OZ entrevista a Roque Pérez Prados

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Hoy tenemos con nosotros al autor de Veinte maneras de bajar al sótano, un escritor alicantino miembro de Nocte, la Asociación Española de Escritores de Terror

Roque Pérez Prados nació en Alicante en 1968. Diplomado en Óptica y Optometría, ha trabajado en publicidad y marketing para prensa, radio y televisión y obtenido el Diploma en Novela Negra por la Universidad de Alicante. Ha participado en el Curso de Narrativa organizado por la asociación de Libreros de Alicante.

 

Fue ganador del 2º premio de monólogos de terror Alicante se asusta (2003) y finalista en los certámenes literarios de Benferri (2007), Tierra de Leyendas (2007), Do not Disturb, Hotel Montíboli (2008) y XXIII Premio Internacional de Cuentos Max Aub (2009). Ha publicado el libro de relatos Veinte maneras de bajar al sótano con el Instituto de Cultura Juan Gil Albert (2008) y varios cuentos en revistas literarias como Letras Perdidas, Auca y Benferri. Sus relatos también aparecen en diversas antologías como El Taller de los Cuentos Oscuros (2007), Relatos Urbanos, Reflejos de Asfalto (2007) y Cuentos a Quemarropa (2009). Ha publicado poesía en el libro Taller de Escritura: el método (2005) y también ha realizado incursiones en el mundo del cómic.

 

Este año has presentado tu primera obra en solitario: Veinte maneras de bajar al sótano, la cuál ha recibido buenas críticas. ¿Cómo ha sido la experiencia?

 

La presentación de mi libro ha supuesto una experiencia inolvidable en mi actividad como escritor. Por vez primera se publicaba un libro en el que había volcado horas interminables de esfuerzo con el fin último de crear historias que no dejasen indiferentes a los lectores. En definitiva, se trata de una proposición para viajar al oscuro sótano donde se esconden los miedos de cada uno de nosotros. Yo desnudo los míos propios e invito al lector a hacer lo mismo con los suyos. Es una especie de pacto en virtud del cual descendemos juntos, de la mano, con la promesa de no soltarnos. He tenido la agradable sorpresa de constatar que hay muchos más aficionados al género de los que pensaba. Han bajado al sótano desde chavales de quince años hasta adultos de ochenta y, en general, la respuesta ha sido muy buena. Como decías, he recibido muy buenas críticas por parte de personas de reconocido peso en el género del terror, lo cual es un motivo de orgullo y satisfacción. He realizado cinco presentaciones, tres en Alicante capital, donde yo resido y otras dos fuera, en Guardamar del Segura y Murcia. Me encuentro muy satisfecho de la respuesta de los lectores.

 

Suele decirse que el relato es menos comercial que la novela, y también que se ajusta bien al ritmo diario de la actualidad. ¿Hacia dónde te decantas tú?

 

Tanto el relato como la novela tienen su encanto. Uno es como un chispazo que enciende la historia, rápido y directo, y la otra sería como un microondas que calienta poco a poco hasta conseguir el punto exacto para que el lector deguste el producto final mientras se entretiene un poco más en paladear. No cabe duda de que un relato es mucho más fácil de abordar en un corto periodo de tiempo y, por lo tanto, se ajusta más al lector ocupado que tiene pocos momentos para sentarse a leer. En mi caso, voy encaminado a la escritura final de novelas porque muchos de mis relatos me piden que alargue sus historias, que trabaje con más profundidad sus personajes y, sobre todo, porque muchos lectores me comentan que les hubiese gustado que las historias continuasen “más allá” de los límites naturales impuestos por el relato. De todas maneras seguiré cultivando el relato corto porque me fascinan sus muchas posibilidades y me encanta probar nuevas técnicas literarias aplicadas al mismo.

 

El género que encuadra Veinte maneras de bajar al sótano, así como a algunos de los premios en los que has conseguido mención, es el terror. ¿Dónde nace esta afición por lo oscuro y lo escalofriante?

