El egiptólogo

Imagen de Patapalo

Reseña de la novela de Christian Jacq publicada por Plaza y Janés

El desencanto que me llevé con esta novela es seguramente debido a una cuestión de expectativas. Sabedor de los amplios conocimientos de Christian Jacq en materia de egiptología, supuse que sería el narrador ideal para una novela así —o para lo que yo creía que iba a ser una novela así—. Sin embargo, esta importante baza se termina convirtiendo en esa famosa arma de doble filo que perjudica más que apoya.

El egiptólogo se plantea como la aventura de un erudito europeo que puede emprender por fin una expedición a Egipto para estudiar, in situ, la cultura de los faraones. Durante sus primeros compases asistimos a la configuración de un grupo de trabajo y vemos cómo se apuntan una serie de tramas que hacen pensar en intrigas, tal vez alguna traición, y los dificultades propias de una excavación en el exigente clima del país africano.

No obstante, poco a poco, la novela va alejándose de estos planteamientos para convertirse en una oda a la cultura egipcia. El protagonista, que manifiestamente comparte la fascinación del autor por el Antiguo Egipto, entra en un curioso éxtasis intelectual que resulta casi esotérico. Está claro que todo lector que aborda un libro titulado El egiptólogo tiene, por lo menos, interés por el tema, pero tuve la impresión de que en la novela se llegaba a descarrilar en este sentido.

Hay que decir que no tengo nada que reprochar a la prosa del autor ni a cómo plasma los escenarios, y, obviamente, es muy subjetivo decir que una trama termina yendo por donde no debería. De este modo, casi más que una reseña, este es un aviso a navegantes: si como lector buscas el ambiente misterioso de una tumba recién abierta después de miles de años, la sombra —aunque sea racional— de las momias y sus misteriosas advertencias, la competitividad, que ha llegado a ser deshonesta, entre arqueólogos, una novela, en definitiva, que mezcle aventuras y una visión de cómo se estudia el mundo antiguo, es muy probable que El egiptólogo no te satisfaga. Si, por el contrario, buscas la exaltación de la cultura egipcia desde un punto de vista casi filosófico, adelante con él.

En mi caso, me quedo con el Christian Jacq erudito para los libros divulgativos, cuya lectura también disfruto, aunque de un modo distinto a las novelas. Estoy convencido de que es un gran divulgador y no puedo decir que saliera escaldado de esta lectura, aunque sí algo desorientado.

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