No siempre ganan los buenos

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Nacho Guirado ganó el Premio Provincia de Guadalajara de Narrativa 2005 con esta clásica novela con un crimen por resolver

 

 

Un asesinato, un cadáver aún fresco sobre la cama, un sospechoso y toda una oscura trama por detrás en la que habrá que descubrir si el principal sospechoso es el verdadero culpable o en caso contrario, quién fue el que mató a la víctima. Estamos ante una novela policíaca al más puro estilo clásico, en la que no falta ninguno de sus ingredientes: la escena del crimen, los sospechosos, los policías y muchas pistas que nos conducirán hasta el culpable y a desentrañar todo el meollo.

 

Toda la trama que se desarrolla en la novela es bastante actual, y casi podría parecer como un capítulo desarrollado, con nudo y desenlace, de uno de estos casos de crónica negra con los que nos bombardean en la televisión. Se trata de una historia bastante sórdida relacionada con la pederastia y la prostitución (una vez más las editoriales cuentan más de lo deseable en las sinopsis de las contraportadas) y contiene algunos pasajes bastante desagradables pero que desgraciadamente no podemos decir que sean ciencia ficción. Pero aunque el tema es peliagudo, el autor huye de recrearse en escenas escabrosas, no busca el estremecimiento gratuito del lector en este sentido y se centra básicamente en lo que es la resolución del caso.

 

Y empieza este como un caso bastante claro y sencillo para los investigadores, pero poco a poco va tomando más cuerpo, se va enturbiando y complicando, quizá hasta demasiado en su parte final. Hay muchas partes implicadas y queda un poco la sensación de caos y que no se sabe muy bien cuáles eran los intereses reales de cada una de ellas, por no decir que el desenlace echa un poco por tierra la credibilidad que se ha intentado mantener durante el resto del libro.

 

Pero el libro por lo general tiene intriga y mantiene bien la tensión, punto indispensable en toda novela policíaca que se precie. El autor mantiene de forma notable el ritmo y éste no decae en casi ningún momento porque como ya se ha dicho, el libro se centra casi exclusivamente en el caso y porque el estilo es muy directo. Durante la investigación se nos van dando las pistas poco a poco, como es habitual en este tipo de novelas, pero tampoco nos mantiene mucho tiempo con las intrigas, enseguida van solucionándose algunos puntos mientras salen otras nuevas incógnitas a la palestra. Esto, unido a la corta extensión del libro, le da mucho dinamismo a la obra y lo cierto es que aunque sólo sea por descubrir al asesino, se lee del tirón.

 

Nacho Guirado utiliza una prosa con pocos adornos, escasas florituras y parcas descripciones, pero por contra abundan los diálogos y eso le da una viveza especial al asunto. Tampoco nos encontramos excesivos pasajes ajenos a la trama principal, si acaso algunas páginas sobre las relaciones del protagonista con su familia. Unas relaciones familiares bastante extrañas, todo sea dicho. Con todo esto, podría extraerse que una de las ideas de la novela es cómo a veces compartimos techo, experiencias o relaciones con otros semejantes pensando que nos conocemos y realmente no dejamos de ser extraños.

 

Autor

 

Nacho Guirado nace en Oviedo en el año 1973, donde vive hasta los 28 años. En la actualidad reside en La Carrera, en el concejo de Siero, y es en Pola de Siero donde desarrolla su labor como fisioterapeuta, en una consulta especializada en tratamientos de osteopatía. Desde hace varios años dedica su tiempo libre a escribir cuentos y novelas, logrando el Premio Provincia de Guadalajara de Narrativa 2005 con la novela No siempre ganan los buenos, editada por Ediciones B, edición no venal para España, pero que se vendió en México.

 

También en 2005 consiguió el primer Premio Internacional Alfonso Grosso 2005, convocado por el Ayuntamiento de Sevilla, por el libro de relatos Retratos de familia, y el segundo premio en el concurso de novela corta Ciudad de Dueñas 2005 con la novela Antes de las doce.

 

Fue finalista en el certamen internacional de novela corta Cristóbal Zaragoza 2004, convocado por el Ayuntamiento de Villajoyosa, con la novela El beso que no di y obtuvo el segundo premio en el certamen internacional de relatos Leopoldo Alas “Clarín” (2003), de la Sociedad Cultural Recreativa “Clarín”, de Quintes (Villaviciosa), con el relato El abismo de la cama, así como el segundo premio en el certamen de relatos de Portugalete (2003), con el cuento La mano de arcilla.

 

Recientemente ha publicado Muérete en mis ojos, novela escogida con el galardón “Talento Fnac” para los meses de junio y julio de 2007.

 

Sinopsis

 

Daniel llega a su casa y se encuentra a su mujer asesinada en su cama. Acosado por la policía, que piensa que tiene todas las papeletas para ser el asesino, se da cuenta de que debe averiguar quién ha matado a su mujer o le colgarán e muerto.

 

Edición

 

Ediciones B, para el sello Zeta Bolsillo

Bolsillo

212 páginas

 

Conclusión

 

Aunque en algunos momentos se muestra inverosímil a pesar de que el tono de la novela tienda a crear una historia creíble, el libro no está mal. La clásica historia sobre la resolución de un crimen, pero con un estilo muy directo, sin apenas subtramas y muy bien documentado, porque todo el tema legal y demás se nota que está apoyado en buenos conocimientos en estos campos. Pero un libro de estos (y este no es una excepción) es de lectura rápida pero de dejar poca huella, y lo cierto es que debe ser muy complicado de escribir. Hay mucho que documentarse y hay que mantener la tensión para que el lector no deje de tirar de la madeja, pero quizás para que una vez terminado se olvide de él al poco tiempo. Es como cuando uno se pasa media hora en cocinar un plato para luego comerlo en cinco minutos y no acordarse al día siguiente de qué es lo que comió ayer.

 

 

Lo mejor: Mantiene la intriga en todo momento

Lo peor: Su resolución es poco creíble

Nota: 66

 

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mllado
Desconectado
Poblador desde: 01/11/2009
Puntos: 3

Con esta novela fue un empezar y no poder parara. La verdad les que disfrute desde la pimera pagina hasta el final.

Sin duda creo que se merece algo mas de un 66, yo en mli caso la valoro sobre los 80.

 

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