A contrarreloj II

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Reseña de la antología conmemorativa del II Premio Nacional de Microrrelatos organizado por Editorial Hipálage

Dentro del espinoso campo de las antologías de muchos autores, reconozco que disfruto mucho leyendo las de A contrarreloj que publica la editorial Hipálage. Hay varios motivos -a parte de la vanidad de participar en sus páginas-, entre los que se cuentan primordialmente la calidad y esa sensación de ir a la caza del tesoro por un paisaje que ya de por sí es entretenido.

 

Es muy posible que al saber que, la antología recoge más de trescientas obras, salte la señal de alarma. ¿Realmente hay tantos microrrelatos meritorios que se presenten a un único concurso? La respuesta es que sí, y en realidad tampoco es tan sorprendente viendo la cantidad de obras enviadas, que duplica largamente las seleccionadas, y la situación actual de la literatura -o, al menos, de la escritura-.

 

Somos muchos los que escribimos, y de entre esa muchedumbre hay muchos autores válidos. Sólo de mi experiencia trabajando en páginas web he tenido contacto directo o indirecto con cifras semejantes, así que, en el fondo, no es de extrañar las cuotas de participación y de éxito -sobre todo teniendo en cuenta que el sistema de envío es por correo electrónico, una magnífica iniciativa para evitar que se malgaste papel-. Quizás, de hecho, lo sorprendente es que se tengan que descartar más de la mitad de las obras.

 

Al mismo tiempo, creo que es interesante el enfoque de la antología, ese deseo de mostrar la pluralidad de voces que rondamos las letras a día de hoy, y que en cierto modo también muestra una voluntad de cazar talentos -creo que algún autor que aparece en la antología ha terminado publicando en solitario con la editorial-. En este sentido, no deja de ser llamativo e interesante que Hipálage haya decidido lanzar un concurso paralelo en el que se obliga a que las temáticas sean positivas, pues -hay que reconocerlo tras leer las dos primeras recopilaciones- parece que nos domina los pensamientos algún cuervo funesto, y es interesante plantear retos a los autores.

 

Efectivamente, las temáticas suelen tender a lo oscuro y lo macabro, a lo triste que coge directamente de las entrañas. Los escenarios cambian mucho, y tal vez se echen de menos algunos experimentos formales, pues, a pesar de jugar con microrrelatos, son pocos los autores que rompen el esquema clásico en sus narraciones.

 

Otro motivo que me impulsa a leer esta serie de antologías -a parte de su formato, que lo hace ideal para ir picando algunas historias entre tareas- es su síndrome de caja de sorpresas en dos vertientes: la primera, ésa sensación de haber descubierto un tesoro o un autor interesante que ocurre de vez en cuando, y la segunda -que a veces va unida-, el placer de encontrarse a compañeros de armas como Darthz, Nachob, op141 entre otros, encuentros que llenan de satisfacción al verles brillar con luz propia dentro del conjunto del libro.

 

Con estos elementos, A contrarreloj, especialmente esta segunda entrega, en la que la calidad ha aumentado, es una lectura entre horas muy entretenida que tiene momentos muy agradables de sorpresa gracias al ingenio de los autores. Es, también, una buena muestra de la popularidad que está alcanzando el microrrelato entre autores y lectores.

 

Edición

 

A contrarreloj II

Varios autores

Editorial Hipálage, 2008

Rústica

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Jecholls
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A mí también me supuso una agradable sorpresa el conjunto, y en parte una vanidosa suerte el encontrarme entre las páginas al lado de otros compañeros de batalla. Me gustó tanto la experiencia que pensé participar en el mismo certamen organizado para este año, pero me supuse pesado y no quise abarrotar demasiado el escenario, no porque me fueran a conceder otra mención y, por ende, publicación, sino porque creo que con una ya bastaba y estaba orgulloso de las letras que puse en el intento. Hipálague es una editorial de minorías pero que busca lo popular, en las raices de la literatura que crece en estos nuevos mares tempestuosos de lo editorial y lo literario, la editorial sevillana se ganó mi aplauso después de la deferencia mostrada por el mismo creador de la misma, que trató con humildad además de con tiempo y ganas su empresa, lo cual otras, más alejadas del suelo, ni se dignan en lograr. Akhul ha retratado bastante bien el panorama del libro: quien esté pensando participar en siguientes certamenes o comprar y leer estos mismos ganadores, que no lo haga más: es una buena ventura para quien busque caprichos varios, de ocasión, las letras del pueblo por y para el mundo.

www.obliviamare.es

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