El necrófago galante y otros poemas de amor

Reseña del poemario de Alfredo Álamo publicado por 23 Escalones

Lo que, sin duda, más me fascina de la obra de Alfredo Álamo es su capacidad para crear escenarios. Apoyándose en muchos casos en elementos del imaginario popular, en tópicos del género, en la idiosincrasia de los monstruos o en tantos otros recursos que en otras manos resultan polvorientos, este escritor consigue transportarme, hacerme soñar, conducirme a veredas terribles pero no exentas de encanto.

En El necrófago galante y otros poemas de amor nos encontramos un destilado de esta capacidad de Álamo para hacer soñar. Despojados de las exigencias de la narrativa en prosa, sus versos juegan a crear fabulosos cuadros, sangrientos, en ocasiones hermosos, siempre perturbadores, que quedan grabados en la mente del lector. Vuelan libres como murciélagos, dando sentido a esa quimera tan difícil de atrapar que es la poesía de género fantástico (terrorífico, para más inri).

Las poesías recogidas aquí tienen como hilo conductor esa pasión por el género de terror. Pueden tender a la poesía amatoria o al guiño humorístico, o sorprendernos con un auténtico latigazo de terror. Hay espacio para los escalofríos, para las sonrisas cómplices y para sentirse espeluznado.

En el aspecto formal, cabe señalar que prima el verso libre. En ese sentido, no resulta un poemario difícil para los lectores no habituados a este tipo de lecturas. La musicalidad de los versos aparece sola, sin necesidad de buscarla. Se leen con facilidad y manejan el ritmo para que el lector entre en el juego y disfrute con la sorpresa de cada poema.

Con estos elementos, El necrófago galante y otros poemas de amor es una alternativa muy interesante para los que disfruten adentrándose en los imaginarios del horror. Un magnífico libro en una edición muy agradable y conseguida a la que solo se le pueden reprochar un par de erratas (un par, realmente). Os dejo un fragmento para que os hagáis una idea de qué se puede encontrar en el abanico (de horrores) que encierra:

Tengo hambre de tu herrumbre

de tus palabras huecas

del resorte desafinado que te mueve

de tus distancias

de todo lo que te hace autómata

hermosa y predecible.