El baile de los secretos

Reseña de la novela de Jesús Cañadas publicada por Grupo Ajec

En general El baile de los secretos sorprende por su originalidad y su intimismo. Aunque hay ya historias que transcurren alrededor de un juego de rol, el planteamiento de la trama, el oscurantismo del trasfondo, la premisa del amor como plaga, son nuevos, o al menos a mí me lo parecieron.

El autor usa un lenguaje muy poético que en ocasiones se paladea más que se lee y debo admitir que me dio sana envidia su uso de esos recursos narrativos.

A pesar de que el arranque es un poco costoso, luego la trama fluye como el agua y entretiene y genera interés, que es lo más importante.

Se nota, o al menos a mí me lo ha parecido, que Jesús Cañadas ha puesto muchos de sus demonios en la novela, disfrazados de ideas o símiles, pero que al ser recurrentes, al incidir tanto en ellos se hacen muy presentes y muy importantes. El desamor, por ejemplo, la autoculpa y el autoengaño (Ojo, es mi visión del libro, que no tiene por qué ser lo que el autor pretendía transmitir), en las figuras de Carla y Guille, verdaderos protagonistas de la historia.

En definitiva todo lo que sucede en Mandressla, la plaga, las muertes, el robo de corazones para crear una quimera, se traduce en una imagen distorsionada, retorcida y siniestra del desamor. Sentimiento estrella de toda la historia.

Y parece ser un desamor muy particular. No cualquier desamor puede generar ese sentimiento tan pasional que exuda la trama por todos sus poros. Solo el primero, el idealizado e inexperto, tiene tanta fuerza.

Esa fue mi impresión al llegar al final. Como digo, no tiene por qué coincidir con lo que el autor pretendía transmitir al lector, pero todos hemos tenido (o deberíamos tener) una experiencia de amor irresponsable. Sin límites. Idealizado. Un amor engañoso que nos enseña a amar de verdad a alguien sin creer que tenga que ser para siempre. Esa es, en mi opinión, la idea principal de la trama que guía y condiciona a todo lo demás.

Como puntos flacos o mejorables, y también dentro de mi visión personal de la literatura o de como encarar una historia, está el vago inicio. Es cierto que las cosas saben mejor si se van explicando a los pocos, pero al principio son demasiadas cosas sin explicación, demasiados nombres y situaciones que pierden por completo al lector. Eso se arrastra durante toda la trama, pero se hace mucho más marcado al principio.

La explicación final tampoco era necesaria, aunque está bien. Una vez el lector traga con el mundo fantástico que Jesús plantea ya no le importa si no es coherente con la realidad cotidiana. Aunque, como digo, tampoco es que esté mal. Solo lo apunto.

Por lo demás, me ha gustado mucho. Es fantasía, sí, pero también es fosco y tiene toques de terror. Sin duda es una novela que merece ser leída.

Miguel Puente