El príncipe que cruzó allende los mares

Imagen de Patapalo

Reseña del cuento de Roberto Malo y Fco Javier Mateos ilustrado por David Guirao

 

Ediciones Nalvay nos presenta en una muy acertada edición de tamaño convencional pero con ilustraciones a todo color y papel de gran calidad El príncipe que cruzó allende los mares, un cuento escrito por Roberto Malo y Fco. Javier Mateos que ha sido ilustrado a conciencia por David Guirao.

La historia retoma las raíces de los cuentos de hadas tradicionales —con su princesa encantada, su malvado brujo, sus tríos de desafíos y puestas en jaque— para darles una vuelta de tuerca llena de humor y con un montón de guiños de los que los niños —y los adultos, por supuesto— se hacen cómplices de inmediato, lo que da aún más riqueza a la narración. Sin perder el sabor de las fábulas tradicionales ni los valores positivos de estas, entre los que se cuenta, por supuesto, el entretenimiento, en El príncipe que cruzó allende los mares esta primera carcasa se ve desprovista del lastre para que fluya con mayor agilidad y capacidad de sorprender. Aunque en líneas generales sabes hacia dónde vas, el próximo requiebro no es seguro en ningún momento.

La narración responde al esquema del viaje del aventurero, una epopeya en la que este tiene que crecer y formarse a sí mismo para conseguir superar el desafío planteado por la encarnación del Mal, así con mayúsculas, porque esta es una historia de malos muy malos y buenos muy buenos. Las reminiscencias de otras odiseas clásicas está presente tanto en esta estructura como en las apariciones de deidades y criaturas fabulosas.

La particular mezcla de antiguo y contemporáneo, de mitología clásica, grecorromana incluso, y folclore medieval está muy bien captada por David Guirao, el ilustrador, que ha diseñado unos personajes llenos de fuerza y unos escenarios envolventes en los que confluyen todas estas influencias, algo que resulta fascinante y que conecta particularmente bien con una generación muy acostumbrada a lo audiovisual.

Estas bazas, junto al carácter oral del propio texto escrito por Malo y Mateos —que ha sido interpretado por el grupo Galeón en numerosas ocasiones y cuya fuerza se percibe en cuanto comienzas a leérselo a tus niños—, hacen de El príncipe que cruzó allende los mares una muy interesante obra infantil, tanto para aquellos lectores que están aprendiendo a encararse con la literatura en solitario como para aquellos que todavía se ponen en el regazo de un adulto para disfrutar de ella.

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