OZ entrevista a Javi Araguz

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Hoy tenemos con nosotros al autor de “El mundo de Komori: La tierra de Alidra”, un joven barcelonés nacido en el '82 que debuta en el mundo literario con una novela de fantasía, un sueño que muchos hemos tenido y que él ha hecho realidad. Entrevista originalmente publicada el 29 de noviembre del 2007

El mundo de Komori es la primera novela de Javi Araguz, un nuevo y joven valor que debuta en el panorama de la narrativa fantástica con soltura y una gran pasión: contar historias. Su trabajo y formación en varias disciplinas artísticas, como la ilustración, el diseño gráfico y la cinematografía, le han dotado de un estilo narrativo propio. Un estilo muy próximo al gusto de esa generación que creció, como él, con el anime japonés, los cómics y los videojuegos.

 

Los recursos audiovisuales, la descripción y los diálogos predominan en su estilo con la intención de conformar un mundo imaginativo y dinámico en la mente del lector. Comenzó a escribir Komori con tan sólo dieciocho años, y tras varios más de minucioso trabajo y mucha formación lectora, confiesa que Komori es la historia que él siempre hubiera querido leer. “La tierra deAlidra” es el primer libro de una prometedora trilogía.

 

El mundo de Komori: La tierra de Alidra”, la novela que ahora presentas es, como sugiere el título, más que un libro: se trata de un mundo entero. De hecho, cuenta con su propia lengua y su propia cosmogonía. Después de tantas y tan exitosas sagas de fantasía con sus propios mundos, ¿cómo se afronta el crear “enciclopédicamente” un universo propio? ¿Es necesario el mapa y el glosario en todo libro fantástico?

 

No creo que sea un requisito imprescindible incluir un mapa y un glosario en todo mundo fantástico, de hecho, a menudo no tiene mucho sentido. En el caso de “El mundo de Komori”, mi intención era crear una cosmología propia, empezar un mundo desde cero. Me refiero a que no quería dar cuatro datos básicos y decir que el Mundo de Zoa era similar al nuestro pero con la excepción de que viven otro tipo de seres, tampoco quería ambientarlo en una tierra medieval, o prehistórica o futurista. Mi intención era crear un mundo totalmente diferente y sobretodo racional, que no tuviera un antecedente claro. De hecho, en más de una ocasión existe algún que otro anacronismo premeditado, yo lo veo más como un mundo paralelo.

 

Creo que para definir un mundo, es muy importante presentar no sólo a sus habitantes sino también su idioma, sus cultos, sus actitudes respecto a ciertos problemas. El libro está planteado como un juego en el que el lector debe participar. Quería que “El mundo de Komori” pudiera llevarse más allá del libro: aprender a escribir tu nombre en su lengua, localizar su ciudad en un mapa o incluso intentar comer lo mismo que sus personajes. Todo forma parte de ese afán por crear una cosmología propia y darle credibilidad a un mundo que, por ser fantástico, no existe por definición.

 

El mundo de Komori” se articula, siguiendo los cánones clásicos, en forma de trilogía. ¿Salió así naturalmente o fue el modelo más interesante a tu parecer?

 

Creo que toda historia suele tener un planteamiento, un nudo y un desenlace. “La tierra de Alidra” es el planteamiento, presenta a los personajes y el mundo en el que viven, crea una atmósfera. En la segunda parte, Komori habrá crecido y su historia se habrá complicado. Pasará de ser una niña precoz dispuesta a comerse el mundo a una adolescente llena de dilemas, preguntas y decisiones difíciles de tomar. El segundo volumen será más juvenil, surgirán complejas historias de amor y odio y, por supuesto, las aventuras crecerán en dificultad. Además, se desvelarán importantes secretos que darán pie a una tercera parte más adulta, de la que es demasiado pronto para hablar sin desvelar nada.

 

Por el contrario, las criaturas que podremos encontrar en el libro se alejan de los tópicos, bebiendo de nuevas fuentes. Cuéntanos un poco cómo las ideaste.

