Réquiem por MiasMa

Imagen de Patapalo

En la literatura de género hay cosas más aterradoras que las propias historias que contamos... Recupero esta despedida a la revista MiasMa

Hace un año, más o menos, tenía el placer de hablaros de una revista que (paradójicamente, a juzgar por el título) traía un soplo de aire fresco al panorama de la literatura de terror nacional: MiasMa. Hace un mes traía la mala nueva de su cierre en una escueta nota de prensa.

 

Son ciclos, cabría pensarse, pero me cuesta despedirme de esta iniciativa sin dedicarles algunas líneas más. No es sólo porque nos echaran un cable con el I Certamen El Círculo de Escritores Errantes y publicaran al ganador del mismo; ni siquiera por el buen trato cuando les fui enviando algún texto propio para ver si les interesaba publicarlo. Es porque en este mundo de aficionados a la literatura encontramos en muchas ocasiones a gente que se vuelca por mantener animado el entorno, pero menos veces la oportunidad de agradecérselo, de poner palabras a ese agradable sentimiento que genera el que se hayan cruzado nuestros caminos.

 

Dentro de las páginas de MiasMa he leído relatos que me han inspirado considerablemente; incluso el propio concepto de la revista -sobre todo en los primeros números, en los que se rescataban clásicos del género, a veces desconocidos- me resultaba de lo más sugerente. Me han brindado magníficas horas de lectura y, sobre todo, esa sensación de que seguimos gente con ganas de que el terror, en todas sus vertientes -literarias, no me malinterpretéis- siga vivo. Ilustradores, autores y editores -que meten mucho trabajo, aunque luego sean menos visibles- han servido de vehículo para que este lector anónimo pudiera enriquecerse con su labor. Y, al final, es de esto de lo que va la cosa.

 

Con Internet nos hemos habituado a una inmediatez en el trato. Publico, me comentan. En tiempos como éstos es todavía más encomiable la labor de unas personas que han sido capaces de lanzar una revista como quien echa mensajes a la mar metidos en una botella, de permitir que su trabajo e ilusiones hayan germinado por su cuenta. Quizás ése haya sido el aspecto que más me ha impresionado de su callada labor que ha culminado -para satisfacción de mucho- con sus tres seleccionados para el Fabricantes de Sueños: el percibir que el motivo primordial de sus esfuerzos era, simple y llanamente, la narración.

 

Decía que los relatos de MiasMa me han inspirado. Su espíritu también, y mucho. Y pienso seguir dando guerra por estos lares y por otros siguiendo la pista que han marcado, la del aficionado a la literatura que decide dar un paso más hacia delante. Bravo por ellos.

 

Pinten malos o buenos tiempos, sean del signo que sean los augurios que se avecinen, creo que merece la pena seguir adelante, una revista en papel en los tiempos digitales o una caterva de cuervos en tiempos de realismos mágicos. Las ilusiones siempre han sido alimento del alma.

Espacio patrocinado por

Nocte - Asociación Española de Escritores de Terror

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