Más historias de fantasmas de un anticuario
Reseña de este compendio de cuentos de fantasmas de M.R. James. Una recopilación de siete historias que hará las delicias de los amantes de la literatura gótica y de los relatos de aparecidos.
M.R. James aprovecha su indiscutible posición de maestro dentro del género de los cuentos de aparecidos y se permite el introducirnos en su primera historia haciendo una disquisición, por boca de sus personajes, sobre las historias de fantasmas que cuentan los niños. Este agudo soliloquio, aunque después no tenga demasiada relevancia dentro de la trama, se agradece como prólogo y engancha directamente al lector porque muestra el conocimiento del autor sobre el tema. Pocas veces un escritor elige unas primeras líneas tan acertadas como atípicas para presentar su obra.
A partir de este punto, James hará precisamente lo que sugiere uno de sus personajes: recopilar historias que circulan de boca a boca. Darles forma de relato literario es el reto para este aficionado a contar historias de fantasmas durante las Navidades, un objetivo que cumple sobradamente.
El esquema narrativo es bastante similar en todas las historias, aunque sorprende su originalidad argumental. Su único punto en común, de hecho, son los fantasmas. Ellos, y ese elemento indescriptible que da ganas de disfrutar del libro metido en la cama o junto a una chimenea en una noche de tormenta.
Unos personajes magistralmente retratados a través de los diálogos, unos ambientes muy sugerentes y un ritmo sostenido in crescendo son los elementos que convierten estos relatos en joyas del género. Unas joyas que ilustran, además, las tres normas esenciales que el propio James enunciaba para conseguir el arte en el oficio de contar historias de terror: que el marco sea actual –para que la experiencia sea cercana al lector-, que los fenómenos espectrales sean malévolos –para causar miedo- y que no aparezca jerga ocultista que ahogue la emoción directa que suscita la historia.
Obviamente, la primera de las normas no se cumple ya en nuestros días, pero los relatos siguen siendo muy didácticos y, sobre todo, un placer para el lector aficionado al género.
Autor
Montague Rhodes James nació en 1862 y murió en 1936. Fue preboste del King's College, en Cambridge y más tarde en el Eton College. Notable medievalista, anticuario y experto en los textos apócrifos de la Biblia, se le considera el padre de las historias de fantasmas modernas.
Sus relatos, unos cuarenta, se publicaron en varios volúmenes: “Historias de fantasmas de un anticuario” (1904), “Más historias de fantasmas de un anticuario” (1911), “Un fantasma inconsistente, y otros” (1919), “Una advertencia a los curiosos” (1925) y “Recopilación de historias de fantasmas de M.R. James” (1931). Escribió, asimismo, una novela corta titulada “Los cinco tarros” (1922).
Sinopsis
Los fantasmas se aparecen en ocasiones a los vivos. Sus motivos varían, pero de todos estos encuentros derivan fascinantes historias.
Edición
Más historias de fantasmas de un anticuario
Editorial Valdemar, 2003
Colección “El Club Diógenes”
Edición de bolsillo
Me permito esta reseña para felicitar al equipo del Club Diógenes por obsequiarnos con unas ediciones tan bien cuidadas, con unas cubiertas formidables y un aspecto inmejorable. Enhorabuena.
Conclusión
“El erudito Montague Rhodes James (1862 – 1936), preboste del Eton College, arqueólogo de renombre y reconocida autoridad en manuscritos medievales e historia de las catedrales, siguiendo su vieja afición a contar relatos de fantasmas durante las Navidades, se ha convertido poco a poco en un cultivador de primera fila de la literatura espectral, y ha llegado a servir de modelo a una larga serie de discípulos.”
Ésta es la presentación que hace de este autor otro genio del horror: H.P. Lovecraft. Si resulta interesante leer a los clásicos, también lo es leer las fuentes que ellos mismos bebieron. Es por ello que con esta cita cierro esta reseña. No creo que sea necesaria otra recomendación para animarse a leer este libro.
Lo mejor: el ambiente creado en el que el miedo crece sutilmente.
Lo peor: algunos recursos literarios resultan chocantes y desfasados.
Nota: 82
- Inicie sesión para enviar comentarios