 

Siempre he creído que la fantasía se caracteriza por no tener límites, últimamente se abusa demasiado de las mitologías celtas, del folklore medieval etc. Creo que utilizando ese tipo de personajes recurrentes me habría sentido menos libre. Todo personaje parte de un arquetipo, pero en vez de usar un prototipo mitológico del que se ha escrito durante largo tiempo, preferí crear algunos nuevos. Es cierto que incluí vampiros, pero en el mismo libro se habla de ellos como los Señores de la Noche, que más tarde fueron llamados vampiros por sus similitudes con dicho animal. De la misma manera, existen los “mosquitos”, otro tipo de vampiros. Además, están las quimeras (animales de aspecto e inteligencia humana), como los hombres-gato, y, por supuesto, los Aidunes, una comunidad de nómadas que viajan sobre grandes saurios creada a partir de los deshechos de otras especies.

 

A lo que me refiero es que aquí no encontraremos elfos, gnomos o trolls, y si los encontramos… no se corresponderán con lo que esperamos de ellos. He intentado racionalizarlo todo un poco. La fantasía, no por ser fantasía debe ser tomada a la ligera. Un mundo fantástico también tiene que ser coherente, tener una historia previa que ha dado lugar a que ese mundo sea como es. En realidad, es “fantástico” desde nuestro punto de vista como espectador, pero si fuéramos un personaje de ese mundo los seres fantásticos seríamos nosotros. En definitiva, lo que he intentado es que fuera un mundo lleno de fantasía e imaginación, pero creíble, que nada suceda por que sí.

 

Por otro lado, creo que si el libro está influenciado por algo, es por la cultura asiática. Soy un fanático de lo oriental y las leyendas chinas y japonesas siempre me han llamado mucho la atención. Creo que “El mundo de Komori” es bastante oriental en muchos aspectos.

 

Siempre se habla de la dificultad de abrirse paso en el mundo literario como escritor de fantasía. ¿Crees que si ésta se orienta al público infantil/juvenil tiene más posibilidades?

 

La verdad es que nunca me he planteado el hecho de orientar una historia a un público determinado. No creo en las etiquetas, siempre he pensado que la edad es un estado mental y yo soy el primero en disfrutar con libros claramente infantiles o demasiado adultos. Quizá sí sea cierto que en este momento la literatura fantástica orientada al público infantil y juvenil goza de buena salud, pero en realidad no deja de ser algo anecdótico. No creo que haya un camino más fácil que otro para introducirse en el mundo literario, en mi opinión, el que escribe debe volcar en el papel lo que siente necesidad de explicar, no puede ceñirse a unos parámetros determinados ni tomar atajos. Escribir es algo que sale de dentro y después encuentra su sitio.

 

La literatura infantil y juvenil es, a mi parecer, una de las que más responsabilidades acarrea, pues moldea al lector, le abre las puertas de este fabuloso mundo. ¿Cuáles crees que son las cualidades que toda novela destinada a un público joven debe cumplir?

 

Para empezar, creo que el público juvenil quiere una lectura amena, divertida y sobre todo entretenida. Tiene que comprender que la lectura es un acto liberador y que la fantasía te abstrae de un mundo en el que las cosas no son siempre como uno desearía que fueran. Con esa edad estás deseando vivir nuevas experiencias, aprender de todo lo que te rodea, no tiene sentido leer las memorias de un anciano que ya lo sabe todo. El lector joven necesita sentirse identificado con los personajes, pensar que todo lo que les sucede podría pasarle a él. Me refiero a que tiene que comprender los dilemas a los que se ve sometido el protagonista y, de algún modo, poderlos comparar con su vida real. Al margen de entretener y sentirse identificado, una lectura debe invitar siempre a la reflexión, sentir que cuando cierras el libro has aprendido algo.

 

Un poco en esta línea, me gustaría preguntarte por otro de los aspectos necesarios para crear hábitos lectores en los jóvenes. Los libros obligatorios en los colegios, ¿crees que responden a este deseo de fomentar la lectura? ¿Podrían enfocarse los programas de lectura en alguna dirección más efectiva?