 

No sabría decirte con certeza por qué cultivo el género de terror. Quizás encontremos la respuesta mirando a nuestro alrededor, parándonos a observar las cosas que suceden muy cerca de nosotros. El miedo está entre nosotros como una respuesta a nuestras propias inseguridades. Es todo aquello que nos permite salvar los muchos peligros que nos acechan como especie humana, que nos ha hecho evolucionar a lo largo de la historia. Y es su versión extrema y desbocada, el terror, lo que nos atenaza e impide reaccionar. Nos convierte en víctimas al bloquear nuestras reacciones. En cierto modo se trata de una paradoja que me interesa y por ello escribo sobre el terror, porque, a fin de cuentas, aprendo más sobre mí mismo a medida que profundizo en todo aquello que trata de las propias inquietudes e inseguridades del ser humano. De todas formas, me gusta definirme como un escritor de emociones, y el miedo es sólo una de ellas, pero hay muchas más que también deseo cultivar.

 

Una cosa que me ha llamado mucho la atención de la antología es el título, que me parece muy inspirado. ¿Alguna anécdota sobre el mismo o sobre la confección del recopilatorio?

 

El libro se ha ido haciendo solo desde el momento en que me puse a escribir el primer relato. En realidad no tenía la intención de conformar un libro de relatos. Fue el tiempo el que propició que, llegado un momento, dispusiese de un número suficiente de relatos para pensar en hacer algo con ellos. El título se me ocurrió de repente, sin buscarlo, sustentado en los oscuros mecanismos que hacen funcionar de manera silenciosa y casi mágica al cerebro humano. Después comencé a dar coherencia al conjunto, a seleccionar los relatos finales y su número, a corregirlos varias veces hasta el punto de que algunos de ellos como “Gozo dominical”, “El hombre de las manos heladas” o “Melodía encadenada” cambiaron radicalmente sus finales.

 

Como autor de terror, eres miembro de Nocte. ¿Qué ha supuesto para ti la creación de esta asociación de escritores profesionales del género?

 

Se trata de un proyecto común formado por escritores que compartimos el gusto por la literatura de terror. Sirve como medio para fomentar proyectos comunes de calidad que muy pronto saldrán al mercado en forma de libros. Una iniciativa muy buena donde he tenido la oportunidad de intercambiar experiencias y puntos de vista con otros escritores que cultivan el mismo género literario. Todo un acierto.

 

Todo autor se forma a partir de una serie de lecturas y vivencias. ¿Cuáles dirías que han marcado tu lado artístico? ¿Y la vena de terror?

 

Siempre me ha gustado contar historias. Desde mis tiempos en el colegio, fascinado por los superhéroes de la Marvel, hasta la actualidad. Comencé dibujando cómics y poco después me pasé a las historias escritas. Algunas series gráficas como “La tumba de Drácula” o “La Cosa del pantano” alimentaron mi interés por el terror. Luego vinieron las películas y series de terror como “Tensión”, “Historias para no dormir” o “Mis terrores favoritos”, que muchas veces veía a escondidas desde el umbral de la puerta del salón para que no me descubrieran mis padres. En cuanto a literatura de género, me han gustado mucho Bécquer, Poe, Lovecraft, King, Matheson, McCamon y otros.

 

¿Qué opinas de esta nueva tendencia a la alza de lo que se ha llegado a denominar literatura romántica sobrenatural, en la que encontramos personajes clásicos de la literatura de terror?

 

Un intento comercial para llegar a más lectores, sobre todo muy jóvenes, a costa de desvirtuar los personajes clásicos del género. Es como la cerveza sin alcohol o la sacarina, un mero sucedáneo que a mí como lector no me interesa.

 

Como página web dedicada al género, entre otras cosas, tenemos una pregunta obligada: ¿qué crees que han supuesto las nuevas tecnologías a la literatura actual?

