Mobymelville

Imagen de Patapalo

Reseña de la novela de Daniel Pérez Navarro publicada por Grupo AJEC en su colección Albemuth

Mobymelville es una de las obras más originales y difíciles de reseñar que he leído últimamente. Es fantasía, bien aposentada sobre la ciencia ficción, que no tiene problemas en romper moldes y abrir nuevos caminos. Desde su obertura, llena de una melancólica poesía que sobrecoge al lector, ya sabes que no estás frente a un libro más.

 

En cierto sentido, es una novela, aunque no se ajuste estrictamente a su esquema canónico. Quizás lo es en la medida en que es también el reflejo distorsionado, o la sombra caprichosa, del gran clásico Moby Dick, de Herman Melville. En sus páginas encontramos esa caza obsesiva del monstruo -la ballena blanca transfigurada en todos los males del universo-, la tripulación bregando con la existencia para ir siempre más allá bajo la guía de un personaje en las sombras y muchas otras referencias similares.

 

Pero tampoco es realmente una novela, ni únicamente un homenaje a este clásico de la literatura de aventuras. Es también una serie de relatos interconectados, una panorámica de un escenario complejo y amplio que estremece al lector y le fascina a partes iguales. En cierto modo, da la impresión de que con un planteamiento tradicional de presentación, nudo y desenlace no hubiera habido cabida a todo lo que se quería contar, y a todo lo que se apunta sin llegar a ser plasmado en palabras.

 

De este modo, se exige al lector una implicación distinta a lo que encontramos habitualmente en las novelas, un esfuerzo adicional que se brinda sin problemas al ser seducido por la lírica de los pasajes y la imaginación desbordante del autor. Quizás en algún momento esta presentación dislocada de los hechos pese en la lectura, aunque, a mi parecer, es algo que queda compensado largamente por los cuadros mostrados.

 

En este curioso híbrido entre relatos interconectados e historia fragmentaria, encontramos múltiples referencias literarias, históricas y culturales en general -se nota la pasión por la música del autor-, y también reinvenciones de situaciones del género, que añaden nuevos registros a la propia historia aumentando su complejidad. Al mismo tiempo, esta condensación de sustancia (que resulta chocante a día de hoy con la tendencia que hay a contar poco en mucho espacio) no llega a saturar gracias a la división en breves capítulos de la trama.

 

Esta misma división termina por resultar una especie de juego metaliterario que implica todavía más al lector cuando percibe que ni siquiera las pausas son accesorias (como en las partituras) y que la cadencia está presente de un modo cuasi numérico entrelíneas. Una apuesta arriesgada que pone de manifiesto hasta qué punto Daniel Pérez Navarro tiene voz propia como artista.

 

El resultado es una obra intensa, llena de matices y que se saborea con gusto poco a poco. No se trata de una narración al uso, sin duda, lo cual supone, a mi parecer, su mayor valor y, al mismo tiempo, su mayor argumento en contra para determinados lectores.

 

Autor

 

Daniel Pérez Navarro (Córdoba, 1968) es una de las explosiones creativas más agradables de los últimos años en la literatura fantástica. Este médico cordobés, residente en Tarragona ha ganado en muy poco tiempo los premios Avalón, Cepsa-La Razón, Círculo de Escritores Errantes y Diario de León, ha sido finalista del Alberto Magno (con "Los príncipes de madera"), La Felguera, El Melocotón Mecánico, Monstruos de la Razón, José Saramago y Cosecha Eñe, ha hecho sus pinitos con los premios de poesía, ha publicado en las antologías Pequeños grandes relatos y Jodido lunes; es asiduo de Ediciones Efímeras, NGC 3660 y revistas como Filomúsica y Adamar.

 

Mobymelville supone su debut en solitario, y ya tiene pendiente una nueva novela: El libro del hombre oso, también próximamente en AJEC

 

Sinopsis

 

A la caza de Mobymelville, la tripulación de un navío interestelar maldito va recorriendo el orbe y enfrentándose a sus secretos.

 

Edición

 

Mobymelville

Daniel Pérez Navarro

Grupo AJEC, 2009

Rústica con solapas

 

Conclusión

 

En un panorama en el que las lamentaciones de encontrarse siempre lo mismo están a la orden del día, una obra como Mobymelville merece un aplauso. No convencerá a todos los lectores, pero a quienes les llegue les fascinará.

 

Resulta particularmente impresionante la capacidad del autor de hilvanar elementos, situaciones y reflexiones interesantes dentro de una trama original valiéndose de distintos recursos literarios y extraliterarios. Un ejercicio muy franco de fantasía en el que se muestra que este género, efectivamente, no tiene barreras si se está dispuesto a navegar más allá.

Espacio patrocinado por

Nocte - Asociación Española de Escritores de Terror

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