 

Es un tema del que creo que tendría que hablarse más a menudo. Aún recuerdo cuando en la escuela me hicieron leer “La dama de las camelias”, que al margen de la opinión que me puede merecer ahora, me pareció un palo terrible. También es cierto que algunos de los libros más interesantes que he leído en mi vida surgieron de esos programas de formación lectora, como “Mecanoscrito del segundo origen” de Manuel de Pedrolo, a mi parecer uno de los mejores libros juveniles que se han escrito nunca. Mi opinión no tiene nada que ver con la historia, ni con los personajes, sino simplemente porque trata al lector con respeto, habla de temas como el sexo, la muerte y el sacrificio con sencillez y naturalidad. Creo que el profesorado debería tener en cuenta la edad mental de sus alumnos. Si quieren crear un hábito lector, tienen que darles textos que les resulten interesantes o entretenidos. De nada sirve “obligarles” a leer el mejor libro del mundo, si el lector no está motivado.

 

Y por complementar un poco la anterior pregunta: ¿qué autores o novelas recomendarías a nuestros lectores?

 

La verdad es que soy un lector algo atípico, combino la lectura de varios libros a la vez, tanto técnicos como novelas y cómics. Me gusta la narrativa, pero también soy de esa clase de gente que un día puede tener un libro sobre técnica cinematográfica en las manos y al otro leer “Superlópez”. Como leo un poquito de todo, mi lista de autores favoritos puede hacerse un tanto extraña. Me encanta Chuck Palahniuk, el autor de “El club de la lucha” y “Asfixia”, por su irreverencia y la forma de retratar a unos personajes que han tocado fondo, también me lo paso bomba con Terry Prattchet, tiene un humor muy especial, a veces inteligente y a veces algo absurdo, pero siempre genial. Por otro lado, me encanta “La princesa prometida” de William Goldman y “Luces del norte” de Phillip Pulman. También recomiendo a los clásicos, Tolkien, Julio Verne, Poe etc. Aunque en realidad no tengo un autor favorito en concreto, en todo caso libros que leería una y otra vez. En cuanto a cómic, en esto momento estoy convencido de que “20th Century Boys” es actualmente el mejor manga editado en España y hace poco he terminado “Blankets” de Craig Thompson, una novela gráfica que me ha dejado con la boca abierta.

 

Otro punto en el que querrán consejo nuestros pobladores es sobre cómo abordar el mundo editorial. Autor novel y joven, has conseguido publicar tu primera novela, que es, asimismo, la primera que escribes. ¿Cuál es el secreto?

 

El secreto es la constancia y mucha paciencia. El que escribe debe hacerlo porque lo siente como necesidad, porque necesita expresarse. No tiene que importarle si se va a publicar o no, no tiene relevancia el si lo van a leer 3 personas o varios millones. La cuestión es que uno debe escribir primero para sí mismo, para conocerse mejor, para aprender a expresar esas ideas locas que todos tenemos en algún momento. En mi caso, todo empezó como un regalo para mi novia. Ella es una gran lectora de narrativa fantástica, siempre trato de sorprenderla, pero cada vez se me hace más difícil. Un día se me ocurrió escribirle un pequeño cuento, pero cuando llevaba apenas 25 páginas la historia me absorbió por completo y empezó a desarrollarse por sí sola. Cinco años después tenía 450 páginas, un libro. No hace falta decir que finalmente se sorprendió, ¡y mucho! Tras leerlo me dijo: “Es lo más imaginativo que he leído desde ‘La historia interminable’”, por supuesto, ese comentario no provenía de la persona más objetiva del mundo, pero me dio el empujoncito definitivo para tratar de publicarlo. De eso ya han pasado siete años y muchas cosas han sucedido en el mundo de Komori.

 

Todo sea dicho, eres un escritor con un currículum bastante atípico. ¿De qué modo crees que ha influido esto en tu novela?

 

Todo influye, hasta el pie que calzas. Cuando escribes, inconscientemente aportas algo de ti o de tu vida a los personajes. En mi caso, el hecho de escribir guiones, ilustrar, diseñar y moverme en el mundillo del cine, me ha dado un sentido muy visual. De hecho, soy una persona que piensa en imágenes. Cuando escribo imagino la luz, el sonido, la música… los personajes cobran vida en mi cabeza y yo me limito a describir lo que hacen. Dibujar o dirigir cine también implica narrar, son medios diferentes con recursos diferentes. Tener una base ajena a la propia literatura te ayuda a verla de otra forma, a experimentar con ella. Nunca he tratado de imitar a nadie, quiero encontrar mi propio estilo y creo que, precisamente por ese “currículum atípico” al que haces referencia, mi estilo es más visual. Estoy influenciado por todas esas cosas que me gustan: el cine, la animación, el cómic, los videojuegos, vivimos en una era muy visual, todo nos entra por los ojos.