 

Una revolución tan importante que todavía no somos conscientes de la dimensión que puede alcanzar en un futuro. En mi caso, de escribir entre cuatro paredes y tener a mi familia como lectores principales, pasé a colgar mis textos en la red y que los pudiesen leer y dar su opinión lectores de cualquier parte del mundo. La información a la que puedes acceder para enriquecer y documentar tus historias es impresionante y se encuentra a nuestro alcance con sólo pulsar una tecla. Atrás quedan las jornadas interminables de buceo entre libros polvorientos de las bibliotecas públicas. Hoy ya no necesitas desperdiciar papel con los procesadores de textos y las máquinas de mecanografía quedaron en el olvido.

 

Volviendo a tu antología, en ella se percibe un gusto por los elementos clásicos del género, pero casi siempre reorientado a un escenario contemporáneo. ¿Ves obligatorio acercar al lector el miedo o es una simple preferencia estilística?

 

Como dije antes, el miedo se encuentra entre nosotros. No hay más que mirar las noticias en prensa y televisión para constatar que los sucesos terroríficos suceden, algunas veces en la puerta contigua a nuestra casa (si no dentro de ella). Nadie se encuentra ajeno al miedo, por eso lo encerramos en el sótano de nuestra mente y eludimos tratar determinados temas con la esperanza de que, en cierto modo, su negación propicie su desaparición. Pero tarde o temprano, la puerta del sótano se abrirá de improviso para que los oscuros terrores invadan nuestra vida y nos amedrenten con su arrastrar de cadenas y lamentos de ultratumba. Por eso es mejor bajar a por ellos antes de que sea tarde. Hemos de enfrentar nuestros miedos cara a cara para superarlos.

 

Me ha llamado la atención también la influencia del imaginario popular en algunos argumentos -llamémoslo incluso leyendas urbanas-. ¿Es nuestro entorno la mejor fuente de inspiración?

 

No cabe duda de que es así. Las leyendas urbanas son herederas del imaginario popular, de los cuentos de miedo de toda la vida a los que se han añadido supuestos vestigios de realidad para hacerlos más verídicos y cercanos. Ya no son historias sino rumores de hechos acontecidos a conocidos o familiares lejanos. Nuevamente aparece el ingrediente de los elementos clásicos reorientados a nuestro escenario cotidiano. En mi libro Veinte maneras de bajar al sótano se incluyen relatos que tratan de soslayo alguna leyenda urbana.

 

Ya en la recta final, ¿te animarías a hacernos alguna recomendación literaria? ¿Y de un autor nacional de terror?

 

Os recomiendo el libro Pesadilla a 20.000 pies todo un clásico de Richard Matheson, un autor imprescindible para aquél que quiera introducirse en el género de terror. También los relatos de Clive Barker Libros de sangre. En cuanto a los españoles, Apocalipsis Z de Manel Loureiro y La silla de David Jasso.

 

Como cierre, ¿nos podrías contar algo sobre tus próximos proyectos literarios?

 

Actualmente me encuentro escribiendo mi primera novela, que se encuadra dentro del género negro. Estoy seguro de que gustará a todos los que han disfrutado con Veinte maneras de bajar al sótano, aunque para leerla habrá que esperar todavía un tiempo (espero que no sea mucho )

 

Pues muchas gracias por la entrevista, Roque, y mucha suerte en la confección de esa novela, de la que esperamos tener noticias en breves.

 

Gracias al equipo de OcioZero por vuestra amabilidad al entrevistarme con motivo de la presentación de mi libro. Aprovecho para comentar que tengo un blog del libro donde he colocado la información que se genera en forma de entrevistas, críticas, presentaciones etc... He colocado una introducción a mis relatos y existe la posibilidad de expresar la opinión sobre ellos a todos los que los han leído: http://veintemanerasdebajaralsotano.blogspot.com

 

Espero que os guste. Un fuerte abrazo a todos.

 

Roque Pérez Prados

Espacio patrocinado por

Nocte - Asociación Española de Escritores de Terror

http://www.nocte.es/

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