Un mundo vacío

Imagen de Patapalo

Reseña de la novela de John Christopher publicada por Alfaguara

 

Un mundo vacío es, probablemente, la obra que más me ha marcado de cuantas he leído. Solo por ello creo que es de justicia dedicarle una reseña, aunque sea plenamente consciente de que los motivos por los que me marcó en gran medida están ligados tanto a sus cualidades como al momento y las circunstancias en las que la leí.

A priori, se trata de una novela juvenil de ciencia ficción, pero según los criterios de clasificación de la época en la que fue publicada. Es muy posible que pesara tanto en esta decisión el epíteto “ciencia ficción” como el que estuviera protagonizada por un adolescente. Lo que está claro es que no es una historia ligera, aunque sí entretenida, ni banal, y sí una historia que se puede disfrutar tanto de adulto como de joven.

La trama nos lleva a una Inglaterra “contemporánea” (han pasado sus buenas décadas desde que fue escrita) que observa cómo una extraña plaga cuyo origen está en Calcuta se extiende por todo el mundo. La enfermedad es original dentro del género pero, por desgracia, tiene su inspiración en una muy real: los afectados, tras unos días de fiebre, envejecen a una velocidad escalofriante, hasta el punto de morir en pocos días. La expansión de la plaga, que las autoridades no consiguen frenar, hace que el mundo quede desierto de seres humanos.

John Christopher maneja la expansión y las consecuencias (sociales, políticas, morales, etc.) de este fenómeno con mucha habilidad. Todo resulta verosímil e inquietante. Al centrarse la trama en el protagonista, un adolescente huérfano que vive con sus abuelos en un pequeño pueblo inglés, el suspense aumenta hasta cotas insospechadas, sobre todo cuando vemos que el muchacho queda confrontado a ese mundo vacío del título.

Al mismo tiempo, la prosa es sencilla y directa, sobria. No necesita apelar a los sentimientos del lector para que este se implique emocional y racionalmente en la historia. De esta manera, la lectura resulta sencilla y entretenida, ágil, pero no ligera en el sentido de vacua.

Un mundo vacío es de las pocas novelas que he releído. A pesar de lo de moda que se han puesto en nuestros días las historias apocalípticas y de plagas, no he encontrado ninguna que me haya generado los mismos sentimientos y emociones, ni siquiera otros equiparables. Estoy convencido de que, en gran parte, se debe a la importancia que tiene para mí este libro, pero solo por la otra parte, la que nada tiene que ver con mis nostalgias, merece la pena recomendar su lectura.

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