 

Se suele decir que otros medios artísticos, como el cómic, o el cine, permiten tocar registros que quedan vetados a la literatura. Cuando se es tan versátil, ¿por qué optar por narrar la historia en formato libro en vez de apostar por otro con, quizás, más opciones?

 

En realidad, no creo que un medio artístico tenga más opciones que otro, simplemente son medios de expresión diferentes con recursos diferentes. Cada uno tiene sus normas. En el caso de Komori, creí apropiado empezar con una novela. Un libro te da la oportunidad de desarrollar una cosmología bastante precisa, te permite incidir en cosas que por ejemplo en una película entorpecería la narración audiovisual. Por otro lado, el cine te da la capacidad de mostrar al espectador exactamente lo que quieres que vea. Para mí es un arte completo, une todos mis intereses: tienes que controlar la imagen, el sonido, el ritmo…

 

También es cierto que para escribir sólo necesitas dos cosas: papel y lápiz (o un ordenador). En cambio, llevar a cabo una película implica escribir primero un guión, después convencer a alguien para que invierta mucho dinero y más tarde rezar para que funcione. Cuando escribes, el resultado final sólo depende de ti, no necesitas grandes medios ni recuperar lo invertido. A las malas, siempre puedes hacer fotocopias y regalarlo.

 

Las tecnologías de la comunicación están muy presentes en tu carrera, y hay una que nos interesa especialmente en OcioZero: Internet. ¿Qué ha traído esta herramienta al mundo literario, a tu parecer?

 

La web 2.0, ese lugar idílico donde la gente se comunica entre sí utilizando la red como medio, ha aportado muchísimo más a la literatura de lo que la se cree. No sólo está cambiando las formas y generando nuevos estilos (de hecho, las bitácoras se están convirtiendo en un género en sí mismo) sino que además la gente ha llevado el clásico boca-oreja hasta límites insospechados. Antes podías recomendar un libro a tu vecina o hablar de la obra de Tolkien con un amigo que compartía tus mismos intereses, pero ahora puedes entrar en páginas como OcioJoven.com y hablar del libro que quieras con gente que no tienes por qué conocer previamente. Creo que la red ha abierto nuevas puertas al sector editorial y no me refiero sólo al aspecto promocional, sino también al cultural. “El mundo de Komori” está muy presente en la red, hemos desarrollado una web, un blog e incluso un book-trailer.

 

Y ya, para cerrar la entrevista, ¿nos podrías decir cuál es tu meta como autor y tus próximos proyectos?

 

Siempre he dicho que no quiero ser sólo escritor. Mi intención es contar historias, utilizando todo tipo de medios y recursos. He tenido la suerte de debutar con la literatura pero mi intención es dirigir cine, un medio que me parece un arte completo e interesantísimo. A lo que me refiero es que, aunque seguiré escribiendo novelas siempre, espero también hacer películas, dibujar cómics o, ¿por qué no?, algún día componer música. La cuestión es que quiero contar historias utilizando todos los medios disponibles.

 

Respecto a proyectos futuros, en este momento estoy escribiendo la segunda parte de “El mundo de Komori” y luego seguiré con la tercera, pero tengo en el cajón dos historias completamente diferentes en cola. También son fantásticas, aunque tocan temas más adultos y se acercan más a los mundos de Burton y Miyazaki que a la épica de Tolkien. Paralelamente a ello, estoy colaborando en una producción cinematográfica y luchando por conseguir ese sueño que es llevar “El mundo de Komori” a la gran pantalla, culminando así la historia con una adaptación audiovisual que no sólo adapte la obra sino que también la complemente.

 

 

Pues muchas gracias, Javi, por brindarnos esta entrevista y muy buena suerte con todos estos proyectos, que podréis seguir a través de la web www.elmundodekomori.com y del blog del autor: http://www.elmundodekomori.com/blog/

 

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