buena obra de la literatura fantástica. Pero no es esta la historia de Rodrigo Díaz de Vivar, sino que estamos ante las correrías de Esteban de Sopetrán, un juglar, un poeta, un timador, un truhán. Un mago, en definitiva. Este personaje es el protagonista de la historia, un antihéroe, un hombre imperfecto que nos da unas de cal y otras de arena, una personalidad con aristas en su comportamiento, tanto que ni él mismo llega a comprender.

 

La novela comienza de forma espectacular, con un capítulo corto, directo, rápido y que busca sumergir al lector rápidamente en la historia, quizá de forma algo efectista también. Es un recurso al que solemos estar acostumbrados a ver en algunas películas, y no es de extrañar porque la verdad es que el libro en su conjunto es bastante cinematográfico y no cuesta nada imaginárselo en una pantalla. A partir de este preámbulo, el resto de la novela se convierte en un enorme flashback. Pero los capítulos que vienen a continuación no son menos interesantes y adictivos. Marín logra enganchar al lector con una prosa ágil, de fácil lectura y en la que da la sensación de que utiliza las palabras justas, ni una más ni una menos, para contarnos muchas cosas sin que sobre ninguna. No escatima tampoco en recursos literarios, en los que abundan las comparaciones y aparece algún polisíndeton, por ejemplo. A destacar la calidad en la descripción de las situaciones, y casi todo lo que se nos narra crea interés. La intriga está muy bien manejada, y los capítulos generalmente terminan de forma que uno tenga que tirar y tirar de la madeja.

 

El primer cuarto del libro funciona a las mil maravillas como novela medieval, con caballeros, nobles, tierras, conquistas, etc, hasta que ya aparece el primer toque fantástico. En ese momento se viene un poco abajo esa atmósfera histórica y realista creada, y da la sensación de que vale todo, hasta que con el paso de las páginas aceptamos la magia y las criaturas fantásticas, como parte esencial del libro. El retrato de la época y sus gentes está muy conseguido a lo largo de toda la obra, una época dura, competitiva, donde no faltaba el hambre, la pobreza, las enfermedades, con las reuniones en las tabernas, los juglares y sus chanzas, los caballeros, los clérigos, las tentaciones, el sexo… .

 

La amistad forjada a través de los años y reforzada en el campo de batalla, la eterna lucha entre religión, armas y magia, el honor, un valor tan importante en la época, el afán de conquista y de posesión de riquezas por encima de todo y la fuerza del destino, son algunos de los aspectos que trata este viaje por toda la Península que nos propone Marín, todo ello rodeado de magia. Aunque quizá la magia más grande sea la de la vida.

 

Autor

 

Rafael Marín (Cádiz, 1959) es licenciado en Filología inglesa y, aparte de profesor de enseñanza media y traductor, es uno de los más destacados autores de la ciencia ficción española y guionista de la Marvel.

 

Su primera aparición en el panorama de la literatura de género fue con el relato Habrá un día en que todos…, galardonado con el segundo premio en la Hispacon de 1979. Otras novelas del autor son: Nunca digas buenas noches a un extraño, Lágrimas de luz, La leyenda del navegante, El muchacho inca, Elemental, querido Chaplin, y varios de sus relatos han sido recopilados en la antologías Unicornios sin cabeza y Ozymandias.

 

Ha colaborado con la Marvel británica y actualmente es guionista de las series Iberia Inc. y Triada vértice . Ha recibido varios premios literarios entre el que destaca el Premio Ignotus en cuatro ocasiones.

 

Sinopsis

 

Cuenta la historia que Rodrigo Díaz de Vivar, Mio Cid, ganó su última batalla después de su muerte. Dicen que ataron su cadáver al caballo y que así, muerto, guió a su ejército a la victoria. Efectivamente, un domingo del mes de Julio del año de gracia de 1099, no pudiéndose recuperar de una herida en el cuello, vio la muerte Mio Cid. Sin embargo, fue gracias a las artes mágicas de las tres religiones monoteístas conjugadas que, en presencia de la viuda Ximena, de los capitanes del ejército y del obispo don Jerónimo, el cuerpo sin vida de del Campeador resucitó por un día. Un día en el que debía de nuevo defender la ciudad del enemigo almorávide. El artífice del hechizo fue, a petición de Ximena, Esteban de Sopetrán, juglar también conocido como Estebanillo o, simplemente, Truhán.

 

Edición

 

Ediciones Minotauro

Cartoné

284 páginas

 

Conclusión

 

Es un libro interesante y denso en cuanto a la infinidad de aventuras que se encuentran en sus páginas, pero ligero en dificultad, con un ritmo trepidante que hace que se lea en pocos días. Sin duda está destinado principalmente a los aficionados a la literatura fantástica y su calidad no defraudará a quienes gusten de este tipo de lecturas. Para el que prefiera la novela histórica como tal, y para el que conozca la historia del Cid, puede chocarle ver estos personajes históricos rodeados de criaturas fantásticas, hechizos y poderes varios, pero la parte real también funciona, y da la impresión de que podría haber sido enfocada también sin problemas hacia este lado. Pero hay que destacar la valentía del autor al acercarse a la figura del personaje medieval más importante de España y atreverse a crear otra visión (muy particular) de la Historia.

 

Como libro tan factible como es este de poderse llevar a la pantalla, en alguna ocasión cae en algún tópico, en cierto efectismo y en el peligro de usar el recurso fácil de la magia para resolver algunas situaciones. Pero en definitiva, el libro es una buena e interesante aventura, y sobretodo, muy bien contada.

 

 

Lo mejor: La forma tan amena de conocer la vida y época del Cid

Lo peor: Puede resultar chocante la mezcla entre una realidad histórica y unos personajes tan conocidos con la magia y la fantasía.

Nota: 72

Imagen de PedroEscudero
PedroEscudero
Desconectado
Poblador desde: 26/01/2009
Puntos: 2661

Me la estoy releyendo ahora y me parece una novela estupenda, incluso ante una relectura donde una lectura entretenida se puede convertir en un mal recuerdo. Por mi parte poco tengo que criticarla, salvo quizás el no haber aprovechado el protagonista más a estas alturas...

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