Rienzi

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Reseña de la obra de Wagner

Rienzi, título de la obra que nos atañe y sobrenombre del personaje histórico en el que se basa la tragedia, es un hombre que vislumbra un sueño y lucha por hacerlo realidad. Un concepto eminentemente romántico a todas luces que Wagner, con su habitual maestría, plasma en una breve obra de teatro que se desarrolla a buen ritmo frente al atento lector (o espectador).

La ambientación, de por sí, ya es interesante: la Roma de finales de la Edad Media, después de uno de sus periodos más oscuros, va abriendo su visión hacia el Renacimiento y, en medio de este momento turbulento, un hombre posa su mirada en el pasado glorioso de su pueblo. La Roma Imperial hace un llamamiento, desde el recuerdo, al orgullo de su raza.

 

Sublevado por los altos ideales del honor y la justicia, y por una visión romántica de su propio pasado histórico, Rienzi aboga por un cambio radical en las formas de vida de la actual Roma del siglo XIV. Esta decisión y su fuerza de espíritu le conducen a ser nombrado tribuno del pueblo.

 

Obviamente, este derroche de ideales y energía arrastra sus consecuencias, enfrentándole a los poderes temporales de la nobleza y, en segundo plano, haciéndole entrar en conflicto con un Vaticano que, desde luego, estaba en su mejor momento de intrigas terrenales.

 

Pasiones, amor, orgullo, discursos encendidos, idealizaciones y todos los elementos que cabría esperar de una ópera romántica se dan cita en esta poco conocida obra de Wagner. La mano hábil de este maestro, que conjuga lirismo con una ágil narración, dan como resultado una obra amena, entretenida y no exenta de interesantes reflexiones sobre el ser humano y su naturaleza.

 

Autor

 

Wilhelm Richard Wagner (Leipzig, 22 de mayo de 1813 - Venecia, 13 de febrero de 1883) fue un compositor, director de orquesta, poeta y teórico musical alemán. Se le considera el máximo exponente del romanticismo, el cuál impregna totalmente sus obras. Experimentó la fusión de la poesía con la música y la interpretación, retomando los conceptos griegos clásicos en los que estas artes estaban unidas.

 

Entre sus obras destacan “El Holandés Errante” (1843), “Tannhäuser” (1845), “Tristán e Isolda” (1859), “El anillo del nibelungo” (1854 – 1874), y “Parsifal” (1882).

 

Sinopsis

 

Un gentilhombre de Roma quiere devolver el orgullo a su pueblo y el esplendor imperial a la ciudad, encontrándose con toda clase de obstáculos en su camino.

 

Edición

 

Rienzi

Richard Wagner

Edicomunicación, 1999

Fontana

Bolsillo

 

Conclusión

 

Nuestra actual sociedad, especialmente la española, suele mirar con condescendencia o suspicacia las exaltaciones históricas y los viejos sueños de grandezas y estirpes, seguramente por nuestro propio escaldamiento histórico. Es un punto que restará interés frente a algunas miradas a esta obra.

 

No obstante, situándola en su contexto histórico (romanticismo decimonónico y recreación histórica por parte de un alemán de un conflicto ocurrido cinco siglos antes en Roma) puede resultar muy interesante. Ya, de primeras, retrata un periodo que es largamente desconocido para la mayoría.

 

Luego, más allá de estas consideraciones puramente centradas en el contenido, siempre queda el lirismo del autor y su magnífico hacer teatral, que dota de un dinamismo y una agilidad a sus obras encomiable. Desde mi punto de vista, no hay mal mayor para el teatro, ni más frecuente, que la falta de ritmo.

 

 

Nota: 68

Lo mejor: La agilidad de la trama

Lo peor: Por exigencias interpretativas, la conspiración se resuelve de un modo algo simplista

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